capitu 24
la luna de taeyeonEra domingo, cerca del mediodía, pero Tiffany no logró salir de la cama.
Las últimas dos semanas las había afrontado con valentía, luciendo alegre delante de Nana, comiendo las comidas con un vigor que no sentía y participando en conversaciones sin sentido cuando su mente estaba en otra parte.
¡En otra parte!
Se echó a reír.
Su mente no estaba en otra parte.
Estaba con TaeYeon.
Había sido así desde el momento en que ella salió de su vida.
Cada día iba a la tienda, esperando que sonara el teléfono.
Cada vez que la campana sonaba, alzaba la vista, con la esperanza de encontrar a TaeYeon de pie en el umbral.
Finalmente, ayer, se había dado por vencida.
Taeyeon no iba a regresar.
Taeyeon no la quería en su vida.
Taeyeon no la necesitaba.
Y entonces se quedó en cama.
Ocultándose.
No podía seguir afrontándolo con valentía por más tiempo.
Le dijo a Nana que no se sentía bien, lo cual, por supuesto, era verdad y Nana le había traído sopa para que comiera, todavía estaba en la mesita de noche junto a ella.
No podía forzar otra comida.
Estaba segura que nunca volvería a comer nuevamente.
Se dio la vuelta, deseando que el dolor en su corazón desapareciera.
Nunca en su vida se había sentido tan sola.
El dolor de su infancia ni siquiera podía compararse.
Amaba a TaeYeon.
Al menos de eso estaba segura.
Pero ¿por qué TaeYeon había huido?
¿De qué tenía miedo?
¿Había sido demasiada la necesidad de Tiffany por ella?
¿Se había sentido sofocada?
El primer pensamiento de Tiffany fue su falta de experiencia en la cama, pero sabía que no era la razón.
La manera en la que habían hecho el amor había sido tan apasionada y tan intensa como para haberla imaginado.
Taeyeon había disfrutado tanto como Tiffany.
Había otra razón para su partida.
Un golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos y le dijo a Nana que podía entrar.
— ¿Cómo te sientes?
—Mejor—mintió Tiffany.
—Bien. Estaba preocupada por ti. Nunca te enfermas—dijo Nana.
Tiffany se dio la vuelta y sus ojos miraron a través de la ventana, sin ver nada.
Estaba a punto de llorar y no quería que Nana la viera.
Nunca sería capaz de explicar sus lágrimas.
Nunca había llorado delante de Nana.
—No te comiste la sopa, Tiff—dijo Nana.
—No creo que hubiera podido retenerla—dijo Tiffany—Pero ahora estoy mejor.
—Déjame calentarla—dijo Nana con alivio.
—Está bien. Voy a levantarme ahora, creo—dijo Tiffany.
Nana sonrió y salió.
Tiffany se obligó a levantarse, dejando a un lado la protección de las sabanas.
Quedarse en cama, en la clandestinidad, no resolvería nada.
Más tarde esa semana, mientras Tiffany tragaba otra comida, supo lo que tenía que hacer.
Tenía que encontrar a TaeYeon.
Tenía que saber la razón de su partida.
Podría hacer frente a la verdad.
Pero no saber le estaba volviendo loca lentamente.
—Nana, las cosas se calmaran en pocas semanas una vez que la temporada haya terminado. Si me voy por un par de días ¿tú y Mercedes estarán bien?
—Por supuesto, Tiff ¿A dónde vas?
—A los Ángeles—dijo Tiffany.
El rostro de Nana se iluminó con una sonrisa.
—Lo sabía. Tu alegría forzada en estas últimas semanas no me pudieron engañar—sonrió a Tiffany—Vas a ver a siwon ¿no es así?
Siwon.
Siempre siwon, pensó Tiffany.
—Sólo voy a los Ángeles—dijo Tiffany con cansancio—No necesariamente a ver a Siwon.
—Oh, ya sé que has estado triste desde que se fue—continuó Nana—Por supuesto que podemos manejar la tienda. Quédate todo el tiempo que necesites. Oh, Tiffany, estoy tan contenta que vayas…
Tiffany dejó su protesta tácita mientras Nana divagaba y divagaba sobre Siwon.
Simplemente dejó de escucharla.
Estaba más preocupada sobre cómo iba a encontrar TaeYeon en una ciudad del tamaño de los Ángeles.
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