Tiffany  durmió desnuda por primera vez en años, su cuerpo anhelaba el toque de alguien.

 

El toque de TaeYeon.

 

Yació quieta, con los brazos firmemente en sus costados, mientras su mente corría, los recuerdos de los labios de TaeYeon todavía estaban frescos.

 

Cerró los ojos, su cuerpo estaba en llamas.

 

Antes de darse cuenta, sus manos se movieron hacia sus pechos, tocando suavemente sus pezones erectos, sintiendo como su estómago se revolvía por el deseo.

 

Su respiración se aceleró al imaginar las manos de TaeYeon  sobre ella, tocando sólo debajo de sus pechos.

 

— ¿Y también tienes curiosidad de saber cómo se siente si toca tus pechos?

 

Dios, sí.

 

Y TaeYeon lo sabía ¿no es así?

 

Su mano se movió más abajo, a través de su vientre y tocó su vello suave, imaginando las manos de TaeYeon ahí. Sus piernas se abrieron y se tocó a sí misma, gimiendo suavemente por la humedad que encontró.

 

Sus caderas se movieron fuera de la cama, encontrándose con su mano… la mano de TaeYeon  y su pulso latió en sus sienes mientras se acariciaba a sí misma, llevándose más cerca al o.

 

—No—gritó ella y apartó la mano.

 

No lo haría.

 

— ¿Qué estoy haciendo?

 

Dios, era a TaeYeon  a quien quería.

 

Rodó sobre su estómago, su cuerpo todavía temblando por el anhelo.

 

TaeYeon.

 

Deseaba a TaeYeon.

 

La verdad de sus pensamientos la asustaron de muerte.

 

Deseaba a una mujer.

 

Deseaba a TaeYeon.

 

Y estaba asustada.

 

Se quedó dormida.

 

Nana estaba golpeando con impaciencia a su puerta para preguntarle si se encontraba bien y Tiffany se obligó a salir de su sueño, un sueño maravilloso y se volteó, sus ojos tratando de centrarse en la puerta que se abría lentamente.

 

— ¿Tiff?—la voz de Nana sonaba preocupada.

 

—Lo siento ¿Qué hora es?—preguntó con voz ronca por el sueño y el deseo.

 

—Casi las 7 ¿Quieres que yo abra?

 

Tiffany  casi se sentó, luego se acordó de su desnudez y se dejó caer nuevamente bajo las sabanas.

 

— ¿Te importaría? Estaré ahí en unos pocos minutos.

 

— ¿Estás enferma?

 

—No, tuve problemas para conciliar el sueño es todo—dijo Tiffany.

 

—Te ha estado pasando mucho últimamente—dijo Nana.

 

—Estoy bien, Nana.

 

Nana la observó un momento más, luego sonrió y le dijo que se apurara.

 

Tiffany  esperó hasta que cerró la puerta antes de ponerse de pie y se cubrió con la bata, sus pechos, su cuerpo seguían sufriendo por el toque de TaeYeon.

 

Empujó su cabello, metiéndolo detrás de las orejas y frotó su rostro, tratando de despertarse.

 

Su cuerpo se sentía como plomo y trató de apresurarse para llegar a la ducha, permaneció de pie por momentos interminables bajo el chorro caliente, reviviendo la noche anterior, recordando la boca cálida de TaeYeon en la de ella.

 

Recordando la búsqueda ansiosa de su propia boca.

 

Y lo natural que se sentía.

 

—Dios, me estoy volviendo loca—murmuró Tiffany.

 

Tal vez tenía que llamar a Siwon.

 

Tal vez sólo necesitaba estar con él.

 

Había pasado mucho tiempo, demasiado tiempo realmente.

 

No era normal pasar tanto tiempo sin o.

 

Eso era todo, sin duda, pensó ella.

 

¿Por qué si no tendría estos pensamientos insanos sobre otra mujer?

