capitulo 68
AFTER 2: EN MIL PEDAZOS (Versión TaeNy)Pov Tiffany
Cuando regreso a los vestuarios no encuentro por ninguna parte a la chica que me ha prestado el candado, así que vuelvo a colocarlo en la puerta y, si mañana no me lo pide, seguiré usándolo y se lo pagaré o algo.
Termino de recoger mis cosas y me reúno con Taeyeon en el pasillo.
Está apoyada contra la pared con un pie en el muro detrás de ella.
—Si llegas a tardar más, habría entrado —me amenaza.
—Deberías haberlo hecho. No habrías sido la única —miento, y observo cómo le cambia el gesto.
Paso de largo y doy unos cuantos pasos. Entonces me agarra del brazo y me da la vuelta para colocarme frente a ella.
—¿Qué acabas de decir? —inquiere con los ojos entornados y primitivos.
—Es broma. Sólo te estaba provocando. —Sonrío con petulancia y, con un resoplido, ella me suelta del brazo.
—Creo que ya me has provocado bastante por hoy.
—Puede. —Sonrío de nuevo.
Sacude la cabeza.
—Está claro que te gusta torturarme.
—El yoga me ha relajado y me ha limpiado el aura —digo, y me echo a reír.
—Pues a mí no —me recuerda mientras salimos.
El primer día del nuevo trimestre ha ido bastante bien, incluso la clase de yoga, que ha acabado siendo bastante divertida. No suelo preferir la diversión en lo que a estudios se refiere, pero ha sido agradable estar con Taeyeon. La clase de religión puede ser un problema por la falta de estructuración, pero intentaré dejarme llevar para no volverme loca.
—Tengo trabajo que hacer durante un par de horas, pero habré terminado a la hora de cenar —me dice Taeyeon. Ha estado trabajando mucho últimamente—. El concierto de BigBang es mañana, ¿no? —pregunta.
—Sí. Vas a ir, ¿verdad?
—No lo sé...
—Necesito saberlo, porque si tú fallas iré yo con Seohyun —respondo.
Seguro que Seohyun preferiría ir conmigo, aunque no les vendrá mal pasar un rato juntas para establecer vínculos. Sé que nunca serán amigas de verdad, pero sería de gran ayuda que se llevarán mejor.
—Joder, está bien, iré... —suspira metiéndose en el coche.
—Gracias. —Sonrío, y Taeyeon pone los ojos en blanco.
Media hora después, aparcamos en la plaza de siempre en el parking de nuestro apartamento.
—¿Qué tal las clases? —le pregunto—. ¿Las odias todas menos la de yoga? —bromeo para suavizar el ambiente.
—Sí, menos la de yoga. El yoga ha sido... interesante. —Se vuelve para mirarme.
—¿En serio? Y ¿eso por qué? —Me muerdo el labio inferior en un intento de aparentar inocencia.
—Creo que tiene algo que ver con una castaña —sonríe
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