Capítulo Cuarenta y Ocho
CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN TAENY)Las rabiosas palabras que habían estado esperando tanto tiempo para salir,
estaban atascadas en su garganta sin querer salir en el momento en el que podían hacer más daño.
―Maldita seas, Doc,― susurró, girándose y caminando hacia la ventana.
Parte de ella deseaba tanto azotar verbalmente a su madre
y hacerla pedazos.
Después de todo, lo vino bien enumerar en sus sesiones de terapia
con Jessica todos los defectos de su madre.
¿Qué peso aguantaban sus espaldas ahora?.
―¿Sabes cuantas veces he deseado no haber nacido?,―
preguntó todavía de cara a la ventana.
―¿No tener que vivir éste infierno que era mi vida?,―
girándose reveló una mirada acusadora hacia su madre.
― ¿Nunca se te ocurrió durante todas esas noches
que mientras tú te emborrachabas con el wishkey
tus hijas podrían necesitarte, ni si quiera un poco?.―
―Tiffany, sé que les fallé a ti y a tu hermana...―
―Oh, tienes razon,― dijo cortando a su madre.
― ¿Sabes lo que me pasó después de que me largara?.―
Margaret dejó caer la cabeza, sus ojos parpadeando.
―Tu hermana me lo conto,― dijo muy despacio.
―¿Te contó cómo tuve que acostarme con hombres
para poder ganar suficiente dinero?,―
parte de ella tomó una sensación de orgullo con la
aflicción de su madre, pero al mismo tiempo otra parte la hizo sentir hueca,
un doloroso vacío que todas las palabras de odio del mundo no podrían jamás
llenar. Dándole una patada a la silla, la empujó
y se sentó sobre el asiento de vinilo.
― Hice lo que tenía que hacer.― dijo suavemente.
― No podía volver al infierno.―
Cruzando los brazos por delante, se inclinó sobre la mesa.
― Solía soñar que algún día tú vendrías y que nos alejarías de él, que dejarías de
beber y que serías una madre para nosotras como la que tenían los demás.
Una que se preocupara por sus hijos, que se asegurara de llevar a sus hijos
al colegio con la ropa limpia, que les hiciera la cena en lugar de hacerlas
preparársela ellas mismas.―
Ignorando la presión en su pecho, Tiffany
continuó presionando, bajando su mirada hacia la nada.
― ¿Por que?,―
Tragando con dificultad subió la cabeza para mirar a su madre.
― ¿Por qué no podías ser como las otras madres?
¿Por qué no te podías haber preocupado por nosotras
como te preocupabas del maldito wishkey?.―
Margaret sacó un pañuelo de su bolsillo y se secó los ojos con él.
―Lo siento,― dijo, su voz desgarrandose.
― Siento haberme casado con tu padre,
siento no haberlas alejado de él cuando éran unas bebés.
Y siento no haber podido darme cuenta
de lo mucho que la bebida estaba destrozándolo
todo a mi alrededor.―
Se secó los ojos otras vez y esnifo.
― Siento no haber sido la madre que debías haber tenido.―
Tiffany quería dudar de la sinceridad de la mujer que tenía delante, de
pasar los temblorosos labios y lágrimas como un intento desesperado de
ganar su simpatía, pero no podía negar que había arrepentimiento de
corazón y dolor en la voz de su madre.
―Yo tambien,―
dijo sacando un cigarrillo y encendiendolo.
― Yo tambien,―
repitió suavemente.
Sus oídos captaron el sonido de Michelle y Taeyeon hablando
en el salón, más bien acaloradamente
si el creciente volumen era una indicación de ello.
Intentó escuchar pero solo cogió una palabra o dos a la
vez que las voces volvían a bajar.
Mirando su cigarrillo, Tiffany dejó que los
segundos se convirtieran en minutos, el silencio únicamente roto por el
tic-tac del reloj de la cocina y de las pisadas de los niños
al correr por el pasillo.
Estaba cansada.
Cansada de todo el enfado, todas las lágrimas, todo el dolor.
Nada iba a cambiar la pesadilla que fue su infancia.
Era hora,
si no de perdonar el pasado, vivir con el presente.
Tomando aire fuertemente,
levantó la cabeza y miró fijamente a los ojos brillantes de su madre.
― No puedo perdonarte por lo que paso,― dijo.
― Pero no te odio.― Levantándose, apagó su cigarrillo.
― Supongo que solo quería que lo supieras,―
dijo volviendo a colocar la silla en su sitio.―
Taeyeon y yo nos vamos a marchar ahora,― dijo caminando hacia la puerta.
