Furia II

La canción número 7 (Adaptación Taeny)
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Tiffany:

Estaba decidida a hacerlo, aquello ya se me había ido demasiado de las manos.

En cuanto el concierto terminara y ellos bajaran del escenario, hablaría con ella. Había conversado largo y tendido con Heesun, pero ella seguía insistiendo en que no le dijera nada a Taeyeon de su enfermedad. No obstante, ella merecía saberlo. Heesun estaba empeorando con demasiada rapidez, y si seguíamos ocultándoselo, Taeyeon iba a perder el escaso y valioso tiempo que le quedaba para disfrutar de su compañía. Aquello le iba a doler, y mucho. Sin embargo, me veía obligada a traicionar la confianza de su abuela para informarle de la situación. Más doloroso sería perderla de repente, sin previo aviso. Eso la dejaría hundida para siempre y mi deber era evitar que Heesun la dejara como lo habían hecho sus padres (mejor dicho, su madre y su tío) sin oportunidad de despedidas.

Sabía que me rehuía intencionadamente. Se había cansado de mi distante actitud y no era de extrañar. Llevaba semanas evitándola porque no sabía cómo enfrentarme a ella cuando le estaba ocultado tanta y tan vital información. De hecho, aquella última semana no había aparecido prácticamente por casa. Hacía días que no cruzábamos palabra alguna. La desconfianza que se había generado entre nosotras por culpa de mi silencio estaba amenazando nuestra relación. Mi decisión de sincerarme con ella no era ciento por ciento segura: en parte lo hacía por mí. No quería perderla por completo, pues eso significaría perderme yo también.

Durante todo el tiempo que estuvo subida en el escenario, tocando aquella guitarra que era parte de sí misma, no me miró más que una sola vez. Sus ojos me asustaron. Me atravesaron como un puñal, fríos y distantes. Creí adivinar un cierto desprecio en su expresión y eso me desgarró por dentro. Quien sabe qué clase de malos entendidos cargaba en su expresión.

Jamás me había mirado así y sentí un terror indescriptible. ¿Tanto podían haberla lastimado mis silencios?

Jaejoong se había empeñado en acompañarme. Sentía una gran necesidad de acercarse a Taeyeon y, a pesar de que le había aconsejado que no lo hiciera, vino igualmente. No era ni el momento ni el lugar para tratar de conocer mejor a su hija; sin embargo, la curiosidad por verla tocar fue más fuerte que el sentido común. Allí estaba, de pie junto a mí, contemplándola totalmente fascinado. Sabía que esperaba paciente a que Cube acabara de tocar para felicitarlos. Él tenía la esperanza de que con esa excusa su hija le daría la oportunidad de charlar un rato. En cambio, yo presentía que eso no iba a suceder.

Cuando por fin los instrumentos dejaron de sonar, el público se fue dispersando y el local se iluminó levemente. La música del DJ llenó el hueco que el grupo había dejado vacío en el aire. Mis amigas salieron disparadas a la barra por otra copa. Le pedí a Jaejoong que las siguiera para poder acercarme a Taeyeon a solas. No era buena idea hacerlo acompañada de un tipo del cual ella recelaba tanto. No era una ilusa; sabía que Taeyeon no aceptaba muy bien mi amistad con Jaejoong. Era lógico: ella desconocía la verdadera razón por la que pasábamos tanto tiempo juntos.

Me acerqué a la escalera situada junto al escenario. Ellos aún seguían recogiendo sus instrumentos, pero Taeyeon no estaba. Me giré para ver si la veía alrededor, aun así no la vi. Iba a subir las escaleras para preguntar por ella a sus compañeros cuando sentí una mano que me agarraba con fuerza del brazo, tirando de mí hacía atrás.

Al voltear para ver de quién se trataba casi no pude reconocer aquellas pupilas. Estaban tan dilatadas que no quedaba rastro alguno en aquellos ojos del precioso reflejo avellana a los que me tenían acostumbrada. Parecía agitada y me miraba con una expresión algo grotesca. ¿Era mi imaginación o Taeyeon estaba drogada?

Su mano seguía presionando con fuerza mi antebrazo, hasta el punto que comenzaba a dolerme.

— ¡Suéltame, me haces daño! —protesté.

—Es mucho peor lo que tú me estás haciendo —escupió aquellas palabras con tanta rabia que no parecía ella misma. No reconocí aquella voz envenenada. Sus ojos me miraban desorbitados y eso me produjo un escalofrío. Jamás la había visto comportarse así.

Tiró de mí, alejándome de las escaleras, y me condujo hacia un rincón oscuro donde nadie podía vernos.

—Taeyeon, me estás asustando...

—Ahora resulta que me tienes miedo —gruñó, con aquella extraña entonación en su voz. Sentía que estaba frente a una completa desconocida—. ¿Se puede saber a qué viene esa reacción? Soy tu novia, ¿no?

