Capítulo 1

GREED (TaeNy Ver.)
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—Está confirmado. Peter Knight de Evergreen no aprobará la adquisición. Ya sabes qué hacer Taeyeoen. —dijo la serpiente que tengo como padre, ni a dos pasos de llegar a la puerta principal.

—Acabo de llegar de un vuelo de siete horas. ¿No puedes dejarme instalar? ¿Posiblemente decir hola?

Se puso de pie, mirándome, un ligero tic en su mandíbula cuadrada. Se metió las manos en los pantalones de seda italiana. Su cuerpo de un metro ochenta siguió las escaleras hasta el vestíbulo y se detuvo a unos centímetros de mí. Estábamos frente a frente. Aunque yo era mucho más baja, ya no me intimidaba. Sabía que si tenía que hacerlo, podría patearle el culo.

—Hola, Taeyeon —dijo, la sonrisa de una serpiente se extendió a través de su boca antes de caer—. Manos a la obra. No te pago para sentarte. No me importa si son tus vacaciones de Navidad.

Nos quedamos donde estábamos, cada quien esperando a que alguien diera marcha atrás. La tensión era palpable. Al final, su rostro se relajó y comenzó a reír, dando un paso a un lado y cediéndome el paso. Recogí mis cosas y me dirigí a mi habitación, dándome a mí mismo un montón de espacio para pasar sin siquiera tocarlo.

Cuando llegué a la parte inferior de las escaleras, cambié de opinión y tiré mis maletas desde el segundo hasta el último escalón, con la intención de recogerlas después. Estiré mi cuerpo, amando la sensación del tronar de mi espalda, y me dirigí a la cocina.

—¿Dónde diablos crees que vas? —preguntó, todavía de pie en el vestíbulo, mirando cada uno de mis movimientos.

—Si no saludo a mamá y SoMin, pensarán que algo pasa —le dije y seguí.

No respondió, pero sentí su mirada fija ardiendo en la parte trasera de mi cabeza.

Sabía que mi hermana y mamá se encontraban en la cocina porque podía oír sus risas en toda la inmensa monstruosidad moderna que era la casa de mis padres. Mi padre la escogió porque él elegía todo, y mi mamá accedió porque mi madre siempre va de la mano con lo que dice papá.

Mi madre era una mujer hermosa, aunque no se daba cuenta. De hecho, era preciosa, en el interior como en el exterior, pero compartía las características físicas de una mujer de unos cuarenta años que había tenido dos hijos, y por alguna razón, pensaba que eso daba carta blanca a mi padre para engañarla, ser un idiota y salirse con la suya.

Tan pronto como entré en la cocina, mi hermana de diecisiete años de edad, SoMin, o Mimí como yo la llamo, chilló, saltando de su taburete y echando los brazos a mi cuello. Sus ojos ardían con humedad cuando se apartó para mirarme.

—Mi pequeña Mimí —le dije, apretando sus mejillas, frunciendo sus labios.

—Mi Taeng —balbuceó a través de sus labios de pez.

Solté mis manos, la besé en la mejilla, luego la abracé.

—Te extrañé, Mimí.

—También te extrañé, hermana. ¿Qué haces aquí tan pronto? No te esperábamos hasta dentro de dos días.

—Lo sé. Después de que terminé mis exámenes, pensé en darles una sorpresa, decidí que la última celebración del dormitorio no valía la pena.

Las manos de SoMin se reunieron en sus caderas y una ceja se arqueó sobre un ojo gris.

—Estás mintiendo, pero no me importa —dijo, sonriendo.

Mi madre, EunHye, se puso de pie, enderezando su delantal limpio y se alisó el cabello antes de caminar hacia mí.

Mi madre era una ex reina de belleza de Tennessee, todo acento sureño y buenas costumbres. En mis días de juventud, había hecho una gran cantidad de “Sí, señoras” y “¿cómo está usted?” para ser etiquetada como la rarita en mi escuela privada de California. No hace falta decir que perdí mi cortesía heredada a los siete años.

—Mamá —dije, tirando de ella para rodearla en un abrazo.

—Bebé —dijo ella, su sonrisa arrugando las líneas de expresión alrededor de sus ojos. Besó mi mejilla, luego trató de inmediato de limpiar su residuo de lápiz de labios con sus rojos dedos bien cuidados—. Feliz Navidad, cariño.

—Feliz Navidad —le dije.

Se apartó y se unió a SoMin de vuelta en su taburete. Me incliné sobre el mostrador, estudiando su progreso con las galletas de Navidad.

—¿Cómo fueron tus finales? —preguntó mamá, rodando de manera constante la masa con un rodillo sobre el frío mármol enharinado. Los ojos de SoMin siguieron el movimiento también.

—Bien. Los pasé todos. —dije, lanzando un pedazo de masa en mi boca.

—Cha.—Chasqueó la lengua, pero sonrió de todas formas—. Tan descarada, muchacha.

Tenía una especialización en negocios. Me agradaba la idea de ello, sí, sólo no lo disfrutaba. Mi padre escogió mi especialidad. Él pagaba por mi vida, así que yo cumplía, al igual que cumpliría con el “trabajo” que tenía para mí esa noche.

Levanté la cabeza de la tarea de mi madre y me di cuenta de que SoMin se veía un poco verde.

—¿Estás bien, Mimí? —pregunté.

—¿Qué? —preguntó ella, con la mano en la garganta—. Disculpen —dijo, tragando—. No me siento bien. Creo que voy a ir acostarme.

—Adelante, botón de oro —le dijo mamá, sus manos metódicamente trabajando el rodillo.

Observé a una SoMin tambaleante levantarse de su taburete y caminar hasta la puerta, pero cuando llegó a la entrada, se inclinó un poco en la jamba, una mano yendo a su boca.

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yoonalim__ #1
Chapter 11: El momento Taeny no existe.
yoonalim__ #2
Chapter 10: Oke
yoonalim__ #3
Chapter 9: Wow
yoonalim__ #4
Chapter 8: En realidad esta historia es muy complicada.
yoonalim__ #5
Chapter 7: Hacer lo
yoonalim__ #6
Chapter 6: interesante
yoonalim__ #7
Chapter 5: Ok
yoonalim__ #8
Chapter 4: hasta ahora sigo sin entender esta historia
yoonalim__ #9
Chapter 3: Taeyeon aquí como qué?
yoonalim__ #10
Chapter 2: no entiendo la historia