Capítulo Treinta y Siete

CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN TAENY)

 

 

 

 

—No ha estado tan mal —dijo Taeyeon dando marcha atrás al Jeep.

 

 

 

—A mí me ha gustado. Tu familia es muy agradable —afirmó Tiffany mirando

a través de su ventanilla a medida que la casa de los Kim se perdía de

vista.

 

 

 

—Pero no había necesidad de que mamá sacara los álbumes de fotos, sobre

todo el de cuando éramos bebés.

 

 

 

—Eran muy bonitos, sobre todo las de cuando los bañaban —dijo Tiffany,

aunque el predecible tono irónico de su voz no apareció.

 

 

 

—¿Estás preocupada por algo? —aventuró Taeyeon.

 

 

 

—No, es que tengo muchas cosas en la cabeza —surgió la evasiva respuesta.

 

 

Por supuesto, aquello no satisfizo a la escritora en absoluto, sobre todo

cuando advirtió que Tiffany tenía la mirada perdida.

—Hablar ayuda, ¿sabes?

 

 

 

—Ya, no, sólo necesito aclarar algunas cosas.

 

 

Estaba claro que Tiffany no quería compartir aquello.

Taeyeon intentó iniciar

una conversación dos veces durante el trayecto, pero desistió al no sacar a

la joven más que un par de monosílabos.

Al legar a casa, Tiffany le dio las

buenas noches y desapareció en el interior de su habitación, dejando a

Taeyeon con la intriga de qué es lo que habría pasado en casa de su madre

como para haber afectado hasta tal punto el humor de su amiga.

 

 

 

* * *

 

 

R-r-r-rrrr, click. R-r-r-r-rrrr, click.

 

―Maldita sea, ¿Por qué no arrancas?,―

apretando sus manos contra el volante,

Tiffany giró la llave para devoloverla a la posición de apagado y

volvió a intentarlo.

En ésta ocasión el Omni arrancó, no sin un gran

estruendo y una nube de humo.

 

Había sido un buen día en el trabajo, pero

salir y pasar diez minutos intentando arrancar el coche había hecho que a

Tiffany le cambiara el humor considerablemente.

Cuando estuvo finalmente segura de que su chatarra

seguiría encendida,  puso la marcha y salió del aparcamiento. 

 

Las manzanas iban pasando mientras la rubia pensaba en los

acontecimientos del día. Depués de seis semanas de sudor, los trabajos de

restauración del edificio estaban casi terminados. Cuando Donghae la había

mandado llamar a su oficina antes del final de la jornada, Tiffany temió que

fuera a decirle que ya no había más trabajo para ella.

Para su sorpresa,

la había llamado para asegurarse de que quería trabajar con él en el próximo

proyecto de restauración de una vieja escuela situada en unos apartamentos

de renta baja. En compensación le aumentó en un dólar la hora por su

flexibilidad y buena voluntad a la hora de aprender nuevos trabajos

minimizando el tiempo laboral. Para algunas personas cuarenta dólares extra

a la semana no era mucho, pero para Tiffany significaba que podía

permitirse pagar sus sesiones de terapia sin tener que pasar por encima de

otras facturas o tener que trabajar demasiadas horas fuera de su horario

habitual.

 

 

Y esas sesiones con Jessica Jung se habían vuelto más importantes con

cada semana que pasaba. Tiffany todavía rehusaba asistir al grupo de ayuda

a las mujeres de los martes por la noche, pero se encontraba más

predispuesta a hablar de sus sentimientos con la terapeuta. Hablar sobre el

papel jugado por su padre era todavía difícil, y a menudo terminaba con

Tiffany intentando controlar su enfado o, en raras ocasiones, sus lágrimas

bajo control.

 

Aún entonces, aquello siempre significaba una larga noche para

Taeyeon y Tiffany, hablando con su mejor amiga de lo que había ocurrido en la

sesión de terapia.

A Taeyeon no parecía que le importaran las largas

conversaciones, llegando incluso a preguntarle a Tiffany por ellas cuando

sabía que había tenido una ese día. Para las dos mujeres se había convertido

en un hábito y solían sentarse cada una a un extremo del sofá con sus pies

compartiendo el espacio libre del centro.

Esto lo hacía más fácil para

Tiffany, dándole el espacio que necesitaba pero estando lo suficientemente

cerca en caso de necesitar un abrazo cuando el dolor era demasiado grande.

