Capítulo Catorce
CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN TAENY)NUEVO CAPÍTULO
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Taeyeon sonrió al dar click sobre el botón de guardar. Se había despertado
solo hacía dos horas, y ya había logrado escribir cuatro páginas completas.
Estaba tan concentrada en su escritura, que no escucho los primeros dos
timbrazos del teléfono. —No ahora— suspiró, haciendo rodar su silla con
ruedas hacia el borde de la cama y contesto el teléfono que estaba sobre la
mesita de noche. —¿hola?—
—¿Me has estado llamando?—
—¿Heechul?— Usó sus pies para empujar la silla de regreso al ordenador. —
¿dónde has estado?—
—Mira Taeyeon, solo escúchame ¿Ok? Sé que debes estar un poco molesta
conmigo … —
—¿Molesta?— Ella puso su pie en el borde de su escritorio y puso el otro
sobre el. —Creo que molesta es una palabra muy sutil para esto, ¿no lo
crees? ¿Sabías que ella era la stripper del Tom Cat Club?—
—Bueno err um ...—
—Heechul, tus orejas se están poniendo rojas. No me mientas, te conozco
demasiado bien—.
—Taeyeon, cuando ella entró en mi oficina pensé en que había sido una
intervención divina. Tú sabes que ya ha pasado mucho tiempo—.
—No necesito que me arregles encuentros amorosos—.
—Te lo recompensaré, lo juro— él dijo, con su voz subiendo de tono. —Ya le
encontré a ella otro lugar. Un dormitorio en el otro extremo del complejo. Y
aun seguirá pagando la misma renta que ahora—.
—¿Tú le encontraste ...?— Taeyeon vaciló. ¿Eso no era acaso lo que quería? No
podía estar viviendo con una bebedora, que fumaba marihuana, que era una
stripper bastante mal educada, quería que se fuera, ¿o no? Eso es lo que
estaba deseando ¿no es así?
—¿Taeyeon?—
—Si, aun sigo aquí, Heechul. ¿Así es que le encontraste otro apartamento?—
—Esta cerca de los contenedores y tiene solo un baño pero creo que será
suficiente para ella. Lo tome por 175 dólares y puedo hacer uso de los viejos
muebles y el hecho que no ha sido rentado en 4 meses no causara problemas
con la oficina central. Será perfecto, Taeyeon. Te prometo que le gustará y se
mudará— él dijo alentadoramente. —Todas las alfombras han sido limpiadas
y ella podrá mudarse a su nueva casa el fin de semana—.
—Um.....— Maldición, ¿qué estoy pensando? —¿Heechul? ¿Me puedes hacer el
favor de no mencionarle esto a Tiffany?—
El silencio invadió la línea telefónica. —¿Escuche correctamente? ¿No
quieres que ella se mude?—
—Bueno…mira, tú dijiste que el apartamento no había sido rentado en 4
meses, ¿correcto?—
—Así es. La gente siempre quiere muebles y alfombras nuevas y no se
podrán remplazar hasta el próximo año—.
—Así que si las cosas cambian y el apartamento está todavía disponible, ella
podría tenerlo al mismo precio, ¿correcto?—
—Supongo, pero no se lo puedo estar apartando. Si puedo conseguir un
inquilino para el apartamento, lo rentaré—.
—Entiendo— ella dijo, sintiéndose mas confiada de que había tomado la
decisión correcta. —Creo que las cosas podrían funcionar por aquí después
de todo—.
—Oh, ¿en serio?— Él dijo, acentuando más las últimas palabras. —¿Tu cama
esta teniendo algo de más acción?—
—Heechul, basta con eso— ella reprendió. —Tiffany es heteroual y
yo no estoy interesada en mujeres heterouales. Es sólo que…pues, nos
estamos llevando bien, eso es todo—.
—Se están llevando realmente bien, estoy seguro—.
—¡Heechul!—
—Está bien, está bien. ¿Estás segura de esto?—
¿Lo estoy? Ella aspiró profundamente y soltó el aire lentamente. —Estoy
segura—.
—¿y ya no estas molesta conmigo?—
—Ya no estoy molesta contigo. ¿Y dime como están las cosas entre tú y
Donghae?—
—Lo usual. Parece una perra celosa ya sea por una cosa o por otra. Es
realmente molesto, realmente no sabe como dejar pasar las cosas—.
—¿Qué hiciste esta vez? ¿O, debería decir con quién?—
—No hice nada esta vez. Él sólo cree que sí lo hice—
—No es como si él tuviera razón para dudar de tu palabra, Heechul—
—Claro que no. Bueno, al menos no últimamente—
—Exactamente— ella dijo. —Así que ahora que ya no estoy molesta contigo,
cuando venís Donghae y tú a cenar?—
—¿Que tal esta noche? Él se queja que no sale lo suficiente—.
¿Te sientes con ánimos de cocinar?—
—Bueno ... —
Riéndose, Taeyeon negó con la cabeza y sonrió. —Bien. No creo que Tiffany
tenga que salir a trabajar hasta las siete más o menos. Hagamos la cena
como a las cinco treinta—.
—Maravilloso. Donghae ahora conocerá a alguien nuevo para quejarse sobre
mí.—
—¿Estás a dieta otra vez?—
—Oh cielos, por favor. ¿Con estos muslos? Ningún fettuccine alfredo para
mí—.
—Bien. ¿Que tal un pollo con limón?—
—¿Quieres que traigamos alguna cosa? Donghae acaba de aprender a cocinar
un souffle de espinacas de miedo—.
—Suena delicioso—
—Espléndido. Él dice que no aprecio demasiado lo que cocina. ¿Casual o
semi-formal?—
—Casual, por favor. Es una simple cena, Heechul, no un banquete—
—Casual entonces. Las veremos entonces a ti y a la señorita grandes tetas a
las cinco —.
—Heechul, ni siquiera se te ocurra hacer ese tipo de comentarios delante de
ella— Dijo Taeyeon, sabía demasiado bien que su amigo tenía ese hábito de
señalar las características más sobresalientes de las personas de una forma
no muy sutil. —Ella es un poco sensible—.
