Capítulo Veinticinco

CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN TAENY)

Hoy toca terapia y doble actualización ✍(◔◡◔)

 

*

*

*

 

—¿Señorita Hwang? La Señorita Jung le verá ahora, — la secretaria de

Jessica dijo al colgar el teléfono. Tiffany asintió con la cabeza y entró a la

oficina de la terapeuta.

 

—Buenas tardes, Tiffany. No esperaba verte otra vez esta semana— Jessica

tomó asiento en el sofá mientras Tiffany se sentó en el reclinable.

 

—Sí bueno, no lo sé— Tiffany miraba a todas partes excepto a Jessica. La

incomodidad que sentía cuando estaba en esa habitación ahora era más

fuerte. —Solo pensé que ya que tenías una hora disponible yo....... no me

gustó la meditación del hoy—

 

—¿Y qué fue lo que no te gustó?— Jessica se contrarió. —El tema de hoy es

sobre ver de quien es la culpa, es decir sobre el abusador y no sobre la niña

afectada—

 

—Es estúpido. Por supuesto que toda la culpa es de él— Tiffany se movió en

su asiento, finalmente encontrándose con los ojos de Jessica. —Él es el

bastardo que no podía mantener sus manos lejos de sus niñas— Sus dedos

fueron a un pedazo de hilo que colgaba del reclinable y comenzó a tirar

fuertemente de él mientras apartaba la vista de la terapeuta. Esperó por

una respuesta pero Jessica simplemente continuaba mirándola. —¿No vas a

decir algo?

 

—¿Qué quieres que diga, Tiffany?—

 

—No lo sé, algo—

 

—Bien. ¿Qué es lo que puedes decirme acerca de ese tema que te tiene tan

irritada el día de hoy?—

 

—No quiero hablar de eso. Es estúpido—

 

—Tus sentimientos no son estúpidos— Jessica dijo amablemente. —Pueden

ser difíciles de entender. Pueden incluso ser demasiado dolorosos como para

poder manejarlos pero no son estúpidos—

 

—Fácil para ti decirlo, Doc— Tiffany dijo con un bufido. —Tú no viviste con

ese bastardo— Cambio de posición encogiendo sus rodillas apoyando su

barbilla sobre ellas envolviéndolas con sus brazos fuertemente, Tiffany dejó

caer su mirada hacia el suelo. —Tú no tuviste que soportar que arrojara tu

cena contra la pared sólo por que se había quedado sin cerveza.No tuviste

que aguantar todos los gritos de súplica y todos los golpes— Mientras

hablaba, la voz del Tiffany se iba agitando más y su agarre era aun más

fuerte. —Tú no tuviste que esconderte debajo de las colchas rezando para

que se muriera. No tuviste que escucharle.…— Sintiendo que se le cerraba la

garganta,Tiffany sacudió su cabeza y apretó con fuerza su mandíbula.

 

—Tienes razón,Tiffany— Jessica dijo. —No estaba allí. No conozco todo el

horror que has sufrido. Sólo puedes decirme como se siente. Prueba usar 'Yo' —

 

—Tú no..—

 

—Usa, 'Yo',Tiffany—

 

—Yo— La estrechez en su garganta la hacia sentir como una prensa que

cortaba sus palabras. —Yo… lo odio— Tirando fuertemente del hilo suelto,

Tiffany finalmente rompió parte del asiento reclinable.

 

—Por favor, no destruyas mi mobiliario— Jessica dijo, colocando sus pies en

el suelo se inclino hacia adelante poniendo sus antebrazos sobre sus muslos.

—Si te sientes con ganas de destruir algo, tengo un muñeco para golpear y

eliminar todo el estrés—

 

—No me siento destructiva— Tiffany se quejó, cruzo sus brazos para

mantener sus dedos lejos de otro pedazo de hilo suelto.

 

—Bien es bueno saberlo. ¿Entonces por qué no me cuentas por que me

llamaste a la hora del almuerzo para solicitar una cita? Algo debe estar

molestándote—

 

Tiffany permaneció en silencio por un momento, tratando de encontrar las

palabras para expresar elenfurecimiento creciendo dentro de ella.

