caapitulo 7

la luna de taeyeon

Taeyeon  no podía trabajar y dejó sus pinceles a un lado plenamente consciente que estaba pensando nuevamente en Tiffany  y el rápido roce de sus cuerpos cuando Tiffany la abrazó de forma inesperada.

 

Habían pasado tres días desde que la había visto, pero su imagen estaba todavía fresca en su mente.

 

La forma en la que escondía su cabello castaño detrás de la oreja cuando estaba nerviosa, la forma en la que sus ojos cafés  habían destellado cuando había hablado de su hermana, la forma en la que las esquinas de su boca se elevaban cuando sonreía, la forma en la que sus labios se separaban.

 

—Dios.

 

Taeyeon  gimió y empujó la puerta de atrás saliendo hacia el porche, tomando una profunda bocanada de aire fresco.

 

— ¿Qué estás haciendo?—se preguntó a sí misma—Ella es hetero. Olvídate de ella.

 

Volvió a entrar en busca de un cigarrillo y se sobresaltó cuando sonó el teléfono.

 

Ni siquiera estaba consciente que funcionaba.

 

— ¿Hola?

 

— ¿TaeYeon?

 

—Sí ¿Tiffany?

 

—Tenía la esperanza que los Hudson no hubieran suspendido su servicio. Escucha, iba al parque para almorzar. Pensé que te gustaría acompañarme—dijo Tiffany  con incertidumbre.

 

Tiffany  había querido verla nuevamente y se había decepcionado cuando TaeYeon  no había ido a la tienda.

 

— ¿Qué hora es?

 

—12:30. Aún no has comido ¿verdad?

 

Taeyeon  sonrió.

 

—No. Te veré en la tienda en pocos minutos.

 

 

Taeyeon  hizo un sándwich de queso y agarró las dos cervezas que le quedaban de la nevera y se fue sin pensar en su aparente premura.

 

 

Tiffany  estaba esperando en el porche y caminó para encontrarse con la camioneta de TaeYeon, incluso antes que ella se detuviera.

 

—Hola.

 

—Hola.

 

Sus ojos se encontraron por un instante, entonces Tiffany subió y cerró la puerta y TaeYeon  se alejó sin decir palabra.

 

—Espero no haber interrumpido tu trabajo—dijo Tiffany  cuando se ubicaron en la mesa de picnic y abrió su cerveza.

 

—No. En realidad estaba tomando un descanso.

 

—Tengo la impresión que siempre trabajas durante las comidas—dijo Tiffany.

 

— ¿Por qué crees eso?

 

—Porque ni siquiera sabías qué hora era.

 

Taeyeon  rio.

 

—A veces lo olvido—admitió TaeYeon.

 

— ¿Olvidas un montón de cosas cuando estás trabajando?—preguntó Tiffany.

 

— ¿Cómo qué?

 

—Bueno, mencionaste la otra noche que no estás involucrada con nadie… que no podías hacer las dos cosas—dijo Tiffany.

 

—Oh eso—dijo TaeYeon e hizo caso omiso a las palabras.

 

— ¿Por qué no me lo cuentas? Yo te hablé de siwon—instó Tiffany.

 

Quería saber más sobre la coreana, de su vida privada.

 

No se detuvo a preguntarse por qué.

 

—Es una larga historia—dijo TaeYeon y sonrió—… Y aburrida—agregó.

 

—Yo seré el juez sobre eso—dijo Tiffany y le hizo señas para que continuara.

 

—Era una artista que trataba de salir adelante cuando conocí a jessica—TaeYeon sonrió—Sólo que no sabía que estaba luchando. Mis padres siempre se aseguraron que mi cuenta bancaria nunca estuviera vacía—dijo en voz baja.

 

Tiffany  levantó las cejas, pero no dijo nada.