—Ok—
—Bye Heechul—
—Bye—
Colgó el teléfono y devolvió su atención a la escritura. Minutos más tarde
escucho a Tiffany salir de su habitación y entrar al baño. Después escuchó
el chasquido del cerrojo. Hora de bañarse, ella adivinó, lo confirmó un
minuto más tarde por el sonido de agua corriendo. Decidió tomar un
descanso breve, Taeyeon vestía su túnica y se dirigió hacia abajo.
El ruido del secador de pelo ahogó por completo todos los demás sonidos en
el modesto cuarto de baño. Tiffany observó su reflejo mientras usaba el
secador y cepillaba su rubio cabello. Necesito un corte de pelo, pensó
cuando un largo mechón se rehusó a acomodarse. Un olor agradable flotó en
el aire por debajo de la puerta. Mmm, maravilloso ¿Que estará cocinando?
Huele bien. Le dio a su pelo algunos cepillados finales antes de apagar el
secador y desenchufarlo. Vistió unos cómodos pantalones cortos y una
camisa sin mangas, esperando pasar el resto del día relajándose antes de ir
a trabajar al club más tarde. Deslizando sus pies en sus sandalias, lanzó su
toalla sobre el tubo de la ropa sucia y dejó el cuarto de baño.
Encontró a Taeyeon en la cocina retirando una bandeja de rollos del horno.
—Buenos días—.
—Buenos días— la escritora contestó, colocando cuidadosamente la bandeja
caliente sobre el estante. —Realmente ya son diez minutos después de
mediodía así que buenas tardes—. Movió los rollos hacia un plato. —¿dentro
o fuera?—
Tiffany se asomó a las puertas de cristales corredizas y vio el cielo nublado.
—Mejor dentro—.
—Compre un buen racimo de moras ayer si es que quieres ponerle algo a tu
cereal— dijo Taeyeon mientras llevaba el plato de rollos a la mesa. —¿A menos
que quieras compartir una toronja conmigo?—.
—¿Toronja? Ugh. —Gracias pero yo me las arreglaré con mi cereal alto en
azúcar—. Ella cruzó el cuarto y abrió el refrigerador, sacando la leche y las
moras. —¿Podrías llevarme a Dunphy’s mas tarde? Es que debo recoger mi
coche. Se supone que ya está listo—.
—Seguro. Tengo que ir al mercado de cualquier manera para comprar
algunas cosas para la cena. Heechul y Donghae vienen esta noche—.
—¿El tipo que me alquiló el lugar?—
—Y su novio mas reciente— Dijo Taeyeon mientras cortaba su toronja por la
mitad.
Tiffany llenó un tazón de cereal y se dirigió hacia la mesa. —¿A qué hora
vendrán?—
—Alrededor de las cinco. Calcule que podríamos cenar alrededor de las cinco
treinta así que tendrás tiempo para prepararte para tu trabajo después
—.Sorprendida por la idea, Tiffany sólo podía tartamudear como respuesta. —
Ee-eso suena bien. ¿Viene Jessica?—
—No. Los viernes tiene sesiones de grupo hasta las nueve. Ella estará en el
juego mañana—.
—Oh, entonces ¿solo somos nosotros cuatro?—
—Sí. Pensé que sería genial que tuvieras la oportunidad de conocer a los
chicos. Heechul es un amor—. Taeyeon colocó un pedazo de toronja en su boca. —Y Donghae te recordará a un gran oso de peluche. Él es agradable cuando
quiere pero a veces es tan frío como un refrigerador—
.
—Suena como que son una pareja extraña—.
—Lo son— Taeyeon se rió. —Bien, tu ya has visto a Heechul. Él mide mas o menos como 1.60 cm—. Tiffany asintió con la cabeza en acuerdo. —Donghae mide
por lo menos 1.80cm y pesa cerca de 120 kilos—. Otro pedazo de toronja
desapareció en la boca de la escritora. —Él es un hombre que hace de todo.
Él puso los estantes del gabinete y el armario en tu habitación—.
—¿Tiene un hermano que sea mecánico?— Pregunto mientras vaciaba la
leche sobre las hojuelas —No puedo creer que me costara trescientos
dólares arreglarlo esta vez. Acabo de gastar doscientos cincuenta hace
apenas tres meses—.
—Creo que su hermano es sacerdote—.
—Mejor aún. Él podría darle a mi auto los santos oleos—. Sonrió cuando
Taeyeon se rio pero por dentro ella se preocupó. Las reparaciones se estaban
volviendo más frecuentes y más caras. Sabía que no pasaría mucho tiempo
para que tuviera que comprar otro coche pero estaba corta de dinero y el
mudarse a este apartamento le había costado mucho del dinero que tenía
ahorrado. Además había pagado las últimas cuentas de servicios públicos de
su anterior apartamento y simplemente no tenía dinero para otro coche.
Lentamente masticó un bocado de cereal. ¿Qué voy a hacer? No pasará
mucho tiempo antes de que Taeyeon le pida la mitad de las cuentas más
recientes. Iba a ser un verdadero esfuerzo asegurar apenas el dinero de la
renta para pagarla a tiempo. El día de paga es dos días después.
—¿A que hora quieres ir a recoger tu coche?—
—Oh—. La pregunta de Taeyeon la saco de sus pensamientos. —Creo que
después de que comamos. Cuando te hayas desocupado—.
—Podemos irnos dentro de una hora mas o menos. Tengo que darme una
ducha y vestirme primero. No creo que sea buena idea pasearme en pijama
por las calles—.
—A alguien le gustaría eso, estoy segura— Dijo Tiffany, usando su cuchara
para seguir una mora de su cereal. Atrapándola, finalmente la metió en su
boca. —Éstas saben bien. Deberías comer algo—.
—Pensaba hacerlas en molletes caseros de postre para esta noche—.
—Oh—. Tiffany sonrió y asintió la cabeza con entusiasmo, su boca se le hizo
agua ante el pensamiento. —Amo los molletes de mora—.
—Entonces habrá molletes de mora para el postre—.
