Cap 20

Culpa Mía ©
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Feliz día de San Valentín <3 ;)

 

 

 

 

TIFFANY

 

Eran pasadas las once y media de la noche cuando decidí que era imposible dormirme. Desde la noche anterior después de lo que había ocurrido con Taeyeon, el recuerdo de los besos y de sus manos acariciándome la piel no se me quitaban de la cabeza. Mi mente solo podía pensar en ella y en sus labios fundiéndose con los míos. Agradecía la distracción, puesto que eso era mejor que recrearme en mi tristeza y en los recuerdos de mi antigua vida.

 

Lo que no me gustaba era estar sola en una casa tan grande. No tenía ni idea de donde estaba Taeyeon pero aun habiéndome despertado a las ocho de la mañana no había podido verle marchar.

 

No comprendía por qué demonios me preocupaba; ¿desde cuándo me importaba donde pudiese estar? Seguramente estaría acostándose con su lista de chicas fáciles, sin siquiera pensar en lo que habíamos estado haciendo la noche anterior. ¿Era yo la única que pensaba que todo había sido una completa locura? Por el amor de Dios, éramos hermanas, o lo que fuera..., vivíamos bajo el mismo techo, y nos llevábamos fatal, tanto que cualquier recuerdo que estuviese fuera de los besos y caricias de la noche anterior me producía un profundo sentimiento de cabreo.

 

Lo que pasaba es que estaba falta de cariño, mi madre estaba en la otra punta del país al igual que mis amigos y la gente que conocía de toda la vida. Todo allí era nuevo para mí, ni siquiera sabía cómo hacer para moverme por aquella cuidad tan grande. Jenna, mi única amiga en aquel sitio, estaba enganchada a su novio como una lapa, por lo que no podía pretender que estuviese conmigo todo el tiempo, y para ser sinceros, y al contrario de cómo era yo normalmente, en ese instante necesitaba estar con alguien, hablar con alguien, o por lo menos no sentirme tan sola. Por ese motivo había conseguido camelarme al perro de Tae, Ginger. En ese instante estábamos los dos tumbados en el sofá, él apoyaba su cabeza peluda y oscura sobre mi regazo, y yo le acariciaba las orejas a un ritmo constante. El perro no era para nada como me lo había pintado la idiota de Tae, todo lo contrario, era un perro muy cariñoso y leal, y fácil de conquistar si tenías a mano una caja de galletas para perros. Así de triste era mi vida, mi mayor apoyo en esa casa era un animal de cuatro patas, que le encantaban las galletas, que le acariciaran en las orejas y cuyo pasatiempo preferido era que le tirasen una pelota una y otra vez.

 

Estaba mirando una película en la tele cuando sentí que la puerta de entrada se abría. Ginger estaba tan dormido que simplemente se le movieron las orejas en dirección al sonido cuando una figura baja apareció en la entrada. El salón daba justo al recibidor gigante y estaba junto al arco de la puerta que daba a las escaleras.

 

Sentí un revoloteó en el estómago cuando vi de quien se trataba.

 

—Eh, Tae—la llame cuando vi que su intención era subir. O no se había percatado de mi presencia allí o pasaba olímpicamente de saludarme. Seguramente la segunda opción era la correcta, y me arrepentí de inmediato de haberla llamado.

 

Su rostro se giró hacia el salón y un segundo después le tenía en la puerta, observándome.

 

Bajo la tenue luz del televisor y de la lamparita de la entrada solo pude ver que se le veía realmente agotada. Se había apoyado contra el marco y me miraba con el rostro impasible.

 

— ¿Qué haces despierta?—me preguntó unos segundos después. Tardé en contestarle porque me quedé hipnotizada observándole. Parecía tan mayor y cansada... Estaba realmente atractiva.

 

Me centré en lo que me estaba preguntando.

 

—No podía dormir...—le dije en un tono cauteloso. Creo que desde que nos habíamos conocido esa era la primera vez que nos dirigíamos hacia la otra de una manera remotamente normal.

 

Asintió y sus ojos se desviaron hacia Ginger.

 

—Veo que te lo has camelado—me dijo con el ceño fruncido—Mi perro es un traidor...

 

Sonreí involuntariamente al ver que de verdad aquello le fastidiaba.

 

—Bueno, no es fácil resistirse a mis encantos—le dije de broma y entonces sus ojos se clavaron en los míos.

 

Mierda... estaba segura de lo que en ese momento se cruzaba por aquella mente ersa.

 

Después de un incómodo silencio desvió la vista hacia la tele.