 

—Mis padres me habían dado una casa de campo en Bainbridge Island y ella se fue a vivir conmigo y comenzó a trabajar para la empresa de mi papá…

 

—Espera… espera—Tiffany  la interrumpió— ¿Tus padres te dieron una casa de campo? ¿En Bainbridge Island?

 

Taeyeon  asintió tímidamente.

 

— ¿Una vista espectacular?—preguntó Tiffany.

 

Taeyeon  se encogió de hombros y sonrió.

 

— ¿Son asquerosamente ricos o qué?

 

—Más o menos, sí.

 

—Está bien, lo siento. Continúa. Decidieron vivir juntas—dijo Tiffany — ¿Y?

 

—Y ella iba a trabajar todos los días y yo pintaba cada vez que estaba en el estado de ánimo adecuado. Vendía algunas piezas de vez en cuando y éramos felices, supongo.

 

— ¿Qué edad tenías?

 

—Tenía 24 años cuando nos conocimos—dijo TaeYeon—En fin, estaba esta galería en Long Beach que quiso exponer mi trabajo. Los turistas comenzaron a arrebatarlo rápidamente y tuve que trabajar más tiempo para mantenerme al día y lo siguiente que supe era que había accedido a una exposición en una galería en los angeles y sólo seguí y seguí.

 

—Debe de haber sido difícil—dijo Tiffany con sarcasmo.

 

—Lo fue realmente. No estaba preparada para ello. Y no supe cómo seguir el ritmo. Me vi envuelta en mi trabajo hasta el punto que pasaba un mes y ni siquiera salía de la casa. No necesito decir que nuestra relación se fue a pique—terminó TaeYeon.

 

— ¿Hace cuánto tiempo?

 

—Casi tres años.

 

— ¿Y lo lamentas? Quiero decir. ¿Sacrificar tu relación por tu éxito?—preguntó Tiffany.

 

—No creo que esa sea una pregunta justa—dijo TaeYeon con seriedad—No estaba sacrificando intencionalmente la relación. Simplemente sucedió. Un día me di cuenta que ella se había ido. Que se había ido y que ni siquiera la había extrañado—dijo en voz baja—Me detuve por un tiempo. Pintar, quiero decir.

 

— ¿Qué hiciste?—preguntó Tiffany  en voz baja— ¿La encontraste?

 

Taeyeon  meneó la cabeza.

 

—Ella ya había conocido a alguien más.

 

—Oh. Lo siento.

 

—En fin… me fui a San Francisco por un tiempo, pero no era los angeles, así que regresé a casa. Agarré un pincel y—levantó las manos nuevamente—Aquí estoy.

 

— ¿Y el mural?

 

—Dios, eso fue un error. Lamenté mucho haber sido comisionada para hacerlo. Me gusta trabajar sola, a la mayoría de los artistas nos gusta. Sin tener ahí a turistas y funcionarios de la ciudad colgando sobre tu hombro con cada trazo del pincel haciendo sugerencias, preguntando por qué hice esto o por qué no hice aquello. Lo único que quería era terminar. No hace falta decir que no es una de mis mejores obras, pero orgullosamente representa el centro de Yakima, Washington—dijo TaeYeon  y sonrió—Y no he vuelto desde entonces.

 

—Bueno, si alguna vez voy a Yakima…

 

—Sí, asegúrate en pasar y ofrecer tus respetos—dijo TaeYeon  y rio.

 

Tiffany  también sonrió.

 

—Disfruto de tu compañía—dijo Tiffany.

 

Taeyeon  arqueó una ceja.

 

— ¿Y eso es malo?

 

—No, no quise decir eso. Simplemente disfruto hablando contigo.

 

—Bueno, tomando en cuenta lo que dijo Bora, no tienes mucho donde elegir aquí.

 

—Estás siendo difícil—dijo Tiffany con una sonrisa—Sólo di gracias.

 

Taeyeon  se inclinó hacia delante, apoyando la barbilla sobre sus manos.

 

—Bueno, no es para asustarte… pero también disfruto tu compañía.

