Cap 43
Culpa Mía ©TIFFANY
Las cartas habían dejado de llegarme, pero la última aún estaba grabada en mi retina. La palabra papá había causado en mi cerebro una respuesta inmediata contra los recuerdos infantiles que tanto había procurado olvidar. Hacía ya diez años que no sabía nada de mi padre, ni si quiera había oído mencionar su nombre. A medida que habían pasado los días, las semanas, los meses y los años mi mente había creado un caparazón externo que me protegía de cualquier dolor procedente de recuerdos, emociones o situaciones de aquella parte de mi vida que yo intentaba olvidar. No quería regresar allí, había un antes y un después, también mi madre había tenido un antes y un después tras aquellos primeros años. Y ahora todo había regresado para estallarme en la cara.
El simple hecho de recordar lo que había ocurrido en aquella época causaba en mi metabolismo una reacción de miedo muy difícil de sobrellevar y por eso mismo había acudido a las fiestas, el alcohol y todo lo demás para poder escapar. Simplemente no era capaz de soportar aquello en ese preciso instante. No era lo suficientemente fuerte, no todavía; aún era una niña, aún no había pasado el tiempo necesario y aquella etapa oscura debía permanecer escondida en el pozo profundo de mi mente y por eso me había comportado como una idiota aquella semana. Sabía lo que hacía y esas horas en las que mi mente estaba nublada debido a los efectos del alcohol eran las únicas en las que mi corazón y mi cerebro respiraban con tranquilidad.
Gracias a Dios mis nuevos amigos no veían raro eso de emborracharse casi todos los días por lo que no tuve que comerme mucho la cabeza para conseguir lo que deseaba. El único obstáculo había sido Taeyeon.
Desde que habíamos regresado de ese estúpido viaje no había dejado de comportarse como una autentica hermana mayor. Me regañaba si bebía, me cuidaba cuando estaba borracha y hasta me había desnudado y duchado para que se me pasase la borrachera la noche anterior. Lo sé, era ridículo, ridículo y algo muy confuso. No le quería preocupándose por mí, simplemente necesitaba afrontar las cosas por mí misma y a mi manera. Había visto demasiadas veces como mi madre bebía hasta emborracharse cuando por fin nos libramos de mi padre. Si a ella la ayudaba, ¿Por qué iba yo a abstenerme?
Con esos pensamientos en mente regresé al día siguiente del colegio. Apenas había prestado atención a las lecciones de los profesores, ni siquiera había ingerido ningún tipo de alimento desde la noche anterior. Mi estómago se negaba a alimentarse y mi mente estaba adormecida, ya que esa era la única forma de mantener mis demonios a raya. Aquel día me había llevado Jenna a casa; mi madre estaba fuera con Jiwoong otra vez y no regresarían hasta pasados dos días. Ni siquiera sabía a dónde se habían marchado y tampoco es que me importase. A veces en algún momento del día cuando bajaba la guardia recordaba las amenazas de mi padre y el miedo se apoderaba de mí casi sin dejarme respirar. Pero él estaba lejos, en la cárcel, nunca podría ponerme las manos encima, pero entonces ¿Cómo era que Ronnie me entregaba las cartas?
Dejé mi bolso sobre el sofá de la entrada y fui directa hasta la cocina. Allí estaba Taeyeon con Lion. Los dos me miraron en cuanto puse un pie en la habitación.
—Hola, Tiffany—me dijo Lion con una sonrisa tensa. A su lado Tae se me quedo mirando unos segundos.
—Hola. Tú novia acaba de marcharse—le dije a la vez que me acercaba a la nevera y cogía la botella de zumo de naranja. En la mesa habían dejado los restos de lo que supuse habían sido bocadillos de queso. Ginger, el perro de Tae apareció moviendo la cola.
—Ginger, lárgate—le ordenó Taeyeon en tono duro.
Me giré hacia ella.
—Déjale, Taeyeon, no me está molestando—contesté molesta. Ella me miró apretando la mandíbula y se acercó hasta donde estaba el perro. Le cogió por el collar y lo sacó fuera ignorando mi comentario.
—A mí sí—me dijo cortante.
Lion soltó una carcajada.
