Tiffany pasó una noche inquieta, sacudiéndose en su cama mientras recordaba las palabras de TaeYeon.

 

 

—Una mujer sabe.

 

¿Cómo sería un beso de TaeYeon?

 

¿Caliente y húmedo?

 

¿O sería despacio y tierno?

 

Tiffany  gimió y se dio la vuelta, odiándose por sus pensamientos.

 

¿Qué estaba haciendo?

 

¿Por qué esta coreana  ocupaba su mente de esta manera?

 

¡Y pensamientos de besarla, nada menos!

 

¡No se sentía atraída por las mujeres!

 

¡Nunca había sido así!

 

¡Lo que estaba pensando era una locura!

 

Yuri.

 

No.

 

Ella no había sentido atracción por Yuri.

 

Al menos, no ual.

 

Y estaba segura que tampoco se sentía atraída ualmente a TaeYeon.

 

—Eres hetero, por el amor de Dios—murmuró ella—Actúa como una.

 

Se levantó de la cama y fue hacia la cocina por un vaso de agua fría y se puso de pie ante el fregadero, viendo la luna.

 

Casi llena.

 

La luna de TaeYeon.

 

¿También la estaba viendo?

 

¿O estaba durmiendo tranquilamente, sin darse cuenta del efecto que estaba teniendo en Tiffany?

 

—Ella no es ciega—susurró Tiffany.

 

¿Y cuan embarazoso podría ser?

 

TaeYeon no se había comportado como dirían de una manera inapropiada.

 

Tiffany  había descubierto, algunas veces, los ojos de TaeYeon  sobre ella, pero eso había sido todo.

 

—¿Tiff?

 

Tiffany  se volteó y encontró a Nana observándola.

 

—Lo siento ¿Te he despertado?

 

— ¿Estás bien?

 

Tiffany  levantó su taza.

 

—Sedienta.

 

—Creo que también voy a tomar algo—dijo Bora  y entró en la habitación—Debe ser la luna. No puedo pegar un ojo.

 

Tiffany  levantó la vista hacia la luna y nuevamente pensó en TaeYeon.

 

—Sí. Sé a qué te refieres—murmuró Tiffany.

 

 

 

 

 

Taeyeon  paseó por su cuarto en la oscuridad, un cigarrillo brillaba intensamente con vehemencia entre sus manos.

 

— ¿Qué se siente?

 

Las suaves palabras resonaban en su cerebro una y otra vez.

 

Pasó una mano por su cabello y respiró profundamente, dejando escapar el aire lentamente.

 

Había sido demasiado tentador.

 

¿Qué se siente besar a una mujer?

 

Ven, deja que te enseñe.

 

Realmente tenía que permanecer alejada de Tiffany.

 

Cada vez era más incómodo estar cerca de ella.

 

Se echó a reír, pensando que no había sido desde la universidad que se había sentido atraída por una mujer heteroual.

 

Y había pasado mucho tiempo desde que había sentido esta avasalladora necesidad de besar a alguien, pensó ella.

 

Así que se mantendría alejada.

 

Y pintaría.

 

Estaba inspirada, así sin más empezaría con la puesta del sol del día siguiente y trabajaría febrilmente durante todo el día.

 

 

Cuando buscó una cerveza esa noche, recordó que no había pensado en comprar más y abrió una botella de vino en su lugar.

 

Mientras su sopa se calentaba, llevó su vino y su cigarrillo al porche y se sentó, escuchando la noche. Se sentó hasta que la oscuridad le rodeó y su cigarrillo brilló en la noche.

 

Sus pensamientos vagaron hacia la noche anterior y lo permitió.

 

Vio a Tiffany sentada en la hierba junto a ella, apoyándose en sus codos, mirándola con esos intensos ojos cafés.

 

¿Había sido simplemente curiosidad?

 

Taeyeon  llevó el cigarrillo hacia sus labios y aspiró profundamente.

 

Es posible.

 

O tal vez Tiffany  también sintió la electricidad entre ellas.

 

No.

 

Ella es hetero, recordó TaeYeon.

 

Y las mujeres heterouales eran curiosas.

 

Pero aun así, algo estaba sucediendo entre ellas.

 

Podía sentirlo y sospechaba que Tiffany  también podía sentirlo.

 

¿Se arriesgaría de ver a TaeYeon  nuevamente?

 

¿Había sentido miedo de que en realidad TaeYeon  pudiese intentar besarla?

 

 

Se puso de pie repentinamente, poniendo un alto a sus pensamientos.

 

Comió adentro, apenas degustando la sopa mientras su mente se mantenía enfocada en Tiffany.