—Ahora mismo sólo eres una idiota —respondí furiosa. ¡A ver cómo diablos le contaba lo que había venido a decirle si ella se encontraba en ese estado!

— ¿Una idiota? —bramó—. ¿Yo soy la mala ahora? Creo que no ves las cosas como son. Eres tú la que se está comportando como una puta.

— ¿Cómo te atreves a llamarme así? —respondí, alejándola de mí de un empujón. Se acercó de nuevo, acorralándome contra la pared.

— ¿Cómo definirías tú a una chica que le es infiel a su novia con un tipo que le dobla la edad? —me susurró al oído, remarcando cada palabra de aquella horrible insinuación.

—Taeyeon, yo no te estoy engañando... —comencé a decir en un hilo de voz.

— ¿Te atreves a negarlo? —gritó exasperada.

—Sí, porque no es verdad.

—No te creo. De hecho eres aún más una hija de puta por no tener el coraje de admitirlo. —El desprecio en su voz me dejó de piedra.

Todos aquellos insultos me estaban destrozando. Jamás pensé que ella fuera capaz de comportarse de esa forma. Aquella que me hablaba no era la Taeyeon de quien me había enamorado. Era una imbécil drogadicta que estaba fuera de sí y cuya agresividad me asustaba.

—No quiero seguir hablando contigo —declaré con lágrimas en los ojos. Intenté salir de aquel oscuro escondite en el que ella me había arrinconado, pero su fuerza desorbital a causa de la droga me lo impidió.

—No vas a ir a ninguna parte hasta que me digas a la cara que ya no quieres estar conmigo —me desafió.

— ¡¿Eso es lo que quieres oír?! —vociferé alterada.

No iba a ser difícil dejarla contenta porque en aquel preciso instante lo único que quería era alejarme de ella, de la mierda de reacción que le estaba provocando lo que hubiera tomado. En aquel momento Taeyeon era un monstruo. —Muy bien. Escucha muy bien, pedazo de idiota: ¡no quiero volver a estar contigo! ¡Me das asco!

Me soltó en el acto. El desprecio que emanaba de mis palabras la dejó helada.

Me miraba fijamente, sin pestañear. Ambas estábamos inmóviles, incrédulas por la forma en la que nos estábamos tratando. ¿Cómo dos seres que se amaban tanto podían atacarse con esa misma intensidad?

—Te doy asco... —repitió pausada, como si se hallara sumergida en una gran reflexión—, entonces está claro que tendré que buscarme a una chica que sepa divertirse y que no tema probar cosas nuevas. Lo nuestro ha estado bien, pero ahora me doy cuenta que no me van las niñas buenas; se asustan con demasiada facilidad. Ya me he cansado de jugar a ser la novia protectora y paciente, no va conmigo. Quédate con ese viejo si quieres, yo prefiero divertirme un poco. Estoy harta de estupideces.

Se alejó de mí encendiendo un cigarrillo y se perdió entre la gente. No tardé en verla coqueteando con una rubia despampanante que tenía pinta de meterse de todo. "Con ella sí podrá jugar a vivir al límite" pensé, sintiendo cómo mi corazón se rompía en mil pedazos. Me dejé deslizar por la pared hasta quedar sentada en el suelo. No podía llorar. La crueldad de sus palabras me había dejado en estado de shock; lo único que podía sentir era una enorme opresión en el pecho que me impedía respirar con normalidad.

Desde mi escondite contemplé cómo Jaejoong se aproximaba a ella, sonriente, convencido de que aquella era su oportunidad. Me armé de valor y salí de aquel rincón con el corazón en la mano. Tenía que impedir aquel enfrentamiento como fuese. Jaejoong no se merecía la burla y el desprecio a los que Taeyeon le iba a someter. En el estado en el que se encontraba iba a montar una escena, y más cuando estaba convencida de que yo la engañaba con aquel hombre.

Pero llegué demasiado tarde. Jaejoong ya se estaba dirigiendo a su hija, felicitándola por el concierto. No tengo palabras para describir la cara de repulsión que ésta le dedicó. Mirándolo de arriba abajo, observándolo con un abierto desprecio, permaneció en absoluto silencio durante unos interminables segundos. Luego, dando un paso hacia mi amigo, se limitó a decir con sarcasmo:

—Déjame que yo también te felicite: ahora ya eres libre para tirártela cuando quieras.

Esto último lo dijo apuntándome. Aquella mano bien podía haber tenido una pistola entre sus dedos, porque aquellas palabras me atravesaron como una bala, rematándome como a un pobre animal agonizante. Sentí cómo las heridas comenzaban a sangrar sin remedio dentro de mí. Siempre supe que algo volvería a hacerme caer, son los altibajos de la vida. Lo que nunca hubiera podido imaginar es que me fueran a asesinar. Y mucho menos habría podido imaginar que el verdugo sería ella.

