capitulo 87
AFTER 2: EN MIL PEDAZOS (Versión TaeNy)Pov Tiffany
Once días. Han pasado once días desde la última vez que supe de Taeyeon, y no ha sido nada fácil.
Sin embargo, la compañía de Sooyoung ha sido de gran ayuda.
Hoy es la cena en casa de Yesung, y he estado todo el día temiendo que ver las caras de siempre me recuerde a Taeyeon y que de un plumazo se desmoronen los muros que he levantado. Basta una pequeña grieta para que deje de estar protegida.
Finalmente, cuando es la hora de salir, respiro profundamente e inspecciono mi aspecto una vez más en el espejo. Me he peinado como siempre: con el pelo suelto y rizos suaves, pero el maquillaje es más oscuro que de costumbre. Me pongo la pulsera que Taeyeon me regaló en la muñeca; aunque sé que no debería llevarla, me siento desnuda sin ella. Se ha convertido en una parte tan importante de mí... El vestido me sienta aún mejor que ayer, y me alegro de haber recuperado los kilos que perdí en los primeros días de ayuno.
«I just want it back the way it was before. And I just want to see you back at my front door...» («Sólo quiero que vuelva a ser como antes. Sólo quiero volver a verte en mi puerta...»), suena la música mientras tomo la cartera de mano. En el siguiente compás, me quito los auriculares y los meto dentro.
Me reúno con YeJi y Ryeowook abajo, los dos van muy elegantes. Ella lleva un vestido largo con un estampado azul y blanco y él traje y corbata.
—Estan estupendos —le digo a YeJi, y se pone colorada.
—Gracias, cielo, tú también —responde sonriéndome de oreja a oreja.
Es muy dulce. Cuando tenga que dejarlos voy a echarlos muchísimo de menos.
—Estaba pensando que esta semana podríamos trabajar un rato en el invernadero. ¿Qué te parece? —me pregunta mientras andamos hacia el coche.
Mis tacones repiquetean sobre el hormigón del garaje.
—Me encantaría —le contesto, y me subo al asiento trasero de su Volvo.
—Esto va a ser muy divertido. Hacía tiempo que no íbamos a una fiesta como ésta. —YeJi toma la mano de Ryeowook y se la pone en el regazo mientras él maniobra para sacar el coche.
No envidio lo mucho que se quieren; me recuerdan que las personas pueden ser buenas y cariñosas.
—Seohyun llegará muy tarde de Busan. La recogeré a las dos de la madrugada —dice YeJi con entusiasmo.
—Qué ganas tengo de verla —contesto.
Y es cierto... He echado de menos a mi mejor amiga, sus sabias palabras y su cálida sonrisa.
La casa de Kim Yesung es tal cual la imaginaba. De un estilo muy moderno, con la estructura casi transparente. Parece que sólo las vigas y los cristales la sujetan a la colina. En el interior, cada elemento de la decoración está pensado para combinarse orgánicamente en un conjunto perfecto. Es impresionante, y me recuerda a un museo en el sentido de que nada de lo que contiene ha sido tocado antes.
Boa nos saluda en la puerta principal.
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