—¡Atención todo el mundo! ¡Atención! —dijo Emmett, poniéndose de pie y haciendo sonar un lado de la cuchara contra su vaso, era un envase de vidrio que sólo había visto a la gente de las películas beber en ello. Levantó las manos para calmar a la ruidosa mesa—. Antes de bendecir los alimentos, me gustaría aprovechar este momento para recibir a las señoritas Kim. —Se volteó hacia nosotros y los demás miraron fijamente en nuestra dirección, haciendo sonrojar a Mimí. Jonah le sonrió con afecto, tratando de tranquilizarla y a la vez poniéndome muy nerviosa—. Estamos todos felices de tenerlas aquí a ambas y deseamos que se sientan muy cómodas. Les damos la bienvenida al rebaño.

—¡Así es! ¡Así se habla! —Se oyeron a unos cuantos por encima de los tintineantes vasos.

Él se sentó y se inclinó hacia nosotras. En voz baja, dijo

—A todos nos han hecho conscientes de que tu seguridad es una prioridad. Ninguno de los aquí presente jamás te expondrá, querida. —El rostro de mi pequeña hermana cayó hacia su regazo, sus ojos se volvieron vidriosos y sus mejillas brillaban de color rojo oscuro. Estaba avergonzada. Emmett la tomó por la barbilla—. Nada de eso, señorita. Lo has hecho bien. Aquí nadie piensa mal de ti. El hecho es que mi Steph es el producto de mi hija de en medio, que en paz descanse su madre, y en la misma forma, no la cambiaríamos por nada en el mundo. —¿La mamá de Steph estaba muerta? Él le echó un vistazo a ella y suspiró profundamente—. Sí, daría cualquier cosa para mantenerla conmigo por siempre. Ella es mi dulce ángel.

—Gracias —dijo SoMin, levantando la cabeza y limpiándose rápidamente por debajo de los ojos.

Steph le guiñó un ojo, una silenciosa declaración de camaradería.

Por respeto, nadie nos hizo ni una sola pregunta acerca de abandonar a nuestros padres. Hicieron muchas preguntas con respecto a nosotras, pero aparte de preguntar cuándo estaría dando a luz SoMin, algo de lo que todavía no éramos conscientes, la conversación se orientó principalmente hacia lo que nos interesaba.

—Ethan —preguntó SoMin después de que los platos de todos estuvieron vacíos—. Si no te importa que te pregunte, ¿de qué tribu eres?

—No me importa. —Sonrió—. Soy de la tribu Echo River. Hemos estado en las Montañas Bitterroot durante más de trescientos años. Mantuvimos las montañas y las montañas nos mantuvieron.

—Fascinante —dijo ella—. Me pregunto cómo sobrevivieron al frío.

—Estamos hechos para este clima. Fuimos hechos para esas montañas.

SoMin sonrió y asintió.

—¿Qué te hizo querer trabajar aquí? —le pregunté a Ethan sin poder evitarlo.

—Mi papá me ayudó a entrar. Él trabaja aquí —respondió. SoMin y yo miramos alrededor—. Él. Justo ahí —Ethan señaló a un gran hombre blanco en el extremo opuesto, una figura solitaria que no se unía a muchas conversaciones pero que parecía bastante agradable, sonriendo de vez en cuando a los demás. Ethan compartía sus ojos y su nariz—. Mi mamá es de Echo River —explicó Ethan.

Asentí.

—¿Dónde está? —le pregunté.

Steph se movió incómodamente. El rostro de Ethan cayó a su plato.

—Ella, eh, murió hace dos años.

—Lo siento mucho —dijo SoMin.

—Está bien. Ella amó y fue amada. La echo de menos, pero sé dónde está.

Él levantó su rostro hacia nosotras una vez más.

—¿Y quiénes son tus padres? —le preguntó SoMin a Jonah.

Los ojos de Jonah se abrieron como si no pudiera creer que ella le hablaba.

—Mi papá es Charles o Chuck como todos lo llaman. Él vive en Butte con mi mamá.

—Genial —respondió ella. Él sonrió ampliamente como un tonto.

