Capítulo Cuarenta y Cuatro
CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN TAENY)
Después de que los niños terminaran de cenar, se sentaron en el suelo del
salón mientras Michelle y Tiffany se acomodaron en el sofá y Taeyeon ocupó la
mecedora. Cuando Margaret salió de la cocina, Taeyeon se levantó para
ofrecer la silla a la anciana mujer, pero la madre de Tiffany levantó la mano
y despacio cruzó el salón.
―Estoy cansada. Me voy a la cama ya,―dijo Margaret.
Tiffany no dijo nada, sus ojos miraban a todas partes menos a su madre
mientras los niños se levantaban y le daban a su abuela un abrazo de buenas
noches.
―Te veré por la manana,― dijo Michelle, aguantando el álbum de fotos sobre
su regazo.
Le dio a Tiffany un amistoso codazo en el costado, pero fue ignorado.
Solo cuando Tiffany oyó la puerta del dormitorio cerrarse, alzó la
cabeza.
― Sabes que lo hizo por ti.―
Alzándose de hombros, Tiffany cogió el álbum de fotos.
―Lo se,― dijo.― Vamos, veamos las fotos.
El resto de la tarde transcurrió calmadamente, los años de separación
fueron apartados mientras compartían fotografías y vivencias. Minho, que
tenía muy poco interés en mirar las fotos, mantuvo a Taeyeon ocupada
mostrándole su destreza con su modesta colección de video juegos. Krystal
iba alternando las actividades de arriba abajo, ayudando a su madre a
contar alguna historia o explicándole a Taeyeon cómo jugar con un juego
determinado.
Ignorando intencionadamente cualquier referencia hecha por
su hermana o su sobrina, fue fácil para Tiffany relajarse e ignorar que su
madre ni siquiera vivía allí.
Cuando se hizo más tarde, se encontró a sí misma
reticente a marcharse, queriendo pasar unas horas más con su querida
hermana.
Fue con los ojos llenos de lágrimas y con fuertes abrazos que,
finalmente se marcharon, prometiendo que se llamarían la una a la otra y que
se volverían a ver pronto.
Taeyeon incluso recibió los abrazos de los cariñosos
Krystal y Minho que querían que volviera y jugara con ellos a sus
videojuegos. Una rápida maniobra para esquivar el coche de Margaret y la
visita terminó.
―¿Quieres hablar?,― dijo Taeyeon mientras conducía el Jeep entre las calles
para salir del parque de caravanas, yendo muy despacio para minimizar el
golpe de los baches de la carretera.
―No,― dijo Tiffany cogiendo los cigarrillos.
― Gracias por venir conmigo. Me
alegra que estuvieras allí incluso aunque pasara la mayor parte del tiempo
con Michelle y te dejara manteniendo a los niños ocupados.―
―No me importo,― dijo Taeyeon,
― Además, viniste para poder pasar el tiempo
con tu hermana. Me encantó ayudar con los niños.―
Tiffany miró los trazos de humo iluminados por las luces de las farolas de
las calles.
―Sabes, no entiendo por qué actúa como si nunca hubiera pasado nada,―
dijo.
―¿Quieres decir Michelle?,― aclaró Taeyeon.
―Sip,― dijo.― Sé que quiere que haga las paces con ella, pero no lo haré. No
tengo que perdonarla por lo que paso.―
Los ojos de Tiffany captaron la
brillante luz amarilla de la valla publicitaria que exaltaba el agradable sabor
de un whiskey conocido.
― Eso estaría bien ahora,― susurró.
―¿Qué?.―
―La valla publicitaria de ahí detras,― sonrió entre dientes y dio una calada
a su cigarrillo.
― No importa.―
Se asustó con la repentina caricia de la mano
de Taeyeon sobre su muslo y tuvo que cogérsela rápidamente para evitar que la
retirara del todo.
― No, está bien,― dijo, volviendo a poner la mano donde
estaba.