―¿Tiffany?―
Se paró delante de la puerta y se giró para mirar a su madre.
―¿Sí?.―
Margaret se levantó descansando sus manos en la mesa para ayudarse.
―Gracias,― dijo, permitiendo que rodara una lágrima por su mejilla.
Tiffany la miró incómoda.
―Sí, bueno…― puso su mano en la puerta.
― Lo hice por mi.―
Empujó la puerta y salió antes de que Margaret pudiera decir nada.
Krystal saltó desde su asiento en el suelo tan pronto como Tiffany
entró en la habitación.
―¿Discutieron tú y la abuela?.―
―No Krys, no discutimos.― dijo Tiffany mientras veía a su sobrino sentado
en frente de la televisión totalmente concentrado en un videojuego de carreras.
― Estuvimos hablando y se está haciendo tarde,
así que Taeyeon y yo
tenemos que volver a casa.―
Escuchó el gruñido de la puerta de la cocina al
abrirse detrás de ella. Moviéndose a un lado vió a Michelle ayudando a su
madre a sentarse en el sofa.
― Te llamaré manana,― dijo cuando pasaba junto a su hermana.
Michelle asintió pero no dijo nada.
― Bien, como sea.―
Agachándose para abrazar a Krystal,
― Sé buena, ¿esta bien?.―
―Si, tía Tiffany. ¿Cuándo vas a volver?.―
―Pronto,― dijo.― O tú puedes venir a mi casa.―
Los ojos de Krystal brillaron.
―¿Cuándo?―
Poniéndose en duda, miró directamente a Taeyeon.
―Uh…no lo sé.―
―¿Qué hay la semana que viene?,― sugirió Taeyeon.
― Eso me dará tiempo para prepararlo todo.―
Tiffany sabía que a lo que se refería su amante era a esconder todo lo
rompible de las manos curiosas de los niños.
―Si, la semana que viene está bien si a tu madre le parece,―
le dijo a su sobrina.
Michelle asintió.
―Tan pronto como tengas esa habitación limpia y ordenada,― dijo.
―¿Puedo ir yo tambien?,― preguntó Minho desviando su atención del
videojuego por unos segundos.
―Sí, tú también puedes venir,― dijo Tiffany.
―Las acompañaré al coche,― dijo Michelle.― Minho, tus juguetes están
esparcidos por todas partes. Recógelos y ponlos a un lado, por favor.―
―Ya voy mamá.―
―Yo le ayudare,― añadió Krystal, arrodillándose y recogiéndolo todo.
Tiffany se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta,
Taeyeon y Michelle detrás de ella.
―¿Que?,― preguntó Tiffany tan pronto estuvieron fuera.
―¿Qué le dijiste?,― preguntó Michelle.
―Um, iré a encender el motor para que vaya calentandose,―
ofreció Taeyeon, aunque no hacía tanto frío como para eso.
―Solo hablamos,― le dijo Tiffany a Michelle mientras Taeyeon se alejaba.
― Nada de lo que tengas que preocuparte.―
―Bien, me preocupo,― dijo Michelle.― Tú eres mi hermana y ella es mi
madre. Te pasaste la mitad de la noche lanzándole miradas y no le has
dicho una sola palabra agradable desde que volviste. ¿Y se supone que no
debo preocuparme?.―
Tiffany sacó los cigarrillos de su bolsillo y le ofreció uno a su hermana.
―No puedes esperar que todo vaya maravillosamente bien entre nosotras,―
dijo mientras cogía uno para ella misma y lo encendia.― Y nunca voy a ser
tan agradable con ella como lo eres tú, así que no lo esperes.―
―¿Pero…?
Inhalando profundamente, Tiffany dio una gran calada
de su cigarrillo antes de contestar.
―Pero si no intenta actuar como la madre del año o como si se preocupara
por mí, creo que podemos llegar a comportarnos
civilizadamente la una con la otra.―
―Y quién sabe lo que puede pasar a partir de ahi,― dijo Michelle, añadiendo su
humo a la nube que ya les rodeaba.