—Mi madre era la hermana menor de Chuck por un año —agregó Stephanie, jugueteando con la servilleta—. Sé que nadie lo preguntó, pero pensé que se los diría de todos modos. Su nombre era Sarah. —Ethan le apretó el hombro y ella le guiñó un ojo, haciendo que mi estómago se revolviera.

—Entonces, ¿Cómo es Ailee como compañera de cuarto? —preguntó Jonah.

Francamente, ¿debería mentir?

—Es genial —dije con sinceridad, pero lo dejé así.

—¿No es una jugadora? —Jonah se echó a reír.

—Quizá —eludí.

—Estaría dispuesta a apostar que no hay un “quizás” en ello —dijo Steph, riendo.

—Ella es bastante popular —admití.

Tanto Jonah como Steph se rieron. Ethan sacudió la cabeza.

—¿Qué hay de ti? —me preguntó Jonah—. ¿Tienes un chico allá en casa? ¿En Brown?

Miré fijamente a Steph y sonreí ampliamente.

—Soy más de chicas y no. Mi estado es: Libre como un ave —dije y Steph tragó visiblemente.

Clic.

—Tenemos muchas chicas lindas por aquí —continuó Jonah—. Cada sábado por la noche, salvo durante la temporada de parto, todos vamos a Kalispell. Deberías unirte a nosotros después.

—Apuesto a que algunas de las chicas estarán contentas de ver una cara nueva — intervino Ellie felizmente.

—Me encantaría eso —dije reclinándome un poco y sin dejar de mirar a Steph, pero ella me estaba ignorando.

Clic.

—¿Eres buena en un caballo, hija? —preguntó Emmett, cambiando de tema.

Me tomó un tiempo apartar la mirada de Steph.

—Sí, señor —respondí—. Solía jugar al polo en la escuela preparatoria. — La mitad de la mesa se echó a reír—. ¿Qué? —pregunté, un poco ofendida.

—No es lo mismo —dijo Ethan.

Me incliné un poco hacia él, insegura de por qué estaba dejando que me afectara, por lo general estaba bien instruida en tener el control.

—Apuesto a que soy un poco mejor de lo que piensas.

Él asintió como si no me creyera. Vamos, amigo.

—Bueno, supongo que entonces tendremos que verlo —añadió él.

—Tienes buenos brazos y hombros —dijo Ellie evaluándome—. Serás útil en la venidera temporada de parto y eso está a la vuelta de la esquina.

Flexioné exageradamente mis músculos, imitando a un fisicoculturista fallando chistosamente en el intento y haciendo reír a Ellie.

—Señáleme la dirección más cercana de su vaca—bromeé.

Ella golpeó la mesa y realmente sonrió con fuerza.

—¡Muchacha, eres demasiado tierna!

—Gracias —dije, con mis mejillas sintiéndose particularmente cálidas.

Alguien entró en la sala, otro joven ranchero, pero parecía sin aliento.

—Emmett, tenemos una novilla en trabajo de parto y ella está teniendo algunos problemas.

—¡Qué demonios! —exclamó Emmett—. ¡Tiene dos semanas de adelanto!

Se puso de pie y Steph lo siguió.

—Yo me encargo, Pop Pop —le dijo ella.

Él asintió y volvió a sentarse, levantando el muslo de pollo que todavía se estaba comiendo, sin pensar en su oferta.

Ella avanzó por la habitación con su abrigo y botas, además de Eugie quien le pisaba los talones. ¿Van a dejar que esta diminuta chica asista el parto de un becerro por sí misma? Me levanté de un salto y los ojos de todos se volvieron hacia mí. SoMin me miró de forma extraña. Me quedé allí un buen rato, debatiendo si debía correr tras ella como una idiota.

—¿Te gustaría ir? —me preguntó Ellie, salvándome.

—¿Es eso demasiado extraño? —pregunté.

—Para nada. No pensé que serías capaz de ver esto por un tiempo, pero el rancho es voluble y la novilla tenía ideas diferentes. Ve.

Seguí a Steph pero no antes de notar el ceño fruncido de Ethan. Él estaba comprendiéndolo, pero a mí no me importaba.

Agarré mi abrigo, mis