 

 

En la tienda, permaneció de pie con indiferencia detrás del mostrador, el bolígrafo suspendido sobre la lista del inventario, sus ojos mirando fijamente a través de ella.

 

Sin ser consciente, vio a TaeYeon, vio como las dos se abrazaban; pechos, caderas presionados juntos, labios buscándose con anhelo, lenguas en duelo.

 

— ¿Tiff?

 

— ¿Qué?

 

—Has estado trabajando en esa lista la última hora—Nana se acercó y miró por encima del hombro— ¡Sigues estando en la primera página!

 

—Lo siento. Parece que no puedo concentrarme—murmuró Tiffany.

 

— ¿Quieres que la haga yo?

 

—No, Nana. Lo siento—dijo Tiffany—Yo lo haré.

 

—Cierran a las cinco—le recordó Bora.

 

—Lo sé.

 

Nana se alejó y Tiffany obligó a sus ojos a volver a la página, marcando los elementos que necesitaban para ordenarlos.

 

Cerró los ojos varias veces, tratando de bloquear las imágenes de TaeYeon que seguían viniendo a ella y con firmeza las sacó de su mente, en su lugar se obligó a recordar a siwon e imaginó que lo besaba, que lo deseaba.

 

Pero no era Siwon quien tenía su cuerpo temblando de necesidad.

 

 

Más tarde, cuando la campana sonó en la puerta, miró hacia arriba temiendo que fuera TaeYeon, pero dos mujeres entraron.

 

Eran nicol y Kimberly.

 

Tiffany  las observó y sonrió ligeramente cuando sus ojos se encontraron.

 

Ellas eran amantes y todo estaba bien, nadie les decía nada.

 

¡Dios, nada pasaba por que eran lesbianas!

 

¿Por qué incluso pensaba en eso?

 

Nunca antes le había ocurrido.

 

Pero las miró, notó las miradas familiares que compartían y supo al instante que eran felices.

 

Si hasta hijos tenían.

 

De repente, TaeYeon  apareció ante sus ojos; la boca de TaeYeon  mientras se inclinaba hacia Tiffany; la lengua de TaeYeon entrando en su boca, saboreando cada centímetro de ella.

 

Las manos de TaeYeon, mientras descansaban muy cerca del borde de sus pechos.

 

Tiffany había deseado que los tocara.

 

Lo deseaba ahora.

 

Podía sentir como sus pezones se endurecían ante la idea, anhelaba el toque de TaeYeon.

 

Su estómago se revolvió cuando vio las manos de taeyeon  moviéndose sobre sus pechos, ahuecándolos, llevándolos a la boca que esperaba.

 

tiffany era consciente del dolor entre sus piernas y supo que también quería las manos de taeyeon  ahí.

 

Oh, Dios… Deseo a una mujer.

 

—¿tiff?

 

—¿Hmmm?

 

Su mente trataba de concentrarse, pero lo único que veía era a taeyeon.

 

—¡tiff!—dijo Nana nuevamente y tocó su brazo.

 

—Lo siento ¿Qué?

 

—Estás a un millar de kilómetros de distancia. kimberly y nico están interesadas en la pesca y les conté que tú y tu abuelo solían ir todo el tiempo. Diles cómo encontrar uno de los lagos que iban ustedes.

 

tiffany  levantó la vista y vio que la rubia y la morena la miraban y se sonrojó, temiendo que sus pensamientos estuviesen expuestos.

 

—¿Saben a qué lago ir?—se las arregló en decir.

 

—Estamos acampando en Mill Creek con las niñas, pero la pesca no es muy buena ahí, ya sabes, a Bárbara y Charlie le gustan los peces y la pequeña Kitty no se queda atrás… aunque no pueda ni mantenerse en pie sin caerse—dijo kimberly.

 

—No. Nunca lo ha sido—tiffany sonrió—Hay un buen punto de pesca, pero si alguien pregunta cómo lo encontraron, no se atrevan a mencionar mi nombre y las niñas se divertirán, es un lugar seguro para niños.