Finalmente, ella barbulló

—¿Por qué me haces leer ese maldito libro? Lo odio

 

—¿Por qué?—

 

—¡Porque me hace recordar!—Tiffany gritó, empuñando sus manos.

—Leí esa maldita cosa antes de ir a trabajar esta mañana y es en lo único que me la

he pasado pensando todo el día— Ella trató de sacar sus cigarrillos.

 

—¿Qué te parece mejor un pedazo de caramelo en lugar de eso?— Jessica

ofreció, señalando haciael plato lleno de caramelos al lado de la cafetera.

 

—Necesito un cigarrillo, no un dulce— Tiffany masculló, metiendo de nuevo

el paquete a su bolsillo. Levantándose,cruzó el cuarto y tomoun vaso de

unicel de la pila al lado de la cafetera. —Sabes, el tirar toda esa mierda por

la ventana no requiere tener una gran capacidad mental—Tiffany dijo sobre

su hombro mientras preparaba su café. —Me la pase dando vueltas por todo

el vestíbulo hablando sola— En lugar de regresar a su asiento, Tiffany

caminó hacia la ventana y se quedó mirando fijamente hacia afuera. —

Escuché diferentes estaciones de radio y no conseguía distraerme, sabes—

Continuó adelanteen espera de una respuesta. —No lo sé. Solo no podía

sacar esas cosas de mi mente. Es … eso simplemente … — Tiffany sacudió su

cabeza con frustración. Las palabras que quería decir eran demasiado

peligrosas para poder expresarlas pero nada salió.

—Olvídalo—

 

—Lo sabes, no voy a dejarte ir tan fácilmente— Jessica dijo. —Dijiste que te

había hecho recordar— Tiffany se tensó, dando un gran trago de su café

antes de encontrarse con la mirada de Jessica. —¿Qué te hace recordar?—

 

—Todo— Tiffany redujo rápidamenteel contenido del vaso y lo lanzó al

basurero. Miro el asiento reclinable pero en lugar de eso optó por dejar una

distancia entre ella y la terapeuta. Se sentó sobre uno de los cojines,

apoyando las muñecas sobre sus rodillas.

 

—¿Te hace recordar cómo te sentiste?— Jessica preguntó amablemente.

 

—Me hace sentir enojo— contestó, decidió enfocar su atención en una

pelota colorida de espuma.

 

—¿Qué más?—

 

—Molestia, enojo…¿Qué más quieres que te diga?

 

—El enojo enmascara emociones que tenemos mucho miedo de afrontar—

Jessica cambió de posición aun más cercana. —¿Qué estás pensando justo

ahora?—

 

—Nada— Tiffany contestó rápidamente, sabiendo por la mirada de Jessica que

esa respuesta no era aceptable. —Sólo recordaba, eso es todo—

 

—Compártelo conmigo—

 

—Ah, no es una bonita historia, Doc—

 

—Cuéntame— Jessica insistió más firmemente.

 

—Es como una película que se repite una y otra vez en mi mente—

Tiffanycomenzó, su mirada fija aun en el piso. —Estoy en mi cama ypuedo

escuchar cuando llega a casa y entra en la sala— Tiffany apretó la pelota

hasta que sus nudillos estaban blancos antes de soltarla.

 

—Ha de haber sido espantoso para ti, sabiendo lo que iba a ocurrir y ser

incapaz de impedirlo— Jessica dijo provocando.

 

—Debí hacer algo—

Tiffany dijo, aumentando el ritmo de losapretones.

Debí haberme escapado desde antes o haber asegurado la puerta o algo—

 

—Intentaste escapar varias veces si mal no recuerdo. ¿En lo que respecta a

asegurar tu puerta, qué piensasque tu padre hubieras hecho si la hubieses

asegurado?—

 

—Yo la aseguré una vez—La mano soltó un golpe sobre el cojín rojo. —Él

golpeo fuertemente la puerta. Y no se pudo cerrar de nuevo— Una sonrisa

sardónica se asomó en los labios de Tiffany y levantó su cuello para mirar a

la terapeuta.

