taeyeon estaba sentada en el porche, fumando como lo había estado haciendo la mayor parte del día.

No podía pintar.

No podía hacer nada.

Había hecho un largo paseo por la mañana, tratando de sacar a tiffany de sus pensamientos.

No sirvió de nada.

Ella había estado con ella todo el día y reconoció el deseo que aún mojaba sus regiones inferiores.

Juró que no volvería a ver a tiffany nuevamente.

Al menos, no a solas.

Ayer por la noche, había estado tan cerca de perderse a sí misma en la suave boca de tiffany.

Había querido tocarla.

Había querido tirarla sobre el suelo del bosque y hacer el amor con ella.

Sólo los asustados ojos de tiffany le detuvieron de tomar lo que quería.

Y, por supuesto, tiffany no había tenido ni idea de lo cerca que había estado.

taeyeon  la deseaba con una pasión que incluso le sorprendía a ella.

El cuerpo de tiffany era suave, había estado rendido y dispuesto para ella.

El cuerpo de tiffany había rogado por sus caricias y probablemente ni siquiera ella misma lo sabía.

Sólo la mirada en sus ojos había detenido a taeyeon.

Y luego se había enojado.

Enojado de que tiffany  tuviera miedo.

Enojado por quererla.

Enojado porque tiffany  había hecho que la deseara.

—Jesús ¿Ella es hetero o qué?

Sí.

Por supuesto que lo era.

Sólo había sentido curiosidad.

Experimentar, tal vez.

El o no era grandioso con Siwon, o así lo había insinuado.

Tal vez sólo estaba tratando de averiguar cómo se sentía ser besada por una mujer.

Bueno, taeyeon  no quería nada de eso.

Estaba malditamente demasiado vieja para meterse en ese tipo de juegos.

No lo necesitaba.

Tenía que trabajar.

Saldría a dibujar, cada mañana y todas las noches, hasta que tuviera suficientes ideas para plasmarlas en el lienzo y saldría de este infierno y regresaría a los angeles.

Donde estaría a salvo, agregó ella.