Capítulo especial ;) dedicado a Ustedes lectores XD

TIFFANY

Después de tanto tiempo, tanto tiempo en el que llegamos a conocernos, por fin iba a pasar……sé que Tae ha esperado este momento tanto como yo, lo sé y estoy segura de eso. La fantasía que ha estado rondando en mi mente desde hace mucho tiempo atrás se iba a cumplir y estoy nerviosa. El que Tae me haya confesado sus sentimientos me ha dado el valor para poder darle una oportunidad a mi corazón y permitir que se abriera una vez más. Mi miedo y mis dudas se fueron cuando posó sus manos en las sabanas buscando algo de apoyo, acercando sus labios a los míos dándome un suave beso, para luego continuar con uno en la coronilla de mi cabeza y terminar con otros dos en mis sonrojadas mejillas. Está yendo lento, y cumpliendo lo que me prometió, que sería inolvidable…..

Sus labios buscaron una vez más los míos, pero esta vez con un poco más de agresividad, lo que me hizo responderle con el mismo eufor que estaba usando conmigo. No pasó mucho tiempo para que notara que el ambiente estaba cambiando, volviéndose uno más caliente y apasionado. Mis labios estaban hinchados por sus besos, pero aun así no dejábamos de besarnos como si el mundo dependiera de ello. Le quería, mucho y me estaba matando el saber que no podía tenerle para mí. Por eso el estar aquí conmigo, en estas situaciones, me hacían caer en cuenta que a pesar de todo lo que hemos pasado, no hay nadie más con quien yo quiera estar que no sea Taeyeon. Había entrado a mi vida tanto como a mi corazón de manera inesperada, y no hago nada más que agradecerle al destino y a Dios por haberla hecho parte de ella.

Mi respiración tanto como la de ella estaban sobre exaltadas. Lo único que se podía escuchar en la habitación eran los pequeños gemidos que de vez en cuando soltaba y el ruido de nuestros labios chocando creándome más vergüenza de lo que ya tenía.

Mis manos estaban posadas en los hombros de Tae, acercándola más a mí. La suya empezó a subir lentamente por uno de mis muslos, haciendo un toque casi inexistente y torturoso. Ansiaba más y le di a entender mis intenciones cuando mis caderas se levantaron buscando más contacto con su cuerpo.

Después de un largo tiempo, se separó y me dijo:

—Cálmate Tiff—sus ojos estaban completamente cegados por el deseo, aun así había atisbo de ternura en ellos y lo más importante…..

Amor.

—Estoy igual que tú, me muero por hacerte el amor de una manera en la que no pudieras olvidar jamás en tu vida—juntó su frente con la mía aun mirándome a los ojos—pero no quiero que sea como siempre, no como con las demás-cerro los suyos por un pequeño instante dejando solo el sonido de nuestras respiraciones siendo espectadoras de ellas solamente nosotras para luego abrirlos dejándome impactada por lo que veía en su mirada-una palabra es una palabra, y yo la voy a cumplir…..

Se acercó los míseros milímetros que dejaban nuestras bocas de espacio y me dió un beso pequeño para luego bajar e ir dejando algunos más en mi mandíbula, mi cuello, mi clavícula…..me estaba muriendo por dentro, pero Tae tanto como yo lo queríamos, por lo que solo me dejé llevar por sus caricias.

Mientras besaba mi piel, su mano derecha se encontraba bajo la zona de mis pechos, empezando a acariciar una vez más por donde se encontraba mi cicatriz. Esta vez la dejé seguir. Debido a que mi camisa ya no la tenía, se le hacía más fácil su trabajo y yo no estaba dispuesta a hacerla parar.

Besó toda la piel de mi vientre y también esa marca de la cual tengo tantos recuerdos del pasado, solo que no me había estremecido esta vez. Con cuidado, fue acercando sus dedos a los botones de mis pantalones separándolos uno por uno, para luego sacar la prenda de mí y seguir con mi ropa interior dejándome completamente expuesta a ella. Se me quedaba mirando directamente a los ojos y estaba a punto de decir algo, cuando vi sus brazos moviéndose lentamente hacia su pelvis para desabrochar los botones de sus jeans. Su acción me empezó a poner nerviosa y sentía el deseo aumentar en mi cuerpo hasta un punto en el que  estuve a punto de lanzármele encima de no ser porque ya la tenía completamente desnuda enfrente mío. Y lo admito. Taeyeon es la chica más hermosa que he visto en toda mi vida, con ropa ya lo era, pero sin ella era el triple y mucho más. Sus curvas, su piel blanquecina, todo, estaba completamente embobada.

Su cuerpo bajó, lento, y mis deseos de sentir su piel contra la mía se hicieron más fuertes, que cuando la suya tocó la mía como por si acaso unos segundos, puedo jurar que mis ojos habrán cobrado un tono opaco, lo sabía por la comisura levantada de Tae, dejando ver que sus intenciones se habían cumplido.

Acercó su boca a mi oído, susurrándome:

—Eres hermosa.

Me besó ese tatuaje que sé que le encanta tanto por un tiempo, para luego volver a retomar camino por mi rostro hasta llegar a mis labios. Esta vez no la dejé escapar. Tomé su nuca entre mis manos y la empujé hacia adelante pegando nuestros labios de una manera efusiva. Quiso pararme, pero al ver que no podía me dejó seguir. Ella misma continuó sacando su lengua y pasándola por mi labio inferior lentamente pidiéndome acceso. Abrí la mía unos centímetros y al fin la intrusa tomo lugar dentro de mi boca, explorando cada rincón de esta.

Su mano izquierda tomo uno de mis pechos acariciándolo y moldeándolo con toda su palma, mientras que su pulgar de la mano derecha jugaba con el restante de mis pezones. La sensación era exquisita y al empezar, me di cuenta que no quería parar.

Mis gemidos ahora se escuchaban mucho más fuertes que antes, a veces tenía que separarme de Tae para poder soltarlos, pero no me daba mucho tiempo y volvía a pegar mis labios a los suyos. Cuando por fin su mano había tomado otra dirección, en este caso a mi entrepierna, sentí una oleada de calor que se posó desde mis pies hasta mi cabeza. Lentamente empezó a acariciar mi clítoris con sus dedos y debido a mis fluidos estos se resbalaban con mucha más facilidad.

Se separó un poco de mí y me miró, sabía lo que quería y también sabía que me estaba pidiendo permiso para hacerlo. La besé para darle mi respuesta y una vez más su mano se dirigió a mi zona intima, pero esta vez lista para poder penetrarme con sus dedos. Lo hizo con mucho cuidado, temiendo hacerme daño, por lo que le di más seguridad diciéndole que estaba bien y no parando de besarla.

Cuando por fin uno de sus dedos estaba completamente metido dentro de mí, solté un pequeño grito de dolor, que pude ver alentó a Tae a parar. Le cogí el rostro y mire su semblante asustado dándole a saber que siguiera, que no se detuviera.

Siguió con ese vaivén pequeño por unos momentos más hasta que agregó un dedo más empezando ahora a meterlos y sacarlos de manera más rápida. Cuando el dolor había pasado, empecé a sentir placer.

—No pares—le decía cada vez que podía.

—No lo haré—me respondía para luego volverme a besar.

Sentía el o venir, aun así todo esto era como un sueño y no po