 

— ¿En serio estás viendo dibujos animados?—me preguntó con incredulidad. Agradecí el cambio de tema.

 

—Mulán es una de mis pelis preferidas—contesté en tono serio.

 

Sentí un cosquilleo en el estómago cuando una sonrisa apareció en su rostro.

 

—Tranquila, pecas, cuando tenía cuatro años también era mi peli preferida—me dijo con sarcasmo a la vez que se acercaba hasta el sofá y se tumbaba a mi lado. Colocó los pies en la mesa junto a los míos y por un instante nos quedamos quietas mirando la película.

 

Aquello era demasiado extraño y cuando ya pensaba que no podía estar más incómoda, Ginger se incorporó y se fue a darle la bienvenida a Tae.

 

Se nos subió a ambas encima hasta llegar a su cara, y le besó mientras ella le apartaba y le acariciaba las orejas.

 

—Eres un traidor Ginger, no debería perdonarte—le dijo en tono serio y el perro se sentó quieto, moviendo la cola y con las orejas hacia arriba, expectante.

 

—Déjale—le dije riéndome ante la actitud que había cogido el perro.

 

Tae se giró hacia a mí y me sostuvo la mirada. Me quedé quieta, consciente de que estábamos muy cerca. La Taeyeon que tenía delante no tenía nada que ver con la que había conocido desde que había llegado. Esta estaba relajada, sin actitud desdeñosa ni de superioridad... y me di cuenta de que estaba así porque en sus ojos se leía una tristeza que no podía ocultar.

 

— ¿Dónde has estado?—le pregunté en un susurro. No tenía ni idea de porque había bajado el tono de voz, pero aquella pregunta parecía estar prohibida entre nosotras... porque de alguna manera era como si me importara lo que hubiese estado haciendo...cosa que no era verdad...¿No?

 

Sus ojos me recorrieron el rostro hasta volver a centrarse en mis ojos.

 

—Con alguien que me necesitaba— dijo y por su manera de decirlo supe que no se trataba de ninguna tía de su lista de amigas. — ¿Por qué? ¿Me has echado de menos?—preguntó un segundo después. Era consciente de que se había acercado, pero no quería apartarme. De algún modo su presencia me había hecho sonreír, y me había quitado aquella opresión en el pecho, aquella profunda tristeza que había sentido durante todo el día.

 

—No me gusta estar sola en un sitio tan grande—le dije aun hablando en susurros.

 

Su mano descansaba sobre el respaldo del sofá, y se me entrecortó la respiración cuando sentí sus dedos acariciarme el pelo y después la oreja con cuidado.

 

Estábamos mirándonos de frente, y era como si el tiempo se hubiese paralizado. No oía ni la película ni nada más que no fuera su respiración y los latidos enloquecidos de mi corazón.

 

—Pues menos mal que ya estoy aquí— dijo y entonces se inclinó para presionar sus labios suaves sobre los míos. Fue un beso cálido y lleno de expectación. Cerré los ojos para dejarme llevar por el momento y mis manos subieron hasta su rostro, sentí su barbilla suave contra mi palma y le acaricié el rostro hasta llegar a su pelo... Me sentía bien, me embargaba calidez y un profundo deseo en mi interior. Simplemente me olvidé de todo.

 

Sus labios se volvieron más insistentes hasta que entreabrí la boca y su lengua me invadió. Se me puso toda la piel de gallina cuando su mano bajó por mis hombros, hasta mis costillas para detenerse en mi cintura.

 

Se estaba comportando de una manera completamente diferente a como la noche anterior. Me tocaba con calidez y suavidad, como si pudiera romperme. Escuche como se me escapaba un gemido casi inaudible cuando sus dedos se abrieron paso por mi cintura hasta tocar la piel desnuda de mi espalda. Me arqueé casi involuntariamente para que mi cuerpo se pegase aún más al de ella y fue entonces cuando se apartó con brusquedad.

 

Abrí los ojos con sorpresa y con la mente en blanco. Eso me provocaba ella, que me olvidara absolutamente de todo, y eso era justamente lo que necesitaba.

 

Sus ojos estaban fijos en mis labios y sentí la urgencia de que volviera a besarlos.

 

Entonces se apartó unos centímetros, y me buscó con la mirada.

 

—Esto no está bien—me dijo repentinamente seria—No me dejes volver a hacerlo, eres mi hermanastra y tienes diecisiete años—agregó como si eso fuera de alguna manera relevante. —No volverá a pasar. —dijo incorporándose.

 

Le observé entre enfadada y dolida.