 

 

Conduciendo por la autopista, Tiffany dejó a sus pensamientos derivar en la

relación que ella y Taeyeon compartían.

 

Desde que su conversación con Helen le abriera los ojos, 

Tiffany se encontró a sí misma muy interesada en la

presencia y acciones de su compañera de piso.

Nunca había algo ual o romántico

en la forma en que Taeyeon la trataba,  pero Tiffany era consciente

de la afección y cercanía que se había construido entre ambas.

Sabía que eran las pequeñas cosas. 

Una caricia casual sobre su hombro cuando la

escritora pasaba por su lado, la cena preparada para ella cada noche, las

tardes juntas en el sofá viendo la televisión, o sentadas en el escritorio

trabajando en los exámenes para el GED.

Tiffany incluso podía jurar haber sentido una vez los labios de Taeyeon

besarle la cabeza durante la intensa

charla de una de sus sesiones donde había buscado la seguridad del abrazo

de la escritora para dejar escapar las lágrimas, que de otro modo se

negaban a caer.

 

Lejos de sentirse molesta por la creciente cercanía, Tiffany se encontró a sí

misma sintiéndose de acuerdo con ésta. Disfrutaba de los partidos de

baseball y de los inevitables viajes al bar después de éstos. Cuando Jiwoong

se marchó a la universidad, Tiffany fue con Taeyeon para desearle buena

suerte, aceptando incluso un abrazo del joven y revolviéndole el pelo como si

fuera su propio hermano pequeño. Desde que tenía que comenzar a trabajar

muy pronto por las mañanas, ella era normalmente la primera en levantarse y

de asegurarse de tener listo café recién hecho para cuando Taeyeon se

despertara.

Por supuesto, estaba también la forma en la que habían llegado

a un acuerdo sobre sus vastas diferencias y costumbres en cuanto a

limpieza y orden. Tiffany se aseguraba de volver a dejar el periódico más o

menos en orden y Taeyeon se aseguraba de no hacer ningún comentario a cerca

de las bragas que colgaban todos los días de la barra de la ducha para

secarse.

 

Hoy era una noche especial y Tiffany solo hacía que sonreir y mirar el

paquete brillantemente envuelto en papel de regalo que había en el asiento

del copiloto.

Era el cumpleaños de Taeyeon y a pesar de lo ajustada de su

economía, Tiffany estaba determinada a darle a su amiga el mejor regalo.

Le había llevado varios viajes a diversos centros comerciales antes de pasar

por delante de un quiosco en medio de la alameda y ver el regalo perfecto

descansando en lo alto de una estantería. Pensando un poco en el coste, lo

encargó, pagando extra por los artículos añadidos que también quería y

esperando cerca de dos semanas a recibirlo. Tiffany quería elegir una bonita

tarjeta, pero después de mirar más de una docena de ellas,

no pudo encontrar ninguna

que expresara cómo se sentía a cerca de Taeyeon.

 

Al final

se dio por vencida, decidiendo que un regalo siempre se apreciaba más que

una tarjeta de felicitación. Ahora, finalmente había llegado el momento de

salir del coche y de dárselo a su amiga y, Tiffany se encontró sintiéndose

bastante nerviosa mientras se acercaba al complejo residencial.

¿Le gustaría realmente a Taeyeon?. 

¿Sería mejor un cheque regalo?.

Sacudiéndose

esos pensamientos de la cabeza, Tiffany guió el Omni al aparcamiento y

apagó el motor, encuchando enfadada mientras éste continuaba haciendo

ruido y echando humo durante unos segundos antes de, finalmente, quedarse

en silencio.

 

Cuando entró en casa, Tiffany se extrañó de no ver a Taeyeon esperándola

abajo como venía haciendo durante las últimas semanas. El débil sonido de la

ducha llegó hasta sus oídos indicándole dónde estaba y Tiffany rápidamente

escondió el regalo entre el sofá y la biblioteca planeando dárselo después de

la cena. Caminado hacia la cocina se sorprendió de que la cena no estuviese

ni en el horno ni que hubiera signos de que Taeyeon hubiera cocinado nada.

Confundida, Tiffany se sentó en el sofá.

Taeyeon no le había dicho nada sobre cenar fuera. 

Escuchando apagarse la ducha, Tiffany asomó la cabeza por las

escaleras.