—La tensión se puede cortar con un cuchillo—dijo poniéndose de pie. Le fulmine con la mirada mientras me sentaba y me llevaba una uva a los labios. —Debo advertirte Tiffany, hoy es el día de los novatos... ten cuidado—me dijo y yo me quedé quieta observándole.
— ¿Qué?—inquirí distraída. ¿De qué estaba hablando?
Él miró a Tae, que no parecía hacerle ninguna gracia el comentario.
—Hoy es el primer viernes de la primera semana de clase... se da la bienvenida a los novatos y tú lo eres, solo te advertía —dijo riéndose—Jenna me matará por habértelo dicho pero me das pena.
—No va a ir a esa gilipollez así que no tienes de que preocuparte—le dijo Taeyeon a Lion.
—Me he perdido, pero sí que hay una fiesta esta noche y claro que voy a ir, Taeyeon—le dije mirándole fijamente.
Ella me mantuvo la mirada pero negó con la cabeza.
—Tú madre me ha dicho que esta noche no puedes salir de casa, dice que no quiere que andes por ahí cuando ella no está a sí que simplemente cumplo ordenes—dijo indiferente.
Yo solté una carcajada irónica.
— ¿Y desde cuanto te hago caso a ti?—le dije comiéndome otra uva, estaban deliciosas.
—Desde que me quedo aquí para vigilarte; no vas a ir a ninguna parte a sí que no te molestes en discutir conmigo—me dijo muy confiada de sí misma. Aquello era surrealista. ¿Desde cuándo tenía que hacer lo que Kim Taeyeon me dijera?
—Entérate, Taeyeon, hago lo que quiero y cuando quiero, por lo que ya puedes ir olvidándote de tu pose de guardaespaldas porque paso de quedarme aquí metida un viernes por la noche.
Me levanté de la mesa dispuesta a irme. Lion parecía divertido.
—Es como ver un partido de tenis—dijo soltando una risotada pero callándose cuando Taeyeon le lanzó una de esas miradas de cállate o te parto la cara.
Pasé delante de ellos y me fui directa hasta mi habitación. Tenía que decidir que ponerme.
***
Jenna me llamó a eso de las siete de la tarde. La fiesta de los novatos era una tradición en el St Marie y lo más interesante era que de hecho se realizaba en el St Marie. Nos colaríamos en el instituto y montaríamos la mejor fiesta de la historia. Los novatos de primer curso se encargaban de la comida, la bebida y después de limpiarlo absolutamente todo, por lo que nunca los habían pillado. A mí al haber entrado en el último curso simplemente me invitaban a participar en la parte divertida. Según Jenna debía llevar ropa cómoda pero arreglada, por lo que me decante por unos vaqueros negros y una camiseta sin mangas. En los pies me puse unas sandalias con apenas tacón y me dejé el pelo suelto. Estaba bastante mona pero los preparativos me llevaron menos tiempo de lo planeado y aún faltaba media hora para que pasasen a recogerme.
Bajé a la cocina para prepararme la cena y antes de llegar a las escaleras me encontré con Taeyeon que me acechaba cada vez que salía de mi habitación.
— ¿Vas a alguna parte?—me preguntó fulminándome con sus ojos claros. Estaba tan guapa y deseaba besarle hasta que se me agotaran las energías pero mi mente deseaba una cosa totalmente diferente. Quería odiarle, odiarle y hacerle la vida imposible, que era exactamente lo que estaba haciendo.
— ¿Piensas estar persiguiéndome durante toda la noche?—le conteste molesta. Ahora acababa de llegar al pie de las escaleras pero ella estaba unos escalones por debajo, por lo que mi mirada quedaría arriba de su altura si no es porque la tengo centrada fijamente a la ella.
—No me hará falta, no vas a salir de esta casa—dijo muy segura de sí misma.
— ¿A no?—le desafié bajando otro escalón y quedando así mucho más cerca de ella. Su fragancia me dejó aturdida unos instantes pero no dejé que eso me distrajera. — ¿Qué te apuestas a que esta noche hago lo que a mí me de la real gana?
Ella ladeó la cabeza hacia un lado escrutándome con cuidado.
—La zorra manipuladora en la
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