Capítulo 7

GREED (TaeNy Ver.)
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Mimí y yo hablamos toda la noche y finalmente la convencí para que hiciera las cosas por las buenas, porque de todas formas papá se aseguraría de que así fuera.

Ir voluntariamente al menos la salvaría de que mi papá controlara todos los aspectos de su vida para siempre. Claro que lo haría también, sólo para castigarla.

No confiaba en el hombre antes, pero nunca pensé que fuera capaz de amenazar a SoMin hasta que vi la expresión en sus ojos. Se mostró tan despiadado como de verdad es, estaba dispuesto a acabar con su propia hija para conseguir lo que quería y cualquier sentimiento que sentía por él, por minúsculo que fuera, había sido dejado de lado en el segundo en que él lo había decidido.

Ella no se lo diría a nadie, no quería que sus amigos y compañeros de clase la rechazaran, juzgaran y se burlaran, también. Yo no creía que ella fuese capaz de superar ese tormento. Recordó una compañera suya que estuvo embarazada y por el infierno por el cual tuvo que pasar. Decidió que no iba a pasar por eso.

A la mañana siguiente hacía frío y estaba nublado, el sol aún no salía. Los ruidos de la madrugada transmitían residuos de una noche inusualmente oscura. Abrí la puerta del coche para SoMin, el frío del aire se filtraba profundamente en mis huesos, debido al peso de nuestra decisión, lo que teníamos que hacer pesaba en nuestros corazones.

La tristeza que emanaba de ella me hizo dudar de abrir mi puerta. Habría dado cualquier cosa por no estar sentada en este auto. Tal vez era el hecho de que sabía que la estaban obligando a hacer algo que no quería. Tal vez sentarme cerca de ella me lo recordaba.

De cualquier manera era una imbécil egoísta y lo sabía.

El frío en el aire me hizo temblar. Entré, encendí el motor y la calefacción. Mimí estaba acurrucada sobre sí misma, el cuero crujía bajo ella, era una pequeña bola, su largo cabello rubio estaba recogido en un moño desordenado, sin un rastro de maquillaje en su cara y con sus ojos rojos de tanto llorar toda la noche.

―Estarás bien, Mimí ―le aseguré, mientras conducía por el largo camino desde la casa hasta la calle principal.

Ella se acurrucó con más fuerza, apoyando la cabeza contra la ventana helada, mirando la oscura mañana. Eran las seis de la mañana y estábamos solas en la calle, solo uno que otro auto o algún transeúnte se veía por dónde íbamos pasando, los tubos de escape soplaban aire helado. Era mentira que California tenía 15°C todo el año. En el invierno, de vez en cuando tenemos temperaturas de 10°C o 15°C, la cual no parece baja pero cuando el sol no sale, se siente como si en cualquier momento pudiera nevar y el frío se siente como si pinchara tus dedos.

Esta mañana sentía como que todo mi cuerpo estaba adormecido.

Me dolía el estómago y se me secó la boca cuando nos detuvimos en el estacionamiento de la clínica, había una opaca neblina cubriendo todo. Me estacioné en un espacio cerca de la salida y me bajé envolviendo mi chaqueta más apretada alrededor de mi pecho y caminé hasta la puerta de Mimí. Cuando la abrí ella permaneció sentada allí. Tuve que inclinarme y desabrochar su cinturón.

—Vamos, Mimí, —dije en voz baja, sus ojos fijos hacia la nada con expresión aturdida.

La agarré del brazo con suavidad y la guie fuera del coche. Se recostó en mí y lo trabé con el mando a distancia.

Cuando abrí la puerta de la clínica, se veía por falta de una palabra mejor, usada. Las sillas eran viejas, descoloridas con cojines que tenían imitación de cuero descamándose. Las paredes fueron, una vez, blancas pero les faltaba renovación y estaban teñidas de color amarillo.

Había cuatro personas en la sala de espera, una pareja que estaba sentada contra la pared cerca de la puerta y dos niñas de la misma edad en el extremo opuesto de la habitación.

Me senté en una silla con SoMin en el centro, frente a la pareja, y me acerqué a la ventana. Una mujer mayor de unos cincuenta años deslizó una mampara de cristal.

―Sí ―preguntó, masticando su chicle.

―Uh, teníamos una cita para hoy a las 7 a.m.

―¿Nombre? ―preguntó cogiendo un portapapeles.

―Kim So Min.

A continuación, revisó la lista y agarró otro portapapeles que nos entregó. Tenía una pluma adjunta a la parte superior unido con una cadena.

―Sí, llene esto. Le llamaremos.

Empujó la mampara sin darnos una segunda mirada y me senté al lado de mi hermana.

―Siento que no pudiéramos hacer esto en un hospital, Mimí ―le dije―. El punto de esto es ser discretas para que la gente no se entere. ―Ella asintió―. Se necesita tiempo para que te recuperes antes de que comiencen las clases también.

―Lo sé, Taeyeon ―me dijo con su voz gastada.

La miré entonces notando a

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Comments

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yoonalim__ #1
Chapter 11: El momento Taeny no existe.
yoonalim__ #2
Chapter 10: Oke
yoonalim__ #3
Chapter 9: Wow
yoonalim__ #4
Chapter 8: En realidad esta historia es muy complicada.
yoonalim__ #5
Chapter 7: Hacer lo
yoonalim__ #6
Chapter 6: interesante
yoonalim__ #7
Chapter 5: Ok
yoonalim__ #8
Chapter 4: hasta ahora sigo sin entender esta historia
yoonalim__ #9
Chapter 3: Taeyeon aquí como qué?
yoonalim__ #10
Chapter 2: no entiendo la historia