Sombras I

La canción número 7 (Adaptación Taeny)
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Tiffany:

Tal y como le había prometido, llamé a Heesun a mi regreso y acordamos vernos el sábado por la tarde. Tuve que inventar una excusa para que nadie, ni siquiera Taeyeon sospechara nada sobre aquel encuentro furtivo. Alegué que el motivo de mi viaje a Seúl era visitar una biblioteca de la ciudad para buscar información que completara un artículo que estaba preparando para el periódico. Gracias a Dios, no insistió en acompañarme, ya que tenía ensayo con el grupo. Quedamos en encontrarnos en el bar de los billares cuando regresara por la noche.

En cuanto terminé de comer, renuncié a mi habitual siesta de los sábados y me dirigí directo a mi coche. Mientras conducía por la autovía, me pregunté qué sería exactamente aquello que Heesun me quería confiar. ¿Cuál sería aquella verdad oculta a la que se había referido? ¿Qué podía ser tan importante y esperanzador para el futuro de Taeyeon? Y lo que más me preocupaba: ¿Qué papel jugaba yo en aquel misterio?

Traté de calmar mi impaciencia pensando en que obtendría las respuestas a todas aquellas preguntas esa misma tarde. Llegué a la residencia y aparqué justo frente a la puerta. Cuando bajé del coche, ella ya descendía por la escalera de piedra. Hacía una bonita tarde de primavera y, evidentemente, Heesun quería aprovechar mi visita para salir de la residencia. Parecía algo pálida y me dio la impresión de que estaba más delgada, pero la gran sonrisa que me dedicó al aproximarse iluminó su cara. Me saludó con tanto entusiasmo que mi preocupación se esfumó. Parecía tan alegre como siempre.

— ¡Hola, Tiffany, cariño! —exclamó abrazándome—. Muchas gracias por venir.

—De nada. Ya sabes que es un placer.

— ¿Qué te parece si, para hacerlo aún más placentero, vamos a algún sitio al aire libre? Así hablaremos más tranquilas —propuso de muy buen talante.

—Me parece una idea excelente —acepté.

Subimos a mi coche y nos dirigimos al parque río Han. Sabía que a ella aquel lugar le traía muy buenos recuerdos. Ahora ya no podía pasear por allí a diario, tal y como solía hacer cuando vivía en su precioso piso situado frente a aquel paraíso que surgía en pleno corazón de la ciudad. Aparcamos en una calle próxima y, esquivando a la multitud de familias que paseaban por allí, llegamos hasta el mirador. Tomamos asiento en una de las terrazas, lo que me hizo recordar mi primera visita a Seúl con Taeyeon. ¡Qué diferente era todo ahora y qué distinta me sentía yo apenas unos meses después!

— ¿Te gustó la casa de Busán? —me preguntó una vez que habíamos pedido unos refrescos al camarero.

— ¡Sí, me encantó! —respondí entusiasmada—. Es un lugar de ensueño.

—Por eso la compré. Fue ver aquellos parajes y saber que se iban a convertir en mi válvula de escape, un refugio para mí y para los míos.

—Taeyeon siente algo muy especial por aquel lugar.

—Es lógico. Allí pasó muy buenos momentos de su infancia conmigo y con sus padres —afirmó con nostalgia.

— ¿Sabes?... Fue un alivio ver cómo se enfrentaba al fin a su recuerdo. Aquella casa le obligó a hacerlo y, aunque estuvo un poco triste al principio, enseguida recobró la sonrisa.

—Me alegro de que así fuera. Hubo un tiempo en el que Taeyeon no quería saber nada del pasado. Supongo que era demasiado doloroso y prefería tratar de olvidar —me confió con tristeza.

—Tuvo que ser muy duro para ti. Siempre hablamos de ella, pero tú perdiste a tu única hija. No debió de ser nada fácil.

—No, no lo fue. —Sus ojos se tornaron infinitamente tristes—. El día del accidente me arrancaron el corazón del pecho. Y nunca lo recuperé del todo. Si sigue latiendo es por mi nieta; ella es la razón por la que seguí viviendo.

Su declaración me heló la sangre. Aquella tragedia había destrozado también a aquella admirable señora que aparentaba tanta fuerza y optimismo. Su mirada se perdió entre los árboles durante unos instantes, llena de dolor contenido. No obstante, no se permitió el derecho de sumirse en su agonía. Recuperando la compostura rápidamente, volvió a mirarme y trató de sonreír.

