Cap 4

Culpa Mía ©
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TIFFANY

 

¡Pero qué pedazo de IDIOTA!

 

Mientras subía las escaleras pisando tan fuerte como mis músculos y huesos podían, no podía quitarme de la cabeza los últimos diez minutos que había pasado con la imbécil de mi nueva hermanastra. ¿Cómo se podía ser tan estúpida, engreída y psicópata al mismo tiempo y a niveles tan altos? Oh Dios no lo aguantaría, no iba a poder soportarlo; si ya de por sí le tenía manía por el simple hecho de ser la hija del nuevo marido de mi madre, ¡como para soportarla ahora!

 

Había odiado su forma de hablarme, su forma de mirarme. Como si fuese superior a mí por el simple hecho de tener un padre rico. Sus ojos me habían escrutado de arriba abajo y luego había sonreído... Se había reído de mí en toda mi cara, con lo del perro, con su manera de acorralarme contra la nevera... por Dios ¡si hasta me había amenazado!

 

Entre en mi habitación dando un portazo, aunque con las dimensiones de aquella casa nadie me oiría. Fuera ya se había hecho de noche y una tenue luz entraba por las inmensidades de mi ventana. Con la oscuridad el mar se había teñido de color negro y no se diferenciaba donde terminaba este y comenzaba el cielo.

 

Nerviosa me apresuré en encender la luz.

 

Fui directa hacia mi cama y me tiré encima clavando mi mirada en las altas vigas de mi techo. Encima de todo me obligaban a cenar con ellos. ¿Es que mi madre no se daba cuenta de que ahora mismo lo último que me apetecía era estar rodeada de gente? Necesitaba estar sola, descansar, hacerme a la idea de todos los cambios que estaban ocurriendo en mi vida, aceptarlos y aprender a vivir con ellos, aunque en el fondo supiera que nunca lo conseguiría...

 

Eran las ocho de la noche cuando llegué a mi habitación, y solo pasaron diez minutos hasta que mi madre entró por la puerta. Se molestó en llamar, al menos, pero al ver que no le contestaba entró sin más.

 

—Tiff, dentro de quince minutos tenemos que estar todos abajo—me dijo mirándome con paciencia.

 

—Lo dices como si fuera a tardar una hora y media en bajar unas escaleras—le respondí incorporándome en la cama. Mi madre se había soltado su pelo rubio a media melena y se lo había peinado de una forma muy elegante. No llevamos en esta casa ni dos horas y su aspecto ya era diferente.

 

—Lo digo porque tienes que cambiarte y vestirte para la cena—me contestó ignorando mi tono.

 

La observé sin comprender y bajé mi mirada hacia la ropa que llevaba.

 

— ¿Qué tiene de malo mi aspecto?—le contesté a la defensiva.

 

—Vas en zapatillas, Tiffany, a donde vamos hay que ir de etiqueta, ¿no pretenderás ir así vestida no? ¿En pantalones cortos y camiseta?—me contestó ella exasperada.

 

Me puse de pie y le hice frente. Había colmado mi paciencia por aquel día.

 

—A ver si te enteras mamá, no quiero ir a cenar contigo y tu marido, no me interesa conocer a la demonio malcriada que tiene como hija, y menos me apetece tener que arreglarme para ello—le solté intentando controlar las enormes ganas que tenía de coger el coche y largarme de vuelta a mi cuidad.

 

—Tiff, deja de comportarte como si tuvieras cinco años, vístete y ven a cenar conmigo y tu nueva familia—me dijo en un tono duro pero al ver mi expresión suavizó el rostro y añadió—Solo es esta noche, por favor hija hazlo por mí.

 

Respiré hondo varias veces, me tragué todas las cosas que me hubiese gustado gritarle y asentí con la cabeza.

 

—Solo esta noche.

 

En cuanto mi madre se fue me metí en el vestidor de mi cuarto. Allí había miles de cosas que nunca me pondría, como por ejemplo los vestidos rosas de seda y los zapatos con pedrería. Disgustada con todo y con todos, comencé a buscar un atuendo que me gustara y que me hiciese sentir cómoda. También quería demostrar lo adulta que podía llegar a ser; aún tenía la mirada de incredulidad y diversión de Taeyeon gravada en mi cabeza cuando me recorrió el cuerpo con sus ojos claros y altivos. Me había observado como si no fuera más que una cría a la que le divertiría asustar, cosa que había hecho al amenazarme con aquel endemoniado perro.

 

Con la mente roja de rabia escogí un vestido negro que había colgado en las miles de perchas forradas de seda blanca y azul. En las estanterías había miles de tacones que podrían haber quedado muy elegantes con el vestido que había escogido pero con una sonrisa de suficiencia me decanté por unos de tacón rosa fucsia. Mi madre los había comprado seguramente para ir a una discoteca o conociéndola, por lo llamativos que eran al ser tan altos.

 

Sonreí solo al imaginarme su expresión y seguramente la de su marido.