 

―!Estoy en casa!,― dijo cuando Taeyeon salió del baño.

 

―!Estaré abajo en unos segundos!,―

respondió antes de que la puerta de su

habitación se cerrara.

 

 

Cuando Taeyeon bajó unos minutos después, Tiffany se sorprendió de verla

vestir unos pantalones de deporte y una camiseta color lavanda con el doble

símbolo de mujer dibujados en ella. Ciertamente no era lo apropiado para

llevar si iban a cenar fuera.

 

―¿Qué tal el trabajo?,― preguntó Taeyeon.

 

―Ocupada. Estamos intentando terminarlo todo para la primera semana de

octubre y creo que vamos un poco ajustados. ¿Tienes planes para la cena?.

 

―Sí, pizza vegetariana del Coloso,―

dijo Taeyeon y tomó su asiento habitual en

el sofa apoyando sus pies descalzos en el centro y sonriendo por la cara que

puso Tiffany ante la propuesta.

― Te ordené una suprema, sin anchoas, con peperoni y champiñones, 

además ordené una de queso también. Estarán aquí

sobre las siete.

 

―¿Por qué tanta pizza?.―

Ahora Tiffany estaba realmente confusa.

 

 

―Los chicos van a vernir, y Jessica también. ¿No te lo comenté?.

 

 

―No.

 

Siempre tenemos un pizza-fiesta para mi cumpleaños.

Lo siento, debí olvidar mencionarlo.

 

 

―Oh, está bien. Solo pensé… bueno, no importa lo que pense,―

dijo Tiffany.

― Feliz cumpleaños de todas formas.

 

 

―Gracias. Jessica debería estar aquí en unos minutos y Heechul llamó.

Llegarán tarde, 

pero estarán aquí alrededor de las siete y media.

Recalentaremos la pizza si es necesario.

 

 

―Suena divertido.―

Tiffany intentó que su voz sonara agradable, pero por

dentro estaba incluso más nerviosa que antes.

Una cosa era darle su regalo a Taeyeon estando solas, 

y otra muy distinta abrirlo en frente de todo el mundo.

“¿Por qué no compraría un cheque regalo?”.

― Si están a punto de llegar, será mejor que me cambie.― 

Iba a levantarse cuando fue parada por la

mano de Taeyeon sobre su muslo.

 

 

―Espera un minuto. ¿Estás bien?.

Parece que algo te está preocupando.

 

 

―No,― mintio

― Probablemente solo estoy cansada por el trabajo. Me daré

una ducha y me cambiaré. Bajaré en seguida.

 

 

―Hey, ¿Tiffany?.

 

 

―¿Sip?.

 

 

―¿Un nuevo color de pelo?,―

dijo Taeyeon sonriendo.

― No creo que el blanco y el rubio sea una buena combinación.

 

 

―¿Que?,―

Tiffany miró hacia arriba estando más que segura de que

encontraría varias manchas de pintura blanca del trabajo.

― Debió de ocurrir cuando estaba haciendo el canto del techo. 

Tenía la brocha por encima de la cabeza la mayor parte del tiempo.― 

Consciente de la hora que era, se levantó

y pasó a toda prisa por delante de Taeyeon en su camino hacia

las escaleras.

― ¿Me has dejado algo de agua caliente?.

 

 

―Mejor si tomas una ducha rápida, me temo,― dijo Taeyeon con tono de

disculpa.

― He tenido que esperar a que terminara el lavaplatos para tomar

la mía.

 

 

 

Tiffany asintió con la cabeza, sabiendo que tendría que lavar su pelo antes

de que se terminara el agua caliente o no podría quietarse los restos de

pintura. Lo último que quería era tener que mirar a la cara a sus mutuos

amigos con restos de pintura blanca en el pelo. Mientras subía las escaleras,

Tiffany levantó su brazo y aspiró suavemente, decidiendo que había algo

definitivamente más ofensivo con lo que no quería enfrentarse a sus amigos.

Solo esperaba que el agua caliente durara lo suficiente.

Tiffany terminó su ducha y justamente bajó las escaleras cuando el timbre

de la pueta sonó.

 

 

―Yo ire,― dijo Taeyeon.

 

 

―!Feliz veintinueve cumpleaños!,- dijo Jessica cuando se abrió la puerta,

dándole a su ex amante un beso en la mejilla y abrazándola con un brazo

mientras que con el otro sostenía el regalo de Taeyeon.