—Genial—. Apartando su tazón vacío, trató de alcanzar su café. —¿Y qué
habrá para la cena?—
—Pollo con limón acompañado de arroz tipo oriental y soufflé de espinacas—.
—Suena… interesante—. Miro hacia arriba para ver los ojos azules de Taeyeon
que le sonreían.
—La comida sana no te matará—.
—Eso es lo que tú crees. Mi estómago no la reconocerá—. Se reclinó en su
silla, ya no sentía el deseo de irse rápidamente de la mesa una vez que
terminaba la comida. Taeyeon le dio la confianza de que era bienvenida de
sentarse y quedarse. —¿Puedo preguntarte algo sin que pienses que soy
estúpida?—
—Tiffany, puedes preguntarme cualquier cosa y no pensare que eres
estúpida—.
—¿Qué es el soufflé de espinacas?—
—¿Nunca has comido espinacas?—
—Solo una vez durante una cena pero nunca les di importancia. Usualmente
están frías cuando las he comido—.
—Bien… se le llama soufflé cuando es horneado y las hace ser ligeras y
vaporosas. Es realmente muy bueno—. Taeyeon hizo una pausa. —Donghae lo
traerá—.
El que puede ser tan frío como un refrigerador. —Oh. Supongo que no me
matará si pruebo algo—.
—Intentaré poner una pequeña cantidad en tu plato—.
—¿Quieres que te ayude con la cena?—
—No, yo me haré cargo. Tú puedes entretener un rato a los chicos—.
Tiffany observó la sonrisa que asomaba en la cara de Taeyeon. —¿Por qué?
¿Qué estas intentando decirme?—
—Nada. Tu adoras a los chicos—. La sonrisa se ensanchó.
—Taeyeon—. Tiffany golpeó ligeramente con sus uñas repetidamente sobre la
mesa con énfasis, secretamente gustándole la amistosa broma. Le hizo
recordar las mañanas que pasaba con su hermana. —Dime o esconderé la
aspiradora—.
—¿Esconderla? Tendrás que encontrarla primero. ¿Sabes acaso donde la
guardo?—
Ups, gran error. Dándose cuenta de que había sido atrapada, le dio a su
compañera una sonrisa tímida.
—Lo sabría de seguro, pero tú mantienes el lugar tan limpio que no le vi la necesidad—
—Uh huh—
—¿No me crees?—
—Ni un poco— Taeyeon contestó con una sonrisa.
—Bien. No soy Susie Homemaker*. Es solo que no suelo usar las aspiradoras,
limpiar o hacer cosas como esas—. Nadie me enseñó eso y eso nunca pareció
tener importancia. No es como si al idiota ese le importara si el lugar estaba
limpio o no. Memorias de su pasado le llegaron de pronto, Tiffany sintió el
peso familiar sobre sus hombros. Miró hacia abajo en la mesa. Perdida en
sus pensamientos, no escucho la voz de Taeyeon la primera vez. —¿Qué?—
—Dije que lo estás haciendo bien—
—Tonterías. Tienes razón. No tengo ni idea donde guardas la aspiradora o la
escoba y el trapeador o cualquier otra cosa que tu utilices para limpiar—. Ya
tengo casi dos semanas aquí y aun no he pensado en ayudarle a limpiar el
lugar. —Necesito un cigarrillo—.
Poniéndose de pie, rápidamente cruzó el cuarto y abrió la puerta para salir hacia la cubierta. Maldición. El balcón de arriba ofrecía sombra protegiéndola del sol del mediodía mientras apoyaba su cabeza contra las tablas de madera. No puedo creer que no supe dónde las guardaba. Pensó recordando el remolque de sus
padres. Ella sabía muy bien donde se guardaba la escoba en ese lugar. Había
sido usada contra ella demasiadas veces cuando su madre se encontraba
enfurecida cuando andaba borracha. Una mano firme agarró su hombro y
Tiffany saltó.
—Lo siento—, Dijo Taeyeon mientras salía completamente a la cubierta. —No
quise asustarte—.
—Está bien. Yo simplemente um …— ¿se lo digo así nada mas? —No es nada,
no importa—. Intentó marcharse dando media vuelta pero se encontró
incapaz de resistir la amable presión de las manos de su nueva amiga.
—Tiffany, sentémonos y hablemos un poco—
¿Esto será bueno o malo? Tiffany se preguntó, a regañadientes tomo
asiento. Sé que necesitaré un cigarrillo para esto. Encendió uno y esperó a
que Taeyeon comenzara.
—Lo que quise decir ahí dentro, es que lo estás haciendo mejor ahora
ayudando a mantener el lugar limpio—.
Ella miró a Taeyeon. —¿Cómo?—
—En primer lugar, cuando entro al cuarto de baño ya no encuentro la toalla
tirada en el piso o toda el agua derramada por el lavabo. Ya no dejas tus
platos por todas partes. Ahora los encuentro en el fregadero o en el
lavaplatos. Yo definiría eso como un buen avance—
—¿Y dónde guardas la aspiradora y la escoba?—
—La escoba y la plancha están en el gabinete pequeño cerca de la lavadora.
La aspiradora está en el armario cerca de las escaleras—
—Oh—
—Hagamos un trato, ¿Ok? Tengo un cierto modo de hacer las cosas. Eso
incluye la limpieza. Seamos honestas, Tiffany. Tú no limpiaras de la manera
que yo limpio y yo terminaría haciéndolo de nuevo—. Taeyeon se reclinó en su
silla. —Sólo encárgate de recoger tus cosas y yo me encargaré del aseo
general—.
Genial, ahora ella piensa que soy una buena para nada. —Mira, si me
mostraras como hacerlo yo ... — Tiffany comenzó a decir.
—Realmente, no te preocupes por eso. Soy un poco neurótica sobre
mantener el lugar limpio, mira que lo sé. Mi padre era muy especial en cuanto
a la limpieza y el orden—.
—¿Y qué pasaba si no se limpiaba?— Tiffany preguntó.