—Él me golpeo esa noche, Doc—

Encontrando la miradaseria de Jessica, Tiffany desvió la mirada. 

—Creo que paso sólo un mes o poco más,

después de que finalmente me apartara de ese bastardo— Negó con la

cabeza. —Nop, no hay mas que coraje ahí, Doc. Soy demasiado insensible

para sentir cualquier otra cosa—

 

Jessica señaló hacia el cojín rojo. —¿Me permites?— Tiffany a regañadientes

asintió con la cabeza y observó a la terapeuta acomodarse en una posición

más cómoda. —Tiffany, me gustaría hacer algo por ti, ¿Ok? Primero,

descruza tus piernas y ponte cómoda—

 

Tiffany levantó una ceja y estiró sus piernas.

 

—Bien, ahora cierra tus ojos—

 

—¿Tratas de hipnotizarme, Doc? No me voy a poner a cloquear como una

gallina—

 

—Sabía que había un gran sentido del humor escondido dentro en alguna

parte—

Jessica dijo con una sonrisa.

—Prometo que no voy a intentar hipnotizarte. Ahora, cierra tus ojos—

Tiffany hizo lo que le ordenó.

—Bien—escuchó a Jessica decir.

—Ahora quiero que pienses en la película que siempre está en tu mente—

Inmediatamente se visualizó sobre su cama

escuchando el sonido de los fuertes pasos de su padre entrando a la sala y

todo esto llenó sus sentidos.

—Piensa cuidadosamente—

Jessica continuó, su voz sonaba baja y suave.

—Piensa como se siente la temperatura del cuarto, los sonidos que se escuchan alrededor de ti,

siente el cuarto alrededor de ti.

Quiero que te concentres en los detalles—

Las borrosas imágenes iban

tomando forma.

 

—lo veo— Tiffany dijo.

 

—Bien. Ahora Tiffany, quiero que te concentres. ¿Cómo luces?—

 

—¿Qué?—

 

—Cierra tus ojos. Así es mejor. Te pregunté cómo luces en tu mente.

Descríbete tú misma para mí. Qué estas vistiendo, qué tan alta eres, y este

tipo de cosas—

 

—No lo sé— Tiffany dudó, su frente se arrugó ante el pensamiento. —

Realmente no me veo, sólo me siento donde se supone que estoy—

 

—Concéntrate más. ¿Cómo es que luces?—

 

—Era pequeña de estatura para mi edad. Realmente no me desarrollé hasta

que tuve dieciséis años y para entonces ya había huido de allí así que

probablemente media alrededor de 1.20 m más o menos. —

 

—¿Eras una chica fuerte?—

 

—Fui buena en deportes pero no sobresalí ni nada por el estilo—

 

—Así que tienes unos catorce años de edad—

 

—Sí, supongo que sí— Tiffany dijo, la imagen en su mente iba tomando forma

pero aun era algo borrosa. —No puedo verme mi cara, sin embargo—

 

—¿Tienes algunas fotos viejas de cuándo eras pequeña?—

 

—No. No se me ocurrió empacar ese tipo de cosas cuando me escapé, Doc—

Tiffany dijo sarcásticamente. —Supongo que cuando pienso en como luce mi

cara me veo justo como soy ahora—

 

—Quiero que pienses cuando tenías catorce años. Piensa acerca del pelo, los

granos, la ropa, todo lo que puedas— El estímulo de Jessica trajo el recuerdo

de una cara más clara del rostro de niña que tenía Tiffany.

—Ahora—

Jessica dijo gentilmente.

—¿Ahora te puedes ver mejor?—

 

—Sí, creo que sí— Tiffany contestó.

 

—Muy bien, piensa sobre que tan pequeña eras en comparación con tu padre 

Tiffany se sobresaltó ante la mención de su padre y frunció el ceño,

sabiendo que Jessica observaba sus movimientos también.