Refugiada en el dormitorio de Jessica, me sentía algo menos alterada. Al ver la penosa escena protagonizada por Taeyeon, ella había insistido en sacarme de aquel circo y llevarme de vuelta en su coche a Yeongjong. Jaejoong nos había seguido, hecho polvo por el arranque de furia que había provocado. Había contestado a su hija con unas duras palabras que no causaron ningún efecto positivo, sino todo lo contrario. Si no es por Siwon, que llegó justo a tiempo para sacar a Taeyeon de aquel embrollo, la situación habría terminado en una furia interminable por parte del veneno que Taeyeon desprendía en cada palabra que no medía. A su padre ya no le importaba quién era aquella chica; sus ataques verbales lo habían sacado de sus casillas. Fue un triste final para aquella noche en la ciudad.

No quería regresar a casa por si a Taeyeon se le ocurría volver por allí esa noche.

Dudaba que fuera a hacerlo, sin embargo no quería arriesgarme. Su repugnante presencia al otro lado de la pared me habría recordado con mayor intensidad lo sucedido unas horas atrás. Si existía la más mínima posibilidad de que apareciera por la finca, no me encontraía en medio.

Además, necesitaba la compañía de mi mejor amiga que, al contrario de otros, no estaría esperando a arrinconarme en una esquina para despellejarme viva.

Me encontraba a solas en su acogedora habitación. Sentada sobre el muro de la ventana, mi mirada se perdía en la obscuridad de los bosques que rodeaban su casa. Me ardían los ojos, ya secos después de tanto llorar. Esperaba sin prisa a que ella regresara de la cocina. Se había empeñado en prepararme una tila para calmar mis nervios. No necesitaba ningún remedio casero. No estaba nerviosa, sino absoluta y desesperadamente desilusionada.

—Ya estoy de vuelta —anunció a mis espaldas—. ¿Te encuentras algo mejor?

—No, me siento como un trapo, pero por lo menos ya no me quedan más lágrimas —respondí con voz apagada, acurrucada en la ventana.

Ella me tendió la taza humeante. La acepté por las molestias que se había tomado, aunque lo cierto era que no me apetecía tomar nada. No me sentía con fuerzas ni como para remover el azúcar con la cucharilla.

Jessica se sentó a mi lado.

—Si te digo la verdad, no entiendo absolutamente nada de lo que ha ocurrido esta noche —comentó con tristeza—. ¿Por qué estaba tan drogada? Es una idiota, ha echado a perder todo lo que ha conseguido en estos últimos meses. No puedo dejar de preguntarme qué es lo que la ha empujado a volver a meterse en ese túnel sin salida.

Hablaba con tanta indignación como si la víctima fuera ella. En cierta forma también se sentía traicionada; siempre había sentido una gran estima hacia Taeyeon. A los ojos de Jessica ella había sido hasta aquella misma noche, el ejemplo a seguir por todos los demás miembros.

—Lo más triste es que todo se debe a una gran equivocación —suspiré, dando un sorbo a la infusión—. Todo lo que se ha imaginado sobre mi relación con Jaejoong es absolutamente falso. Si supiera lo que realmente ocurre...

Dije aquello sin pensar en las consecuencias. Jessica, que jamás descuidaba un comentario, frunció el ceño de inmediato.

— ¿A qué te refieres?

— ¿A qué me refiero con qué? —me hice la tonta, tratando de que olvidara el asunto.

—Vamos, no te burles de mí —exigió algo molesta—. ¿Qué es lo que pasa exactamente entre Jaejoong y tú?

Demoré mi respuesta, concediéndome el tiempo necesario para d

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Comments

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SharnLovesTaeNy
#1
Hello! I'm interested in your story but I can't understand it.. Can I have an english version of this? Thank you!
Skyth06
#2
Chapter 43: Es fantástico
nahlot
#3
Chapter 43: Wow, lo leí de principio a fin en unas horas y puedo decir que me gustó mucho, gracias por subir esta adaptación.
roguecr #4
Chapter 43: Esta hermoso . Lo empece a leer y ya no pude parar hasta terminarlo. Me encanto . Gracias por subirlo
Aapark #5
Amazing
Elizabeth14 #6
Chapter 14: Sgjjdjlsdhl sube otro cap por favor
KazKaz18 #7
Chapter 14: 15 y 16?
Skyth06
#8
Chapter 14: Siempre lo dejas en la mejor parte
Pink_gangstah #9
Chapter 12: Que triste D: ya quiero leer que sigue <|3
Skyth06
#10
Chapter 12: Quedó buenísimo uno más xfaa