Capítulo Trece
CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN TAENY)
Taeyeon estacionó la Cosa dentro del aparcamiento. —¿crees que deberíamos
levantar el capote*?—
—No, así esta bien— Dijo Jessica. —¿La despertamos?—
—A menos que quieras cargarla—.
—De ninguna manera—. Jessica se aproximó al hombro de la dormida mujer.
—Tiffany, llegamos a casa—.
—¿Hmm? Oh —. Ella bostezó y se restregó los ojos. —¿qué hora es?—
—Pasadas las nueve—.
Taeyeon gimió mientras salía del coche y se estiraba. —siento como si me
hubiera atropellado un camión—.
—De hecho lo fuiste— dijo Jessica. —¿te acuerdas, tu, Eunjung, en el home
plate?—
—no sé ustedes dos pero yo voy a entrar, voy a orinar, y me iré a la cama—
Dijo Tiffany, apoyándose contra el coche. Miró la puerta principal con la
mirada cansada, calculando mentalmente que oportunidad tenía de caminar
con éxito. Dando un paso adelante, sintió que la tierra debajo se movía y
todo sentido de equilibrio desapareció.
—¡Agárrala!— Taeyeon gritó, tomando el brazo de Tiffany para evitar que
cayera. Jessica rápidamente tomó la posición en el otro lado y juntas
acompañaron a la ebria mujer a la casa.
A pesar de estar demasiado ebria para caminar por ella misma, Tiffany
estaba de muy buen humor y siguió los consejos de la terapeuta de irse a
dormir. Cuando Jessica bajó la escalera, encontró a Taeyeon en la cocina
colocando agua caliente en dos tazas grandes.
—Pensé que te gustaría algo de manzanilla—.
—Oh, eso suena bien—. Jessica se saco sus tenis de lona y se dejo caer en un
extremo del sofá, sus pies descansando sobre el cojín intermedio. —no he
tenido esto en meses—.
—Probablemente no desde la ultima noche que pasaste aquí. Tomando una
posición similar en el otro extremo del sofá, Taeyeon tomó un sorbo de su té.
—¿dónde te gustaría dormir esta noche?—
—¿me estas preguntando o me estas sugiriendo?—
—Como quieras, puede dormir al aire libre en la Cosa—. Jessica sonrió burlonamente ante la amenaza. —Ya somos demasiado viejas
como para divertirnos en el asiento trasero. ¿Desde cuándo me tienes que
preguntar sobre donde voy a dormir cuando estoy aquí?—. Conociendo a su
ex-amante de que siempre le gustaba hacer lo correcto, inmediatamente
adivinó el problema. —¿Por Tiffany? Taeyeon, no pienso que ella caiga muerta
de un shock si nos encuentra durmiendo en la misma cama. Después de todo,
las compañeras de apartamento tienen que respetar la privacidad tanto de
una como de la otra. Hablando del diablo...—
—Sigo pensando que esto no va a funcionar, Sica. Ella es tan diferente—.
—¿Por qué?—
—¿Además de ser una drogadicta?— Taeyeon colocó sobre el suelo su taza y
flexionó sus dedos. — Veamos … ella tiene un carácter del infierno—.
—¿Y tú nunca tienes tus malos momentos? Te puedo recordar que has
tenido tus momentos de explosión—
—Eso es diferente— Taeyeon se defendió. —solo me pongo así cuando estoy
bajo mucho estrés—.
—¿Tu crees que no es estresante despertarse cada noche a causa de las
pesadillas?— Observó a Taeyeon moverse nerviosamente. —¿o el no tener
conocimiento de dónde estará tu única hermana?— Jessica recibió un suspiro
pesado en respuesta. —¿Bueno, y que más? —
—Esa maldita cortina de baño. ¿Ya la viste? ¿A quien en el mundo le gustaría
tener una cortina transparente para el baño? Tengo una gran vista del
inodoro mientras me estoy bañando.—
—Bueno, al menos puedes admirar la tapa peluda del inodoro—.
—¡Ah! Ella no baja la tapa cuando termina. Me sorprende que recuerde al
menos bajarle la palanca al inodoro—. Sonrió a Jessica quien intentaba no
reírse. —Es solo que no entiendo por que quiso una transparente—.
—No lo sé— dijo Jessica atentamente. —¿qué más puedes ver además del
inodoro?—
—Nada. Solamente el lavamanos y la puerta—. Ella negó con la cabeza. —
¿por qué quería ella ver eso?—
—Porqué— Jessica se inclinó hacia adelante, —Sola, desnuda, vulnerable. ¿No
puedes imaginar por qué ella necesita poder ver hacia la puerta todo el
tiempo?—.
—¿así es que ella necesita ver la puerta cerrada?—
—Ella necesita sentirse segura, y eso significa cualquier cosa que la pueda
mantener segura—. Jessica coloco su mano en la rodilla de Taeyeon. —Así como
tu te sientes segura cuando las cosas están limpias y ordenadas—.
—No me gustan las drogas, Sica. Su último apartamento se incendio. Dijo que
estaba durmiendo. ¿Qué tal si ella le prendió fuego durante una alucinación? —
—Por lo que he podido observar, ella no le da a los alucinógenos. Ella sólo
quiere sentirse insensible, no estar viendo cosas que no están ahí—.
—No me digas, eso está mucho mejor— la escritora se mofó. —Aun así tiene
problemas de drogas—.
—Tienes que mirar los síntomas para ver el verdadero problema—. dijo
Jessica, incorporandose y tomando su taza de te. —Las personas que han sido
severamente abusadas harán cualquier cosa para protegerse, no importa
cuán irracionales puedan parecer para otros—. En vista de que Taeyeon no
quedó convencida, ella probó un acercamiento diferente. —Piensa esto de
esta manera. Ella creció a lado de un padre abusador y su único aliciente
aparentemente era su hermana. Piensa que tienes catorce años de edad y
que lo único de lo que dependes en la vida te fuera arrebatado. Luego
imagínate viviendo sola por tu cuenta, sin apoyo, a la edad de quince años—.
—Es tan difícil de creer que un hombre pueda ser tan cruel con su hija—.
—Con sus hijas— Jessica corrigió. —¿y como crees que el se comportaría con
Tiffany después que su hermana escapara?— Colocando la taza ahora vacía
en el suelo, ella bajo su cabeza colocándola sobre el regazo de Taeyeon. —¿es
ella culpable de que nunca haya aprendido correctamente a manejar sus
problemas y emociones?—
—Creo que no tiene muchos amigos—. Dijo Taeyeon. —¿Es decir, cuántas
personas podrían socializar con ella?—
—No muchos— Jessica admitió. —La mayoría probablemente la describirían
completamente como un caso perdido—. Ella le dio a su ex-amante una
mirada significativa. —Solo le dan la espalda y se marchan—.
—¿No juegas limpio, lo sabias?— Se inclino rozando el flequillo color
castaño, y plantó un beso suave en la frente de Jessica.
—Todo es por justicia y por amor, y trato de que veas las cosas que yo veo—
Dijo Jessica con una sonrisa abierta. —¿Y dime, tendrás un poco de lavanda
para un baño de espuma?—
—Sip, hay un poco arriba en el armario. ¿Por qué?, ¿Estas pensando en
tomar un baño?—
—Inmediatamente después de ti—.Taeyeon levantó su brazo izquierdo e inhaló con la nariz. —Supongo que necesito uno—.
—¿Supones?— Después de correr por todo el campo todo el día y luego
estar en ese bar lleno de humo un baño es necesario a menos que quieras
dormir en el sofá esta noche—. Se enderezo y se desperezó, gimiendo
mientras los tensos músculos protestaron por el movimiento. —Creo que
seria bueno un largo baño ahora—.
—Entonces ve tu primero. Me pondré al día con mi correo electrónico y
escribiré algunas palabras. ¿Quieres el pijama azul o el rojo?—
—El azul. Hace demasiado calor para usar franela—.
—También podrías vestir al natural, sabes—. Taeyeon meneó sus cejas
lascivamente. —no me importaría—.