—En fin, no hablemos de cosas tristes. Eso ya no tiene remedio —suspiró—. Si te he hecho venir es para hablar de algo que sí se puede cambiar...

—Heesun, no sabes lo intrigada que estoy con todo esto.

—Lo imagino. Siento haberte hecho esperar —se disculpó—. Pero es un asunto demasiado delicado. Necesito contártelo a solas y con tranquilidad.

—Soy toda oídos —anuncié, sacando la cajetilla de cigarrillos del interior de mi bolso.

—Antes de empezar, quiero decirte que si he decidido confiarte a ti lo que te voy a contar es porque opino que eres una gran chica, extremadamente inteligente y sensible.

Sus palabras me ruborizaron, pero no la interrumpí. Deseaba demasiado llegar al punto del asunto. Encendí un cigarro. La tensión me estaba matando.

—Podría habérselo contado a tu madre, que fue en quien pensé en un principio. Sin embargo, al comprobar lo unidas que están mi nieta y tú, ahora estoy convencida de que eres la persona adecuada para ayudarme. —Con cada palabra me intrigaba aún más—. Te voy a contar de qué se trata, porque veo que te estoy matando de curiosidad.

—Un poco, sí, la verdad —admití.

—Como ya imaginarás, se trata de algo relacionado con el pasado de Taeyeon — prosiguió ella.

—Sí, eso es lo que intuyo.

—En efecto, así es. Se trata de algo que ella desconoce sobre sus padres. Probablemente ya te habrá contado que siempre tuvo una relación más cercana con mi hija que con mi yerno.

—Sí, eso es exactamente lo que me ha dicho —asentí.

—Siempre existió una barrera infranqueable entre padre e hija. Hay una razón de peso que ella desconoce para que esto fuese así. Mi hija se comprometió con su marido cuando aún era muy joven, casi una niña, apenas había cumplido los diecinueve años. Ella lo quería, o eso la hicieron creer, pues mi marido se ocupó de que ella se fijara en aquel apuesto chico.

Pertenecía a una familia muy influyente con la que mi marido deseaba estrechar los lazos, ya que le convenía para sus negocios. No dudó en presentarlos y hacer que el viento soplara a su favor. Él influyó muchísimo en su compromiso; le convenía ese matrimonio. Hizo todo lo que estuvo en su mano para verlos en el altar. Consideraba que era lo mejor para Hyesun y para los intereses de la familia. Ella creyó enamorarse, cegada por el falso romanticismo y caballerosidad que crearon para ella.

—Parece sacado de una novela —observé.

—Sí, y aún se pone más dramático. Es como el guion de una película de época, ya verás —me avisó, tomando un sorbo de la limonada que nos acababan de traer—. Fue muy fácil impresionarla con detalles lujosos y juegos de seducción. Yo era testigo de toda aquella puesta en escena y me sentía terriblemente impotente al ver cómo ella caía en sus redes. Traté de avisarle, pero estaba tan sumida con aquel cortejo que entre todos ellos habían orquestado que no me quiso escuchar. Ella no se daba cuenta de que estaba enamorándose de un guion, no de un hombre. Pero, tal y como yo predecía, a Hyesun se le cruzó el verdadero amor en medio de toda aquella pantomima.

Hizo una breve pausa que me pareció eterna, me tenía muerta de la intriga.

—Aquel verano, tan sólo un par de meses antes de la ansiada boda, mi hija fue a pasar unos días a la finca de sus suegros. Allí conoció al que iba a ser su cuñado; un chico jovial, extrovertido, apasionado y enormemente atractivo. Ocurrió lo inevitable: se enamoró perdidamente de él. Era natural, tenía muchas más cosas en común con aquel joven que con su inminente marido. Pasaron tanto tiempo juntos aquel verano que lo que empezó como una inocente amistad terminó en un apasionado romance, fruto del cual ella quedó embarazada.

Me quedé petrificada.

— ¿Taeyeon tiene un hermano? —pregunté atónita.

—No, no tiene ningún hermano. Creo que no me has entendido.

—Entonces... —comencé a decir, comprendiendo de inmediato la verdad—, ¡ella es el resultado de aquel romance!