Taeyeon se inclinó hacia adelante, descansando sus antebrazos contra de la
mesa. —Una vez tenía prisa para ir al centro comercial con mis amigos e hice
un mal trabajo haciendo mi cama antes de irme—.
—¿Qué sucedió?—
—Él reaccionó justo como un sargento lo haría. Él tiró mi colchón al suelo.
Desafortunadamente, cuando él hizo eso encontró algo que jamás hubiera
querido que viera—. Su cara cobró una apariencia que Tiffany no le había
visto antes… de vergüenza. Taeyeon aspiró profundamente y continuó. —
Encontró algunas revistas de chicas—.
—¿Tenías revistas ográficas de mujeres bajo tu cama?—
—Tres. Ninguna era de esas sucias. Simplemente eran de esas que puedes
conseguir en una simple tienda de comestibles—. La cara de la mujer morena
se ruborizó ante la confesión. —Sólo tenía curiosidad—.
—¿Y es por eso que eres una neurótica de la limpieza? ¿Porque tu padre
encontró tus revistas ográficas?—
—Habría preferido cualquier otra cosa, a que encontrara esas revistas—
—¿Se molestó mucho? Tiffany preguntó, sabiendo que su padre la habría
golpeado por algo así.
—Molesto es una palabra suave— Dijo Taeyeon. —Mando a Jiwoong a la casa de
un amigo y me estaba esperando junto con mamá cuando llegué a casa—
—Oh cielos—
—Él no estaba nada contento. No había hecho nada aún. Como dije, solo
sentía curiosidad—. El rostro de Taeyeon cobró una apariencia distante. —Tuve
que sentarme por casi dos horas teniendo una conversación acerca de o
con mis padres—.
—Oh diablos, eso tuvo que ser horrible—
—Yeah, Mamá hablando sobre la reputación y mientras Padre daba largos
lentos pasos por toda la habitación preguntándome repetidas veces que si
tenia que ver con el incidente en Punta Oeste—. Taeyeon sacudió su cabeza. —
Aparentemente él creía que todas las lesbianas eran de esa manera por que
habían tenido malas experiencias con los hombres. Se convencieron a sí
mismos que sólo era una fase y que pronto se me pasaría, hasta que me mude
con Sunghee—.
—Ella fue tu primera, um... —
—¿Amante?— Taeyeon ofreció. —Sí. Vivimos juntas alrededor de dos meses
después de la graduación. Después de eso el romance se acabó y ella
encontró imposible seguir viviendo conmigo. Por supuesto para entonces ya
no había necesidad de seguir negándolo a mis padres. Creo que para ese
entonces lo habían aceptado—. Se reclinó en su silla. —Tal vez ese es el por
que soy tan cuidadosa, limpia y ordenada en todo. Una que otra vez Jessica
me daba terapias y decía que era en parte por eso—. Giro su cabeza para
mirar el reloj de pulsera de Tiffany. —¿Qué hora es?—
—Casi la una treinta—.
—Será mejor que nos vayamos ya si es que queremos ir al taller y a la tienda
y regresar antes que lleguen los chicos—
—Oh. Sí—. Secretamente Tiffany dio un suspiro de alivio de que la
conversación se acabara. El relato de Taeyeon provocaba recuerdos que ella no
quería que regresaran. Apagando el cigarrillo en el cenicero, siguió a Taeyeon
dentro. Para su sorpresa, la mesa había sido despejada. ¿Cuándo tuviste
tiempo de… Entonces recordó que Taeyeon no la había seguido hacia fuera
inmediatamente. ¿No puedes dejarlo pasar ni por un minuto, no es así? Se
pregunto silenciosamente mientras observaba a Taeyeon subiendo las
escaleras. Ella caminó hacia el teléfono y llamó al taller para asegurarse de
que su coche estaba listo antes de ir a su habitación para tomar su cartera
y sus zapatos de lona. Tal vez podamos hacer una parada en la tienda de
helados en Wilson.
* * *
Tiffany apoyó su codo contra el mueble del mostrador, descansando su
barbilla en su mano.
—Nunca tendría la paciencia para eso—.
Taeyeon echó una mirada a su labor, rociando los condimentos sobre las
pechugas de pollo.
—Es muy fácil seguir la receta—.
—Demasiados pasos— dijo Tiffany, cambiando de posición sus brazos que
descansaban sobre el mostrador. —Prefiero algo que sea más fácil y rápido
de preparar—.
—Sí, ya lo he visto—. Taeyeon colocó la cacerola en el horno. —Mi congelador
nunca antes había visto comida de esa antes de que te mudaras a esta casa.
Tu estómago debe estar hecho de hierro—.
—Lo tengo acostumbrado. Crecí con este tipo de comidas congeladas sólo
listas para servir y comer y pizza congelada también—.
Taeyeon hizo una pausa pasando un paño sobre el mueble del mostrador. —¿Has
comido mucho de eso, huh?—
¿Cómo comenzamos a hablar de mí otra vez? Ella se encogió de hombros. —
Supongo. Cualquier cosa que tenía macarrones y queso en una caja, eso se
comía—. Sus ojos cayeron sobre el libro abierto de recetas y cogió el libro
más cercano a ella. —Sabes, he visto estos en televisión y en las casas de
amigos pero creo que mi madre nunca tuvo uno—. Ella volvió la página.
—¿Nunca cocinaste algo agradable para ti?—
—Era mas barato comprar cosas pre-preparadas que comprar todos los
ingredientes y hacer todo el trabajo—. Fue salvada de seguir con la
conversación por el timbre de la puerta.
—Esos deben ser los chicos— Dijo Taeyeon, doblando el paño de lavar platos y
colocándolo pulcramente sobre el grifo.
—Yo abro—. Tiffany fue a la puerta y se asomó por la mirilla, viendo sólo la
imagen distorsionada del hombre que le alquiló el apartamento.
—¡Señorita Hwang!— El hombre pelirrojo exclamó cuando la puerta fue
abierta. Antes de que ella pudiera reaccionar Tiffany se encontró atrapada
en un abrazo entusiasta. Heechul dio un paso atrás, sus manos apretando
amablemente sus brazos. —Es tan agradable verla otra vez—.