― Supongo que tengo demasiadas cosas en la cabeza.―
―¿Te ayudaría el compartirlas?,- se ofreció Taeyeon.
―¿Por dónde empezar?.―Tiffany no conseguía aclarar sus propios
pensamientos para entenderlos y mucho menos para explicárselos a otra
persona.
¿Cuán enfadada estaba de ver a su madre ser tan agradable con los
hijos de Michelle?.
¿Cuánto le molestaba que Michelle se mostrara consternada
por la mujer que había permitido que aquella bestia las golpeara y las
aterrorizara?.
¿Cómo dos malditos meses significaban la diferencia entre
haber vivido con su hermana Michelle o vivir en las calles?.
¿Cómo podía llorar
todavía una niña que en lo más profundo de ella misma sabía que su madre
nunca estaría allí?.
Las razones se arremolinaban en su cabeza, pero el
resultado era el mismo, un odio intenso la recorría y se negaba dejarla en
paz.
―No puedo explicarlo,― dijo finalmente, apretando los dedos de Taeyeon con
los suyos propios.
― Solo quiero volver a casa.―
―Estaremos en la autopista pronto,― dijo Taeyeon desenredando sus dedos de
los de Tiffany cuando llegaron a la entrada de la autopista.
― ¿Te apetece ver una película en la televisión?.―
Tiffany mantuvo la mirada en la oscuridad de la noche.
―Síp, suena bien,― dijo sin ningún entusiasmo.
―¿Estás segura de que no quieres hablar de ello?―
Tiffany permaneció mirando a través de la ventana durante varios segundos
antes de contestar.
―Es solo que no lo entiendo,― dijo.
― ¿Cómo diablos ha olvidado lo que paso?.―
Las emociones seguían agitándose en ella, subiendo más y más cerca
de la superficie. Cruzando sus brazos sobre el pecho, cerró sus manos
formando apretados punos.
― ¿Cómo puede soportar tener a esa mujer
alrededor?.
¿Permitirle estar cerca de los ninos?.―
Se irguió sobre su asiento, golpeando el suelo del coche con fuerza.
― ¿Sabes lo que me dijo?.
Me dijo que era hora de dejar a un lado el pasado y seguir adelante.
¿Puedes creerlo?.
Perdonar a esa….
esa zorra.―
Negó con la cabeza firmemente.
― De ninguna manera.
No después de toda la mierda que tuve que tragar. Si Michelle
quiere perdonarla, bien. Pero yo no.―
―No tienes que hacerlo,― dijo Taeyeon.
― Si es demasiado para ti verla,
arréglalo con Michelle para que en su lugar venga ella a nuestra casa.―
Taeyeon volvió a descansar la mano sobre el muslo de Tiffany.
― Haz lo que tengas que hacer para ser feliz.―
Sintiendo a su enfado desaparecer, Tiffany entrelazó sus dedos con los de
Taeyeon y se los llevó a sus labios.
―Gracias por estar conmigo esta noche,― dijo besando los nudillos de la
escritora.
Sonrió cuando sintió sus manos unidas ser empujadas hacia los
labios de Taeyeon.
Mirando alrededor, Tiffany reconoció el tramo de autopista
por el que estaban pasando.
― Si tomas la primera salida y giras a la derecha
en el primer semáforo verás que hay un parque a un cuarto de milla más o
menos.
¿Te gustaria un paseo a la luz de la Luna?.―
―¿Estás segura que no es peligroso?,― preguntó Taeyeon mientras tomaba la
salida que le había indicado Tiffany y giraba a la derecha.
―El paseo está bastante iluminado y las patrullas de policía pasan por allí
muy a menudo,― dijo Tiffany.― Estaremos bien. Vamos, hace una noche
preciosa.―
Las hojas de los árboles caídas crujían bajo sus pies mientras caminaban
lada a lado por el paseo de adoquines. Había relativamente poca gente
teniendo en cuenta la suave temperatura, permitiendo a Tiffany la
privacidad que esperaba.