 

 

―Gracias, cariño.―

Taeyeon dejó el regalo en la mesa auxiliar y señaló el sofa.

― ¿Quieres algo de beber?. La pizza no estará aquí hasta dentro de

quince minutos más o menos.

 

 

―Sabes lo que me gusta,― dijo Jessica

― Hola Tiffany.

 

 

―Hola Doc.

 

 

―Sientate,― dijo Taeyeon.

― Tiffany ¿puedo traerte algo?.

 

 

―Estoy bien,― dijo sentándose en su habitual sitio en el sofá. Con una

rápida mirada por el rabillo del ojo vió que su regalo todavía seguía

escondido de la vista. Jessica se sentó al otro extremo del sofá y lanzó los

zapatos bajo la mesa.

 

 

―¿Van a venir los chicos?,― preguntó Jessica.

 

 

―Tarde, pero han dicho que vendrían. Sica, ¿zumo de naranja o refresco?.

 

 

―Zumo de naranja suena bien. Va bien con la pizza peperoni.― Jessica se

inclinó hacia delante bajando la voz de modo que no la oyeran desde la

cocina.

― Bueno, ¿qué le compraste?.

 

Tiffany se movía inquieta.

 

―Bueno, um…solo algo pequeño. ¿Qué le compraste tú?.

 

―Uh,uh, si tu no lo dices yo tampoco.― Jessica sonrió y se irguió antes de

que Taeyeon apareciera por la puerta con dos vasos altos de soda en sus

manos. Frunciendo el ceño, Tiffany miró hacia la mesa auxiliar donde había

una caja de camisa plana y rectangular envuelta en papel rojo e intentó

imaginar qué habría dentro.

 

 

―Aquí tienes,―

dijo la escritora ofreciéndole un vaso a Jessica y quedándose

ella con el otro, sentándose en una silla.

― Adivina quién llamó hoy.

 

 

―¿Quién?.

 

 

―Usa un posavasos, por favor.

 

 

Jessica rodó sus ojos y cogió un posavasos.

―¿Mejor?, ahora, ¿quién llamó?.

 

 

―Shelly,- dijo Taeyeon con una sonrisa.

 

 

―¿Shelly?, ¿quien es de ella?.

 

 

―Va a casarse…con un pescador de Alaska.

 

 

Jessica dejó escapar un chillido y palmeó las manos.

―No puedo creerlo. ¿Doña morena perfecta va a irse a vivir al congelado

norte?.

 

 

―Eso es lo que ella dice.―

Taeyeon tomó un sorbo de su bebida. Le doy un año

antes de que empiece a artarse de los esquis y busque un lugar más cálido.

 

 

―Nunca se sabe. Podría ser amor verdadero. Cosas más raras han sucedido.

 

 

Tiffany, que no sabía de quién estaban hablando, silenciosamente las veía

conversar, mientras ella seguía temerosa por su elección del regalo. Perdida

en sus inseguridades, no se dio cuenta cuando Jessica se dirigió a ella.

 

 

―Lo siento, ¿qué?.

 

 

―¿Cuándo?,- Jessica la golpeó en el hombro.- ¿En qué planeta estabas?.

 

 

―No es nada.―

dijo Tiffany levantándose abruptamente.

― ¿Alguien necesita algo de la cocina?.―

La respuesta era obvia por los vasos llenos que

Jessica y Taeyeon sostenian.

― Supongo que no. Ahora vuelvo.

 

 

La cocina le ofreció a Tiffany el alivio en la botella de cerveza que

rápidamente cogió de la nevera. El timbre de la puerta sonó, anunciando la

llegada de Heechul y de Donghae. Tiffany, vacilante, salió de la cocina, más que

un poco preocupada porque su regalo no pudiera compararse con la gran caja

que cargaba Donghae en sus brazos.

 

 

La pizza llegó poco después, dándole a Tiffany un respiro antes de que el

momento llegara y Taeyeon se sentó en su sitio en el sofá. Donghae se sentó en

la silla mientras que Heechul se sentó en el apoyabrazos. Tiffany se sentó

donde habitualmente lo hacía, al extremo del sofá, su regalo todavía

escondido a un lado de la biblioteca. Jessica se sentó en el apoyabrazos al

lado de Taeyeon, dejando el centro libre para poner los regalos.

