capitulo 4
la luna de taeyeonTaeyeon se situó en el borde del estacionamiento del lago, vestida con sus habituales pantalones cortos y una camiseta, su block de dibujo sin abrir todavía metido bajo su brazo.
—Bueno, creo que he encontrado el lugar candente de la zona—murmuró ella.
Los turistas se agrupaban en casi todos los espacios disponibles con carpas multicolores punteando la orilla y el lago en sí estaba prácticamente lleno de botes.
Todavía podía dibujarlo, supuso ella, pero ahora estaba demasiado distraída por todo el desorden.
Dejó escapar un profundo suspiro, pensando que debió haberle preguntado más a Bora sobre el lago la noche anterior y ahorrarse así un viaje esta mañana.
Regresó a su Land Cruiser y se sentó con la puerta abierta y el mapa extendido a través del volante.
Pensó que no tenía que ser el lago.
Había tantos lagos pequeños metidos en las montañas que odiaría perder alguna oportunidad de capturar alguno con la luz perfecta.
Sin pensarlo, buscó sus cigarrillos.
Siempre podría pasar por la tienda y ver si Tiffany podría recomendarle alguno.
Tal vez también estaría dispuesta a enseñarle los alrededores.
Levantó la vista y se encontró con una expresión divertida en el espejo.
—No juegues con los lugareños, Taeyeon.
Dobló el mapa y regresó, deteniéndose sólo una vez cuando se encontró con un camino de tierra muy pequeño que conducía hacia el bosque.
El trayecto terminaba abruptamente en un pequeño claro y un interesante arroyo fluía rápidamente alrededor de las rocas antes de desaparecer entre los árboles.
Observó por un momento, preguntándose si el claro sería suficiente para capturar la salida del sol.
No estaba demasiado lejos.
Tal vez podría comprobarlo una mañana.
Sacó su libreta y garabateó la dirección y luego giró la camioneta.
Cuando se acercó a la ciudad, desaceleró al acercarse al almacén general, gratamente sorprendida al ver a Tiffany andando por el camino.
Se detuvo y levantó una mano en señal de saludo y Tiffany se acercó sin vacilar.
—Hola ¿Cómo estuvo el lago?—preguntó Tiffany.
Se inclinó por la ventana abierta y Taeyeon se encontró brevemente con los ojos cafés antes de alejar su mirada.
—Repleto de gente ¿A dónde te diriges?—preguntó Taeyeon.
—Al parque, voy a almorzar.
— ¿Al parque?
—Bajando por el camino de tierra ahí—dijo Tiffany señalándolo— ¿Has comido?
—No.
— ¿Quieres venir conmigo?—preguntó Tiffany—Puedo darte mi manzana—ofreció la castaña.
Taeyeon golpeteó el volante con sus pulgares y su boca se torció en una leve sonrisa.
¿Por qué no?
—Está bien. Sube.
Tiffany guio el camino hacia su mesa de picnic de costumbre y Taeyeon la siguió, sus ojos seguían los gráciles movimientos de Tiffany y recordó esas mismas piernas apareciendo furtivamente por debajo de su bata la noche anterior.
Ahora, estaban cubiertas por unos vaqueros desteñidos.
Cuando Tiffany se giró, Taeyeon rápidamente encubrió sus ojos y miró hacia otro lado.
—Esta es el área de picnic del bosque nacional, pero todos en el pueblo simplemente se refieren a ella como El Parque—dijo Tiffany y se deslizó en el banco.
—Es tranquilo aquí—dijo Taeyeon.
Miró a su alrededor encontrando sólo unas pocas mesas ocupadas, la mayoría con familias instando a los niños a comer antes de regresar a la zona de juegos.
—Sí. Por lo general—Tiffany desenvolvió su sándwich y lanzó una manzana a Taeyeon—Lo siento, pero es todo lo que tengo.
—Está bien. De todos modos normalmente olvido comer el almuerzo.
Taeyeon frotó la manzana en su camisa, haciéndola brillar y luego le dio un enorme bocado, sintiendo como el jugo se deslizaba por su barbilla.
Tiffany mordió su propio sándwich, luego alzó la vista y vio como Taeyeon lamía el jugo de la manzana que estaba en sus labios.
Tiffany se sintió casi hipnotizada por la visión de la lengua de Taeyeon humedeciendo sus labios y dejó de masticar y observó.
— ¿Qué?—preguntó Taeyeon sintiendo la mirada de Tiffany en ella.
— ¿Hmmm?