Taeyeon tan solo protestó una vez más antes de
pasar su brazo por la espalda de Tiffany, estando de acuerdo en que las
hojas secas las avisarían si se les acercaba alguien por detrás.
El camino giraba alrededor del lago de los patos,
donde había poca luz, llevando a la
pareja hacia la oscuridad y tranquilidad que deseaba la recién encontrada
vena romántica de Tiffany.
―Ven aqui,― dijo sacando a Taeyeon del camino.
―Esto no es seguro,― advirtió Taeyeon antes de que la boca de Tiffany
cubriera la suya.
―Suficientemente seguro,― contestó entre besos.
― Incluso si alguien caminara por aquí,
no nos vería aquí atrás. ―
Apretando a Taeyeon entre ella y el
tronco del árbol, Tiffany disfrutó la sensación de los brazos abrazándola
cariñosamente, mientras los sonidos provenientes del lago de los patos
daban vida a la noche
.― Me gusta esto,― admitió estrechando el abrazo
contra la cintura de Taeyeon. Escondió su cara en el cuello de la escritora
inhalando la esencia a pino de un árbol de los alrededores mezclada con el
olor natural de Taeyeon.
― De alguna forma el estar juntas en el coche no era suficiente.―
Sonrió cuando el abrazo de Taeyeon se hizo más fuerte,
atrayéndola incluso más cerca.
― Supongo que solo necesitaba ser abrazada, eso es todo.―
―Bien, entonces eso es una buena cosa porque me encanta abrazarte,
¿no es asi?,― susurró Taeyeon en su oreja. ― De hecho,
si estás interesada, la oferta se mantiene para toda la noche.―
―¿Vas a volver a plegar mi ropa otra vez?,― bromeó.
―Eso depende,― dijo Taeyeon,― de si te la vas a quitar o no.―
Tiffany quitó su cara del cuello de Taeyeon y miró hacia arriba mientras
mantenía el abrazo alrededor del cuerpo de su amante.
―¿Y si quisiera dormir contigo pero no me sintiera como para hacer nada
mas?,― preguntó.
―Entonces me enroscaría alrededor tuyo y te abrazaría hasta la mañana
siguiente si eso es lo que quieres,― dijo Taeyeon inclinándose tomando las
mejillas de Tiffany.
Tiffany sonrió y posó sus labios sobre los de Taeyeon.
―¿Por qué eres tan buena conmigo?,― preguntó disfrutando la calidez de
los dedos de la escritora contra sus mejillas.
―Porque,― dijo Taeyeon ahora trazando con su dedo la mandíbula de Tiffany,
―Te quiero.―
Cerrando los ojos, Tiffany dejó que las palabras la envolvieran, deseando
creerlas con cada una de las fibras de su ser.
―Yo…yo nunca…―
Su voz atorada en su garganta, tuvo que tragar
pesadamente y empezar otra vez.
― Nunca creí que nadie pudiera nunca amarme,
sobre todo si sabía la verdad sobre mi.―
Sintiendo que las manos de Taeyeon se movían
para abajo hacia sus caderas,
subió las suyas para rodear el cuello de la escritora.
― Y tú la sabes.―
―Sí, la se.,― dijo Taeyeon suavemente
.― Sé que eres incapaz de volver a
poner el periódico en orden después de haberlo leído.
Sé que aprietas el tubo de pasta de dientes por el centro
y que eres alérgica a poner el rollo
de papel higiénico en el portarrollos.
Sé que tu desorden me lleva loca, y
también sé que te amo.―
―A pesar de todo eso ¿eh?,― se burló Tiffany, luchando contra el escozor de
sus ojos.
―Tal vez por todo eso,― susurró la escritora.― Dicen que los polos
opuestos se atraen.―
―No puede haber mucha gente más opuesta que nosotras.―
―No, no mucha,― estuvo de acuerdo Taeyeon.
―Yo también te quiero,― dijo Tiffany rápidamente temerosa de que las
palabras se le trabaran si las decía más despacio.
