capitulo 30
la luna de taeyeon—Es el gran árbol—dijo Nana con entusiasmo.
—Sí.
—Es… hermoso—dijo Nana mirando más de cerca—Mira, hay gente…
—Sí—dijo Tiffany bruscamente.
Nana miró hacia arriba.
— ¿Deberíamos colgarlo sobre el sofá?
—No, quiero ponerlo en mi habitación— dijo Tiffany.
— ¿En tu habitación? ¿Por qué? se vería maravillosa aquí—dijo Nana.
Tiffany la miró fijamente.
—Prefiero colgarlo en mi habitación.
—Bueno, está bien. Es tu pintura—dijo Nana a la defensiva— ¿La has visto?
—No. La compré en una galería, en el centro—dijo Tiffany.
— ¿Cuánto pagaste?
—No importa—dijo Tiffany en voz baja.
—Demasiado, sin duda. Solo debiste pedirle uno. Dijo que a veces los daba como regalos—dijo Nana.
—Como he dicho, no la vi—dijo Tiffany.
Se fue tomando la pintura con ella.
La apoyó contra la cama y la miró, nuevamente.
Todo estaba ahí.
Todo lo que ella sentía, todo estaba ahí.
Taeyeon lo había capturado exactamente.
Su amor.
Cerró los ojos, tratando de evitar las lágrimas que sabía vendrían.
No había podido detenerlas la noche anterior ni hoy.
Había llorado.
Había llorado por ella misma.
Lloró por TaeYeon.
Lloró porque el dolor en su corazón era casi demasiado para soportarlo.
Tal vez no debió haber tomado la pintura.
Era demasiado doloroso mirarla, de verdad.
Tal vez sólo debió dejarla a un lado por un tiempo.
Tal vez con el tiempo, años a partir de ahora, podría mirarla sin recordar.
— ¿Dónde estás?—susurró Tiffany— ¿Por qué no vienes a mí, tae? Sé que me amas.
Escondido su rostro entre sus manos y lloró, sollozos profundos que provenían de su corazón.
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Gritó cuando la máquina de expreso le dio un moka en lugar de un café con leche.
Golpeó uno de sus lados, las lágrimas corrieron por su rostro.
— ¿Tiff?
—Esta maldita cosa—murmuró Tiffany.
Tomó un sorbo del moka y se quemó la boca.
Lloró cuando se tropezó con el estante de cereales, tumbando varias cajas al suelo.
Los recogió secándose las lágrimas.
—Tiff ¿Qué pasa?—preguntó Nana.
—Nada.
Lloró cuando quemó el pan de ajo que estaba preparando para la cena.
— ¡Maldita sea!—gritó Tiffany, señalando el pan en el horno.
—Tiff.
—Lo siento—susurró Tiffany.
Nana se la quedó mirando, sin saber qué decir.
Y lloró en la cama, la luz seguía encendida, sus ojos fijos en la pintura de TaeYeon durante horas y horas.
Nana sufrió sus ataques de lágrimas en silencio.
Tiffany no pudo decirle que estaba mal.
Nana había dejado de preguntar.
Caminaba alrededor de ella con cuidado, tratando de no molestarla.
Una noche, semanas más tarde, mientras Tiffany estaba en la cama y las lágrimas corrían por sus mejillas, Nana se acercó a ella.
—Tiff ¿qué te pasa, hija?—preguntó con suavidad—Quiero ayudarte.
Tiffany miró a Nana con sus ojos hinchados.
—Estoy… Estoy tan sola—susurró Tiffany.
Nana se sentó en el borde de la cama y acarició su cabello como si estuviera calmando a una niña.
— ¿Por qué simplemente no llamas?—preguntó Bora.
— ¿Llamar?
—Siwon—dijo Nana suavemente.
Tiffany lloró con más fuerza, sus hombros temblaban.
—Oh, Nana. No es… no es Siwon—dijo Tiffany.
Nana la miró desconcertada.
Tiffany no pudo esconderlo por más tiempo.
Ya no le importaba si Nana la odiaba.
—Extraño a…TaeYeon—exclamó Tiffany.
— ¿TaeYeon?
Tiffany asintió, tapándose el rostro con las manos.
—No entiendo—susurró Nana.
—TaeYeon se fue… por mi culpa—dijo Tiffany.
—Eso no tiene sentido—dijo Nana— ¿Por qué iba a irse por tu culpa?
Tiffany tomó la mano de Nana.
—TaeYeon y yo… nosotras…
No pudo decir las palabras.
No a Nana.
— ¿Tiff? ¿Qué? ¿Qué pasa?
—La amo—susurró Tiffany.
Nana frunció el ceño.
—Son buenas amigas.
Tiffany negó con la cabeza.
—Más que amigas, Nana.
Sue frunció el ceño nuevamente, sus ojos buscando los de Tiffany.
— ¿Qué estás diciendo, niña?
—Nosotras…—Tiffany cerró los ojos—Fuimos amantes—susurró en voz baja—Estoy enamorada de ella. Como lo están Nico y Kimberly.
—Tiffany—Nana se quedó sin aliento— ¿No estás diciendo que… que tú y TaeYeon?
—Lo siento, Nana. Sé que no lo entiendes—abrió sus ojos pero Nana no pudo encontrarse con los suyos—No sabía cómo decírtelo.
—Pero… Siwon. Tú no eres… así. TaeYeon no es…—pero Nana se detuvo— ¿Lo es?
—Sí.
—Dios mío ¿Qué te hizo?—siseó Nana.
—No, no fue ella. Fui yo, Nana—tomó la mano de Nana tratando de hacerle entender— ¿Por qué crees que hui de Siwon? Simplemente no estaba bien con él. No había magia. Estaba buscando la magia que tenías con el abuelo—dijo Tiffany—Y entonces conocí a Taeyeon. Y finalmente encontré lo que había estado buscando. Ella me hizo sentir todo lo que había estado buscando.
Nana sacudió la cabeza.
—No entiendo—dijo en voz baja—Simplemente no lo entiendo.
—Sé que no. No iba a decírtelo—se dio la vuelta—Se ha ido de todas maneras.
— ¿Es por ella por quien has estado sufriendo?
Tiffany asintió, las lágrimas aparecieron nuevamente.
—La amo. Pero no creo que ella regrese a mí.
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