 

Sus ojos se encontraron por un instante y Tiffany  sintió un rubor en su rostro.

 

—Gracias.

 

Se quedaron en silencio por un momento, ambas terminando sus sándwiches y lanzando pan a las ardillas que venían a pedir.

 

—Nana dice que sales a hacer tus bocetos en la madrugada—dijo Tiffany.

 

—No siempre. También con la puesta del sol. La noche es mi momento favorito del día—dijo en voz baja—Todos los colores se unen en ese preciso momento y es como si estuvieran suspendidos en el tiempo sólo por una fracción de segundos y nunca soy lo suficientemente rápida para hacerlo bien… aunque lo intento una y otra vez—dijo TaeYeon.

 

— ¿Qué?—preguntó Tiffany  hipnotizada por su suave voz.

 

Taeyeon  sonrió.

 

—Pinto en las mañanas, en las tardes noches, nunca a la luz del día. Es demasiado fuerte, no hay color, sólo brillo—explicó  TaeYeon.

 

Tiffany  asintió, como si entendiera perfectamente.

 

—Y la luna—añadió TaeYeon.

 

—Cierto. Hay una luna llena en todas tus pinturas—dijo Tiffany recordando el artículo.

 

—Me encanta la luna. Puedo mirarla durante horas, creo que—dijo TaeYeon  con suavidad—…, Es como si te observara. Como si todo lo que haces, la luna lo viera.

 

Tiffany  la miró, sintiéndose hipnotizada por sus palabras mientras sus ojos negros la absorbían.

 

—Voy a salir esta noche ¿Quieres acompañarme y ver a que me refiero?—preguntó TaeYeon  sorprendiéndose a sí misma.

 

Normalmente odiaba que alguien la viera trabajar.

 

— ¿No estaría molestándote?

 

—No. Siempre y cuando no hagas sugerencias.

 

Tiffany sonrió.

 

—Me encantaría—dijo Tiffany.

 

—A mí también—dijo TaeYeon encontrándose con sus ojos—Pasaré por ti a las siete.

 

Nana tenía envidia de que Tiffany  pudiera ir a ver a trabajar a TaeYeon.

 

Ella sólo la había espiado esa primera mañana. Taeyeon  nunca más volvió a estar en ese trayecto del lago.

 

— ¿Y la cena?—preguntó Nana.

 

—Comeré cualquier cosa cuando regresemos—dijo Tiffany.

 

Se estaba secando el cabello y ya casi eran las siete.

 

Odiaba hacer esperar a TaeYeon.

 

Y TaeYeon estaba sentada esperando pacientemente en la sala de estar, escuchando a Nana y levantó sus ojos hacia Tiffany y sonrió.

 

—Lo siento—dijo Tiffany—Mala costumbre, pero estoy trabajando en ello.

 

—No hay problema. Tenemos tiempo—dijo TaeYeon.

 

Sus ojos siguieron a Tiffany cuando se inclinó para besar a Bora en la mejilla y ella deslizó su mirada sobre sus vaqueros antes de regresar nuevamente a su rostro.

 

Tiffany sintió la mirada de TaeYeon  sobre ella y fue muy consciente de las sensaciones que recorrieron su cuerpo.

 

No volvió a mirarla a los ojos mientras se dirigían a la puerta.

 

—Diviértanse ustedes dos—dijo Nana en voz alta.

 

— ¿A dónde vamos?—preguntó Tiffany.

 

Taeyeon  salió de la calzada, apoyando su brazo sobre el respaldo del asiento de Tiffany y se asomó por la ventanilla trasera.

 

Tiffany  sintió el roce de los dedos de TaeYeon sobre su hombro mientras se daba la vuelta y Tiffany sintió la piel de gallina en su cuello por su toque.

 

Eso la asustó.

 

—Hay un pequeño lago en Battle Canyon Creek—dijo TaeYeon.