 

—Nunca me dijiste cómo te fue la otra noche—dijo Nana durante la cena, dos noches después.

 

— ¿Con TaeYeon?

 

Nana asintió mientras cortaba su carne.

 

—Fue muy interesante. Nunca me había dado cuenta anteriormente de los colores—dijo Tiffany— ¿Cómo cambian casi a cada segundo antes que el sol se oculta?—dijo en voz baja.

 

— ¿Es buena?

 

—Mucho. Lo capturó exactamente—dijo Tiffany  recordando cómo los dedos de TaeYeon se habían movido sobre el papel, capturando color tras color sin mirar—Tiene esta cosa por la luna—dijo Tiffany.

 

— ¿La Luna?

 

—Sí. Pone una luna llena en todas sus obras—dijo Tiffany.

 

—Bueno, me gustaría ver alguna de ellas ¿no te gustaría?—dijo Nana.

 

—Sí. Me gustaría.

 

— ¿Tiene alguna terminada?

 

—Ella no lo dijo—dijo Tiffany.

 

Y a Tiffany  no se le había ocurrido preguntar.

 

Había estado demasiado ocupada preguntándose sobre cómo sería besar a una mujer como para preguntar.

 

Tiffany  se sonrojó, poniendo un alto a sus pensamientos.

 

No había necesidad de volver a eso nuevamente.

 

Ya había pasado dos noches sin dormir.

 

—Tal vez deberíamos invitarla a cenar otra vez—dijo Nana—Parece que se han convertido en amigas.

 

—Sí. Ella me gusta—dijo Tiffany  con cuidado.

 

Y si le gustaba, eso era verdad.

 

Sólo desearía no pensar constantemente en besarla.

 

Nana se sentó hacia atrás y la miró.

 

— ¿Estás bien, Tiff?

 

—Por supuesto ¿Por qué lo preguntas?

 

—Has estado callada. Y tus respuestas son cortas—Bora  la miró por un rato más— ¿Estás pensando en siwon?—preguntó.

 

Tiffany sonrió.

 

No, Siwon definitivamente no había estado en sus pensamientos últimamente.

 

—Estoy bien, Nana. De verdad. Y no, no he estado pensando en Siwon.

 

—Bueno, él no ha llamado en una semana más o menos ¿verdad?

 

—No, no lo ha hecho.

 

—Tal vez él está esperando a que tú lo llames—puntualizó Bora.

 

Tiffany sonrió nuevamente.

 

—Nana, no empieces—dijo Tiffany  suavemente.

 

—Bueno, es que no te entiendo. Si es por mí por quien estás preocupada, no lo estés. Soy perfectamente capaz de cuidar de mí misma. Y, por si no te has dado cuenta, disfruto dirigir la tienda. Tu inversión estará a salvo.

 

—Lo sé. Eres maravillosa en eso. Pero Siwon y yo… sólo necesitamos algo de tiempos separados—dijo Tiffany.

 

—Cariño, sé que el matrimonio es un gran paso. Pero no huyas de eso. Cuando encuentras a un buen hombre que te ama, es mejor que lo agarres. Ellos no aparecen todos los días—dijo Bora.

 

—Nana ¿cuándo supiste que el abuelo era el adecuado para ti?—preguntó Tiffany.

 

—Oh, cuando puse mis ojos en él—dijo con un guiño—Simplemente lo supe—Sue bajó su tenedor y Tiffany supo que estaba recordando—La primera vez que me besó… fue mágico. Magia pura. Había estado esperando durante meses, pero él era un tonto y había pensado que podría ofenderme si trataba de besarme—se echó a reír—En realidad cuando se decidió a hacerlo, yo estaba tan preparada para eso, que casi me desmayé.

 

Tiffany  sonrió.

 

Magia.

 

Así era como debía ser.

 

Así era como ella quería que fuera.

 

¿Había magia cuando siwon la besaba?

 

¿La hubo esa primera vez?

 

Trató de recordar cuando tuvieron su primer beso.

 

Una cita para almorzar y él había rozado su mejilla. Luego él había preparado la cena para ella y le robó un beso cuando ella derramó el vino.

 

Pero ¿magia?

 

No, no lo llamaría magia.

 

— ¿Te preocupa que Siwon no sea el correcto, querida?

 

—No estoy segura que él lo sea—admitió Tiffany.

 

—Tiff, lo estarás. Y él es bueno para ti ¿no es así?

 

—Sí. Él es bueno.

 

Y lo era.

 

Sólo que él no movía su alma como ella necesitaba que lo hiciera.