 

El vestido era de seda oscura y me quedaba corto, por encima de las rodillas. Me acerqué al espejo gigante que había en una de las paredes y me observé detenidamente. Mis curvas se marcaban con aquel vestido tan caro y tan y. Para ser sincera estaba encantada y me elevó un poco el animó al darme cuenta que iba estar guapa con él. Con rapidez me solté el pelo que tenía atado en una cola alta y lo dejé caer sobre uno de mis hombros. Aquel vestido era palabra de honor por lo que mitad de la espalda y mis hombros quedaban al descubierto. Observé mi color de pelo con el ceño fruncido. Nunca llegaría a comprender de qué color era si rubio o castaño, pero me fastidiaba no haber heredado el rubio platino de mi madre. Observe mi rostro sin ninguna intensión de maquillarme y luego pasé a colocarme los tacones. Eran increíbles, de lo más chic, y destacaban con el color negro de mi vestido 

 

Ya satisfecha cogí un bolso pequeño y me dirigí hacia la puerta.

 

Justo cuando la abría me topé con Taeyeon que se detuvo un momento para poder observarme. Ginger, el demonio iba a su lado y no pude evitar echarme hacia atrás.

 

Mi nueva hermana sonrió por algún motivo inexplicable, y volvió a recorrerme el cuerpo y el rostro con la mirada. Al hacerlo sus ojos brillaron con alguna especie de emoción oscura e indescifrable.

 

Entonces sus ojos se fijaron en mis pies.

 

—Bonitos zapatos—dijo sarcásticamente.

 

Yo le observé un momento y volví a asombrarme ante lo bella que era. Iba con un vestido blanco que le resaltaba cada una de sus curvas, junto a unos tacones color azul marino. Sus ojos celestes parecían querer traspasarme pero no me dejé intimidar.

 

—Gracias—contesté cortante para después desviar mi mirada hacia su perro que ahora en vez de mirarme con cara de asesino, movía la cola de felicidad y esperaba sentado observándonos con interés. —Tú perro parece otro... ¿Vas a decirle que me ataque ahora o esperarás a que regresemos de cenar?—le dije clavando sus ojos en él al mismo tiempo que le sonreía con falsa amabilidad.

 

—No sé, pecas... eso dependerá de cómo te comportes—me contestó al mismo tiempo que me daba la espalda y caminaba hacia las escaleras.

 

Me quedé callada un momento, intentando controlar mis emociones. ¡Pecas! ¡Me había llamado pecas! Esta tía se estaba buscando problemas... problemas de verdad.

 

Caminé detrás de ella convenciéndome a mí misma que no merecía la pena enfadarme por sus comentarios o por sus miradas o por su simple presencia. Ella no era más que otra de las muchas personas que me caerían mal en aquella ciudad, así que mejor ir acostumbrándome.

 

En cuanto llegué al piso de abajo no pude evitar volver a sorprenderme ante lo magnifica que era aquella casa. De alguna manera conseguía transmitir un aire antiguo pero sofisticado y moderno al mismo tiempo. Mientras esperaba a que mi madre bajara, ignorando a la persona que me hacía compañía, recorrí con la mirada la impresionante lámpara de cristal que colgaba de los altos techos con vigas. Estaría hecha de miles de cristales que caían como si fueran gotitas de lluvia congeladas, hacía abajo, queriendo llegar al suelo pero obligadas a estar suspendidas en el aire por un tiempo indefinido.

 

Por un instante mi mirada se cruzó con la suya y en vez de obligarme a mí misma a apartarla decidí observarle hasta que ella tuviera que desviarla. No quería que pensara que me intimidaba, no quería que creyese que iba a poder

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Comments

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Cinderella127 #1
Muy buena historia, la adaptación quedo bien. Me gusta que está super bien escrita, con todo detalle. Y tiene muy buena redacción. Eso se aprecia.


Saludos.
Crazy_Girl_21
#2
Chapter 58: Genial
bello
Hermoso *.*
Estupendo
Me encato el fic ^.^
Sube la segunda parte por favor :3
skincrisday #3
Chapter 58: Que linda historia, me encanta el taeny
biankaA #4
Chapter 58: Amé el final <3<3 Es gratificante siempre terminar un fic. Estuvo buenísimo desde el comienzo, muchas gracias.
SNSD_5H #5
Chapter 58: Sube la segunda parte de "Culpa Tuya"
michie1995 #6
Chapter 58: Que linduuuu *-* casi lloro con el final tan tiernussss :3
key-k09
#7
Chapter 58: Quiero más pero se terminó. Me encantó. Gracias.♡
gabriela021
#8
Chapter 58: :'( Me gustó la historia me quede con ganas de mas, pero fue buena
loveless_colors
#9
Chapter 58: Muchas gracias por compartirnos esta historia *-* me encantó
roguecr #10
Chapter 58: Que hermosa historia. pro si me hubiera gustado q el epilogo fuese mas largo o fueran dos partes. para saber como reaccionaron sus papas. si hubo boda y si tae le cumplio la promesa de darle los hijos mas preciosos del mundo. segunda parte xfisss