― Tiene que ser amor. Nunca he sentido esto antes.―
Trayendo de nuevo su mano izquierda, Tiffany
posó su dedo pulgar sobre el labio inferior de Taeyeon.
― Nunca me ha gustado besar a alguien antes, pero…―
Incapaz de resistirse, se inclinó y pasó su lengua sobre la suave boca.
― Dios, besas tan bien.―
―Mmm, tú tambien,― murmuró Taeyeon.
Tiffany sintió la aspereza de la corteza del árbol en sus nudillos y sabía que
tenía que ser incómodo para la espalda de Taeyeon, pero cada vez que
intentaba apartarse, se encontraba abrazada más fuerte. La confusión de la
tarde desapareció y fue reemplazada por la seguridad de que ningún daño la
alcanzaría entre aquellos brazos.
―¿De qué estábamos hablando?,― preguntó algo confusa cuando sus labios
se separaron.
―Estabas diciendo que me querias,― dijo Taeyeon manteniendo a Tiffany
firmemente sujeta contra ella.
― Y yo te estaba diciendo que te quería.
Nada más importa, no ésta noche.―
Y después de un último beso en la oscuridad, la pareja tomó el camino y
relajadamente volvió a la zona de parking. Mientras la reunión con su familia
le había causado un torbellino de emociones, pasear con Taeyeon cogida de la
mano a la luz de la Luna le dio a Tiffany la tranquilidad que necesitaba
después de la tormenta.
***
―Bueno, ¿qué es lo que ocurre?,― preguntó Jessica
mientras cerraba la puerta.
― No es propio de ti pedir una cita de improvisto.―
―Fue un infierno de fin de semana, Doc,― dijo Tiffany mientras se dejaba
caer sobre el puff.
―Vi a Michelle.―
―¿Tu hermana?. ¿Cómo es eso?.―
Tiffany brevemente le dio los detalles llevando cuidado de omitir su relación
con Taeyeon.
Le habló de sus recién encontrados sobrino y sobrina, de cómo
todavía reconocía a la Michelle que ella conocía en la cara ahora adulta de su
hermana, y una docena de otros detalles que se arremolinaban en su cabeza.
Cuando terminó, levantó la vista para ver a Jessica muy ocupada tomando
notas.
―¿Intentando retener los nombres, Doc?.―
―Oh, sé quién es quien,― contestó Jessica.― Hay un par de cosas sobre las
que me gustaría volver.―
―¿Cómo que?,― Tiffany la miró y cruzó sus brazos desafiantemente
sabiendo muy bien hacia dónde su terapeuta querría ir.
―¿Cómo te sentiste al ver a tu madre otra vez?.―
―¿Cómo crees que me senti?,― dijo Tiffany, los músculos de su mandíbula
tensos.― No podía creer estar de pie en el supermercado y que ella
apareciera como si fuera una pesadilla o algo así, actuando como si estuviera
triste y como si me hubiera estado echando de menos y esas cosas.―
―¿No crees que te echara de menos?.―
Levantando sus hombros, Tiffany miró a la nada.
―Lo dudo. ¿Por qué deberia?. No me prestó atención cuando estaba alli.―
Empezó a balancear su pie adelante y atras.― Deberías haber visto la forma
en la que actuaba, toda agradable, agradable, haciéndole la cena a los niños
y todo.―
―¿Te molesta que tu madre esté haciendo cosas por sus nietos que no hizo
en su día por sus propias hijas?,― preguntó Jessica.
―Todo es una actuacion,― dijo Tiffany enfadada, el ritmo de su pie
aumento,
― Como cuando me miró antes de retirarse a su habitación.―
―¿Cómo te miró?―
―Como si estuviera toda dolida porque yo no le hablara,― dijo.
― Vale que Michelle la perdone, pero yo no.―
Sintiendo demasiada energía como para
quedarse quieta, Tiffany se levantó y caminó hacia la ventana.
― No sé cómo puede hacerlo.