—Oh, que sutil— Dijo Jessica sarcásticamente. Ella puso sus manos en los
hombros de Taeyeon y le señalo las escaleras. —Tal vez deberías tomar una
baño de agua fría mejor—.
—Brrr, no es gracioso.—
—Tu solo ve arriba y pon tu mente a trabajar o escribe algo—.
—Sí Madre—.
—Hazlo— Jessica le advirtió en broma. —Mi amenaza de hacerte dormir en el
sofá todavía sigue en pie—. Ella recogió las tazas vacías. —y no creas que
dudare en hacerlo—.
* * *
Tiffany daba golpes en su cama, la manta enredándose alrededor de sus
piernas. En su sueño, su padre estaba acercándosele, gritando obscenidades.
Sintiéndose atrapada, luchó más duro, los frenéticos movimientos
finalmente la despertaron. Miró alrededor del cuarto, momentáneamente
desorientada. —Maldición ...—
Tomo aire profundamente, se restregó su cara con sus manos y sacó sus piernas fuera de la manta. Sus ojos adormilados apenas se abrían,se levantó de la cama y con caminar lento se
dirigió al cuarto de baño.
Cuando termino, Tiffany apenas medio despierta apago la luz y giro a la
izquierda, abrió la puerta y entro. En ese momento se dio cuenta de su
error. ¿Tuviste suerte esta noche, Doc? Las dos mujeres estaban de cara a
ella, el brazo de Jessica estaba envuelto protectoramente alrededor de la
cintura de Taeyeon. Tiffany comenzó a salir pero se encontró incapaz de dejar
de mirar. Pensé que eso sólo pasaba en las películas. Ella había visto a una
mujer y un hombre durmiendo en la misma cama pero nunca había visto una
pareja abrazándose tan cerca una de la otra y con tanta suavidad. No era
que no hubiera mas lugar donde poder dormir, era obvio que las mujeres
quisieron dormir juntas. Molesta por la pesadilla y sintiendo envidia por el
amor que Jessica y Taeyeon compartían, Tiffany finalmente se dio la vuelta y se
dirigió de nuevo a su habitación.
Esto apesta. Ahora estoy despierta sin nada que hacer, Tiffany miró
alrededor de su cuarto. ¿Dónde esta? Pateó las mantas fuera de su camino,
encontrando una bota y un calcetín pero no el perdido control remoto.
Probablemente no haya nada que ver a esta hora de cualquier manera. Abrió
las verticales persianas y miro afuera hacia el oscuro cielo. La luna daba
poca luz, apenas suficiente para ver el contorno de los árboles que
separaban el complejo del lago. Ella tomo sus cigarrillos y su encendedor
antes de abrir la puerta de Tiffany corrediza y salió un momento al balcón.
Sin darse cuenta de donde estaba la silla, Tiffany choco contra ella, y las
patas de metal rasparon contra la cubierta de madera.
—¿Huh? ¿Qué pasa?— Taeyeon murmuró, levantando su cabeza fuera de la
almohada. Jessica levanto una mano y amablemente presionó la oscura cabeza
de regreso a la almohada.
—Shh. creo que Tiffany está en el balcón—. La voz de Jessica era más clara,
habiéndose despertado unos minutos antes por el sonido del inodoro y la
puerta de la habitación abriéndose. —Vuelve a dormir, Cariño—.
—¿Hmm? ¿Que hora es?—
—Es hora de que te relajes. Yo iré a ver si ella está bien—. Taeyeon masculló algo ininteligible y rápidamente se volvió a dormir. Jessica espero un minuto y entonces lentamente se deslizo fuera de los cobertores.
Tiffany volvió su cabeza hacia el claro sonido de la puerta corrediza
abriéndose. —no quise despertarte.—
—tengo el sueño ligero— dijo Jessica mientras daba un paso hacia la cubierta
y cogía una silla vacía.—¿Dime que te tiene levantada a esta hora?—
—Tuve que orinar—. Ella frunció el ceño cuando vio a la terapeuta sentarse
y poniendo los brazos en la mesa.
—Esa es siempre una buena razón—. Hoo, hoo, hoo. —Suena como que no
somos las únicas despiertas— Jessica observó. —Buenas noches, Kaonashi—.
Como si reconociera su nombre, el búho echó otros gritos en respuesta. —
Cuando me sentía con un estado de animo melancólico, salía aquí fuera y lo
escuchaba.
—¿Tu?— Tiffany bufó con incredulidad. —Venga, Doc. No te puedo imaginar
haciendo eso—.
—Todo el mundo tiene un día difícil … o una noche— ella sumó.
—no dije que tuviera una noche difícil—.
—No fue necesario que lo dijeras— Jessica contesto.—soy terapeuta,
¿recuerdas?—
Tiffany pasó sus dedos por su cabello, acomodando algunos mechones rubios
rebeldes. —ya te dije que no me gustan las charlas profundas—.
—No, a ti te gusta mantener todo encerrado en una botella— Jessica desafío.
—¿Sabes cual es el significado de ser insano? Es estar haciendo lo mismo
una y otra vez esperando diferentes resultados—.
Tiffany se ofendió por las palabras. —¿Y tu piensas que hablar de eso es la
solución?. Michelle lo hizo y ella se ganó una enorme paliza. Toda tu terapia no
va a cambiar lo que sucedió—. Ella arrancó un cigarrillo de su paquete y lo
encendió, arrojando el encendedor sobre la mesa.
—¿Asi que solo quieres seguir existiendo en lugar de vivir?— Jessica negó con
la cabeza. —Tu eres más fuerte que eso—.
—¿Tu como sabes eso?— El resplandor anaranjado del cigarrillo brillo, luego
perdió intensidad detrás de una ceniza gris. —Tu no sabes por lo que pase,
por lo que Michelle paso—. Gruñendo con frustración, tiró el cigarrillo sobre el
barandal. —¿puedes hacer que las pesadillas desaparezcan?—
—No— Dijo Jessica.
—lo sabia—. Levanto sus manos al aire y se puso de pie.
—Sólo tu puedes hacer que las pesadillas desaparezcan, Tiffany—.
Su mano se detuvo en la manilla de la puerta.
—¿Cómo?— Ella se inclinó hacia adelante, presionando su frente en contra del frio vidrio. —he intentado— susurró, las palabras sonaron extrañas a sus oídos. —Algunas veces....— Algunas veces duele tanto.—no se irán—.
Jessica se puso de pie y camino detrás de ella. —Se irán si tú las afrontas—.
La mano de la terapeuta tocó su hombro y Tiffany se sobresaltó
involuntariamente. —No dejes que el pasado controle tu presente—.
—Yo....— la mano en su hombro presiono alentadoramente. Tiffany intentó
pero no pudo recordar la ultima vez que alguien había sido tan gentil con
ella. Su corazón golpeaba en su pecho. —No sé si puedo—.
—Tal vez no lo creas pero yo si— Dijo Jessica suavemente. —da miedo dar
ese primer paso pero créeme, es el mas importante—. La mano, que le había
calmado, ahora se movía en pequeños círculos en la espalda de Tiffany.
—¿cómo puedo hablar de esto con un desconocido?— El cuerpo de Tiffany se
puso rígido cuando la mano de Jessica comenzó a moverse, relajándose sólo
ligeramente cuando la mano se detuvo en su hombro de nuevo.
—Se inicia dando pequeños pasos. No tienes que dar un salto grande. Puedo
recomendarte a varios buenos terapeutas que se especializan en asuntos de
abuso infantil—. Tiffany se puso rígida de nuevo y esta vez Jessica retiro su
mano.
Tiffany se dio la vuelta. —pensé que eso era lo que tu hacías—.
—Lo hago pero creo que no seria apropiado que yo te aconsejara. Eres la
compañera de apartamento de Taeyeon y ella es mi ex-amante—.