—Sí, así es —me confirmó—. Mi yerno era en realidad su tío. Sorprendente, ¿verdad?

No sé si aquella era la palabra adecuada, yo más bien diría que todo aquello era de locos.

—No sé qué decir... —balbuceé, incapaz de procesar aquella información.

Aunque al mismo tiempo, eso explicaba la extraña relación que habían mantenido siempre padre e hija, mejor dicho, tío y sobrina. Repito: ¡de locos!

—Es natural que te hayas quedado de piedra, no es para menos —declaró ella.

—Pero, Heesun —comencé a decir, tratando aún de asimilar aquella historia, sin terminar de comprender muy bien lo que me contaba—, Taeyeon nunca ha mencionado que tuviera un tío.

—Es que no sabe que existe. Cuando el padre de los chicos se enteró de que Hyesun estaba embarazada del menor de sus dos hijos, entró en cólera y lo envió al extranjero, borrándolo para siempre de la familia. No estaba dispuesto a que se truncaran sus planes, que habían sido cuidadosamente trazados junto con la ayuda de mi marido.

— ¿No habría sido más lógico que ella se casara con el padre del hijo que esperaba y de quien sí estaba enamorada? —pregunté, absolutamente indignada con la solución que le habían dado al problema.

—Sí, eso habría sido lo mejor, pero no era lo que ellos pensaban. Y mi hija estaba demasiado aturdida y atemorizada por la situación para decidir por sí misma.

—No soy quien para juzgarla, pero creo que debió luchar por lo que amaba — opiné.

—Eso mismo fue lo que yo le dije —afirmó avergonzada.

— ¿Y no te escuchó?

—Lo hizo, pero se sentía demasiado culpable por haber sido infiel al hombre a quien había dado su palabra como para dejar que su corazón la guiara. Hizo lo que creyó correcto, no lo que deseaba.

—Tuvo que ser muy duro para ella, tan joven y ya renunciando a sus sueños.

—Sí, lo fue, pero no le quedaba otra alternativa. Entre sus suegros y mi marido escribieron su futuro. Ella ya había dado su palabra. No era una chica que faltara a sus promesas. Si no hubiera sido tan recta, quizá hubiera podido ser feliz. Pero su conciencia no la dejó ser libre para dejarlo todo y vivir su vida como ella hubiese querido.

—Tampoco el hermano de su prometido luchó por quedarse junto a ella, ¿no? —No pude reprimir un tono de reproche en mi voz. Él tenía que haberse quedado y luchar por la mujer que amaba.

—No, no lo hizo. La vergüenza de haber traicionado a su hermano fue más fuerte que el amor, así que acepto cabizbajo las órdenes de su estricto y cuadriculado padre.

—Que historia tan triste...

—Lo cierto es que fue una pena ver cómo mi hija perdía la inocencia y la ilusión siendo tan joven.

— ¿No había forma de convencer a tu marido de que se olvidara de aquel compromiso?

—Créeme, lo intente, pero fue imposible. Nadie me hizo caso. Para todos ellos guardar las apariencias era lo más importante y no querían que se supiera la verdad bajo ningún concepto. No estaban dispuestos a enfrentar el escándalo que aquello hubiere generado, y mucho menos dar pie a los comentarios de la hipócrita sociedad en la que vivíamos. Yo no compartía su punto de vista, pero tuve que tragarme el orgullo porque nadie opinaba como yo. —Suspiró de nuevo, arrepentida quizá por no haber luchado con más esfruezo para conseguir que su opinión fuera tomada en cuenta—. Por mucho que me pese, ya no podemos cambiar lo sucedido. Así ocurrieron las cosas y no podemos viajar al pasado para impedirlo. Lo que importa ahora es hacer lo correcto y que Taeyeon conozca a su verdadero padre, ya es hora de que sepa la verdad. Creció con una figura paterna que trató de educarla y de quererla, pero nunca consiguió crear un vínculo verdadero entre ellos. Imagino que aunque trataba de olvidarlo, mi yerno nunca superó la traición de su hermano. Casarse con mi hija pasó a ser su venganza, pues así le demostraba a su hermano que al final él era el vencedor.