 

Les dijo cómo llegar a Battle Canyon Creek y al lago escondido, el que taeyeon había esbozado.

 

 

 

 

—tiff, estoy preocupada por ti—dijo Nana—¿Por qué no te vas a casa temprano?

 

—Tú abriste. No puedo dejar que cierres también.

 

—No seas tonta.sooyoung  está aquí ¿Por qué no terminas por hoy y luego vas a casa? Duerme un poco.

 

tiffany  asintió, sabiendo muy bien que si salía de la tienda no iría a dormir.

 

¿Cómo podría dormir?

 

¡Su cuerpo traidor estaba amenazándola, haciendo exigencias que no podía y no iba a satisfacer!

 

Oh ¡esta locura tiene que acabar!

 

No soy lesbiana, se dijo una y otra vez.

 

No me siento atraída por las mujeres.

 

No me atrae… taeyeon.

 

Cerró los ojos ante las imagines de ayer por la noche y se apartó de Nana rápidamente.

 

—¿tiff? ¿Estás bien?—preguntó Nana.

 

—Bien—logró decir tiffany.

 

—Algo está mal. Dios mío, estás tan blanca como un papel—Nana se agitó—¿Te estás enfermando?

 

—Yo… me siento un poco mareada—dijo tiffany y era la verdad.

 

—Hazme el favor de irte para la casa. Yo puedo hacer el pedido, tiff.

 

Nana levantó la mano y tocó su frente, buscando si había fiebre y tiffany se sorprendió de que Nana no fuera quemada, tomando en cuenta lo caliente que sentía su cuerpo.

 

—Creo que no tienes fiebre—dijo Nana.

 

Oh, sí… si tengo fiebre.

 

tiffany  casi se echó a reír histéricamente y cubrió la boca con su mano.

 

¡Me estoy volviendo loca!

 

 

 

Se fue a casa dejando la tienda a Nana.

 

Se quitó la ropa y tomó una ducha helada y luego se metió en la cama, con la piel todavía húmeda y cerró los ojos, sólo entonces permitió que taeyeon se entrometiera en sus pensamientos.

 

¿Qué me está pasando?

 

¿Cómo puede esta mujer afectarme de esta manera?

 

¿Por qué ahora?

 

Gimió y escondió la cabeza bajo la almohada.

 

Era su culpa, lo sabía.

 

taeyeon  nunca la hubiera besado si tiffany no le hubiera prácticamente rogado que lo hiciera.

 

Y ¿por qué le había rogado?

 

¡Dios mío!

 

¿Estaba loca?

 

—No soy lesbiana—susurró tiffany.

 

Por supuesto que no.

 

Estaba Siwon.

 

Le gustaba estar con Siwon.

 

Le gustaba el o con él.

 

Puso los ojos y suspiró.

 

¿A quién quería engañar?

 

Nunca se había sentido tan bien con Siwon.

 

De hecho, nunca había… ¡detente!

 

—Simplemente no he encontrado al hombre adecuado—murmuró—Eso es todo.

 

No veré a taeyeon  nuevamente, se prometió.

 

No, a menos que entre en la tienda.

 

Entonces sería cortés con la morena.

 

Pero eso sería todo.

 

No permitiría que Nana la invitara a cenar nuevamente.

 

No saldría a dibujar con taeyeon nunca más.

 

Y finalmente, la culpa y la vergüenza que sentía sobre esta indiscreción se desvanecería y sería normal nuevamente.

 

Debería estar agradecida de que solo había sido un beso.

 

Se echó a reír con amargura.

 

¿Sólo un beso?

 

¡Difícilmente había sido sólo un beso!

 

¿No se habían presionado sus cuerpos el uno contra el otro?

 

¿No había gritado su cuerpo por el toque de taeyeon  sobre sus pechos?

 

Tal vez llamaría a Siwon.

 

Tal vez lo invitaría a venir.

 

o.

 

Tal vez eso era todo lo que necesitaba.