—¿Y?—
—Hay una confidencialidad que puede estar comprometida en lo referente a
esa situación y no puedo permitirlo. No quiero tener que preocuparme por lo
que Taeyeon y yo hablemos acerca de ti o si tu y yo tenemos una relación
profesional y social a la vez, no quiero que esa línea accidentalmente se
confunda—.
—Oh—. ¿Me dices que necesito ayuda y luego te rehúsas a ayudarme? Esto
apesta. Tú simplemente no quieres ocuparte de mi jodida vida. Tiffany
agarró la manilla de la puerta. —Como sea. No te preocupes por eso —.
—todavía podemos ser amigas y si alguna vez necesitas hablar...—
—¿Para eso son las terapeutas, correcto Doc?— Ella sacudió con fuerza la
puerta y entro. —Buenas noches—. Cerró la puerta y las persianas, dejando
a Jessica parada en la cubierta del balcón. Algunos segundos más tarde
Tiffany escucho la otra puerta corrediza abrirse y cerrarse, seguido por
voces apagadas y luego silencio. Eso es, Doc. Ve a abrazarte con tu novia. No
tienes por que preocuparte por mi.
Se recostó en su cama, hasta entonces recordó que sus cigarrillos y su encendedor se habían quedado fuera sobre la mesa. Joder. Apagando la luz y dándose la vuelta, Tiffany dio dos puñetazos a su almohada antes de acomodarse finalmente. Las palabras de Jessica rodaban por su mente.
—Si alguna vez necesitas hablar...—
—necesito hablar— susurró en la oscuridad.
* * *
Varias cosas después.
* * *
Tiffany cogió el cordón, alertando al chofer que quería bajarse en la
siguiente parada. Mirando el papel que arrancó de la guía telefónica,
comprobó dos veces la dirección y se bajó del autobús. El grupo de oficinas
del edificio hizo aparición justo delante de ella, los grandes números de
piedra en el frente confirmaban que era el lugar correcto. Fue entonces
cuando su miedo apareció de nuevo. No puedo hacer esto. No puedo decirle
lo que sucedió. Dándose cuenta que ella ya estaba frente a las puertas,
Tiffany cambió de dirección y comenzó a caminar por la calle.
Esto es estúpido, ella pensó mientras se alejaba del edificio. ¿Qué bien me
haría hablando de lo que paso de cualquier manera? Ella dio vuelta a la
izquierda en la esquina, ajena a lo que pasaba a su alrededor. Jessica no
puede hacer que todo este mejor. Ella no puede curar el dolor. ¿Así que, que
es lo que hace entonces por sus pacientes? No seguirían viéndola si ella no
hiciese algo para ayudarlos. Tal vez el hablar ayuda. Ella volvió a recordar la
conversación de anoche con Jessica, sin rumbo iba doblando las esquinas y se
dio cuenta de que solo le había estado dando vueltas a la manzana, yendo a
parar de nuevo a la parte delantera del edificio del cual se sentía temerosa
de entrar. Prendió un cigarrillo, Tiffany caminó nerviosamente con pasos
lentos y largos fuera por varios minutos antes de finalmente entrar y subir
al segundo piso.
Las letras en el brillante Tiffany decían, J Jung, CSW*, CAC*, Licenciatura
en Acupuntura. Que diablos. Con gran determinación, Tiffany giro hacia
abajo la agarradera y dio un paso adentro.
—¿En que puedo ayudarle?— La recepcionista preguntó amablemente.
—Um, tengo una cita con la Señorita Jung a las tres en punto—. Miró
nerviosamente el reloj en la pared. Cinco minutos antes de las tres.
—Usted debe ser la Señorita Park— dijo la recepcionista. —Tome asiento.
La Señorita Jung esta un poco retrasada—. La mujer pelirroja tomó un
sujetapapeles con algunos documentos adjuntos. —Usted puede llenar esto
mientras espera. Necesitamos su información de seguro y algunos otros
datos vitales—.
—No tengo seguro. Voy a pagar al contado—.
—Oh, está bien. Tenemos un listado de honorarios. Asegúrese de complementar la sección tres—.
Tiffany se sentó en una silla y comenzó a llenar la forma. Ella había usado otro
nombre para obtener la cita pero puso en la parte de abajo de la
forma Hwang, sabiendo que Jessica la reconocería al instante. Dejó vacío el
espacio donde se pedía información de un contacto para emergencias,
dolorosamente admitió que no tenia a nadie a quien poner. A nadie le
importa si algo me pasara, pensó tristemente. Devolvió el portapapeles a la
recepcionista y regresó a su asiento.
Era obvio que todo el material de lectura en la sala de espera de los clientes
de Jessica era dirigido a las mujeres. Un pequeño folleto sobre la mesa
trataba de como las mujeres debían hacerse su exploración mensual de
mama. Las revistas estaban todas orientadas hacia las mujeres y varios
pósteres de auto-afirmación adornaban las paredes rosadas. Tiffany tomo
una copia de Deportes para mujeres y estaba leyendo un artículo sobre una
jugadora de basketball femenina cuando Jessica entro en la habitación.
—¿Tiffany?—
Ella lanzó la revista sobre la mesa y se puso de pie, ahora mucho más
nerviosa que antes. —Yo… um ...—
—Vamos a mi oficina—. Jessica abrió la puerta y se apartó, su cara no
revelaba nada su estado de ánimo.
Tiffany entró en la oficina y se dio cuenta de que no era lo que ella
esperaba. El escritorio estaba situado pulcramente en una esquina, mirando
hacia la pared. Un sofá de cuero colocado de frente a una silla que hacia
juego con los otros muebles. Varios cojines coloridos estaban esparcidos
junto con casi una docena de almohadas. En la pared estaban varios
diplomas, el nombre Jessica . Jung claramente visible.
—Toma asiento donde tu desees— Dijo Jessica en un tono cortés. Tiffany
escogió el asiento reclinable, haciendo a un lado los cojines y sentándose
rígidamente. La mujer de cabello castaño lo noto y se sentó en el sofá.—¿Te
apetece algo de agua o jugo?—
—No—. ¿Qué estoy haciendo aquí? Ella debe pensar que soy una lapa. No
debería haber venido. —Lo siento. No debí haber venido aquí —. Comenzó a
levantarse del reclinable pero Jessica la detuvo con un gesto de su mano.
—Un momento. Puedes permanecer sentada si quieres. Todavía tienes
cuarenta y cinco minutos—.
—Bien—
—Tiffany, te dije que te podía recomendar a varios buenos terapeutas
porque yo...—
—Ya se lo que dijiste— ella interrumpió. —Pero...— Apartó la mirada,
enfocando su atención en un cojín verde vivo. —No puedo hacer esto con un
desconocido. No sé siquiera si lo puedo hacer contigo— ella agregó con su
voz apenas en un susurro. Su corazón palpitaba más rápido y el deseo de
salir corriendo crecía. —Tal vez debería irme—.
—No puedes estar huyendo por siempre, Tiffany. Llega un momento en el
que es más difícil estar huyendo que resistir y afrontar tus demonios—. La
terapeuta se inclinó hacia adelante, apoyando sus antebrazos sobre sus
rodillas. —No te puedo aceptar como cliente. No sería justo para ti—.
¿Justo? El miedo fue opacado por su rápidamente creciente temperamento.
—¿Justo? ¿Quieres hablar de justicia?— Agresivamente se recostó en el
reclinable y abrazó sus rodillas sobre su pecho. —¡No he tenido un solo día
justo en mi vida desde que desgraciadamente nací! Todas las personas que
he conocido me han jodido, ¿por qué serias la excepción? ¿Crees que es
justo que yo tuviera que escapar por culpa de toda la mierda que él provoco?
¿Crees que es justo que el haya orillado a Michelle a que huyera? ¿Crees que
debo de ser castigada solo porque a ti y a Taeyeon les gusta jugar en la cama
debajo de las sabanas?— Ella coléricamente pateó sus piernas, parpadeando
para que las lágrimas no salieran. —no es justo—. Una lágrima solitaria se
escabulló y se giro a un lado, esta vez clavando los ojos sobre un cojín rojo.
—Maldita sea—.