Tiffany levantó la vista hacia los ojos oscuros de Taeyeon y frunció el ceño, luego mordió su sándwich nuevamente.
La boca de Taeyeon se movió en una sonrisa lenta, entonces la hizo desaparecer.
No juegues con los lugareños, se recordó a sí misma nuevamente.
Pero había algo en la mujer de ojos cafés que la intrigaba.
—Entonces ¿qué estás haciendo aquí, realmente?—preguntó Taeyeon, esperando que fuera una pregunta segura.
Tiffany sonrió.
¿Debería darle el discurso practicado para todo el mundo o debería decirle la verdad a esta extraña?
Se encogió de hombros, optando por su discurso.
—Cuando mi abuelo murió, pensé que Nana necesitaría a alguien para cuidar de ella, así que usé la herencia que me dejó mi mamá, compré la tienda y me mudé—se encogió de hombros nuevamente y colocó su cabello detrás de las orejas—Me mudé aquí en octubre.
Taeyeon apoyó los codos sobre la mesa y miró los ojos de Tiffany con una sonrisa.
—Lo tienes bien ensayado ¿no?
Tiffany también sonrió.
— ¿Es tan obvio?
Taeyeon asintió.
— ¿Y siwon?
—Oh, soy tan cobarde cuando se trata de él. Él es realmente un hombre dulce, sólo quiere casarse y yo sigo aplazándolo—dejó escapar un profundo suspiro y alzó la vista hacia los árboles—Él se estaba poniendo cada vez más inquieto…exigente.
— ¿No acepta un no por respuesta?—preguntó Taeyeon.
—Quiero decir, él quería tres hijos, una casa en los suburbios, todos los nueve metros. Yo no estaba lista—dijo Tiffany. Luego, casi para sí misma—No estaba segura.
—Tal vez no lo amas—dijo Taeyeon leyendo sus pensamientos.
Tiffany no había sido capaz de decirse eso a sí misma.
Después de cuatro años, sin duda lo amaba.
Pero faltaba algo y sentía que se solucionaría si seguía adelante y se casaba con él.
—Tal vez no lo amo lo suficiente—se permitió decir—Tal vez he leído demasiado romanticismo en los libros—se inclinó hacia delante y dijo suavemente—Quiero decir, quiero esa pasión, ese deseo ardiente por alguien que te vuelve loca cuando no estás con él y aún más loca cuando lo estás ¿Sabes a que me refiero?
—Eres una romántica—declaró Taeyeon.
—Tal vez sea así. Tal vez no hay tal cosa como esa clase de amor—Tiffany se encontró con sus ojos durante un momento— ¿Alguna vez has tenido eso?
Taeyeon miró más allá de Tiffany, hacia los árboles.
—No, nunca—dijo en voz baja.
Una vez pensó que lo había encontrado, pero había renunciado en buscar cuando jessica la abandonó un invierno.
Había estado tan involucrada con su pintura que pasaron dos días antes de darse cuenta que jessica se había ido.
Puso a un lado sus pensamientos regresándolos a su memoria y forzó una sonreír.
—Pero ya no lo estoy esperando realmente.
Tiffany no había pasado por alto el dolor que había cruzado brevemente el rostro de taeyeon antes que lo escondiera, pero no quiso presionar.
Sólo eran unas extrañas.
No desnudas tu alma a extraños.
—Entonces ¿qué hacías en los ángeles?—preguntó Taeyeon, en busca de un tema más seguro.
—Estaba en la mercadotecnia. Diseñaba anuncios. Ahí fue donde conocí a siwon—dijo Tiffany—Trabajamos para la misma empresa.
— ¿Así que dejas tu trabajo y te mudas aquí para cuidar de Seúl?—Taeyeon sonrió— ¿Y siwon no tenía idea de que estabas huyendo?
—Oh, él tenía una idea—Tiffany rio—Dijo que me daría seis meses para correr, entonces vendría a buscarme.
— ¿Y?
—Y han pasado ocho y él vendrá este verano—Tiffany se enderezó y trató de imitar su tono de voz—Tiffany, no tiene sentido. Nos amamos, es natural que nos casemos.
— ¿Alguna vez has probado el enfoque directo? ¿Déjame en paz, te llamo si te quiero?
Tiffany rio.
—No. La verdad es que no quiero hacerle daño. Él no ha hecho nada malo.
—Tal vez sales con él, por si acaso—dijo Taeyeon.
— ¿Por si acaso qué?—Tiffany preguntó bruscamente.