—Um, hola—.
Sorprendida por el saludo, tomó toda su fuerza de voluntad
para no quitarse de su agarre. Ella forzó una educada sonrisa y sutilmente
dio un paso fuera de su alcance. Giro hacia la puerta abierta y recibió otra
sacudida cuando vio al alguien gigantesco parado delante de ella. Sus
grandes bíceps presionaban la camisa pulcramente blanca. El corto cabello
rubio estaba algo alborotado, con picos de cabellos levantados en la parte
trasera y a los lados. Su cara era redonda con grandes mejillas abultadas
pero aun así Tiffany podía ver fácilmente el azul brillante de sus ojos.
—Señorita Hwang, éste es Donghae.— Heechul dijo dulcemente.
Quitó el plato cubierto de las manos de su amante y se fue caminando hacia la cocina.
Tiffany encontró su mano sujetada entre dos manos mas grandes mientras
Heechul se alejaba dejándola sola con el hombre que era fácilmente dos veces
más alta que ella. Ella no podía decidirse si él se parecía más a un luchador o
un físico-culturista. De pronto, el enorme tamaño del desconocido le provoco
que el corazón comenzara a latirle con fuerza trayendo así un antiguo miedo
y el deseo de escapar inmediatamente. Entonces el gigante abrió su boca.
—Es un placer conocerla— él dijo, su voz casi tan suave como la de ella. —
soy Le Donghae, el amante de Heechul—.
—Hola—. Tiffany se sorprendió ante el contraste de la suave voz juvenil con
el enorme hombre parado delante de ella. —Tiffany—.
—Bien, es un verdadero gusto conocerte, Tiffany— él dijo, calmando con
cada palabra su miedo. —Debes disculpar a Heechul. Los buenos modales nunca
han sido su fuerte—.
—No empieces— una voz se escuchó desde la cocina. —No es mi culpa que no
pongas atención—.
El pelinegro hombre rodó sus ojos. —Él piensa que me dice las cosas— él susurró
conspiradora mente. Tiffany no podía evitar que una sonrisa cambiara su
expresión. —Apenas hace cuatro horas me dijo que teníamos que traer
soufflé—. Él suspiró y negó con la cabeza. —Pero tú no necesitas saber de
nuestros problemas—.Oh … bueno, um …huele delicioso—. Esa voz que tiene no va de acuerdo a ese enorme cuerpo, ella pensó para sus adentros.
—Espera hasta que lo pruebes—.
—Hola Donghae— Dijo Taeyeon cuando entraba a la habitación, ofreciendo su
mejilla para un beso ya acostumbrado. —Es bueno verte otra vez—.
—Siempre es un placer. Es bonito salir de la casa de vez en cuando— él
contestó, ganando un bufido de su amante parado cerca de la entrada de la
cocina. Tiffany miro hacia Heechul que negó con la cabeza y entró
completamente a la cocina. Donghae se sentó sobre el sofá cruzando su
pierna. —Quería ir este fin de semana a la feria pero él le prometió a su
madre que yo le arreglaría su porche—.
—¿Prefieres que mi madre se quiebre sus caderas cayéndose por esas
tablas todas flojas?— El hombre pelirrojo dijo mientras entraba en la sala
de estar, con una bandeja de cóctel con bebidas en la mano. Él miró a Taeyeon
y lanzó resoplidos. —Juro que él está irreflexivo algunas veces. Aquí tienes
amorcito, club soda con limón—. Dio el vaso a la escritora, luego fijó su
atención en Tiffany. —No sabia lo que a usted le gustaba pero me imagino
que le gusta el gin Sooyoungc*—.
¿Ginebra? Ella miró con sorpresa a Taeyeon, luego a su bebida. ¿Ella tiene
bebidas alcohólicas en alguna parte? Oh qué idiota soy. Al no haber visto a
su compañera beber o haber visto alguna botella por ahí, Tiffany asumió que
no había licor en la casa. Aquel día que me quede aquí y sufrí por algo de
beber, y ¿tú tenias aquí guardado todo este tiempo? Ella tomó nota mental
para revisar lo que había realmente en los gabinetes de la cocina la próxima
vez que Taeyeon saliera. —Gracias—.
Heechul tomó su bebida y colocó la bandeja con su vaso en la mesita de café.
Taeyeon frunció el ceño ligeramente y le dio a Donghae la bebida.
—¿Donghae, qué tan difícil seria instalar una lámpara en el balcón de arriba?—
El gran hombre rubio se encogió de hombros. —No creo que sea tan difícil.
¿Es solo una pared de madera por fuera y tabla roca por dentro, verdad?—
—Así es—.
—No debería tomar más de un par de horas si hay un buen lugar para
conectar el cableado. Probablemente lo podría terminar en una tarde—.
Heechul se inclinó a un lado del rostro de Taeyeon. —no me haría ilusiones si
fuera tú— él dijo. —He estado esperando cinco semanas a que el señor
arregla todo termine mi nuevo alimentador de pájaros—.
—Lo arregle… dos veces— el hombre se defendió. —Y ambas veces lo has
jodido—.
—Bien, ¿cómo se supone que debo de verlo desde la ventana del dormitorio
si tú lo escondes debajo de todas esas hojas?— El pelirrojo se enderezó y
tomó un sorbo de su bebida. —Honestamente simplemente no sé lo que
piensas algunas veces—.
—Pienso lo agradable que sería salir a algún lado por tan sólo una vez y que
no tengas que estar fastidiando—.
Heechul mantuvo su bebida muy cerca de su pecho y golpeó ligeramente su pie
en el alfombrado —¿Taeyeon, me acompañas a la cocina por favor? Hay algo
que quiero mostrarte—.
—No creo que esas frases funcionen con ella— dijo Donghae, su joven voz
otra vez llamando la atención de Tiffany. —Esos son cuentos para chicos
adolescentes— él continuó.
Oh. Tiffany se sobresalto. Diablos, él realmente lo ha jodido.
—Él piensa que le creo cuando me dice que esta yendo al gimnasio— El rubio
le dijo. —El señor Vanidad no se ha enterado que cancelé hace meses
nuestra membresía—.