—Tienes razón— Dijo Jessica después de un largo silencio. —Lo que sucedió
no es justo y no fue tu culpa—. Ella contestó amablemente, consciente del
estado vulnerable de la stripper, —no estoy tratando de lastimarte o
castigarte de ninguna forma—. Ella hizo una pausa. —La confianza es un
asunto importante con mis clientes—.
—¿si yo no viviera allí, me ayudarías?—
—Por supuesto. No es que yo no quiera ayudarte, Tiffany, lo hago—.
—Así que estoy jodida de nuevo— la stripper dijo abatidamente, cayendo
sobre el reclinable totalmente derrotada. —Está bien, Doc. No hay
problema—.
—Dejame darte los nombres de algunos que están muy cualifi ...—
—No te molestes— Dijo Tiffany despectivamente. —Sabia que era estúpido
pensar que podía solucionar esto—. Ella se secó las lágrimas con la manga de
su blusa y se puso de pie para retirarse.
—No, no es estúpido— Dijo Jessica, haciendo una señal para que se sentara.
—Valiente—. Ella dejó a un lado el portapapeles. —se requiere coraje para
curarse—. Hizo una pausa, esperando que Tiffany la mirara. —Si acepto
verte, hay ciertas reglas que deben quedar claras para empezar—.
La stripper tragó saliva e inclinó la cabeza, sus emociones se le atravesaban
en la garganta como para permitirle hablar. No quería hacer o decir nada
que pudiera romper la débil esperanza.
—Lo más importante es saber que cualquier cosa que se diga en esta
habitación se queda en esta habitación. Este es un lugar seguro para ti.
Nada que me digas aquí será de nuevo repetido al menos que trates de
dañarte tu misma o a otros. Puedes llorar, gritar todo lo que quieras. Las
paredes están aisladas así que nadie en el área podrá escucharte.—
—Está bien, Doc—. Como si fuera a llorar o gritar, pensó dudosamente,
frunció el ceño cuando recordó que apenas sólo unos minutos antes ella
estaba próxima a romper a llorar. —tengo ciertas expectativas también —.
Tiffany aspiró profundamente y estaba lista para protestar. Jessica se puso
de pie y caminó hacia el escritorio, abrió una gaveta y saco un pequeño libro
grueso. Al principio Tiffany pensó que era una Biblia hasta que miro las
flores y aves en la portada.
—Éste es un libro diario de meditación. Espero que leas el pasaje correcto
cada mañana y otra vez en la noche—. Tiffany tomó el libro y lo abrió. Cada
página estaba etiquetada con el mes y las citas, pero no por día.
—¿quieres que medite?—
—no estoy hablando de cánticos o yoga— Dijo Jessica. —Toma diez o quince
minutos en la mañana para leer y pensar acerca del tema del día—.
¿El tema? Curiosa, Tiffany miro de nuevo. Cada día se enfocaba en un
diferente problema o sentimiento. El desánimo, la autoestima, la vergüenza,
la culpabilidad, y la cólera eran algunos de los temas para los siguientes
cinco días. —Parece una lectura divertida— dijo sarcásticamente.
—No se supone que sea divertido, se supone que te debe hacer pensar. Esto
no va a ser fácil, Tiffany. Si quieres cambiar entonces tienes que hacer
algunos cambios—. La stripper siguió pasando las páginas mientras Jessica
continuaba. —Recuerda, ser insano es estar haciendo la misma cosa una y
otra vez y esperar diferentes resultados—.
—¿te gusta esa frase, verdad Doc?—
—Me gustan muchas frases. Esa es uno de mis favoritas—. Ella se reclinó en
el sofá y metió sus pies debajo de ella.
—¿Cómo funciona esto? Me haces preguntas y yo contesto o qué? Nunca he
hecho esto antes—.
—No estás en la oficina del director aquí, Tiffany. Lo haremos de la forma
que te haga sentir mas cómoda, ese es el punto—.
—¿el punto?—
—El cambio es incómodo y es aterrador. No voy a dejar que ese miedo
aumente. Te presionare de vez en cuando pero lo haré solo por que me
preocupas, y no con el deseo de causarte dolor —. Una leve sonrisa se asomo
en sus labios. —te conozco, Señorita Hwang, se que puedes ser muy
testaruda como el infierno—.
—y a mi me da la impresión de que puedes ser un dolor en el trasero si te lo
propones— Tiffany le dio una sonrisa igual. —Algunas veces Michelle me
presionaba para que hiciera mi tarea o algo. Desearía haberle hecho caso en
ese entonces—.
—¿Tu hermana te alentaba a cumplir con tu tarea? ¿Dónde estaba tu
madre?—
Con esa pregunta se ganó un bufido burlón de la rubia. —¿Mi madre? Oh,
quieres decir la borracha que se la pasaba en la habitación todo el tiempo
viendo tv por cable con su doggie dew*—.
—¿doggie dew?—
—Mad dog*, twenty-twenty* y Mountain Dew*. Toda esa mierda—.
—suena que es justo eso— Jessica estuvo de acuerdo. —¿bebía tu padre
también?—
—Cualquier cosa que estuviera de oferta esa semana—. Tiffany escucho la
furia en su propia voz y tomo una aspiración profunda. —Después de que
Michelle se fue, él comenzó a tomar whisky—. Y yo, ella agregó silenciosamente.
—Regresemos un poco— Dijo Jessica. — Ayúdame a asegurarme de que tengo
la información correcta ¿Tu hermana se escapó cuando ella tenía ...?—
—Diecisiete—.
Ella asintió con la cabeza. —y tu cuando escapaste tenias...—
—Quince y medio—.
—¿en qué grado estabas?—
—A mitad del noveno grado. Debería haber estado en décimo pero quede
debiendo un año—.
—¿Regresaste alguna vez?—
Tiffany miró los diplomas en la pared y sacudió su cabeza. —estaba
demasiado ocupada intentando vivir día a día para preocuparme por la
escuela—. Ella miró la costura de la silla, demasiado avergonzada como para
mirar a Jessica. —No lo hice bien cuando estuve ahí, así que ¿por qué
molestarme? Puedo leer y puedo escribir. Con eso me las puedo arreglar—.
—¿Te conformas con lo que haces? ¿Solo ganar dinero para pasar la semana
y no pensar en el futuro?—
—¡es todo lo que tengo!— Tiffany exploto. ¿Que no lo captas? No soy nada.
—Me quito la ropa por dinero porque es en lo único que soy buena. No puedo
hacer mejor dinero en ninguna otra parte—.
—Entonces necesitas hacer lo que sea para hacer eso posible. ¿Que edad
tienes, veinticuatro?—
—Veinticinco—.
—Veinticinco. ¿Cuántos años más piensas que puedes seguir de stripper?
¿Cuánto tiempo mas pasara para que sigas siendo stripper y ya no te sea
suficiente para poder pagar las cuentas? ¿Que vas a hacer cuando eso pase?
—
Tiffany agarró con fuerza los brazos del reclinable, sus defensas cayendo
ante el tono retador en la voz de Jessica.
—Vamos, Tiffany. ¿Qué cosas has hecho por ti misma que no te haga
terminar como un numero mas de las estadísticas?— Jessica esperó algunos
segundos por una respuesta, luego continuó. —¿bien, qué cambios estas
dispuesta a hacer para no ser parte de las estadísticas?—
—no lo sé—.
—Otra regla, Señorita Hwang. No permito —no lo se—. Hagamos otro
intento. ¿Qué cambios estas dispuesta a hacer para que no termines muerta
en algún lugar con una jeringa en el brazo?—
—soy demasiado grande ya para volver a la escuela—.
—Respuesta equivocada. Puedes estudiar en casa para poder hacer un
examen equivalente. Pasándolo obtienes un diploma de bachillerato que tiene
el mismo valor. Puedes de hecho bajar material de investigación de internet—.
—no tengo una computadora—.
—Pero las tienen en la biblioteca— Jessica afirmo. —no permito excusas
tampoco—.
