Taeyeon  a propósito había ido a la tienda durante la comida, con la esperanza de que Tiffany  estuviera fuera.

 

Y lo estaba.

 

Nana le dio la bienvenida con una sonrisa y la hizo entrar.

 

—Me temo que Tiffany  está en el parque—se disculpó Sue.

 

—Está bien. Salí corriendo por una cerveza—dijo Taeyeon  y agarró dos paquetes de seis unidades de la estantería. Miró a su alrededor—Por casualidad no tendrá cualquier tofu ¿verdad?

 

— ¿Cable de qué?

 

—No importa—dijo Taeyeon  y se echó a reír. Escogió algunas verduras frescas y compró algunas bolsas más de pasta—Esto me servirá—dijo Taeyeon.

 

—Tiffany  se sentirá decepcionada por no verte—dijo Nana— ¿Por qué no vienes a cenar nuevamente?

 

—Oh Bora, gracias, pero no quiero molestarte con mi dieta—dijo Taeyeon.

 

—No es problema—dijo Nana cuadrando en su cerebro cualquier cosa que pudiera cocinar sin carne.

 

—De verdad agradezco la oferta—dijo Taeyeon, dejando escapar un suspiro de alivio.

 

Sin embargo fue por poco tiempo.

 

La campana en la puerta sonó y se dio la vuelta encontrándose con los ojos cafés  al final de la habitación.

 

—Sabía que era tu Land Cruiser afuera—dijo Tiffany.

 

—Cerveza—dijo Taeyeon  y le entregó un billete a Nana.

 

— ¿Has estado trabajando?—preguntó Tiffany.

 

—Sí. He estado avanzando.

 

Se quedaron mirando la una a la otra, Taeyeon no se dio cuenta que Nana estaba tratando de darle el cambio.

 

—Lo siento—murmuró y le tendió la mano—Bueno, mejor me voy. Ya nos veremos—dijo Taeyeon.

 

Casi había escapado por la puerta cuando Tiffany la llamó.

 

— ¿TaeYeon?

 

— ¿Hmmm?—se dio la vuelta y Tiffany se acercó a ella.

 

— ¿Vienes a cenar?

 

—Creo que Bora  se quedó sin platos de verduras—dijo en voz baja.

 

Tiffany  sonrió.

 

—Ven temprano. Hay un sendero en el parque que quiero mostrarte—dijo Tiffany—Y no te preocupes. Haremos algo con arroz—agregó.

 

Los ojos de TaeYeon permanecieron en los de Tiffany por un momento y luego asintió.

 

—Está bien. Pero nada que te cause problemas.

 

—Ven cerca de las seis.

 

Taeyeon  asintió nuevamente, sabiendo que era una tonta por aceptar.

 

Cuanto menos tiempo pasara en compañía de Tiffany, mejor.

 

¿Qué había en esta mujer?

 

Sus ojos cafés se mantuvieron fijos en TaeYeon y ella sonrió débilmente.

 

Tiffany  la vio retroceder hasta que Taeyeon estuvo fuera de su vista y suspiró.

 

¿Por qué había insistido con la cena?

 

Sabía que estaba jugando con fuego, pero eso poco importaba ya.

 

Tiffany  estaba cortando verduras para su sofrito cuando Taeyeon  llamó a la puerta.

 

—Ve. Yo puedo terminar—dijo Nana y la despidió con un gesto—Pero esperaré por ti para que cocines. No estoy realmente segura de lo que estás tratando de hacer aquí.

 

—Tampoco estoy muy segura, Nana.

 

Se secó las manos con una toalla antes de abrir la puerta. Taeyeon  había cambiado sus pantalones cortos por vaqueros y su camiseta estaba metida con esmero.

 

Los ojos de Tiffany  viajaron lentamente hacia arriba, deteniéndose sólo cuando los ojos oscuros se encontraron con los de ella.

 

Dejó escapar un respiró nervioso mientras miraba fijamente a la mujer más baja.

 

Taeyeon  levantó una botella de vino.

 

—No quise venir nuevamente con las manos vacías.

 

Tiffany  se sacudió finalmente a sí misma, dando un paso atrás.

 

—Gracias. Permíteme dárselo a Nana, entonces podremos ir al parque.

 

Taeyeon  la miró, sus ojos la siguieron mientras se alejaba.

 

Tiffany  estaba consciente de los ojos de Taeyeon  quemándola y tuvo que hacer un esfuerzo para seguir caminando. Y cuando se sentó de manera segura en el vehículo de Taeyeon, no fue capaz de relajarse.

 

Era consciente de la cercanía de Taeyeon  como nunca antes y se negó a mirarla mientras conducía.

 

Cerró sus ojos por un momento.

 

¡No me siento atraída por ella!

 

No de esa manera.

 

Cuando se estacionaron, permanecieron sentadas durante unos segundos, sus ojos miraron por todas partes excepto la una a la otra.

 

Finalmente Tiffany  abrió la puerta y Taeyeon  hizo lo mismo.

 

—El sendero va hacia el riachuelo—dijo Tiffany  y caminaron en silencio, más allá de la mesa de picnic donde habían compartido el almuerzo.

 

— ¿Tiff?

 

Tiffany definitivamente no sintió nada cuando Taeyeon  le había dicho “Tiff”.

 

Claro que no.

 

— ¿Qué?

 

—Estás muy callada ¿Está todo bien?—preguntó Taeyeon.

 

—Sí, por supuesto. Sólo quería que vieras el riachuelo—esbozó una sonrisa débil.