— ¿Crees que él quiso a Hyesun? —le pregunté. Si aun sabiendo la verdad había accedido a seguir con los planes de boda, no podía ser sólo por demostrarle a su hermano quién tenía el poder. Eso resultaba demasiado retorcido.

—La quería, de eso no me cabe duda, pero a su manera. Era un hombre serio y ambicioso. Su forma de amar era algo peculiar. Yo diría que era una persona con dificultades para demostrar sus emociones. No es que no las tuviera, sino que no sabía cómo expresarlas.

Ambas nos sumimos en el silencio por unos momentos. Yo trataba de recomponer las piezas de aquel puzzle que me había pillado absolutamente por sorpresa. Por mucho que ella me hubiera avisado de que me iba a contar algo crucial, jamás habría podido imaginar que se trataría de una confesión tan inesperada.

— ¿Por qué me lo has contado a mí antes que a Taeyeon? —pregunté al fin.

—Porque ella no va a aceptar la verdad de buena manera y necesitará a alguien muy cercano que le ayude a comprender. Sé que tú sabrás aconsejarla con prudencia.

— ¿Y mi madre?, ¿no está ella al tanto de la verdad?

Hyesun había sido una de sus mejores amigas, ella tenía que conocer aquella inquietante historia.

—Tu madre no sabe nada. Es más, fue a partir de entonces cuando se distanciaron.

—Es extraño que tu hija no buscara ayuda en una de sus mejores amigas.

—No lo hizo porque sabía que si tu madre se enteraba no le permitiría cometer un error así —me explicó—. Ya habían discutido en más de una ocasión sobre la boda. Yejin veía como un error que Hyesun se lanzara a aquel matrimonio sin haber vivido lo suficiente ni haber acabado aún sus estudios. Tu madre siempre fue un espíritu libre, no entendía de convencionalismos, y era normal, pues era joven y soñadora. Así que mi hija decidió no hacerle partícipe de aquello. Sabía de sobra que le haría enfrentarse cara a cara con sus miedos y, sencillamente, no estaba preparada para ser tan valiente.

—Todo empieza a tener tanto sentido... —declaré pensativa.

La distante relación de Taeyeon con su supuesto padre y la fisura en la amistad de aquellas dos amigas inseparables se debían a lo mismo. Ahora el destino había juntado a mi madre y a Taeyeon para que juntas enfrentaran la verdad, o mejor dicho, Heesun era la que lo había planeado todo.

—Entonces, tu empeño en que ella viniera a vivir a Yeongjong no era sólo para que regresara a la universidad, ¿verdad?

—Veo que eres muy observadora —sonrió complacida—. En un principio pensé revelarle el secreto a tu madre para que, una vez ella hubiese comprendido por qué mi hija se alejó de ella, pudiera ayudar a Taeyeon a enfrentarse a la realidad. Pensé que juntas podrían asimilarlo mejor. Lo que no entraba en mis planes es que ella fuera a encontrar a su alma gemela. Viendo lo que significas para mi nieta, he decidido confiártelo a ti. Ella aprecia muchísimo a tu madre, pero tú eres su ángel y sé que a ti te escuchará.

—Agradezco la confianza que depositas en mí, pero me siento algo abrumada — le confesé.

—Sé que te estoy cargando con una gran responsabilidad y tienes derecho a negarte, no quiero obligarte a nada —dijo con dulzura.

—No pienso fallarte, sé que es muy importante para ti que ella conozca quién es realmente. —Cogí una de sus manos y la apreté con fuerza—. Sólo dame un poco de tiempo para que piense cómo voy a abordar esta situación.

—Gracias, cariño. Significa mucho para mí que estés de mi lado.

— ¿Cómo no iba a estarlo? Lo único que quieres es enmendar un error cometido hace muchos años.

—Quiero que tenga una familia de verdad, que conozca al hombre que le dio la vida y que amó sinceramente a su madre, aunque fuera demasiado joven para ser consecuente con sus sentimientos.

— ¿Puedo preguntarte una cosa?

—Por supuesto.

— ¿Por qué no se lo has contado antes? Quizá le habría ayudado a superar lo del accidente.