—no vine aquí para que me sermonearan para volver a la escuela— Dijo
Tiffany. ¿Que demonios tiene esto que ver con las malditas pesadillas?
—¿Dime, a que viniste aquí?—
—¿qué?— Tú sabes a que vine aquí. ¿Por qué me presionas de esta manera?
Jessica repitió la pregunta. —¿Por que viniste aquí? ¿Que es lo que esperas
lograr?—
—Tu lo sabes.—
—Dímelo.—
—Tu lo sabes— Tiffany repitió coléricamente.
—Dilo.—
—Quiero que esto pare— contesto. —Quiero que desaparezcan las
pesadillas. Quiero que desaparezcan los malos recuerdos. ¡Quiero que el
maldito dolor desaparezca!—
—¿Y que vas a hacer para cambiar eso?— Jessica pregunto, desconcertada
por el despliegue de emociones. —¿Que cambios estas dispuesta a hacer
para que el dolor desaparezca?—
Tiffany se volteó, presionando con fuerza su mandíbula y rehusándose a
contestar.
—Te dije que no seria fácil— Dijo Jessica. —Nadie más puede hacer el
trabajo. Es decisión tuya hacer cambios y tomar decisiones difíciles
tomando en cuenta como esta tu vida. Ya no eres esa pequeña niña desvalida
de quince años—.
—Ahora soy una chica totalmente perdida de veinticinco años— Tiffany
susurro, rehusándose a mirar a la terapeuta. —¿Es eso lo que intentas
decirme?—
—No, pienso que es lo que tú estas intentando decirme— Dijo Jessica
gentilmente. —Creo que es suficiente por hoy—.
—Pero....— Tiffany miró su reloj de pulsera. — todavía tengo cinco minutos—.
—Tiempo suficiente para que hablemos de algunas otras reglas—.
—Oh yupiiii—. Aquí viene.
—sabia que te gustaría esta parte—.
Tiffany rodo sus ojos y levantó una ceja hacia la mujer de cabello castaño.
—Primero, nada de bebidas o drogas antes de la cita. Éste es un trabajo
serio y no me gusta perder el tiempo con alguien que no toma esto en serio
también—.
—Bien—. Solo me asegurare de programar las citas por la mañana.
—Segundo, hay una manera correcta e incorrecta de manejar la cólera. Te
dije que este es un lugar seguro y puedes gritar todo lo que quieres, pero …
— La terapeuta levantó su dedo. —Las únicas cosas que puedes tirar o
golpear son las almohadas—. Tiffany inclinó la cabeza en acuerdo. —y no solo
aquí— Jessica agrego. —En casa también. Consíguete un cojín o una muy
rellena almohada—.
—¿bien, alguna otra cosa?—
—Consíguete un cuaderno de apuntes, uno grueso. Quiero que escribas un
diario en el—.
—¿quieres que escriba un diario?— ¿Estás loca?¿Escribirlo puede hacer que
alguien pueda leerlo. Ella negó con la cabeza. —De ninguna manera—.
—Ok. Escribe cuando quieras pero al menos hazlo una vez al día—.
—¿Acerca de que?—
—Cualquier cosa que quieras. Cómo te sientes, como va tu vida, cualquier
cosa que desees escribir—. Jessica se puso de pie y tomó el libro de las
manos de Tiffany. Encontrando la página correcta, ella se lo dio de regreso.
—Todavía tienes algunos minutos. El tema de hoy es la autoestima. Léelo
ahora y de nuevo a la hora de acostarte. Léelo en la mañana cuando te hayas
despertado y otra vez a la mitad del día. Date diez o quince minutos tres
veces al día para leer las meditaciones y pensar acerca de ellas—.
—¿y esto va a ayudar, Doc?—
—Recuerda lo que dije de ir paso a paso. Lee las meditaciones tres veces al
día en toda la semana entrante y luego hablaremos de ellas—. Caminaron
hacia la puerta y Jessica apoyó su mano sobre la manija curvada. —
Usualmente mis clientes se ganan abrazos cuando terminan una cita—.
De ninguna manera. Tiffany dio un paso hacia atrás. —no soy de las que
abrazan—.
Jessica levantó sus manos. —Ok. Simplemente te digo que los abrazos
siempre son bienvenidos—. Ella puso su mano en la manija otra vez. —Una
ultima cosa. Todo lo que se dice aquí es personal y es una relación
profesional, lo digo en serio. Podemos hablar de muchas cosas aquí pero si
nos encontramos en los juegos de softbol o cuando este con Taeyeon, solo
seremos Jessica y Tiffany, entendido?—.
—¿eso quiere decir que ya no me ayudaras si tomo algunas bebidas de mas
después de algún juego?—
—Lo hare si te comportas responsablemente y no conduces y te pongas tu
misma en situaciones peligrosas—. Ella abrió la puerta. —Te veré aquí la
próxima semana—.
La próxima semana. Ya lo dijo. Jessica había acordado ayudarla. Ella hizo una
pausa en la puerta. —¿Hey Doc?—
—¿Hmm?—
—Gracias—. Tiffany forzó una sonrisa. Dentro de ella se sentía emocionada
y asustada. —Yo…yo no sé si puedo hacer esto pero lo intentaré. Solo no te
decepciones de mí si no lo logro, ¿ok?—
—Tiffany ...— La mano de Jessica trató de alcanzar su hombro. —Te dije que
esto no seria fácil. No espero perfección y tú tampoco lo esperes. Lo que
importa es que aprendas de tus errores y lo intentes de nuevo—. Ella guió a
Tiffany al escritorio de la recepcionista. —¿Raina, podrías por favor
programar citas regulares para la Señorita Hwang?—
* * *
—En una ráfaga de fuego…— Taeyeon arrugó su frente. —En una ráfaga de
fuego…—Sacudiendo su cabeza, presiono la barra para borrar
repetidamente. —Suena como si fuera una película de gangsters.—
Su espalda estaba comenzando a dolerle por estar sentada en la misma posición
por mucho tiempo, pero la fecha tope estaba ya muy cercana como para
poder relajarse. —Las balas parecían una lluvia sobre…no no no no.—
Suspirando fuertemente, borró la oración y se quedo mirando la pantalla.
Odio escribir acción. Vamos solo dame una buena frase hoy. —La policía
abrió fuego, rociando a los terroristas con una lluvia de balas.—Bien, eso
esta mejor. ¿Y luego que?— El cursor parpadeaba repetidamente mientras
los segundos pasaban. —Bien.— Comenzó a escribir. —La policía abrió fuego…
—¿Por qué abriría fuego sin saber donde están los rehenes?— Restregó su
cara vigorosamente y miro sorprendida la hora sobre la pantalla. —Grrr.— —
No puedo creer que sea tan tarde ya—. El pronunciado bostezo y sus ojos
confirmaban lo mismo. Era ya mas cerca de la madrugada que medianoche y
si daba un vistazo a lo que había en la pantalla sabría que en realidad
mostraba muy poco para el prolongado esfuerzo que había hecho.
Los segundos se convirtieron en minutos pero ninguna palabra mas apareció
sobre la pantalla de la computadora. Frustrada, Taeyeon empujo el teclado y
recostó su cabeza hacia atrás, viendo solo el cielo raso. —Bien, pensemos
sobre esto— dijo en voz alta, como si el escuchar sus palabras la ayudara un
poco a enfocar las cosas. —Los rehenes están en el segundo sótano pero la
policía no sabe eso. ¿Entonces donde cree la policía que están cuando los
pistoleros salen disparando?— ¿Necesitan aun estar en el almacén?¿Si no
están allí, dónde los pongo?¿Necesito aun a los rehenes?¿Por qué roban el
banco en primer lugar?.
¡—Oooh, odio esto—! Poniéndose derecha en su asiento, Taeyeon se coloco de
nuevo delante del teclado. La presión para poder terminar la escena y
terminar el capitulo a tiempo no estaba ayudando en nada a su creatividad.
Bien, solo tengo que pensar por un minuto.
Para su sorpresa, la puerta principal se cerro, anunciando que Tiffany llegaba a casa del trabajo.