—¿Sí?—

 

—Quiero que pienses en otra cosa. Guarda esa imagen en tu mente— Tiffany

mantuvo sus ojos cerrados, siguiendo las indicaciones de Jessica.

—¿Quién decidía a que hora te levantaras por la mañana?—

 

—Mis padres—

 

—¿Y la hora para ir a la cama?—

 

—También ellos—

 

—¿Quién decidía que desayunabas? ¿Qué cenabas? ¿Qué vestir para la escuela?—

 

—Ellos—

 

—Suena como que no tenías mucho poder de opinión allí— Jessica dijo.

 

—Escogía mi ropa interior— Tiffany contestó coléricamente, sentimientos

viejos saliendo hacia la superficie.

 

—¿Cómo esperas que tú, como una adolescente con tanta confusión y caos

alrededor de ti sea capaz de defenderse contra alguien más poderoso? —

Incapaz para pensar una respuesta rápida, Tiffany abrió susojos y miró a su

terapeuta.

 

—¿Nunca has pensado sobre eso, verdad? Jessica continuo, inclinándose hacia

adelante a sólo unos centímetros de Tiffany. —Cuando piensas acerca del

pasado, esperas que esa niña sea capaz de pensar y actuar como lo haces

ahora como adulta—

 

—No—

Tiffany protestó, abrazando sus rodillas más cercanas a su pecho.

 

—Mira dentro de ti— Jessica insistió. —Continuas diciéndote, si tan solo

hubiera tenido un mejor seguro la puerta, si tan solo hubiera hecho esto o

aquello. Eras una niña, Tiffany. Una niñita a merced de alguien mucho más

grande y más fuerte que tú—

 

Si Jessica dijo algo más, Tiffany no la escuchó. Sus pensamientos la alejaron

de la realidad, entrando en otro tiempo y lugar, donde los monstruos eran

reales y la persona que debía protegerla resultó ser su peor pesadilla.

Tiffany probó ponerse firme, poner su actitud ruda, pero se sentía como en

un vacío. Bajando bruscamente sus hombros, dejó caer su cabeza hacia

adelante. Los recuerdos dolorosos y los sentimientos que habían estado

saliendo a flote todo el día finalmente quebrantaron su fuerza y la

atravesaron.

Parpadeando repetidas veces no pudo evitar sentir sus ojos llorosos y Tiffany supo que la batalla

estaba perdida.

 

Enterrando su cara en

sus brazos, sintió las lágrimas salir. Su respiración temblorosa amenazaba

con provocarle comenzar a sollozar pero los años de auto conservación la

ayudaron rápidamente a controlar las riendas de la situación. Limpiándose la

cara mojada con las mangas de su blusa, se puso de pie y caminó hacia la

ventana. Mirando a través del Tiffany los diversos autos y camiones que

caminaban por la calle. Tomando varias respiraciones profundas, Tiffany

comenzó a hablar, no muy segura de ser capaz de controlar sus emociones.

—Yo … creo que es suficiente por hoy, Doc—

 

—No puedes huir de ti misma— Jessica dijo quedamente, su voz viniendo

detrás del hombro de Tiffany. —Sé que te gusta pensar que eres como una

mujer que es capaz de existir sin el cariño humano pero no es así—

 

—Lo puedo controlar—

Tiffany dijo firmemente, rehusándose a apartar la

vista de la ventana mientras otra lágrima rodaba por su cara.

 

—Claro que puedes, Jane Wayne*. Lo haces montada en tu caballo y con un

revólver en la mano justo para matar a quien se logre acercar, ¿no es así?—

Una mano amigable tocó el hombro de Tiffany.

—Tienes un millón de sentimientos traspasándote ahora mismo y

no tienes idea de cómo

acomodarlos. Creí que por eso habías venido aquí, y no a salir huyendo en el

momento que las cosas se pusieran difíciles—

 

Tiffany sorbió su nariz y se limpió sus ojos, aun rehusándose a darse la

vuelta.

—Odio esto— dijo quedamente.

—Yo….— Observó una furgoneta que

bajaba por la calle mientras ordenaba sus pensamientos.