 

— ¿Cómo lo encontraste? Es un secreto bien guardado entre los lugareños—Tiffany la reprendió.

 

— ¿Has estado ahí?

 

—Solía pescar ahí con mi abuelo—dijo Tiffany—No he estado ahí en años.

 

Taeyeon se encogió de hombros y giró por un camino del Servicio Forestal.

 

—No fue difícil de encontrar, pero la ruta está llena de unos malditos baches—dijo TaeYeon.

 

El sol estaba cayendo por debajo de los árboles cuando estacionaron, pero Tiffany sospechaba que los colores aún no eran los correctos, porque TaeYeon no lucía apresurada.

 

TaeYeon recogió su block de dibujo y sus tizas de colores y guio el trayecto a lo largo del camino.

 

Sólo había otro par de coches en el lugar y Tiffany  los reconoció como coches de los lugareños.

 

—Hay un claro entre los árboles justo cuando el sol se pone—explicó TaeYeon—El lago hace un reflejo perfecto.

 

Caminaron por el sendero, pero en vez de seguir hacia el agua, TaeYeon  entró entre los árboles y se detuvo en un lugar que dejaba el agua detrás de ellas.

 

—No quiero ignorarte—TaeYeon se disculpó mientras abría su block de dibujo.

 

—Adelante. Solo voy a mirar—dijo Tiffany.

 

Se sentó en la hierba a pocos metros de TaeYeon y recogió las rodillas hasta su barbilla.

 

TaeYeon se sentó con las piernas cruzadas en el suelo, los vaqueros desteñidos cubrían sus piernas  que Tiffany estaba acostumbrada a ver.

 

Observó cómo los dedos de TaeYeon  encontraron el color que quería y ante los ojos de Tiffany el lago apareció en el papel.

 

A medida que el sol se deslizaba más bajo, Tiffany  se dio cuenta que los colores cambiaban.

 

Las pocas nubes en el cielo reflejaban el color naranja del sol y vio como TaeYeon  también lo añadía.

 

Tiffany alejó sus ojos de la mujer junto a ella y se obligó a mirar el agua que ya cambiaba de un azul brillante a un color naranja brillante.

 

Taeyeon  añadió color, tan pronto como su lago se volvió tan naranja como el cielo donde colgaba el sol, suspendido en el horizonte por una fracción de segundo y Tiffany contuvo la respiración cuando en silencio se deslizó fuera de la vista.

 

La mano de TaeYeon se quedó quieta y Tiffany levantó la mirada para descubrir que TaeYeon le observaba.

 

— ¿Y bien?—la voz tranquila de TaeYeon rompió el silencio.

 

—Fue hermoso—dijo Tiffany suavemente— ¿Puedo verlo?—preguntó.

 

Taeyeon  vaciló y luego le entregó su boceto y vio el rostro de Tiffany resplandecer con una sonrisa.

 

—Lo has capturado exactamente. Es como si el sol todavía estuviera ahí, colgado en el día—dijo en voz baja—Veo que has puesto tu luna—dijo Tiffany.

 

Taeyeon  contrajo su mandíbula y se encontró con los intensos ojos cafés  de Tiffany mientras buscaban los suyos.

 

Casi pudo ver la corriente que pasó entre ellas, sentir la electricidad en sus venas cuando los ojos cafés  se centraron en los negros.

 

Tiffany  finalmente bajó su mirada, sus ojos se cerraron fuertemente cuando suspiró.

 

Tiffany  sintió su pulso latiendo en su cuello y reconoció la creciente atracción que tenía por esta mujer.

 

Podía sentirlo.

 

Respiró profundamente, tratando de alejarla.

 

Se sentaron en silencio, con las piernas cruzadas delante de ellas y observaron como el color menguaba del cielo.

 

Tiffany  estuvo incómodamente consciente del entorno íntimo que el atardecer creaba en el bosque.

 

Debería levantarse, sugerir que regresaran… regresar a la seguridad de la compañía de Nana.