Escuchó como la puerta del refrigerador era abierta, luego cerrada otra
vez, recordándole a Taeyeon que tenia que hablar con su compañera acerca de
cuando se terminara la leche se debía de anotar en la lista de comestibles
para comprar. Pesados pasos subían las escaleras, deteniéndose al llegar
arriba.
—estoy despierta— Dijo Taeyeon, preguntándose que causo qué Tiffany se
detuviera en lugar de seguir hasta su habitación.
—Estas levantada muy tarde—. La voz del otro lado de la puerta le contestó.
—La fecha tope hace que este aun despierta—. Ella se restregó los ojos y se
reclinó. —¿cómo estuvo el trabajo?—
—Solo fue trabajo. Buenas noches—.
—Buenas noches—. ¿Qué te pasa? El tono derrotado en la voz de Tiffany le
preocupo. Taeyeon abrió las persianas y deslizo la puerta, dejando en su lugar
el mosquitero.
Por si acaso ella quiere hablar, la escritora se dijo a sí misma.
Varios minutos pasaron y Taeyeon decidió averiguar que pasaba cuando
escucho la puerta abrirse y a Tiffany salir hacia fuera. Sabía que algo
estaba mal. Apagando la computadora, salió hacia el balcón. El resplandor
anaranjado del cigarrillo era la única luz en la oscuridad al lado de Tiffany.
Soplo de pronto un aire muy frio y Taeyeon se abrazo a si misma al sentir la
ráfaga de viento.
—Brrr, no me percaté que estuviera tan fresco aquí fuera esta noche—.
—Uh huh—.
—¿te gustaría algo de compañía?—
—no soy buena compañía esta noche— Dijo Tiffany abatidamente.
—Esta bien, yo tampoco lo soy—. Cogió una silla y se sentó, gimiendo
mientras lo hacia. —Simplemente ya no puedo estar viendo esa pantalla por
mas tiempo—.
—¿la Pantalla?— La stripper miró a Taeyeon. —¿qué hay de malo con la
pantalla?—
—Si , la pantalla de mi computadora. Estoy en una intensa lucha por lograr
escribir un párrafo—.
—Oh—.
Taeyeon observó como la punta del cigarrillo brillaba con una llamarada, luego
se oscureció al igual que su compañera. No estas de buen humor como para
hablar ¿no es así?. Mientras se debatía en intentar iniciar una conversación
de nuevo, se sorprendió cuando Tiffany hablo.
—¿Puedes entrar a Internet con esa cosa?—
—A 1 Giga cuando todo el mundo en la ciudad no esta en línea— Dijo Taeyeon
orgullosa.
—Uh huh—.
—.¿No tienes ni idea de lo que te estoy hablando verdad? —Así es, puedes
entrar a internet con esa cosa. ¿Por qué?, ¿Te sientes con deseo de navegar
un rato?—
—¿Navegar?—
—De hacer búsquedas, mirar diferentes sitios—. Taeyeon mentalmente se
reprendió así misma por no decirlo mas claramente. —¿Buscas algo en
especifico?—
—¿Um, no.... ¿tienes que pagar para usarlo?
—pago una retribución mensual y tengo acceso ilimitado—. Que bien. Era la
primera vez que Tiffany se mostraba interesada en algo que a ella le
gustaba. Taeyeon se puso derecha y apoyó sus brazos sobre la mesa, sus ojos
ajustándose lo suficiente en la oscuridad para poder ver el contorno de la
cara de Tiffany. Creo que comprare algunas velas para la mesa la próxima
vez que vaya de compras.
—Puedes usarlo si quieres, solo no hagas ninguna descarga—
—Naaa, solo sentía curiosidad. No sé cómo usarlo de cualquier manera—.
—Bueno, tienes que aprender alguna vez. ¿Por qué no ahora?—
—No lo sé— Tiffany contesto con vacilación. —es tarde y es probable que
estés cansada—.
—Si me voy a la cama ahora, solo daré vueltas en ella toda la noche.
Realmente, estoy completamente despierta—.
—Tal vez solo podrías mostrarme como hacerlo y después podría ir a la
biblioteca y usar alguna computadora de allí—. Tiffany apagó su cigarrillo en
el cenicero y se puso de pie. —¿no interferiré con tu escritura o algo?—
—Difícilmente— Taeyeon bufó. —tendré suerte si logro terminar dos párrafos
esta noche—. Se levantó y abrió la puerta de tela metálica. —Venga, será
divertido—.
Una vez dentro, Taeyeon abrió el cajón del escritorio donde se encontraba el
teclado de su ordenador y tomo asiento. —Adelante— ella dijo, señalándole
la silla.
—no sé nada sobre esto— Dijo Tiffany mientras miraba por encima del
enorme monitor, el CPU y la impresora. —¿éste es el mouse, correcto?—
—Yeap, aunque está programado para personas zurdas. Presiona el botón
derecho para dar click sobre algo—.
—¿Se supone que debe de ser del otro lado para las personas diestras?—
Ella movió cautelosamente el mouse sobre la superficie suave del mousepad.
Sus ojos claros se ensancharon cuando observo como el puntero en la
pantalla imitaba sus movimientos. —No lo se. Parece tan fácil para usarlo de
este lado—.
—Lo es. Es solo cómo te acostumbras, supongo. Mi mamá también es zurda y
ella siempre se aseguro de enseñarme de ese modo. Pongámonos en línea y
te mostraré cómo buscar en la red—. Levantándose ligeramente, Taeyeon
coloco entre sus piernas el teclado y acerco más la silla de Tiffany. —¿Ves
ese globo amarillo en la parte superior de la pantalla? Da un click sobre eso —.
—¿así que muevo el puntero hacia arriba … y doy un click sobre este botón?—
—Sí, tienes que dar doble click sobre eso—. Observo el cursor ir despacio
torpemente de arriba abajo por la pantalla, Taeyeon hizo un esfuerzo para no
sonreír burlonamente. Le tomo a Tiffany dar tres clicks para abrir el
programa.
—¿qué hice?— La stripper preguntó nerviosamente cuándo las ventanas y los
programas comenzaron a abrirse de pronto. Esta vez Taeyeon no pudo
contener su risa.
—Nada. Hago que estén disponibles todos los programas necesarios en
cuanto entro al sistema—.
—Me pudiste haber advertido— Dijo Tiffany con una mirada un poco
amenazadora.
—Debí hacerlo— admitió. —Pero fue más divertido verte saltar fuera de tu
asiento—. Taeyeon tomo el control del mouse. —¿ves este botón aquí? Un click
y la pantalla cambia. Ok, escribe cualquier cosa que quieras buscar en el
recuadro—. Taeyeon se recostó y esperó a que su compañera introdujera
alguna información.
Tiffany tecleo con sus dedos índices. —Demonios. ¿Cómo borras en esta
cosa?—
—Usa la tecla de retroceso—, arriba del lado derecho justo abajo de la
tecla F12—.
—¿Dónde? No veo ninguna tecla que diga retroceso—.
—Oh, la tecla ya esta desgastada. Ella se apoyo para señalarle la tecla. —
Suelo usar a menudo la tecla de retroceso—.
—¿cometes muchos errores?—
—Prefiero no pensar tanto así de que cometo muchos errores— Dijo Taeyeon
sintiéndose mas relajada con su compañera. —Realmente tiendo a reescribir
una escena varias veces antes de quedar totalmente satisfecha—.
—Suena como a mucho trabajo— Dijo Tiffany, sus ojos mirando rápidamente
sobre el teclado en busca de la tecla correcta.
—Lo es— Dijo Taeyeon, señalando la posición de la tecla N. —Pero también es
divertido—.
—¿qué clase de historias escribes?—
—En su mayoría de misterio y de suspenso, pero ocasionalmente he escrito
historias cortas para revistas cuando ando ajustada de dinero—. Que es la
mayoría de las veces, ella silenciosamente agrego.