—Odio sentirme de esta manera—

 

—¿De qué manera?— La suave voz detrás de ella preguntó.

 

—No lo sé— Encogiéndose de hombros, Tiffany se movió, manteniéndose de

espaldas a Jessica. Regresando hacia el cojín azul, se dejo caer en él, dejando

salir un profundo suspiro cuando finalmente recuperó el control de sus

conductos lagrimales que eran raramente usados. Observó a Jessica ir hacia

ella.

 

—Lo sabes, sólo que no quieres admitirlo— Jessica dijo. —Ya te dije que no

acepto que te des por vencida— El sonido lejano de la campana de una iglesia

hizo que mirara su reloj. —Pero te dejaré en paz esta noche. Se está

haciendo tarde. Mírame— Esperó hasta tener la completa atención de

Tiffany antes de continuar. —Quiero que vayas a casa y escribas esta noche

— Ignorando el gemido de Tiffany, continuó. —Quiero que escribas sobre el

sueño que siempre tienes. Trata de ponerlo lo más detallado posible. No

olvides que las personas en tu vida en tu presente no son las mismas de tu

pasado. Estás rodeada por personas que se preocupan por ti.No olvides

buscar ayuda si la necesitas—

 

—No quiero escribir esta noche— Tiffany dijo, restregándose los ojos y

poniéndose de pie. —Sólo tengo deseos de drogarme—

 

—Drogarte no hará que el dolor desaparezca— Jessica contestó cuando se

ponía de pie. —La definición de la locura o insanidad es hacer lo mismo una y

otra vez y esperar diferentes resultados. Prueba hacer algo diferente para

cambiar. Te garantizo que no te despertarás con una resaca—

 

—Esta ha sido una noche realmente dura para mí justo para merecer una

resaca, Doc. Puedo obtener algo de licor—

 

—Yeah, si de eso no me cabe la menor duda— Jessica sonrió burlonamente. —

No acepto tonterías tampoco, Jane Wayne. Ve a casa y acuérdate de que

eres una mujer, no un tanque de guerra—

 

—¿Y eso qué significa?—

 

—Significa que te lo tomes con tranquilidad— Jessica dijo. —Eres una mujer

que necesita cariño de vez en cuando. No tengas miedo de tomarlo, ¿ok?—

—Te veré el sábado en el softbol, Doc—Tiffany contestó, tomando sus

llaves.

 

—Hey, regla numero veintiséis— Jessica estaba enfrente de ella y extendió

la mano. —Creo que todo el mundo necesita al menos cinco abrazos al día. Tu

estás muy atrasada en cuanto a eso, estoy segura—

 

—Estás bromeando— De pronto se encontró envuelta en un cálido abrazo,

Tiffany supo la respuesta. —Sí, sí está bien, me has dado un abrazo. ¿Puedo

irme ya? —

 

—Lee tus meditaciones, escribe en tu cuaderno y no olvides establecer

contacto con las personas que se preocupan por ti—Jessica dijo mientras

soltaba el abrazo. —Te veré el sábado—

 

***

 

El estacionamiento de la licorería estaba oscuro, la luz de la lámpara estaba

quebrada desde tiempo atrás gracias a unos vándalos y nunca se reparó.

Tiffany estacionó su coche cerca de la puerta principal, buscando toda la luz

alrededor de ella tanto como fuera posible ahora que la noche había caído.

Saliendo de la tienda con una bolsa de papel café en su mano, miró alrededor

del estacionamiento oscuro cuidadosamente antes de quitar el seguro de la

puerta de su coche. Una vez dentro del pequeño Omni, Tiffany cerró su

puerta y colocó la botella en el asiento del pasajero.

 

No puedo hacer esto,

es demasiado difícil, pensaba para sus adentros, extendiendo la mano para

encender el motor. Lo único que he estado pensando es en ese maldito lugar

y toda la mierda que pasó. Dirigiéndose hacia la calle, Tiffany presionó con

fuerza el acelerador, rápidamente pasando por alto el límite de velocidad.