Taeyeon abrió el regalo de Jessica primero, mirando con sorpresa y sacando de

la caja la gruesa bata de felpa. Era de color crema, cosa que Tiffany

encontró muy bonita en contraste con el cabello de Taeyeon. Esta le

agradeció efusivamente el regalo, estando de acuerdo en que una bata de

felpa era bienvenida de cara al invierno que se aproximaba.

 

 

―Nuestro turno,―

dijo Heechul cogiendo la gran caja de donde estaba y

poniéndola sobre la mesa de café. Ahora, antes de que te excites por el

tamaño de la caja, tienes que saber que lo de dentro no es tan grande.

¡Vamos!, ábrela.

 

 

― El señor Remilgado y el señor Correcto aquí presentes, se han arruinado

su manicura buscando éste regalo,― dijo Donghae levantando su mano y

pasándosela por su cabello para ordenarlo un poco.

 

 

Tiffany miraba mientras Taeyeon ignoraba el enorme lazo que lo envolvía y

tiraba del precinto que cerraba la caja. A la escritora le tomó unos segundos

encontrar el regalo escondido entre las bolas de papel de periódico. Cuando

lo hizo, Tiffany se sorprendió de verla sostener un par de antiguas lámparas

de pared.

 

 

―Oh, son perfectas,―

dijo Taeyeon dejándo una para poder examinar la otra

más detenidamente. Personalmente Tiffany pensaba que eran horrorosas y

decidió que su compañera de piso tenía un extraño sentido de lo perfecto.

― ¿Dónde diablos las  encontraron?.

 

 

―Bien, cuando te puse esas sencillas lámparas en la terraza, sabía que no te

gustaba el estilo,― comenzó Donghae.

 

 

―Y los grifos son un bonito detalle, ¿no crees?,― preguntó Heechul,

obviamente orgulloso de su eleccion.― Vi un conjunto de lámparas en hierro

forjado para poner junto al sofá, pero estaban muy vistas. Imagina mi

sorpresa cuando las encontré en el fondo de una caja de un agente de una

sala de exposiciones.

 

 

―Por supuesto te las instalaré antes de que venga el frio,― prometió

Donghae.

 

 

 

Taeyeon parecía realmente encantada con su regalo y, reticentemente, lo

devolvió a la caja antes de que todos los ojos se posaran sobre Tiffany

expectantes.

 

 

―Oh,―

dándose cuenta de que era su turno, la rubia miró por encima del

apoyabrazos y recogió su regalo acercándoselo tímidamente a Taeyeon y

deseando más que ninguna otra cosa haber comprado en su lugar el cheque

regalo.

― No sabía qué comprarte,―

dijo a modo de defensa mientras Taeyeon

con mucho cuidado pasó el dedo por el pliegue del papel de regalo y lo quitó.

 

 

Ya no había donde esconderse, el regalo en madera y latón salió de la caja

para ser sostenído entre las manos de Taeyeon.

Tallado en madera de cerezo, la sólida base sostenía las cuvadas letras del

nombre de Taeyeon sobre ella.

Cogida a ambos lados del nombre había una

pluma a la izquierda y un tintero a la derecha. Un discreto saliente en latón

dejaba espacio para poner el lápiz y el bolígrafo.

 

 

―Es precioso,―

dijo Taeyeon honestamente y visiblemente conmovida por los

sentimientos.

 

 

Tiffany se encogió de hombros, segura de que su compañera de piso estaba

siendo solo cortés.

 

 

―Bien, tu eres una escritoria de misterio…lo ví y pensé que te gustaría.latón

 

 

―Me encanta,―

dijo Taeyeon, acercándose y atrayendo a Tiffany para

abrazarla.

― Es un regalo realmente precioso. Muchas gracias.

 

 

―De nada,―

murmuró la rubia, todavía insegura a cerca de la sinceridad de

sus palabras.

 

 

―Es muy bonito,―

dijo Jessica, y los chicos asintieron en adición a sus

palabras. Uno por uno tomó el saliente de latón destinado al lápiz y al

bolígrafo para estar de acuerdo en que era el regalo perfecto para su

escritora de novelas de misterio favorita.