Yo no puedo soportar estar en la misma habitación que esa
mujer y mucho menos vivir con ella.―
Sus dedos agarraron el marco de madera de la ventana.
― Después de todas las cosas que mi madre nos hizo,
que permitió que nos hicieran.
¿Cómo diablos puede Michelle haberla perdonado?.―
―¿Se lo preguntaste?,― preguntó Jessica.
―Sí, sí, por supuesto que se lo pregunté. Dijo que nuestra madre ha
cambiado, que ya no es la inútil borracha que era. A lo mejor es que se
supone que me debo de sentir mal por su decrepitud por la artritis o lo que
diablos sea que tenga.―
Girándose, Tiffany fijó su vista en el saco para
golpear de la pared del fondo.
― Tantas noches…tantas veces deseé que viniera a protegerme,
que le plantara cara a él por sus niñas, que hiciera algo,
lo que fuera para demostrarme que me quería. ¿Por qué no lo haria?,―
Necesitaba dejar salir su enfado, atravesó la habitación como un rayo y de
dio un puñetazo al saco con su puño izquierdo.
― ¿Por qué?, ¿Qué diablos tenía yo de malo
para que ella no pudiera hacer esa pequeña cosa?.―
El saco
de golpear se sacudió ante otra descarga de sentimientos.
― ¿Y piensa que voy a perdonarla?,―
golpe
― ¿Solo por que ella lo quiera?,―
golpe
― ¿Por qué Michelle lo quiera?―
golpe
― No―
golpe
― No tengo que hacerlo ―
golpe
― No lo haré ―
golpe
― No lo haré ―
golpe
― No pueden obligarme ―
golpe
― Ya soyadulta ―
golpe
― Si Michelle quiere vivir con ella y pretender que todo es
perfecto, bien.
No me importa ―
golpe
― Ella no sabe lo que pasó cuando se marchó. ―
Sus nudillos dolían por los repetidos puñetazos al saco, Tiffany se
dejó caer al suelo sobre la colchoneta y subió sus rodillas hasta su pecho
cogiéndoselas fuertemente con sus brazos mientras veía a Jessica acercarse,
la terapeuta ahora sentada a tan solo unos pies de la colchoneta.
― No lo sabe,― repitió.
La lucha fue lentamente apaciguándose en el cuerpo de
Tiffany y con ella el tono de sus palabras.
― Ella ya no estaba allí para protegerme de él.
Eso me dejó solo con mi madre y ella no levantó un solo
dedo para ayudarme, así que ¿Por qué debería hacer yo algo para ayudarla?.
No me importa dejar que piense por el resto de sus días que su hija la odia.―
―Lo opuesto al amor no es el odio, es la indiferencia,― dijo Jessica.
― Ella es tu madre, Tiffany.
Ella era la que se suponía que debía quererte y
protegerte y lo que sientes es el dolor de no haber tenido eso.
Ya hemos hablado de esto antes.―
―Sí, muchas veces, Doc. Lo se,― dijo Tiffany.
―Pero una cosa es no verla,
no saber dónde está o no saber qué ha sido de ella y,
otra muy distinta saber
que está viviendo con Michelle y cuidando la familia que nunca tuvimos.―
Haciendo su cabeza hacia atrás, Tiffany tomó aire profundamente
― Es como si el hecho de que me marchara
hubiera servido para que las cosas les fueran mejor.
Al cabrón le dio un ataque al corazón, Michelle volvió a casa, y
entonces mi madre decide que ya es hora de dejar de ser una borracha.―
Sacudiendo su cabeza cerró los ojos fuertemente e inhalo.
― Cuando la necesitaba para que fuera mi madre,
no pudo hacerlo. Ahora que quiere serlo,
yo no la necesito…o no quiero.―
―¿Y qué hay del enfado contra tu hermana?,―
preguntó Jessica haciendo que Tiffany irguiera la cabeza.
―¿Enfado?. ¿Con Michelle?. De ningún modo, Doc. ¿No estuviste escuchado?.