Al menos cuando estoy borracha no pienso nada de eso. La botella que

estaba sobre el asiento pedía a gritos ser sacada de la bolsa de papel, pero

Tiffany sabía que si comenzaba a beber estando en ese estado de ánimo, se

tomaría la mitad de la botella antes de que pudiera llegar a casa, si es que

lograba llegar a casa.

 

—Ah, a quien le importa de cualquier manera— dijo en

voz alta, tratando de alcanzar la botella. Sus dedos apenas se estaban

cerrando alrededor de la bolsa cuando vio unas luces azules que brillaban

intermitentemente por su espejo retrovisor.

—Oh mierda— dijo, soltando la

bolsa y tratando de colocarse su cinturón de seguridad. Oh mierda, ¿traeré

algo de hierba mala en el coche? Tiffany intentó acordarse mientras

apartaba el coche hacia la orilla del camino.

 

Revisando entre los asientos y deteniendo el coche, apagó el motor y bajó la

ventanilla.

¿Metí la nueva tarjeta del seguro en la guantera?

Tiffany miró el

espejo retrovisor, nada contenta al ver el coche de la policía estacionándose

detrás de ella. Las luces azules continuaban brillando en cada segundo que

pasaba.

 

¿Qué estás haciendo, mirando mi matrícula?

 

Por favor, sólo ven aquí y levántame la infracción y vete.

Tiffany definitivamente estaba dudosa de

si había algo de marihuana en su guantera. Los documentos están ahí dentro.

 

¿Qué tal si ve algo cuando este buscando mi licencia de conducir?

 

Tal vez la debería sacar ahora mismo, por si acaso. Pero por otra parte, si me ve

revisando ahí dentro, podría sospechar y podría querer registrar el coche.

Esa no sería una buena idea. Una semana antes había dejado caer un tubo

para la marihuana y en ese momento simplemente lo había pateado bajo el

asiento delantero. El sonido cercano de una puerta de coche cerrándose

tomó la decisión por ella. No hacer nada y ver que pasaba.

 

El corazón del Tiffany comenzó a latir con fuerza en lo que se iba acercando

el oficial uniformado a su coche. Mirando a través de su espejo, los ojos de

Tiffany se ensancharon cuando el policía hizo una parada en su parachoques

trasero y pareció ver algo. No me digas que tengo una luz trasera quebrada

o algo por el estilo. Maldición,

 

¿cuándo fue la ultima vez que lleve mi coche a la inspección? 

 

Pasando un paño sobre el sudor de su labio superior,

nerviosamente asomó su cabeza fuera de la ventanilla.

—Um, ¿algo está mal, oficial?—

 

—Permanezca en el vehículo, Señorita.—

la profunda voz femenina dijo con autoridad. 

 

Tiffany se sentó y miró hacia adelante, ambas manos agarrando la

parte superior del volante. ¿Qué pasara si se le ocurre registrarme de

arriba a abajo? Tiffany sabía que traía algunos rollitos de periódico en el

bolsillo trasero de su pantalón. Si daba con eso seguramente la mujer policía

examinaría todo el coche. Maldición, maldición, esto no está nada bien.

Escuchó su nombre sonar desde la radio y la oficial respondió antes de

acercarse hacia la puerta.

—Su licencia, registro y tarjeta de seguro, por favor—

 

—Uh…seguro—

Tiffany se inclinó en su asiento para tratar de alcanzar su

cartera, en todo momento nerviosa en lo que la oficial iluminaba con su

linterna a lo largo del interior del coche.

 

—Um, aquí está mi licencia. Elseguro y el registro están en la guantera—

 

—¿Trae alguna arma o drogas ilegales en este vehículo, Señorita Hwang? 

La voz de la oficial sonó algo familiar a Tiffany pero no sabía de donde

exactamente.

 

—No—

Inclinándose y notando que la luz de la linterna seguía sus manos,

Tiffany metió la mano en el compartimiento y quitó el frágil plástico que

sujetaba los papeles del coche. Sacando el registro y la tarjeta del seguro,

se los entregó.