Tiffany llevó el vaso hacia sus labios, saboreando un poco de tónica. Unos
pocos más de estos y no tendré que ir arriba a por un porro, ella caviló,
tomando otro sorbo. Ella se percató que Donghae todavía le estaba hablando.
—¿Qué?—
—Pregunté si quieres mostrarme el balcón, así le podré dar a Taeyeon una
mejor idea de cuanto podría costarle la instalación de la luz—.
—Um...... ¿Arriba? ¿A solas? Un pensamiento racional le decía que el
gigantesco rubio no le iba a hacer daño pero aun así no pudo evitar tensar su
cuerpo. Derramando el resto de su bebida, Tiffany luchaba en pensar en dar
una excusa para no subir arriba con él. Afortunadamente Taeyeon sin intención
vino a su rescate.
—¿Alguien quiere algo de ensalada de frutas?— Taeyeon preguntó entrando en
la sala de estar.
Perfecto. —Suena genial—. Tiffany se levantó rápidamente. —La serviré mientras tú le muestras donde quieres la lámpara—.
—Oh, ok. Está en el tazón verde en el refrigerador—.
—Ok—. Tiffany escapó a la cocina, encontrando a Heechul apoyándose contra
la verja de hierro en la cubierta. Ella encontró el tazón y lo colocó en el
mueble del mostrador cuando él habló.
—¿Supongo que él te contó el hombre ruin que soy, hmm?— Él meneó su
dedo. —Solo le pedí que hiciera un soufflé. No le pedí que preparara un pavo
a mitad de agosto. Oh no, querida—.
Él se acercó y tomó la cuchara de ella. —Una buena regla Señorita Hwang
es darle a su invitado solo una pequeña probada. Los platos del entremés
siempre deben ser pequeños. ¿No quiere correr el riesgo de arruinar el
apetito de alguien, verdad?—.
Oh discúlpame, Martha Stewart*, ella pensó al ver como el le hacia la
observación de ajustar las porciones. El pensamiento de ir arriba por un
poco de marihuana fracaso cuando observo a Donghae y Taeyeon subiendo por
las escaleras. Maldición, me tendré que conformar con un cigarrillo y una
bebida. Mirando alrededor, divisó la botella de ginebra en el mueble del
mostrador. —¿le gustaría tomar otra bebida, Señor Heechul?—.
—Oh por favor llámame solo Heechul, y no gracias—. Él cogió su vaso medio lleno y lo meneo. —El hombre arregla todo no me dejará tomar más que un par de
bebidas mientras estamos fuera—.
—Él está arriba ahora— ella apuntó hacia fuera, sujetando la botella en su
mano. El pelirrojo miro hacia la sala de estar vacía, luego a las escaleras antes de
acercar su vaso a ella. —Pues bien supongo que no hay nada de malo en tomar
un poco más—.
—No, absolutamente— ella dijo mientras llenaba su vaso.
—Gracias— él dijo, llevando la bebida a sus labios. —Ooh, esto si que está
como para noquear a alguien, ¿no le parece?—. Él tomó otro sorbo. —A usted
le gusta prepáralos fuertes, Señorita Hwang—.
—Tiffany y si, mientras más fuertes mejor—. Ella tomó un buen trago de su
bebida y se dirigió hacia la puerta de Tiffany corrediza. —Necesito algo de
humo—.
—Por lo que veo, Señorita, quiero decir Tiffany—. Él la siguió fuera. —veo
que Taeyeon está aplicando la regla de no fumar—.
—Mm, Una de sus muchas reglas— la stripper mascullo mientras encendía su
cigarrillo. —Deberías ser un vendedor de coches usados—.
Heechul rió nerviosamente. —Bueno, supongo que no fui completamente claro
con todas las pequeñas peticiones de Taeyeon—.
—No, no exactamente— ella estuvo de acuerdo.
—Pero ustedes dos se están llevando muy bien por lo que veo— él dijo en
defensa. —A Taeyeon le gustas—.
—Heechul mejor para de hablar de mi— la voz de la escritora se escucho
desde la cubierta superior. La cara del hombre se puso más roja que su pelo.
—Oh dios, pero que vergüenza—. Subiendo el tono de voz él hablo —
Solamente estaba comentando lo bien que os estáis llevando tú y la señorita
Hwang—.
—Uh huh, sé exactamente lo que estabas intentando hacer— dijo Taeyeon,
recargándose sobre el riel superior. —¿No te puedo dejar solo ni un minuto,
verdad?
—Um, la ensalada de frutas está lista, —Dijo Tiffany antes dar un largo
golpe a su cigarrillo. —Y ya me está dando hambre—.
—Ok, bajaremos en un minuto—.
El tenedor de Tiffany cuidadosamente evitaba todo menos las uvas y los
melocotones mientras escuchaba a Donghae hablar incansablemente de cómo
poner una instalación fija en la cubierta superior. Heechul y Taeyeon estaban en
una conversación profunda, acerca de algo que la stripper no estaba segura.
Decidió que era más interesante que los beneficios de colocar una luz en el
balcón, Tiffany fijó su atención en ellos. Heechul negaba con su cabeza en
desacuerdo con algo que Dijo Taeyeon.
—Bien, ¿entonces que van a hacer? ¿Decidir no publicar tu libro?—
—Podrían hacer eso. Pero lo más probable es que presionen con acortar la
fecha de entrega.—
—Eso significa que te retiraran tus cheques— dijo Heechul. —¿hay
posibilidades de que puedas entregar antes del plazo?—
—Aun si me sentara delante del ordenador día y noche no lo lograría. No
puedo resolver hacia que dirección irán los personajes y toda la escena en
proceso parece una estupidez en este momento—. Taeyeon comió otro poco de
su ensalada de frutas y apartó a la fuerza el tazón, limpiando las esquinas
de sus labios con su servilleta. —Odio el bloqueo de los escritores—. La
alarma del cronómetro del horno terminó con la conversación. —Me
disculpan— dijo mientras se ponía de pie. —Tengo que revisar la cena—.