Odio a mi madre, no a mi hermana.―
Estirando sus rodillas, Tiffany cruzó los
brazos sobre su pecho, usando la pared para apoyar su espalda.
―No he dicho odio,― dijo Jessica― he dicho enfado. Es obvio que estás
enfadada con Michelle.―
―¿Y por qué debería estar enfadad con la hermana que llevo más de una
década intentando encontrar?,― dijo Tiffany levantándose y poniendo algo
de distancia entre la terapeuta y ella.
― ¿Sabes cuantas veces pensé que
estaría muerta?.
Todo éste tiempo tan solo ha estado a una llamada local de
distancia, viviendo con nuestra madre.―
Plantándose detrás del reclinable, Tiffany apretó el respaldo de piel.
― Todo este tiempo ha estado viviendo la
vida que debíamos haber tenido. Tiene un buen trabajo, dos niños preciosos
que están sanos y un lugar en el que vivir. Yo soy la que cada día tiene que
esforzarse en pasar el día sin caer al suelo medio borracha, la que solía
quitarse la ropa para ganar dinero,―
bufó y gesticuló ante Jessica-
―Diablos, yo soy la que necesita ver a una terapeuta
porque está bien jodida. ¿Y yo?.
Yo voy y elijo a la única terapeuta que no puede hablar conmigo sobre las
cosas que más necesito.― Sacudió su cabeza.
― ¿Podría hacer mi vida un poco más complicada?.―
―Tiffany, sabías que si hacíamos esto, no podríamos hablara sobre Taeyeon,―
dijo Jessica levantándose de la colchoneta y acercándose al reclinable.
―Pero yo no sabía lo que sentiría por ella,― dijo Tiffany.
― Entonces yo no sabía que nosotras…―
al darse cuenta de lo que iba a decir, puso cara de
sorpresa,
entonces se figuró que la terapeuta ya se lo había imaginado por
ella misma.
― No sabía que acabaría amandola,― dijo tranquilamente
viendo el dolor interior en la mirada de la terapeuta.
Cuando Jessica habló, fue en un tono cuidadoso sin ningún intento de reflejar
sus propios sentimientos.
―Entonces tú y Taeyeon….¿son amantes?.―
―Si,― dijo Tiffany encontrándose a sí misma incapaz de aguantarle la
mirada a la ex amante de Taeyeon.
Hubo una larga pausa antes de que Jessica hablara.
―Nuestro tiempo casi ha terminado,―
dijo a pesar de faltar alrededor de quince minutos.
―Doc,― comenzó Tiffany.
―Asegúrate de continuar con tus reuniones y de escribir en tu diario,―
dijo Jessica.― Te veré el viernes.―
―Espera,―Tiffany se acercó y agarró el hombro de Jessica.― Estás triste,―
juzgó correctamente.
―Si quieres explorar una relación con alguien no es mi problema,― dijo
Jessica.
― Por favor, Tiffany, tengo papeleo que hacer antes de que llegue mi
siguiente paciente.―
―Creo que dijiste que no se permitían gilipolleces en ésa oficina, Doc,― dijo
Tiffany retirando su mano.― Tienes razón en lo de que necesito saber por
qué estoy enfadada con Michelle. No me había dado cuenta de que lo estaba
hasta que tú me lo señalaste. Tal vez por eso es por lo que te necesito
tanto, para ayudarme a ver lo que es obvio cuando yo misma no puedo.―
Poniendo sus dedos alrededor de la manivela de la puerta, Tiffany hizo una
pausa y miró a Jessica.
― Así que déjame decirte lo que veo ahora, Doc.
Veo a alguien que todavía siente algo por Taeyeon.
Puedes esconderte detrás de
todas esas guías éticas todo lo que quieras,
pero esto es algo de lo que vamos a tener que hablar. ―
Abrió la puerta.
― Nos vemos el viernes ¿verdad?,―
esperó a que Jessica asintiera para cerrar la puerta, las
emociones arremolinándose como siempre ocurría después de una intensa
sesión.
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