 

¿Me besaba y ahora me decía aquellas cosas...? quería que volviera hacerlo, quería que me hiciese sentir tan bien otra vez, lo necesitaba más que nada, porque aquel día había sido horrible, me había sentido como una mierda, sin nadie con quien hablar ni nadie a quien poder llamar. Todas las personas que quería o estaban ocupadas o me habían traicionado.

 

Le miré fijamente.

 

—Tienes toda la razón— dije levantándome del sofá y pasando a su lado con un empujón. —Vamos, Ginger—le grité al perro y sonreí cuando lo tuve en menos de un segundo a mí lado.

 

Subí molesta y desconcertada a mí habitación. Di un portazo y me metí en la cama. Después de no sé cuánto tiempo comprendí que ere cierto.... Eso no podía volver a ocurrir.  

 

***

 

A la mañana siguiente una voz conocida me despertó dándome pequeños golpecitos en mi costado.

 

— ¡Vamos arriba, que son más de las doce!—dijo la voz de mi madre a mi lado. Abrí los ojos aún medio adormilada y la observé sentada en mi cama y con un aspecto reluciente. — ¿Me has echado de menos?—me preguntó con una sonrisa radiante. Le devolví la sonrisa y me incliné para abrazarla. Por fin había vuelto, claro que la había echado de menos, ella era la que traía normalidad a mi vida.

 

— ¿Qué tal en Nueva York?—le pregunté estirándome y refregándome los ojos; esa era una costumbre que nunca me quitaría.

 

—Genial, es el mejor lugar para hacer compras—dijo entusiasmada—te he traído un montón de regalos.

 

La miré alzando las cejas a la vez que saltaba de la cama y me iba directa al baño

 

—Genial, mamá, como si no tuviera ya bastante ropa sin estrenar—le dije poniendo los ojos en blanco.

 

Mientras me lavaba la cara y los dientes ella se sentó en la tapa del váter y comenzó a contarme los maravillosos sitios que había visitado. Yo nunca había estado en Nueva York, pero la gran manzana parecía haberse convertido en el lugar preferido para la loca de mi madre.

 

—Me alegro que te lo hayas pasado tan bien—le dije mientras me metía en el armario y me detenía sin saber que ponerme. Cuando no tenía tanta ropa era mucho más fácil.

 

—Hoy tenemos planes, Tiffany, por eso he venido a despertarte aparte de querer contarte lo bien que me lo he pasado—me dijo y al escuchar el tono de su voz supe que lo que iba a decirme no me iba hacer ninguna gracia.

 

— ¿Qué planes?—le dije con una mano en la cadera.

 

Mi madre pasó por mi lado y se puso a rebuscar en el armario, pasando vestidos y mirando la ropa detenidamente.

 

—Tenemos una entrevista en el Colegio St Marie—me dijo y se giró para mirarme.

 

— ¿Entrevista en dónde?—le pregunté confusa.

 

—Tú nuevo instituto Tiffany, te dije que era uno de los mejores del país, no entra cualquiera y gracias a los contactos de Ji y que también Tae fue una ex alumna pues quieren conocerte—me explico con paciencia—Es una mera fo

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Comments

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Cinderella127 #1
Muy buena historia, la adaptación quedo bien. Me gusta que está super bien escrita, con todo detalle. Y tiene muy buena redacción. Eso se aprecia.


Saludos.
Crazy_Girl_21
#2
Chapter 58: Genial
bello
Hermoso *.*
Estupendo
Me encato el fic ^.^
Sube la segunda parte por favor :3
skincrisday #3
Chapter 58: Que linda historia, me encanta el taeny
biankaA #4
Chapter 58: Amé el final <3<3 Es gratificante siempre terminar un fic. Estuvo buenísimo desde el comienzo, muchas gracias.
SNSD_5H #5
Chapter 58: Sube la segunda parte de "Culpa Tuya"
michie1995 #6
Chapter 58: Que linduuuu *-* casi lloro con el final tan tiernussss :3
key-k09
#7
Chapter 58: Quiero más pero se terminó. Me encantó. Gracias.♡
gabriela021
#8
Chapter 58: :'( Me gustó la historia me quede con ganas de mas, pero fue buena
loveless_colors
#9
Chapter 58: Muchas gracias por compartirnos esta historia *-* me encantó
roguecr #10
Chapter 58: Que hermosa historia. pro si me hubiera gustado q el epilogo fuese mas largo o fueran dos partes. para saber como reaccionaron sus papas. si hubo boda y si tae le cumplio la promesa de darle los hijos mas preciosos del mundo. segunda parte xfisss