 

Pero no lo hizo.

 

— ¿TaeYeon?—preguntó Tiffany mientras se apoyaba en los codos.

 

— ¿Hmmm?

 

— ¿Qué se siente?

 

— ¿Qué?—preguntó TaeYeon volviéndose hacia la castaña.

 

— ¿Besar a una mujer?—preguntó antes que pudiera detenerse a sí misma.

 

Taeyeon  intentó leer sus ojos, pero la oscuridad lo impidió.

 

— ¿Por qué quieres saber?

 

—Sólo estaba… preguntándome, supongo. Besar es agradable, ya sabes, pero algunos hombres… bueno… sólo lo olvidan, creo.

 

— ¿Siwon?

 

Tiffany negó con la cabeza.

 

Siwon no era mucho de besar.

 

Suspiró nuevamente.

 

¿Por qué rayos había comenzado esta conversación?

 

—Olvídalo—murmuró Tiffany.

 

TaeYeon sonrió.

 

Así que, Tiffany sentía curiosidad.

 

Eso la sorprendió.

 

—De lo que recuerdo, los hombres estaban mucho más interesados en las cosas más grandes y las mejores. Nunca querían tomarse el tiempo para besar. Eso es lo maravilloso con las mujeres—dijo TaeYeon—A las mujeres les gusta mucho más besar. Y, por supuesto, una mujer sabe.

 

— ¿Saber qué?—preguntó Tiffany vacilante.

 

TaeYeon se volteó hacia Tiffany.

 

—Una mujer sabe lo que quieres y cómo te hace sentir—dijo TaeYeon  en voz baja.

 

Tiffany  tragó, el sonido hizo eco en el bosque tranquilo y se sintió atraída por esta mujer sentada tan cerca de ella.

 

Como un imán, pensó ella, mientras luchaba por alejar sus ojos de los de TaeYeon.

 

Se sentía tan impotente como una polilla atraída por el fuego.

 

Era demasiado consciente de ella y estaba agradecida por la oscuridad, mientras imágenes de los carnosos labios de TaeYeon  sobre los suyos pasaban por su mente, haciendo que su estómago revoloteara.

 

Se miraron la una a la otra por interminables segundos, entonces TaeYeon  se apartó y recogió su obra.

 

—Vamos. Será mejor que te lleve de regreso—dijo TaeYeon.

 

Tiffany aceptó la mano extendida de TaeYeon y sus dedos se entrelazaron cuando TaeYeon la levantó.

 

Taeyeon  no liberó su mano inmediatamente y Tiffany  no se apartó.

 

No hasta que sintió el fuego ardiendo entre ellas lo que hizo que finalmente soltara la mano de TaeYeon.

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Comments

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Eli_17 #1
Amo esta historia, creo que la lei en tiempo record. Gracias por compartirla ♥
Argali11
#2
Chapter 35: Hermoso <3
roguecr #3
Chapter 35: waaaaooo 5 babys, ellas si q se pusieron a trabajar enserio. Me encanto la historia. Gracias x compartirla.
KrySulDay17
#4
Chapter 35: Jajajaja 5 no es como mucho eh XD.. . ese Taeny es tan hot juju
LlamaAmerica #5
Chapter 35: 5? JAJAJAJAJA seguro que parecen conejos xD
Gracias por compartir esta bonita historia!!! :')
Enssei #6
Chapter 35: Meh...se nota que no tenían televisión jaja
Agh...que triste que ya terminó :(
¡Gracias por adaptarla!
gabriela021
#7
Chapter 35: O.O cinco hijos? se nota que estaban en un pueblo y no hay mucho que hacer jajaja muy buen fic me gusto, gracias por compartirlo
gabriela021
#8
Chapter 34: Muy bonita tu historia, me gustó lastima que termino
mamurayamaken #9
Chapter 34: Una historia para recordar ......
KrySulDay17
#10
Chapter 34: Omg hermoso y mágico