 

—¿Esta es su dirección actual?—

 

—Um, no. Vivo en las Terrazas— Tiffany observó como la oficial levantaba la

licencia y garabateó algo en su libreta.

 

—Esta obligada a notificar al apartamento de vehículos en un periodo de

diez días cualquier cambio de domicilio y marcarlo claramente en el reverso

de su licencia— dijo la oficial, su linterna todavía iluminando a todo lo largo

del interior del coche.

—¿Está tomando alguna bebida alcohólica?—

 

—No, sólo me dirijo a casa— Tiffany contestó.

 

—Mm hmm— la oficial contestó. Algunas notas más fueron garabateadas

antes de que bajara su libreta y dio un paso hacia el coche.

—Salga del vehículo, por favor—

 

Oh mierda. Aspirando profundamente, Tiffany desabrochó el cinturón de

seguridad y abrió la puerta. Por favor, que el tubo haya quedado muy abajo

del asiento. Trataba de recordar el nombre de un abogado cuando la oficial

de policía habló.

 

—¿No eres la nueva compañera de apartamento de Taeyeon Kim?— Parada

bajo el poste de alumbrado eléctrico, Tiffany ahora sabía porque la voz le

parecía tan familiar. Era Yuri Kwon, la mediocampista del equipo de  softbol.

 

—Sí— Tiffany dijo felizmente.

Las probabilidades de necesitar a un abogado

habían disminuido considerablemente. Yuri estaba sonriendo y apoyándose

contra la puerta abierta.

—No sabía que eras policía—

 

—Yeah, es mi trabajo mantener las calles seguras en la noche— Yuri

contestó. —Hablando del diablo, no es una buena idea ir conduciendo a tan

alta velocidad—

 

—Oh, yeah …lo siento—

Demasiado como para ganarse una multa.

—¿Me juras que no has estado bebiendo?—

 

—Ni una gota—

Tiffany pensó sobre la botella que tenía sobre el asiento

delantero. —De hecho, acabo de comprar algo para beber en casa

— Señaló el asiento del pasajero, cosa que no había sido visible para

los ojos de Yuri antes, la botella de whisky envuelta en una bolsa café de papel.

 

—A propósito, tienes una luz rota en la parte trasera— Yuri dijo en lo que

se reclinaba dentro y removía la botella de whisky de la bolsa. —Muy bien, el

sello de la botella no está roto. Habría tenido que darte un cargo por llevar

un envase abierto— Yuri devolvió la botella al asiento y devolvió los

documentos a Tiffany.

—Supongo que puedo dejarte ir con sólo una

advertencia por exceso de velocidad esta vez pero tengo que darte un

ticket por la luz rota— Abrió su libreta y escribió con su pluma. —Ya había

comenzado a escribirlo. No pagarás ninguna multa si lo reemplazas por un

ticket firmado por un mecánico autorizado y lo entregas en la estación de

policía para comprobarlo antes de la tarde de mañana— La oficial Kwon

tendió la libreta y la pluma.

—Firmar no es una admisión de culpabilidad, sólo

de que recibiste tu ticket. ¿Así que vas saliendo del trabajo e ibas rumbo a

casa para tomar algunas bebidas, hm?—

 

Tiffany firmó el ticket y devolvió la libreta a Yuri.

—Sí, bueno ...—

 

—Qué lástima estoy trabajando hasta media noche— Yuri se apartó de la

puerta, haciéndole saber a Tiffany que estaba todo bien y que regresara al

coche. —Me gustaría invitarte una copa algún día— la oficial dijo

suavemente mientras Tiffany entraba en el asiento del conductor.

 

—Oh, um sí—

Ahora que el peligro de una búsqueda se había ido, Tiffany le

sonrió coquetamente a la policía.

 

—Sé el número de Taeyeon. ¿Te puedo llamar un día de estos entonces?—

 

—Eso suena genial—

Tiffany dijo, usando el mismo tono que muchas veces

antes había acostumbrado a usar con hombres calenturientos que le pedían

su número de teléfono.