—Más de una vez me planteé hacerlo. Sin embargo, la veía tan confundida y destrozada que decidí esperar. Temía que la verdad terminará por hundirla. No quería que se sintiera aún más perdida al descubrir que ni siquiera es quien creía ser. —Su voz avergonzada delataba la culpabilidad que la atormentaba—. En cambio, ahora parece otra persona. Desde que fue a tu casa parece haber recobrado el equilibrio y las ganas de vivir. Creo que ahora ha llegado el momento de que sepa la verdad y conozca a su padre biológico. Quiero que el día que yo falte Taeyeon los tenga a ti y a él cerca, no quiero privarle de ese derecho. Tengo la sensación de que no me queda mucho tiempo y por eso quería contártelo todo, necesito que tú estés al tanto de la situación por si yo no puedo aguantar hasta el final.

Aquellas palabras me encogieron el corazón. Imaginar que pudiera irse me provocó una angustia enloquecedora. Me había encariñado con ella desde el primer momento.

—Por favor, Heesun, no digas eso.

—Tiffany, no quiero engañarte. No estoy bien. Mi corazón se debilita cada vez más, pero no quiero que te preocupes, a mí la enfermedad no me asusta. No temo morir. Lo que me aterra es que Taeyeon no llegue a conocer a su padre. Es por eso que te ruego que me ayudes.

—Te prometo que haré todo lo que esté en mi mano —dije de corazón.

—Me harías inmensamente feliz si consigues que se conozcan y lleguen a tener una relación como lo que verdaderamente son: padre e hija —dijo esperanzada—. Va a ser difícil, mi nieta ya no es una niña y no le va a gustar nada la idea de tener que admitir en su vida a un desconocido. No ahorrará reproches, y ni por asomo querrá aceptar la realidad. La conozco muy bien y sé que al principio se lo tomará muy mal. Probablemente se enfade conmigo por habérselo ocultado. Por eso tú juegas un papel fundamental; a ti no puede echarte nada en cara, sólo puede escucharte.

—Eso es cierto. Yo soy ajena al pasado, no formé parte de la situación. Eso me da mucha ventaja.—Cada vez comprendía mejor sus motivos para pedir mi ayuda.

—Su padre es un ser magnífico. Tiene una increíble facilidad para conectar con la gente. Es de esa clase de personas que difícilmente te podría caer mal. Espero que su simpatía ayude a que las cosas resulten algo más sencillas.

— ¿Dónde está ahora su padre? ¿Mantienes contacto con él?

—Hace años que estamos en contacto. Siempre nos hemos llevado bien. Si te soy sincera, me habría encantado que mi hija se hubiese casado con él. Estaban hechos el uno para el otro.

— ¿Y él está de acuerdo con tus planes?

—Sí, por completo. Lleva muchos años esperando a que llegue este momento. Taeyeon es su única hija y ni siquiera la ha visto ni una sola vez. Y, ahora que hablamos sobre él, debo pedirte otro favor.

—Dime.

—Necesito que vengas otro día a verme. Quiero que lo conozcas y que hablen. Verás cómo vas a sentirte muy cómoda con él. Es muy parecido a Taeyeon y también muy guapo. La verdad es que mi hija supo elegir, aunque no le durara mucho —añadió riendo—. Quién sabe, quizá si yo fuera más joven...

— ¡Ja, ja, ja! —Su insinuación me hizo reír a carcajadas—. ¡Ay Heesun, eres única!

Salté de mi silla y le di un abrazo. Era realmente genuina y encantadora.

Después de llevarle de vuelta a la residencia, nos despedimos con la promesa d

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Comments

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SharnLovesTaeNy
#1
Hello! I'm interested in your story but I can't understand it.. Can I have an english version of this? Thank you!
Skyth06
#2
Chapter 43: Es fantástico
nahlot
#3
Chapter 43: Wow, lo leí de principio a fin en unas horas y puedo decir que me gustó mucho, gracias por subir esta adaptación.
roguecr #4
Chapter 43: Esta hermoso . Lo empece a leer y ya no pude parar hasta terminarlo. Me encanto . Gracias por subirlo
Aapark #5
Amazing
Elizabeth14 #6
Chapter 14: Sgjjdjlsdhl sube otro cap por favor
KazKaz18 #7
Chapter 14: 15 y 16?
Skyth06
#8
Chapter 14: Siempre lo dejas en la mejor parte
Pink_gangstah #9
Chapter 12: Que triste D: ya quiero leer que sigue <|3
Skyth06
#10
Chapter 12: Quedó buenísimo uno más xfaa