 

Mientras los ojos de Taeyeon   se fijaban en los de ella y finalmente desvió la mirada, con miedo.

 

—No sé nada acerca de los colores. Probablemente está demasiado oscuro en el bosque—dijo Tiffany continuando.

 

Siguieron la caminata y las sombras se prolongaron mientras seguían hacia el pequeño arroyo.

 

Tiffany  parecía nerviosa y Taeyeon  se preguntaba por qué.

 

¿Tenía miedo de estar a solas con ella?

 

No.

 

Tiffany  había sido quien había sugerido la caminata, no Taeyeon.

 

Tiffany  trató de mantener su respiración uniforme y constante mientras caminaba, pero la cercanía de esta mujer causaba estragos en su sistema.

 

La caminata había sido un error, ahora se daba cuenta de eso.

 

Simplemente había querido pasar tiempo a solas con ella, sin Nana.

 

Tiempo para hablar.

 

Pero habían hablado muy poco.

 

En cambio, sus miradas se habían encontrado una y otra vez.

 

La mano de Taeyeon en su brazo la detuvo y miró hacia arriba.

 

—En la tela de araña—dijo Taeyeon  suavemente e hizo un gesto con su mano.

 

Una mariposa había sido atrapada en la tela, sus patas habían sido capturadas, pero seguía luchando para escapar.

 

—Vamos a salvarla—dijo Tiffany  y se dispuso a hacerlo.

 

Taeyeon  se lo impidió.

 

—Probablemente es la cena. Y el desayuno—dijo Taeyeon.

 

—Pero es muy hermosa para dejarla—dijo Tiffany  con sus ojos entristecidos ante la idea de que la hermosa mariposa pudiera convertirse en la cena de una araña.

 

Taeyeon  estuvo de acuerdo y se estiró para desenredar a la mariposa, tratando de no molestar la tela.

 

La mariposa revoloteó alrededor del dedo de Taeyeon  y ella la liberó de la tela suavemente.

 

—Oh—Tiffany  respiró—Déjame ver—tomó la mano de Taeyeon y la llevó hacia ella, la mariposa todavía se aferraba al dedo de Taeyeon.

 

Mientras observaban, la mariposa se alejó volando hacia los árboles sin una segunda mirada a sus rescatadoras.

 

Taeyeon bajó la mano con los dedos de Tiffany  aún entrelazados con los de ella.

 

Permanecieron ahí por segundos… minutos antes que sus manos finalmente se separaran.

 

Tiffany  era consciente de los latidos de su corazón, latían en sus oídos y obligó a sus ojos a alejarse de los de Taeyeon.

 

¿Por qué esta mujer le afectaba?

 

Esta mujer.

 

Desde que Tiffany  había puesto los ojos en ella, su mente y su cuerpo habían hecho mil preguntas.

 

Preguntas que se esforzaba por responder.

 

—Vamos—dijo Taeyeon en un susurro y continuó por el sendero.

 

Tiffany  la miraba, sus pies firmemente plantados. Taeyeon  lucía como en casa en sus vaqueros y botas de montaña.

 

Cómoda.

 

Vaqueros flojos que se ceñían en su parte trasera, balanceándose suavemente.

 

Taeyeon  caminó y Tiffany  descubrió que no podía alejar sus ojos de la coreana.

 

— ¿Vienes?—la llamó Taeyeon  rompiendo el trance auto-inducido de Tiffany.

 

Bueno, no totalmente auto-inducido.

 

La mujer en vaqueros tenía algo que ver con eso.

 

Tiffany  finalmente se movió, caminando a paso rápido para alcanzarla y continuaron a lo largo del camino en silencio, ambas hurgando en sus pensamientos, buscando algo seguro que decir.

 

— ¿Es demasiado oscuro aquí?—preguntó Tiffany  finalmente.

 

—Es agradable. Bonito—se detuvo donde las rocas habían caído formando pequeños rápidos en el arroyo—Debe ser muy agradable en la noche, con la luna sobre nuestras cabezas—dijo Taeyeon  con suavidad—Los árboles harían sombras perfectas en el agua.

 

Tiffany  no estaba mirando el agua.

 

Estaba observando a Taeyeon, veía como su pecho subía y bajaba con cada respiración. Bajó su mirada, fijándola en la suave curva de los senos de Taeyeon.

 

No llevaba sujetador.

 

Sus ojos se encontraron con los pezones de Taeyeon  que estaban tensos en contra de su camiseta y cuando se dio cuenta que estaba mirando fijamente, apartó los ojos, cerró los párpados por un breve momento y respiró profundamente, disfrutando el olor del bosque y tratando de recobrar sus sentidos.

 

¿Qué estás haciendo?

 

—Pensé que te gustaría—logró decir Tiffany  finalmente.

 

—Me gusta. Es muy hermoso—dijo Taeyeon  en voz baja, pero sus ojos estaban fijos en Tiffany, no en el arroyo.

 

—Nana estará esperando que comience con la cena—dijo Tiffany pero no hizo ademán de irse, consciente que Taeyeon  la estaba mirando.

 

Mantuvo sus ojos pegados al riachuelo.

 

—Sí—murmuró Taeyeon—Debemos irnos. Gracias por mostrarme esto. Puedo apreciar hermosos lugares como este sin tener que pintarlos.

 

Tiffany  levantó la mirada y dejó que sus ojos se encontraran con los de Taeyeon  por un momento, luego se volteó y dirigió la marcha de regreso.