―No presiones tanto,― advirtió Tiffany,― Estoy segura que Doc y yo
tendremos una endemoniada sesión sobre esto. Bueno, y
¿De qué hablaron Taeyeon y tú?.―
―De qué va a ser,― dijo Michelle,― de ti,
pero le dejaré a ella que te lo cuente.―
―Dímelo.―
―Dime tú lo que le dijiste a mama,― contestó Michelle mosqueándo más a
Tiffany.― ¿Ves?, así que pregúntale a tu novia y yo le preguntaré a mamá y
así ambas lo sabremos.―
―Eres como un grano en el culo, ¿lo sabias?,― dijo Tiffany golpeando a su
hermana con el codo.― Siempre lo fuiste.―
―Tú tambien,― dijo Michelle.― Krystal se parece mucho a ti. Vas a pasarlo
muy bien con ella la semana que viene. Se mete en todo.―
Tiffany dejó caer su cigarrillo al suelo y lo apagó pisándolo con su zapatilla.
―Estoy segura que puedo arreglármelas con ella durante unas horas.―
―¿Horas?. No, te la vas a quedar todo el fin de semana.―
―Uh, uh para todo el fin de semana, no,―
dijo agitando la cabeza. ― De ninguna manera.―
―¿Qué hay de una noche?.―
―Si no hay elección.―
―Entonces supongo que durante las vacaciones de verano está fuera de
discusión ¿uh?,― bromeó Michelle.― Ah, no hay problema. Escucha, mejor te
dejo y así ustedes dos podran llegar a casa pronto. Dile a Taeyeon que le
deseo buenas noches, ¿si?.―
―Claro, hasta luego.― Tiffany se giró para marcharse cuando se encontró
detenida por Michelle que la cogía para abrazarla.
―No irías a marcharte sin darle un abrazo
a tu hermana más grander, ¿verdad?.―
―Ya no eres exactamente mi hermana más grande,― dijo Tiffany.
―Cierto, por el pecho.― dijo Michelle apartandose.
― Bien, hablaré contigo mañana.―
―Bueno, ¿Y de qué hablasteis ustedes dos?,― preguntó Tiffany mientras
cerraba la puerta del coche.
―De nada importante,― dijo Taeyeon poniendo la directa y apartándose de la
acera.― ¿Qué tal tú y tu madre?.―
―Creo que hemos llegado a un entendimiento,― dijo Tiffany,― pero no
esperes que vaya a buscarle algún regalo para Navidad o algo así.―
―¿Estás bien?.―
Tiffany estuvo mirando a través de la ventana durante unos segundos
antes de contestar.
―Sí, eso creo.― Sonrió cuando sintió que Taeyeon le apretaba la rodilla
reconfortantemente.― Estaré bien, de verdad. Es solo…no sé, el
cansancio.― Entrelazó sus dedos con los de Taeyeon.
― Te quiero.―
―Yo también te quiero,― dijo Taeyeon apretando sus manos unidas.
― ¿Quieres que paremos en el parque antes de ir a casa?. Hace un poco de
frío, pero podemos caminar un poco por el paseo si quieres.―
―No, solo quiero ir a casa,― dijo Tiffany apretando su frente contra el frío
Tiffany.― Ir a casa y meterme bajo una bonita y gruesa manta contigo.―
―Suena bien, sabes que me encanta enroscarme contigo,― dijo Taeyeon
bajando la velocidad para incorporarse a la autopista.
―Sí, y entonces puedes contarme de lo que hablasteis Michelle y tú.―
―¿Realmente quieres saberlo?,― dijo Taeyeon. ―Está bien. Le dije que pensaba
que estaba siendo injusta contigo y que debía dejarlas hablar , a sola.―
Tiffany bajó la ventanilla unos centímetros y sacó un cigarrillo.
―¿Y qué dijo ella? Oí cómo levantaron las voces un par de veces.―
―Primero envió a los niños a que se pusieran sus pijamas. Me alegro de que
lo hiciera, porque no quería discutir con ella en frente de los niños.―
―Sí, suena como una buena idea,― dijo Tiffany― ¿Y?.―
―Así que primero intentó decirme que se trataba de un asunto familiar y
que debía permanecer al margen y yo le dije
que cuando tenía que ver contigo,
también era mi problema porque te amo,― dijo Taeyeon.
― Le señalé a Michelle
que mientras ella había tenido alrededor de diez años para aclarar
sus sentimientos sobre vuestra madre,
tú tan solo comenzabas a lidiar con ellos
y que debería ser más comprensiva.―
―¿Oh,si?,― Tiffany le dio una larga calada a su cigarrillo.― Parece que se lo
dejaste claro, mi heroe,― se inclinó hacia un lado y presionó sus labios
contra el hombro de Taeyeon.
― Me alegra de que estuvieras allí conmigo.―
―Siempre,― prometió Taeyeon.
CONTINUARA....✍(◔◡◔)
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