—Te ayudaré— Tiffany se ofreció, no queriendo quedarse atrapada entre los
peleados amantes. Siguió a Taeyeon a la cocina.
—Siento mucho todo esto— la escritora dijo mientras sacaba la cacerola del
horno. —Algunas veces los chicos se ponen a pelear y no son capaces de
dejar los problemas en casa—.
—Está bien. Al menos no se están dando golpes—.
—No, no llegan a ese punto—. Taeyeon comenzó a mover el pollo a la bandeja de
servir. —Lo peor a lo que pueden llegar es a no hablarse el uno al otro. ¿Te
puedes traer el soufflé a la mesa?—
—Seguro—. Utilizando los guantes de cocina, recogió el plato de cerámica y
se dirigió hacia la cubierta. El aroma flotó en el aire bajo su nariz,
haciéndole agua la boca a Tiffany. A pesar de sus anteriores dudas, estaba
ahora deseando probar un poco de soufflé de espinacas. Encontró a Heechul y
Donghae mirando hacia diferentes direcciones cuando salió a la cubierta.
—Oh, permíteme ayudar— dijo Donghae, moviendo un trébedes* al centro de
la mesa.
—Tienes que dejar lugar para el plato fuerte— Heechul dijo con mal humor,
moviendo la fuente caliente a un lado para dejar espacio para la fuente de
pollo. Una vez que Tiffany se aseguró de que el trébedes de hierro estaba
bien fijo, Tiffany colocó la fuente sobre él. Ella regresó para ir a ayudar a
Taeyeon, pero se encontró a la mujer morena cruzando la puerta con el plato
fuerte en las manos.
—El arroz y la salsa todavía están dentro— Dijo Taeyeon, señalando con su
barbilla hacia la cocina.
—Los traeré. Tiffany rodeo a su compañera y regresó a la cocina. Sacando el
arroz de la cazuela en el tazón, ella no pudo resistir probarlo un par de
veces. Afortunadamente Taeyeon había hecho suficiente.
Se sentaron en la mesa redonda sobre la cubierta, las mujeres sentadas una
enfrente de la otra, Donghae a la izquierda de Tiffany y Heechul a su derecha.
—Huele delicioso— Heechul dijo entusiasmadamente mientras tomaba de la
fuente de Taeyeon. —No he comido pollo con limón en años—.
—Bien, yo tampoco lo he probado, pero huele bien— Dijo Tiffany mientras
alcanzaba el plato.
—Oh no, querida, permíteme— Heechul dijo, devolviendo el plato sobre el
trébedes. Puso dos pedazos en su plato y vertió una cantidad abundante de
salsa sobre ellas. —Confía en mí, te encantará—.
Ámalo u ódialo, Tiffany determinó poner una buena cara a su compañera. Ella
esperó hasta que todos habían llenado sus platos antes de recoger su
tenedor. Decidiendo que el arroz lucía más seguro, ella apuntó su tenedor
hacia el.
—¿No has probado el soufflé todavía?— Donghae pregunto antes de hacer
contacto con su comida.
—No seas tonto, Donghae— Heechul amonestó. —Por supuesto que lo hará solo
que ella va a probar el pollo de Taeyeon primero. Adelante querida, pruébalo—.
—De hecho ... — ella empezó, mirando con vacilación el vegetal verde.
—No, está bien— Dijo Taeyeon. —Puedes probar el soufflé primero si quieres.
No me molestare—.
—¿ves?— El rubio dijo impacientemente a su amante. —Continua, Tiffany. Se
derretirá en tu boca, lo juro—.
Seis ojos observaban como Tiffany tomó un poco con el tenedor del plato y
lo llevó a sus labios. —Mmm—. Como Donghae había predicho, realmente se
derritió en su boca. —Esta bueno— habló entre dientes, metiéndose en la
boca otro pedazo.
—Sabía que te encantaría— el hombre grande dijo, su cara redonda
resplandeciendo con orgullo.
—Por supuesto que esta delicioso— Dijo Taeyeon, tirando a Heechul una mirada
para anticipar algún comentario.
Tiffany bajó su cabeza para cubrir su sonrisa ante el intercambio silencioso.
Animada por el soufflé, tomó su cuchillo y comenzó a cortar en pedazos el
pollo.
—Entonces Taeyeon— dijo Heechul, con una apariencia casi siniestra en su cara.
—¿Vas a asistir al baile el próximo viernes en el centro comunitario?
Escuché de buena fuente que Narsha estará allí—.
—Ella es demasiado oscura para ti, Taeyeon— Donghae dijo sin mirar hacia
arriba de su plato.
—Oh por favor—. Heechul se recostó en su silla, —¿le gusta tener piercings en
su cuerpo, y que con eso?—
—Pues que prefiero que mis mujeres no parezcan almohadillas para alfileres—, Taeyeon replicó.
Tiffany masticó su pollo lentamente, más interesada en la conversación que
en la carne picante.
—Eres demasiado selectiva— el pelirrojo dijo. —Ya te lo he dicho antes.
Enfréntalo cariño, ya no eres una jovencita—.
—Es mi vida, puedo permitirme el lujo de ser quisquillosa al escoger— Taeyeon
protestó. —Además, no voy a ir al baile. Tengo que quedarme en casa y
lograr terminar algo de escritura—.
—¿Vas a ir al juego mañana?— Tiffany preguntó.
—Tengo que ir al juego pero no me quedaré por ahí después—. Una sonrisa
se formó en los labios de la escritora mientras miraba el plato de la rubia. —
Parece que disfrutaste el pollo. Estabas más hambrienta de lo que creías—.
—Lo he disfrutado—. Tiffany se metió en la boca otro pedazo. —Esto es
realmente bueno—.
—Así es, nuestra pequeña Señorita Kim es absolutamente espléndida en
lo que se refiere a materias culinarias—. Heechul sonrió y usó su cuchillo para
cortar su carne. —Ella será una excelente esposa un día de estos—.
—Basta— Dijo Taeyeon, un sonrojo subió lentamente por su cuello.
