Cap 27

Culpa Mía ©
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TIFFANY

 

Ya de vuelta en casa después de trabajar me fui directa a mi habitación. Jenna me había llamado para invitarme a cenar a un sitio mexicano y no veía la hora de que fueran las diez para poder marcharme. Me di una ducha rápida y me vestí con unos pantalones cortos y una camiseta de los Dodgers que me habían regalado hacia tiempo. Ahora que estaba en Los Ángeles no veía un lugar mejor donde ponérmela. Me hice una cola alta y ni me maquillé. No quería pensar en lo poco que quedaba para empezar el instituto ni en lo raro que iba a ser estar rodeada de gente que no conocía en un colegio de pijos insoportables y tampoco quería pensar en Taeyeon. Aquella noche iba a divertirme.  

 

Justo cuando terminaba de arreglarme llamaron a mi puerta.

 

—Pasa—grité mientras me calzaba mis Converse, suponiendo que sería mi madre para saber qué tal me había ido el día.

 

Me equivoque puesto que la que apareció en el umbral fue Tae. Me encaré a ella aún con una zapatilla en la mano. Estaba vestida con unos vaqueros negros, una camisa de cuadros del mismo color y botas grises. Su pelo negro estaba despeinado como siempre y sus ojos azules me miraron con frialdad.

 

— ¿Qué quieres?—le pregunté de malas maneras, sabiendo que con esa mirada no podía traer nada bueno.

 

— ¿Desde cuándo sales conmigo esta noche?—me preguntó en tono distante.

 

Levanté las cejas casi hasta el crecimiento del pelo.

 

— ¿Perdona?—le dije poniéndome de pie—Que yo sepa voy a salir con Jenna no contigo.

 

Taeyeon suspiró y se fijó en mi atuendo.

 

—Pues yo también salgo con Jenna... y con Lion y con Anna. —dijo haciendo énfasis en el último nombre.

 

Mierda Jenna... ¿Por qué no me lo habría dicho?

 

—Mira Taeyeon, no estoy de humor para discutir contigo, yo solo quiero salir y divertirme, hoy no ha sido un buen día y te agradecería para variar que me tratases con un poco de amabilidad—le dije cansada de estar todo el día discutiendo con ella, o besándonos y luego enfadándonos por ello. Era agotador y tenía que encontrar la forma de llevarnos bien.

 

Me observó detenidamente sopesando lo que le estaba ofreciendo.

 

 — ¿Me estas proponiendo una tregua, hermanita?—me preguntó en un tono extraño. Suspiré en mi fuero interno pero sin poder evitar fruncir el ceño al ver salir de sus labios la palabra hermanita.

 

 —Exactamente—le contesté terminando de ponerme el zapato.

 

—Muy bien pues entonces vamos en el mismo coche. —dijo y antes de que pudiera protestar siguió hablando—Jenna me ha dicho que no va a poder recogerte, y es una tontería llevar tantos coches si vamos a ir al mismo sitio.

 

Vaya mierda.

 

—Si no hay más remedio—le dije cogiendo mi bolso y saliendo por la puerta.

 

—Un gracias habría estado mejor—me dijo pasando por mi lado y adelantándose a bajar las escaleras.

 

Me fijé en su espalda, en como la camisa le marcaba los músculos y como se ajustaba a la parte superior de los brazos... ¿Por qué tenía que ser tan endemoniadamente atractiva?

 

Tae ya estaba bajando las escaleras del porche, con su 4x4 esperando en la entrada cuando se dio cuenta de que no le seguía.

 

— ¿Qué haces?—me preguntó mirándome con el ceño fruncido.

 

No sabía qué hacer y después de unos segundos de duda decidí inventarme una mentirijilla.

 

—Creo que he perdido la cartera—dije haciendo como si rebuscaba en el bolso. Odiaba hacer aquel numerito y de no saber que estaba forrada, simplemente me habría quedado en casa, pero eso era lo último que me apetecía en aquel instante.

 

— ¿Por eso me haces perder el tiempo?—me contestó y elevé la mirada para observarle.

 

—No tengo dinero—le dije temiendo que no comprendiera del todo la situación.

 

Puso los ojos en blanco.

 

—Ya me has hecho perder más de cien mil dólares, pagarte una hamburguesa no creo que suponga una gran diferencia, vamos, sube al coche —dijo montándose de un salto en el lado del conductor y poniendo el coche en marcha.

 

Sentí un pinchazo de culpabilidad pero solo tuve que recordar lo poco que la soportaba para que aquel sentimiento se esfumara.

 

 

Ya sentada en el asiento del copiloto me di cuenta de que nos quedaba un trayecto de veinte minutos hasta llegar al restaurante. Observé en silencio como manipulaba los cambios y encendía la radio. No había estado con ella a solas desde que habíamos vuelto del hospital y me resultó muy extraño.

 

La emisora era una que trasmitía las peores canciones de rap de la historia pero ella parecía saberse la letra entera así que opté por no quejarme aquella vez. Miré por la ventana a las inmensas casas que dejábamos atrás y me sorprendió que no saliera a la autopista si no que doblara en dirección norte, hacia la urbanización que había junto a la nuestra.