 

 

―Qué noche,―

dijo Taeyeon despidiendo a los chicos desde la puerta. Miró a

su alrededor considerando seriamente esperar a la mañana siguiente para

pasar la aspiradora. La caja donde venía la bata fue cuidadosamente cerrada

y puesta con las otras cajas en el armario. Una nunca sabía cuándo

necesitaría una caja. El regalo de Heechul y Donghae fue guardado en su propia

caja, dejada a un lado y a la espera de que el constructor tuvira tiempo para

instalar las luces. Con la bata plegada sobre su brazo, y el accesorio de

escritorio en sus manos, Taeyeon le ofreció otra sonrisa a su compañera de

piso.

 

― Es realmente precioso,

dijó señalando el regalo de Tiffany.

― ¿Qué te hizo pensar en ello?.

 

 

Tiffany se alzó de hombros.

―Realmente no sabía qué iba a regalarte. Vi uno de esos en la alameda y

pensé que te gustaría.

 

 

―Nunca he visto uno con pluma y éste precioso tintero. Es único. Voy a

ponerlo ahora mismo sobre mi escritorio y así podré mirarlo cuando esté

escribiendo.―

Antes de que Tiffany pudiera reaccionar, Taeyeon usó su mano

libre para acercarla y volverla a abrazar.

― Es muy especial y me encanta.

Gracias.

 

 

Tiffany estaba sintiendose mejor en cuanto al regalo y sonrió cuando Taeyeon

la soltó.

 

 

―Estoy muy contenta de que te guste.

 

 

―Sí, mucho,―

añadió la escritora, sonriendo por el sonoro bostezo de su

compañera, y gopeó suavemente a Tiffany en el hombro.

― Bueno ya es tarde.

 

―Suena como si fuera un plan,― estuvo de acuerdo la rubia.

 

 

 

 

 

 

CONTINUARA....✍(◔◡◔)

 
 
¡NOS ESTAMOS ACERCADO CADA VEZ MÁS! <(≧◡≦)>
 
¡MAÑANA DOBLE ACTUALIZACIÓN!\ ˚▽˚ /
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Comments

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taeyeonnayeon
#1
voy a empezar a leer esto uwu
TaeNy_1
#2
Chapter 50: Fascinada ♡ enamorada de principio a fin, recién la comencé a leer y quede enganchada, muchas felicidades por plasmar esta hermosa novela ♡.
Luhana2005 #3
Chapter 50: me encanto.. recién lo leo y me encantooooooooo .. super dulces las dos.....
L_ight_ #4
Chapter 50: No sé si había comentado el final de este fic, pero como lo leí todo de nuevo entonces siento que con más razón debo hacerlo.
Realmente disfruté mucho leyéndolo, creo que fue muy acertado que ellas se sanaron a si mismas antes de comenzar una relación, creo que no es lo más sano del mundo basar tu amor a ti mismo en otra persona. Sentía tanta pena por Jessica , siempre ha sido mi favorita, tanto en la vida real como en la ficción, ayudaba a los demás a sanar pero ella misma seguía arrastrando problemas del pasado.
Gracias por compartir esto con nosotros.
papafrita76 #5
Chapter 50: Muchas gracias por subirla completa, ya tengo la vision nublada de tanto haberme leido los capitulos enteros, tambien me la termine en dos dias. Me gusto muchisimo!
audaf27 #6
Chapter 50: Me aventé la historia en dos noches !!! Me duelen los ojos pero valió la pena !!! Jaja
KrySulDay17
#7
Chapter 50: Excelente historia, no paraba de leerla
... La leí en dos días y un ratico .. Pueden creer que se me acabó la batería del teléfono a las 4 de la madruga justo leyendo el epílogo.. Y como no encontré en cargador, tuve que esperar hasta ahora para leerlo... Pero valió la espera ... Sólo hay un pensamiento que ronda mi cabeza... Me hubiera gustado leer al final también algo como Tae presumiera a Tiffany con sus amigas del softbol jeje ... en resumen fue una historia increíble
alexghastly #8
Chapter 50: estuvo de lo mejor espero que podamos leer mas historias que adaptes a taeny
LectoraLemon #9
Chapter 50: Wooo .. estuvo genial ..me gusto el final .. y tamben los momentos suculento .. creo q me tomo solo 2dias .para acabar de leerlo todo . gracias por compartir esta historia .. espero que compartas mas fics pero con hartos momentos suculentos xd xd
Saludos <3
abi-21 #10
Chapter 50: Leí la historia en 2 días y medio,ojalá fany se hubiera reconciliado con su mamá, pero bueno, fue muy linda, gracias x compartirla :D