—En caso que no venga algo mejor. Al menos todavía lo tendrás—dijo Taeyeon.
Tiffany negó con la cabeza.
—No. No me gustaría pensar que eso es lo que estoy haciendo.
Se preguntaba si de hecho Taeyeon tenía razón.
Sus ojos se encontraron sobre la mesa por un instante y Taeyeon vio un destello de ira en los ojos de la joven, desafiándola a decir más.
Taeyeon miró hacia otro lado, pero le ofreció una sonrisa.
—Te he molestado. Lo siento.
—No. Tal vez acertaste a la verdad y no me gusta—Tiffany se puso de pie y echó la bolsa en la basura—Quizás simplemente estoy saliendo con él por esa razón. Eso apestaría, pero puede ser verdad.
—Bueno, no es asunto mío, de todos modos—dijo Taeyeon y se levantó lanzando un tiro perfecto hacia el bote de la basura, su manzana desapareció en la papelera.
Regresaron en silencio y cuando Tiffany salió del vehículo rodeó hacia la puerta del conductor y se inclinó.
—No estoy enojada contigo Taeyeon. Es solo que no había tenido oportunidad de hablar sobre esto con nadie. Mis amigos… todos piensan que siwon es un hombre maravilloso y que estoy loca por no casarme con él. Nana quiere bisnietos y que no me convierta en una solterona—dijo Tiffany suavemente—Supongo que tal vez me hiciste ver las cosas de manera diferente. Y la verdad a veces duele—dijo tranquilamente, conectando nuevamente sus ojos con los oscuros.
Taeyeon se encogió de hombros.
—Una vez más, lo siento. No es asunto mío—levantó una mano cuando Tiffany dio un paso atrás—Gracias por el almuerzo. Te veré por ahí—dijo Taeyeon.
Tiffany asintió y observó mientras Taeyeon se alejaba.
A través de la ventana trasera, vio la luz de un cigarrillo y pensó nuevamente que nunca había conocido a una mujer como Taeyeon anteriormente.
Fuerte, independiente, sola y aparentemente feliz.
Pero recordó el dolor que había visto brevemente en su rostro, antes que Taeyeon lo escondiera.
¿Se preguntaba quién había causado dolor a esta mujer?
Taeyeon saboreó su cigarrillo, su tercero del día… mientras conducía lentamente hacia su cabaña.
Debería trabajar, pensó ella, pero se sentía inquieta.
Agarró una cerveza, una de las seis que había traído con ella y caminó en el bosque hasta la línea de propiedad.
La vieja valla necesitaba ser reparada y se arrastró a través de ella con facilidad adentrándose aún más en el bosque.
Caminó sin rumbo, dejando que su mente divagara.
Se dio cuenta que no había pensado en jessica en mucho tiempo.
Taeyeon apenas había cumplido 30 años cuando jessica se fue.
Su trabajo apenas se estaba haciendo popular y sus pinturas tenían mayor demanda y había estado muy ocupada.
Demasiado ocupada para darse cuenta que estaba descuidando a jessica y todo lo demás en su vida.
Se habían conocido cuando ella tenía 24 años; Taeyeon, una niña rica malcriada pretendiendo ser una artista y jessica, apenas saliendo de la universidad y tratando de conseguir un trabajo en una empresa que la sacaría de la lamentable casa de sus padres en Tacoma.
Jessica había quedado impresionada con la casa de Taeyeon en Bainbridge Island y se impresionó aún más cuando se enteró que los padres de Taeyeon se la habían dado como regalo.
Taeyeon le había conseguido a jessica un trabajo en la compañía de su papá y se habían asentado en sus vidas con facilidad.
Y había sido divertido, sobre todo al principio.
Taeyeon no tenía preocupaciones.
Vendía pocas pinturas aquí y allá y aceptaba la asignación mensual de sus padres sin culpa. Pero mientras más exitosa se volvía, más le consumía la necesidad de hacer un nombre por sí misma, de ser una artista exitosa.
Eso había hecho mella en su relación.
Sus interminables viajes durante los veranos, las interminables horas de pintura durante los inviernos, habían sido su perdición.
Y jessica simplemente desapareció un día de su vida.
Cuando Taeyeon se dio cuenta de lo que había pasado, ya era demasiado tarde para salvar la situación. Jessica había conocido a alguien más y Taeyeon había tenido que dejarla ir.
No había habido nadie desde entonces.
Oh, un montón de mujeres habían compartido su cama, pero ninguna se había metido en su corazón.
No que no lo hubieran intentado.
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