 

— ¿A dónde vamos?—le pregunté con curiosidad.

 

—Tengo que recoger a Anna—me dijo sin girar la mirada hacia mí. Sentí una sensación desagradable en el estómago pero la ignoré lo mejor que pude.

 

Ella de alguna manera notó el cambio que surgió dentro del coche. La tensión y la incomodidad eran palpables y todo lo ocurrido entre nosotras volvió a hacerse hueco en mis pensamientos.

 

—Sobre cómo nos hemos tratado últimamente… —dijo entonces en un tono distante pero en calma. Sentí como me ponía en tensión. No quería hablar sobre ello.

 

—Propongo que intentemos llevarnos mejor, como hermanas, y que olvidemos lo que ha ocurrido entre nosotras.

 

Me giré con las cejas levantadas.

 

— ¿Pretendes tratarme como una hermana después de haberme manoseado más de una vez?—le dije con incredulidad.  

 

Vi como su rostro se ponía tenso, la mandíbula apretada y las venas marcadas bajo la piel.

 

—Pues como amigas, joder—me dijo en tono de cabreo—Eres imposible, simplemente intento que nos llevemos mejor.

 

—Tratándome como a una hermana—repetí sintiendo que me iba cabreando más y más a cada minuto que pasaba.

 

Me fulminó con la mirada y yo hice lo mismo. Por unos instantes nuestros ojos se encontraron, cabreados y ardiendo con alguna emoción demasiado peligrosa para expresar en palabras.

 

—Te he dicho que seamos amigas—me ladró y su manera de decírmelo teniendo en cuenta el contenido de la frase me hizo sonreír. Agradecí que tuviese los ojos fijos en la carretera otra vez.

 

—Está bien—dije después de unos instantes. Supuse que pretender ser amiga de Taeyeon era mejor que estar tirándonos de los pelos las veinticuatro horas del día, aunque no podía fiarme de mi misma en lo referente a no desearle cada vez que ponía los ojos sobre ella.—Aunque amigas no creo que sea la palabra correcta yo nos definiría como parientes lejanas obligadas a soportarse—dije más contenta con ese término, porque amigas era una palabra muy grande, para que alguien volviera a ser mi amiga iba a tener que recorrer muchísimo camino; ni siquiera era capaz de fiarme de Jenna todavía y eso que había sido estupenda desde que la había conocido.

 

Taeyeon esbozó una pequeña sonrisa, algo casi imposible de interpretar, pero ahí estaba.

 

—Lo de parientes tampoco me gusta, qué tal: parientes lejanas obligadas a soportarse y a enrollarse de vez en cuando—dijo burlándose claramente de mí.

 

Le di un manotazo y su sonrisa se hizo más ancha. Fue extraño pero en aquellos pocos minutos que tardamos en llegar, me sentí completamente cómoda a su lado, hasta incluso había sido divertido, de cierta forma extraña y retorcida.

 

Taeyeon detuvo el coche frente a una casa bastante grande, no tanto como la nuestra pero sí lo suficiente como para que cualquiera como yo se quedase con la boca abierta. Tae cogió su teléfono móvil y marco un número deprisa.

 

—Estoy en la puerta, sal—dijo con voz bastante fría, teniendo en cuenta que los últimos minutos había estado mucho más relajada que desde el día que la había conocido.

 

—Eres toda una caballera ¿lo sabías?—le dije sin poder evitar fruncir el ceño a la vez que observaba la puerta de la casa.

 

—Gilipolleces— me contestó guardándose el teléfono y poniendo el coche en marcha al ver que la puerta se abría—Una tía es perfectamente capaz de salir de su casa sin que la escolte alguien.

 

Puse los ojos en blanco a la vez que observaba la cara de la novia de Taeyeon. No

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Comments

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Cinderella127 #1
Muy buena historia, la adaptación quedo bien. Me gusta que está super bien escrita, con todo detalle. Y tiene muy buena redacción. Eso se aprecia.


Saludos.
Crazy_Girl_21
#2
Chapter 58: Genial
bello
Hermoso *.*
Estupendo
Me encato el fic ^.^
Sube la segunda parte por favor :3
skincrisday #3
Chapter 58: Que linda historia, me encanta el taeny
biankaA #4
Chapter 58: Amé el final <3<3 Es gratificante siempre terminar un fic. Estuvo buenísimo desde el comienzo, muchas gracias.
SNSD_5H #5
Chapter 58: Sube la segunda parte de "Culpa Tuya"
michie1995 #6
Chapter 58: Que linduuuu *-* casi lloro con el final tan tiernussss :3
key-k09
#7
Chapter 58: Quiero más pero se terminó. Me encantó. Gracias.♡
gabriela021
#8
Chapter 58: :'( Me gustó la historia me quede con ganas de mas, pero fue buena
loveless_colors
#9
Chapter 58: Muchas gracias por compartirnos esta historia *-* me encantó
roguecr #10
Chapter 58: Que hermosa historia. pro si me hubiera gustado q el epilogo fuese mas largo o fueran dos partes. para saber como reaccionaron sus papas. si hubo boda y si tae le cumplio la promesa de darle los hijos mas preciosos del mundo. segunda parte xfisss