capitulo 70
AFTER 2: EN MIL PEDAZOS (Versión TaeNy)Pov Taeyeon
—¿Quieres dejar de refunfuñar? Te estás comportando peor de lo que se va a portar él, y sólo tiene cinco años —me regaña Tiffany.
Pongo los ojos en blanco.
—Sólo digo que esto es cosa tuya. Y más le vale que no toque mis cosas. Tú has accedido a hacer de canguro, así que es problema tuyo, no mío —le recuerdo justo cuando un golpe en la puerta anuncia su llegada.
Me siento en el sofá y dejo que sea Tiffany quien abra. Me fulmina con la mirada, pero no hace que los invitados, sus invitados, esperen mucho antes de colocarse su mejor sonrisa y abrir la puerta del apartamento de par en par.
Al instante, Boa empieza a parlotear, prácticamente chillando.
—¡Muchísimas gracias! Me salvas la vida con esto, en serio, no tenía ni idea de qué habría hecho si me hubieses dicho que no podíais cuidar de Kangin. Yesung está fatal, no para de vomitar, y...
—No te preocupes, mujer —la interrumpe Tiff, y doy por hecho que lo hace porque no quiere saber los detalles escabrosos de los vómitos de Yesung.
—Sí, bueno, me está esperando en el coche, así que me tengo que ir ya. Kangin es bastante independiente, se entretiene él solito, y si necesita algo se lo hará saber.
Se hace a un lado y un niño pequeño de cabello negro aparece detrás de ella.
—¡Hola, Kangin! ¿Cómo estás? —dice Tiffany en un tono rarísimo que no le había oído antes. Debe de ser su intento de adoptar un lenguaje infantil, aunque el niño ya tiene cinco años. En fin, cosas de Tiffany.
El niño no dice nada, sólo le sonríe tímidamente y pasa hacia el salón.
—Sí, no es muy hablador —le dice Boa a Tiff al ver su expresión apenada.
Por mucha gracia que me haga que no le haya contestado, no quiero que se entristezca, así que más le vale al niño este cambiar de actitud y ser amable con ella.
—Bueno, ¡ahora sí que me voy! —Boa sonríe y cierra la puerta después de despedirse de Kangin con la mano por última vez.
Entonces Tiffany se agacha y le pregunta al niño:
—¿Tienes hambre?
Él niega con la cabeza.
—¿Y sed?
La misma respuesta, sólo que esta vez se sienta en el sillón, enfrente de mí.
—¿Quieres que juguemos a un juego?
—Tiff, creo que sólo quiere sentarse ahí tranquilamente —le digo cuando veo que se pone colorada.
Comienzo a zapear buscando algo interesante que ver en la televisión para mantenerme ocupada mientras ella cuida del niño.
—Perdona, Kangin —se disculpa—. Sólo quiero asegurarme de que estás bien.
El niño asiente como un robot, y entonces me doy cuenta de que se parece muchísimo a su padre. Tiene el pelo del mismo color, y los ojos del mismo tono cafe, y sospecho que, si sonriera, tendría la misma sonrisa que Yesung.
Pasamos unos minutos en incómodo silencio durante los cuales Tiffany se limita a estar de pie junto al sofá, y veo cómo su mente no para de planificar. La pobre había dado por hecho que el niño llegaría aquí lleno de energía y dispuesto a jugar con ella, pero no ha abierto la boca ni se ha movido un milímetro del sillón. Va impecablemente vestido, tal y como había imaginado, con unas deportivas blancas que parecen nuevas. Cuando levanto la vista de su polo azul, veo que me está mirando.
—¿Qué? —le pregunto.
Él aparta la mirada.
—¡Taeyeon! —me reprende Tiffany.
—¿Qué pasa? Sólo le he preguntado por qué me estaba mirando.
Me encojo de hombros y cambio el canal que había dejado sin querer.
Lo último que me apetece ver es el reality de las Kardashian.
—Sé amable —dice fulminándome con la mirada.
—Lo soy —le contesto, y me encojo de hombros como si no tuviera importancia.
Tiff pone los ojos en blanco.
Comments