—¿Ok, y ahora qué?— Taeyeon miró las palabras de búsqueda. —¿La pagina de Educación del estado de Nueva York? ¿Que estas exactamente buscando?—.
—Solo estoy mirando— Dijo Tiffany, colocando un mechón de pelo rubio
detrás de su oreja. —Alguien me dijo que podía obtener alguna información
acerca de algo—.
No me digas, eso esta perfectamente claro. —Bien pero quizá si me dijeras
que es lo que estas buscando específicamente, podría ser mas fácil de
encontrar la información—.
—Alguien me dijo que podría obtener los cursos del GED* sin tener que
volver a la escuela—. Repentinamente Tiffany encontró un interés especial
en sus cutículas. —Me dijeron que había manera de estudiar para el examen
sacando la información del internet—.
—Hmm, estoy segura de que así es—. Mmh, ahora entiendo. ¿Cuántos años
tenia ella cuándo escapo? —Aun debe haber guías de estudio para que las
puedas imprimir. Tengo suficiente tinta y papel—ella ofreció. —Um.... ¿Te
puedo preguntar algo?—
Tiffany se encogió de hombros. —supongo que si—.
—Cuando escapaste, ¿cómo le hiciste para sobrevivir? Debiste haber
necesitado documentos para poder obtener un trabajo en dondequiera y
esta por supuesto la preocupación de que un oficial te descubriera por ser
menor—.
La mujer mas joven vaciló antes de contestar y cuando lo hizo,
deliberadamente miro a cualquier parte menos a Taeyeon. —¿Realmente
quieres saber la respuesta a esa pregunta?—
¿Qué diría Jessica en esta situación? —Um, solo si tu quieres decírmelo—
Bien.....esa fue una contestación correcta, Taeyeon se dijo a si misma.
—Digamos que en algunos trabajos no se requieren papeles para trabajar o
identificación—.
—Oh—. La escritora cambió de posición con inquietud y ahora fue ella quien
fue incapaz de mantener cualquier contacto visual. Tiffany comento una vez
que el streeptease fue solo un paso mas arriba. —Entiendo, bueno.....um......—
Negando con la cabeza, Taeyeon quedamente admitió, —no sé qué decir—.
—No hay nada que decir de cualquier manera— Tiffany se encogió. —hice lo
que tuve que hacer—. Ella movió el mouse. —¿y ahora que sigue?—
Le tomo a Taeyeon un segundo para poner a funcionar sus engranajes mentales
y fijar la atención en la información en la pantalla. —Pon el puntero sobre la
búsqueda y da un click sobre él—. Ella miró todos los temas sobresalientes y
negó con la cabeza. —Tienes que desplegar la pagina hacia abajo—.
—¿ahora me lo podrías decir en español?—
Ella le sonrió ante su error, complacida de ver la cara de confusión de
Tiffany.
—Lo siento. Se me olvidaba. Es solo parte del vocabulario que suelo
utilizar. No estoy acostumbrada a que las personas sean capaces de
entender de lo que les estoy hablando—. Ella le explicó cómo navegar por la
pantalla, dándose cuenta para su sorpresa que Tiffany aprendía rápido y
raras veces necesitó explicarle las cosas más de una vez. En algunos minutos
más encontraron un sitio que ofrecía los programas de estudio.
—Esto es perfecto— ella dijo. —Mira esto—. Excitada por el descubrimiento, Taeyeon sin darle importancia se apoyo para asumir el control del mouse. —Puedes trabajar en cada tema hasta que estés lista y hacer un auto examen al final. Eso lo facilitará. Aquí—. Ella dio un click sobre un enlace. —Mira todos los
módulos disponibles—.
Los ojos de Tiffany se ensancharon. —nunca seré capaz de aprender todo
eso—.
—Por supuesto que puedes. No es tan difícil como parece—.
—Fácil para ti decirlo. Tú tienes una Licenciatura de la Universidad. Yo ni
siquiera termine el noveno grado—.
— Oye, no nací con esa Licenciatura, ¿sabes?. Tuve que aprender todo
también—. Ella dio un click sobre el mouse otra vez. —No tienes que
aprender todo al mismo tiempo. Intenta hacer uno de los módulos. ¿En qué
temas eras buena?—
—No lo se. Realmente nunca puse mucha atención en la escuela—. Tiffany se
encogió en un gesto ya familiar. —estoy sorprendida pues sólo falle en un
grado—. Ella empujó hacia atrás la silla, colocando su tobillo izquierdo en la
rodilla derecha. —no soy estúpida o algo así, es solo que estudiar y hacer la
tarea en ese entonces no era importante para mi—. Ella entrelazó sus dedos
y los apoyó sobre su regazo. —Apuesto que tu fuiste una estudiante
sobresaliente. Obtenido puras A y todo eso—.
—Bueno, en su mayor parte fueron A— Taeyeon admitió.
—Uh huh—. Dijo Tiffany sabiendo que era así. —¿A donde fuiste, Harvard o
Yale?—
—A ninguna— ella contestó. —Se suponía que iría a Punta Oeste* pero
termine yendo a Colgate*—.
—¿A Punta Oeste? Oh, ya me parecía. Eres una pequeña diablilla Militar. ¿Y
por que no fuiste allá?—
—es muy largo de contar—. Viendo la apariencia expectante en la cara de
Tiffany, Taeyeon movió su barbilla señalando hacia el balcón. —Vayamos allí
afuera. Será más cómodo—.
—¿Qué pasó?— Tiffany preguntó una vez que ya estaban en el balcón.
—Bien. Tienes que entender que la vida militar no es la misma que la vida de
civil. Las cosas no se manejan tan fácilmente—. Taeyeon agradeció la
oscuridad, haciéndole más fácil contar su historia. —La apariencia lo es todo
y los chismes se mueven a través de las tropas más rápido de lo que te
puedes imaginar. Era una sénior en la escuela secundaria y mi padre había
sido situado en West Point cuatro meses antes. En el otoño tienen un baile
de etiqueta para celebrar durante el fin de semana el regreso a casa. Mi
padre me arregló una cita para salir con un cadete de cuarto año llamado
Shin Peniel—.
—¿Peniel?— Tiffany bufó y buscó sus cigarrillos. —¿Por qué alguien
avergüenza a un niño con un nombre como ese?—
—Probablemente porque él fue Shin Peniel tercero, el nieto del
General Shin Peniel y el hijo del Capitán Shin Peniel—.
—Aun así es una razón pésima para llamar a su niño Peniel—.
—De cualquier manera, el ego del Cadete Peniel estaba sólo
empequeñecido por sus hormonas, especialmente después de haber tomado
varios sorbos de no se qué licor que llevaba escondido en su chaqueta.
Después de pasar la mayor parte de la noche hablando de sí mismo, el Señor
personalidad pensó que tenía derecho a más que sólo unos cuantos bailes
formales—.
—¿Quieres decir que él intentó ...?—
—Oh sí, ciertamente lo intentó— Taeyeon dijo. —Dimos un paseo por la base y
él hizo todo lo posible por abrazarme. Yo lo empujé y comencé a caminar de
regreso, dispuesta a dejarlo pasar sólo como una mala cita, pero él no se dio
por vencido tan fácilmente. Me empujó contra un árbol e intento meter sus
manos por debajo de mi vestido. Ahí fue cuando grité y le di con la rodilla—.
—Bien, el bastardo se lo tenía merecido— dijo Tiffany, dando una larga
calada a su cigarrillo. —Deberías haberle pateado las pelotas—.
—Hubiera deseado haberlo pensado mejor en ese momento— Taeyeon admitió.
—Darle con la rodilla no fue suficiente para quitármelo de encima. Me
derribó al suelo y comenzó a golpearme. Otro cadete escuchó mis gritos y
corrió hacia mí. Si él no hubiera estado paseando por ahí, dios … estábamos
demasiado lejos del resto de la fiesta —.
—¿Supongo que como era el nieto del General no le castigaron ni nada,
verdad?—
Taeyeon suspiró y descansó su pie en su rodilla opuesta. —No es tan simple. La
Academia es muy estricta en hacer cumplir el Código de Honor—.