—Te diré qué. No estoy nunca en casa. ¿Por qué mejor no te llamo yo en alguna ocasión?—

Asegurándose de abrochar su

cinturón de seguridad, Tiffany lanzó la licencia y los otros documentos en el

asiento del pasajero y echó a andar el motor.

 

—Hay un detector de velocidad arriba, cerca de la salida seis—

 

—Gracias por la advertencia. Buenas noches—

Tiffany comenzó a subir la

ventanilla tan pronto como Yuri se hizo hacia atrás. Oh Dios mío, logré salir

de esta. Mirando por su espejo retrovisor, Tiffany esperó hasta que la

oficial de policía estuviera de regreso en su unidad antes de ponerse en

marcha sobre la autopista. Eso es todo. Mañana voy a limpiar el coche. El

alumbrado público iluminó el blanco brillante del ticket sobre el asiento.

— Supongo que iré a una tienda de autopartes también—

 

 

NOTAS:

Mets: Equipo de Beisbol de Nueva York.

Puerro: Planta herbácea anual, de la familia de las Liliáceas, con cebolla

alargada y sencilla, tallo de seis a ocho decímetros, hojas planas, largas,

estrechas y enteras, y flores en umbela, con pétalos de color blanco rojizo.

El bulbo de su raíz es comestible.

Jane Wayne: Tendencia que tienen algunas mujeres a jugar a ser rudas.

 

 

jumbo4 

Azuka91 

 
 
 
 
 
 
 
 

 

CONTINUARA....

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Comments

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taeyeonnayeon
#1
voy a empezar a leer esto uwu
TaeNy_1
#2
Chapter 50: Fascinada ♡ enamorada de principio a fin, recién la comencé a leer y quede enganchada, muchas felicidades por plasmar esta hermosa novela ♡.
Luhana2005 #3
Chapter 50: me encanto.. recién lo leo y me encantooooooooo .. super dulces las dos.....
L_ight_ #4
Chapter 50: No sé si había comentado el final de este fic, pero como lo leí todo de nuevo entonces siento que con más razón debo hacerlo.
Realmente disfruté mucho leyéndolo, creo que fue muy acertado que ellas se sanaron a si mismas antes de comenzar una relación, creo que no es lo más sano del mundo basar tu amor a ti mismo en otra persona. Sentía tanta pena por Jessica , siempre ha sido mi favorita, tanto en la vida real como en la ficción, ayudaba a los demás a sanar pero ella misma seguía arrastrando problemas del pasado.
Gracias por compartir esto con nosotros.
papafrita76 #5
Chapter 50: Muchas gracias por subirla completa, ya tengo la vision nublada de tanto haberme leido los capitulos enteros, tambien me la termine en dos dias. Me gusto muchisimo!
audaf27 #6
Chapter 50: Me aventé la historia en dos noches !!! Me duelen los ojos pero valió la pena !!! Jaja
KrySulDay17
#7
Chapter 50: Excelente historia, no paraba de leerla
... La leí en dos días y un ratico .. Pueden creer que se me acabó la batería del teléfono a las 4 de la madruga justo leyendo el epílogo.. Y como no encontré en cargador, tuve que esperar hasta ahora para leerlo... Pero valió la espera ... Sólo hay un pensamiento que ronda mi cabeza... Me hubiera gustado leer al final también algo como Tae presumiera a Tiffany con sus amigas del softbol jeje ... en resumen fue una historia increíble
alexghastly #8
Chapter 50: estuvo de lo mejor espero que podamos leer mas historias que adaptes a taeny
LectoraLemon #9
Chapter 50: Wooo .. estuvo genial ..me gusto el final .. y tamben los momentos suculento .. creo q me tomo solo 2dias .para acabar de leerlo todo . gracias por compartir esta historia .. espero que compartas mas fics pero con hartos momentos suculentos xd xd
Saludos <3
abi-21 #10
Chapter 50: Leí la historia en 2 días y medio,ojalá fany se hubiera reconciliado con su mamá, pero bueno, fue muy linda, gracias x compartirla :D