Tiffany sonrió a su incómoda compañera, sabiendo que sería sólo un
comentario leve. La conversación cambiaba rápidamente de una persona a
otra.
—Eres tan adorable cuando te sonrojas— dijo Heechul. —¿No lo crees, Tiffany?—
—Bueno, um ... — ella recorrió con la mirada su plato, notando que solo
quedaba algo de arroz en el. Tal vez ella prepare esto alguna otra noche. —
Yo realmente no ... —
—Oh, esta bien—. El pelirrojo puso su mano sobre la de Tiffany estrujándola. —Lo siento, cariño. Es solo que me olvido de que tú estas del otro lado de la cerca—.
Del otro lado de la...... oh. —Sí, bueno ...—
—No importa— Dijo Taeyeon firmemente. —Heechul, será mejor que te
comportes o ...— Ella se inclinó y susurró en su oreja. Tiffany observaba
como el tragaba nerviosamente e inclinó la cabeza. Cualquier cosa que le
este diciendo, apuesto a que es algo serio. Donghae simplemente se rió y se
sirvió otra porción de pollo.
—Ejem, entonces....— Heechul recogió su tenedor y lo sujetó sobre su plato. —
¿Ya te enteraste de que Donghae cerró un contrato de remodelación para
ese edificio en la esquina de Exhange y State?—
—¿Dónde solía estar la unión de crédito antes del incendio?—
—Exactamente. Están planeando hacer veinticinco oficinas así como también
un salón y un vestíbulo—. Él mordisqueó un poco de pollo antes de continuar.
—¿No es eso correcto, Donghae?—
—Además de todos los cuartos de baño— el rubio contestó. —Contrataré a
los subcontratistas la semana próxima—.
—Qué emocionante— Dijo Taeyeon. —¿cuánto tiempo piensas te tomará ese
trabajo?—
—Depende. Estamos haciendo el trabajo de demolición ahora mismo y eso
tomará al menos dos semanas o más. Una vez hecho eso creo no más de tres
o cuatro meses—.
—Si él lo hace en tres meses, tendremos lo suficiente como para hacer ese
viaje a Amsterdam con el que hemos estado soñando—.
Tiffany levanto las cejas. Después de todo el pleito y comentarios
sarcásticos entre estos hombres toda la tarde, Heechul estaba hablando de ir
de vacaciones juntos. ¿Cómo puedes ser tan malo con él un momento y
después actuar como si fueran una pareja de recién casados?
—Igual podemos ir si logro terminar el trabajo en cuatro meses, solo que no
podríamos hacer ese pequeño paseo a Munster* para ver la Piedra de
Blarney*—.
Heechul se volvió hacia Tiffany. —Taeyeon ha oído esta historia antes pero hice
una búsqueda de genealogía en mi familia unos cuantos años atrás y me
enteré de que mis antepasados realmente fungieron como Sirvientes para
Lord MacCarthy*—.
—Oh no, no la historia tu familiar otra vez— Taeyeon gimió en broma. —Al
menos espera hasta después del postre. Hablando de eso… —. Se limpió sus
labios con la servilleta y se puso de pie. —Si me disculpan tengo que entrar
para meter los molletes al horno—.
Tiffany observo como la compulsiva mujer comenzaba a levantar la mesa,
apilando los platos y demás utensilios. ¿Por que hace eso en este instante?
Ella se preguntó. No es como si necesitáramos usar la mesa para otra cosa
ahora mismo. Aun así una breve punzada de culpabilidad fue suficiente para
ponerla en movimiento, levantándose y ayudando a la escritora a llevar las
cosas a la cocina.
—¿La mesa o la sala de estar?— Heechul cuestionó.
—En la sala de estar— Dijo Taeyeon antes de sacar un tazón para batir al
estante superior. —Estaremos allí en un minuto—. Ella tomó las moras, los
huevos, y la mantequilla del refrigerador. ¿Quieres pasarme la cacerola para
los molletes?—
—Oh, claro—. Tiffany miró los gabinetes inferiores, intentando adivinar en
cual estaría la cacerola.
—En el segundo de la izquierda al lado de la estufa—
—Gracias—. Arrodillándose, abrió la puerta y miró con atención dentro del
espacio oscuro. Por supuesto. Las cacerolas cuadradas estaban pulcramente
acomodadas al lado de una pila similar de cacerolas rectangulares. Las
cacerolas para los molletes estaban en el estante más bajo. —¿Cuál de
todos?—
—El cuadrado número nueve al lado de la pila de seis tazones—
Encontrando la correcta, Tiffany se levantó y la colocó sobre el mueble
mostrador. Taeyeon le daba la espalda a ella, permitiendo a la stripper
observar como mezclaba la leche, huevos y otros ingredientes dentro del
tazón. La batidora salpicó sobre el mostrador y Taeyeon limpió de inmediato.
De nuevo la batidora eléctrica salpicó fuera del tazón y Taeyeon volvió a
limpiar nuevamente.
—Era más fácil dejarlo así hasta que hubieras terminado y después limpiarlo — ella sugirió, sabiendo que desperdiciaba sus palabras.
—¿Crees que dejaría ese desorden, tan sólo por un minuto?— Ella arrastró
el tazón y se apoyó contra el mueble mostrador al lado de Tiffany. —Esta es
una de mis pequeñas manías, así como tú tienes la costumbre de poner los
ojos en blanco cuando algo te irrita—.
—¿Que.. ? Yo no hago eso—
—Sí que lo haces— Dijo Taeyeon. —Mira, lo estás haciendo ahora mismo—
—Nadie antes me ha dicho que pongo mis ojos en blanco—
Taeyeon se movió más cerca y se inclinó para que su boca quedara cerca del
oído de Tiffany.
—¿Y a cuántas personas les has permitido acercarse lo suficiente para poder notarlo?— Sin esperar respuesta, ella tomó el tazón de las moras. —Toma, puedes mezclar las moras. Usa una cuchara de madera y hazlo suavemente. No querrás espachurrarlas todas—
CONTINUARA...✍(◔◡◔)
¡Gracias por sus comentarios!
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