—¿Qué pasó?—
—Estaba bastante alterada para cuando el cadete me trajo de regreso.
Cuando llegamos a la puerta principal ahí estaba parado mi padre, el General
Shin Peniel, y otros oficiales de alto rango. Imagínate como me veía. Allí
estaba, mi vestido desgarrado todo lleno de lodo, hierba y manchas en toda
mi espalda. Mi padre me hizo pasar a un cuarto privado y le dije lo que había
sucedido. Él salió y regresó algunos minutos después para llevarme a casa—.
Mirando las estrellas centelleantes, Taeyeon dejó que sus emociones flotaran
en su mente de nuevo. —Mi padre nunca me mintió, y se lo agradezco. Él me
dijo que era mi palabra contra la de Eugene y por supuesto ya sabrás cual
fue su historia—.
—Qué tú lo deseabas— la stripper adivinó.
—Él dijo que yo lo había provocado y que cuando él se rehusó a acceder a lo
que yo quería comencé a gritar—.
—Por supuesto— Tiffany dio un bufido.
—Padre también me dijo que el General Shin Peniel le recordó que el padre de
Eugene había muerto como un héroe en Líbano cuando Peniel aun estaba en
el bachillerato—. Ella negó con la cabeza, distraídamente identificando las
diversas constelaciones flotando en el cielo. —Todo lo que hubiera pasado es
que con solo una llamada de el General mi padre hubiera sido enviado fuera
de Anchorage o algo peor—.
—¿Así es que tu padre te hizo retirar los cargos?—
Taeyeon asintió con la cabeza. —No había realmente mucho de donde elegir. Si
presentaba una queja, habría traído a los medios de comunicación y habrían
destrozado a la academia y al General Shin Peniel. Mira lo que les hicieron a los
Kennedy. ¿Imagínate si al nieto de un general e hijo de un héroe de guerra
fuera acusado de intento de violación?— Apoyando sus codos sobre los
brazos de la silla, entrelazó sus dedos. —Padre y el General acordaron algo a
puerta cerrada. Él nunca me dijo qué pasó, sólo que se había terminado y que
yo debería olvidarme del asunto. Escuché a uno de los cadetes decir que
Peniel había perdido su rango como Comandante del Batallón y estaba
recluido en la base, pero que aun así se le permitió graduarse—.
—¡Oh! que gran castigo—, Tiffany se burló.
—De hecho perder un rango en la academia es un punto negativo para tu
carrera. Él nunca podrá subir un rango más en la cadena de orden. Pero de lo
que sí estoy segura es de que no creo que piense en tocar a otra chica de
nuevo—.
—¿Por qué no? Él logró salirse con la suya una vez, ¿qué podría detenerlo?—
—Los otros cadetes. Después de una semana del incidente, un grupo de
cadetes atrapó a Eugene en las regaderas y supongo que le dieron una buena
paliza. Él pasó un par de días en el hospital pero nunca reveló quién estaba
involucrado—.
—Se lo merecía. Espero que hicieran un buen trabajo de modo que él ya no
pueda usarlo de nuevo—.
—Bueno no creo que hayan llegado a tanto— dijo Taeyeon, con tono de cólera
en su voz. —Creo que mi padre sabía quienes lo hicieron pero jamás me lo
dijo—.
—¿Estabas molesta con él porque no te defendió?—
¿Estaba molesta con él? Se quedó con la mirada fija hacia las estrellas de
nuevo. —En ese momento estaba furiosa con él por que creí que no estaba
de mi lado. Culpé al Ejército por haberlo obligado a encubrir al General. Por
eso es que acepté una beca para Colgate. No fue hasta que fui adulta que
entendí porque hizo esas cosas de la manera en que las hizo.—
—No lo entiendo— dijo Tiffany.
—Jessica me dijo una vez que algunas veces la única forma de ganar es
comprometiéndose. Eso fue lo que tuvo que hacer mi padre con el General
Shin Peniel. Él no pudo lograr echar a Eugene de la academia pero se aseguró
de que su carrera fuera arruinada. Cada vez que le ofrezcan un ascenso,
será cuestionado por ese incidente. Por hostigamiento ual y porque
oficiales se aprovechan de las reclutas femeninas, no creo que pueda jamás
tener un ascenso en su carrera—.
—¿Y consideras que con eso ganaste?—
—Claro que si. No tienes que cortar las manos de un hombre solamente
porque robo una barra de pan. Eugene todavía podrá tener una carrera en el
Ejército, solo que no será nada cómodo—.
—Aun sigo pensando que lo tuvo demasiado fácil— Tiffany se quejo. —
Siempre lo hacen. Solo porque el tipo tiene dinero o poder puede salirse con
la suya—. Un cigarrillo fue encendido. —Ah, a quien engañamos. Hasta los
patanes borrachos piensan que pueden salirse con la suya cada vez que se
les da la gana—.
Taeyeon de nuevo deseo tener una vela sobre la mesa y poder ver la expresión
que provenía junto con ese duro tono de voz. —¿Pasó algo en el trabajo esta
noche?—
—Nada que no haya ocurrido antes— la stripper dijo con un suspiro. —fue
solo un riesgo típico del trabajo. Un idiota decidió esperarme fuera de la
salida hasta que yo saliera. Habría estado bien si Taecyeon hubiera estado donde
se supone debía de estar—.
Taeyeon alarmada, se enderezó. —¿Te lastimó? ¿Por qué no me lo dijiste
antes?—
—Estoy bien. He trabajado por mucho tiempo lo suficiente como para saber
cómo arreglármelas con un borracho estúpido— dijo despectivamente.
—Pero aun así te molesta—. Taeyeon intentó reprimir un bostezo pero falló. —
Ya me estoy haciendo vieja para las desveladas. El sol saldrá en un par de
horas—. Ella esperó por una respuesta y no recibió ninguna. —Bien, supongo
que es hora de ...—
—¿Puedes usar el ordenador para encontrar personas?— preguntó Tiffany.
—Um … sí, hay lugares en línea donde puedes buscar personas—. Debería
estar ya acostumbrada a la forma en que rápidamente cambia de tema,
Taeyeon pensó para si misma. —¿piensas buscar a tu hermana?—
—No lo sé, tal vez—.
—Bien, eres bienvenida para usar el ordenador y tratar de encontrar a tu
hermana si tú quieres—. Olvida la vela, voy a comprar una de esas linternas
de baterías. Algunos segundos pasaron antes de recibir un gruñido de la
rubia—¿Sabes que hay compañías que se dedican a buscar personas
pagándoles una retribución?—.
—Lo sé. Hace tres años gaste cerca de quinientos dólares en buscarla. No
sabía el número de su seguro social así que no había mucho que ellos
pudieran hacer—. Taeyeon escuchó el sonido de la silla raspando la madera
mientras Tiffany se ponía de pie. —Sólo estaría desperdiciando mi dinero
otra vez—. Tiffany golpeo ligeramente la mesa. —Estoy cansada. Buenas
noches—.
Taeyeon se quedó sentada ahí por pocos minutos después de cerrar la puerta,
escuchando los sonidos de la noche. Pensando acerca de su infancia, trató de
recordar como había sido su vida a los quince. Imágenes de ella en bicicleta,
largas sesiones de llamadas telefónicas, videos de música y sus visitas a
parques vinieron a su mente. ¿Cómo pudo sobrevivir ella? A los quince años
nunca habría sido capaz de valerme por mi misma. Se estremeció al pensar
por lo qué Tiffany tuvo que haber pasado y se encontró a si misma pensando
en su compañera de apartamento con gran admiración. Con un gran bostezo
se levantó y entró.
El ordenador la tentaba a ir a ella pero la cama le tentaba más. Después de
quitarse la ropa, la dobló pulcramente y la metió en el cesto. Vistió su pijama
de seda y una esquina de la manta fue doblada pulcramente hacia un lado
antes de apagar la luz y meterse en la cama.
(☞゚ヮ゚)☞ CONTINUARA...
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