capitulo 67
AFTER 2: EN MIL PEDAZOS (Versión TaeNy)nos leemos luego
Capítulo 67Pov Tiffany
Taeyeon camina ligeramente detrás de mí a propósito, y de repente desearía volver a estar en décimo curso, cuando me anudaba un jersey alrededor de la cintura para taparme el culo.
—Vas a tener que comprarte más pantalones de ésos —dice en voz baja.
Recuerdo la última vez que me puse pantalones de yoga delante de ella y los comentarios vulgares que me hizo, y aquellos pantalones no eran ni la mitad de ceñidos que éstos. Me río ligeramente y la agarro de la mano para obligarla a caminar a mi lado en vez de detrás de mí.
—Dime que no es verdad que vayas a venir a yoga.
Por más que lo intento, no puedo imaginarme a Taeyeon haciendo las posturas.
—Claro que sí.
—Pero sabes lo que es, ¿no? —le pregunto cuando llegamos a la sala.
—Sí, Tiffany. Sé lo que es, y voy a venir —resopla.
—¿Por qué?
—Eso da igual, sólo quería pasar más tiempo contigo.
—Ah.
Su explicación no me convence, pero me muero de ganas de verla haciendo yoga, y pasar más tiempo con ella tampoco está mal.
La instructora se sienta en una esterilla de color amarillo en el centro de la sala. Su cabello castaño y rizado recogido en un moño alto y su camiseta de flores me causan una buena sensación.
—¿Dónde está la gente? —me pregunta Taeyeon mientras agarro una esterilla morada de la estantería de la pared.
—Hemos llegado pronto —digo.
Le paso una azul y ella la examina antes de colocársela debajo del brazo.
—Cómo no. —Sonríe sarcásticamente y me sigue hasta la parte delantera de la sala.
Empiezo a colocar mi esterilla directamente frente a la instructora, pero Taeyeon me agarra del brazo y me detiene.
—Ni hablar, nos pondremos al fondo —dice, y veo cómo el rostro de la profesora se ilumina con una ligera sonrisa al oír sus palabras.
—¿Qué? ¿Que nos pongamos al fondo en clase de yoga? No, yo siempre me pongo delante.
—Exacto. Vamos a ponernos atrás —repite ella, y me quita la esterilla de las manos para dirigirse al fondo de la sala.
—Si vas a ponerte tan gruñona no deberías quedarte —le susurro.
—No me pongo gruñona.
La instructora nos saluda y se presenta como Sohyun cuando nos sentamos en nuestras esterillas. Después Taeyeon me asegura con rotundidad que va colocada, y me entra la risa. Va a ser una clase divertida.
Sin embargo, cuando la clase empieza a llenarse de chicas con mallas estrechas y tops minúsculos y todas parecen mirar a Taeyeon, me voy poniendo cada vez menos zen. Por supuesto, ella es la única chica atractiva presente. Por fortuna, ella no parece reparar en toda la atención femenina que está recibiendo. Eso, o simplemente ya está acostumbrada... Sí, eso debe de ser. Siempre llama la atención de esta manera. Y no culpo a las personas, pero es mi novia y tienen que mirar a otra parte. Sé que muchas de ellas la miran por los tatuajes y los piercings, y deben de estar preguntándose qué narices hace en clase de yoga.
—¡Bueno, empecemos! —anuncia la instructora.
Se presenta como Sohyun ante todos los demás y da una breve charla sobre por qué y cómo acabó enseñando yoga.
—¿No se va a callar nunca? —gruñe Taeyeon al cabo de unos minutos.
—Estás ansiosa por hacer las posturitas, ¿verdad? —digo enarcando una ceja.
—¿Qué posturitas? —inquiere.
—Primero empezaremos con unos estiramientos —anuncia Sohyun justo entonces.
Taeyeon se sienta inmóvil en el suelo mi
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