Capitulo 2
AmbivalenciaCapitulo 2
Había pasado un mes desde que Jessica había sido encerrada allí. En su día Tiffany le extrajo la bala y curo sus heridas hasta que la fiebre desapareció, después de eso solo le dieron 4 días de calma, pues al quinto día comenzaron los interrogatorios. Estos solían variar en la duración pero el hecho de que Jessica no soltase prenda y que no mostrase claros signos de dolor durante las primeras torturas hizo que los gánster empezasen a perder la paciencia. Aun no habían utilizado métodos más persuasivos pero de seguir así no tardarían mucho en hacerlo. Mientras tanto, Tiffany se encargaba de curar su maltrecho cuerpo después de esas sesiones.
Jessica había aprendido a apreciar los cuidados de la castaña, si bien sabía que estos eran envenenados, pues solo servían para prolongar su tortura en vistas de tener más tiempo de que la rubia se rindiese y acabase hablando. A pesar de ello su necesidad de cariño le forzaba a refugiarse en esos momentos con ella, de manera que aprendió a disfrutar de su compañía aunque esta nunca contuviese conversación. Jessica había intentando en más de una ocasión establecer una charla con ella pero nunca obtuvo más de dos palabras en un tono inalterado. Sin embargo, estaba convencida de que la chica la miraba con intriga, aunque estando en el estado que estaba bien podía ser fruto de su imaginación, pero al menos era un incentivo para seguir intentando luchar por sus palabras.
- ¿Cuánto tiempo ha pasado?
- Un mes – Tiffany contestaba sin levantar la vista del vendaje que le estaba poniendo.
- ¿Ya estamos en invierno?
- Si.
- ¿Sabes si hoy hace sol?
Tiffany se detuvo durante un segundo al oír esa pregunta, era cuanto menos curioso que se interesase por un hecho así en vez de lloriquear como hacían otros, suplicando que les ayudase a escapar. Después de ese segundo prosiguió con el vendaje.
- Ya he terminado – Y acto seguido se puso en pie y se dispuso a salir de allí.
- ¡Espera! Hace bastante frio, ¿no crees que podrías darme una manta?
Tiffany no contesto, simplemente abandono el cuarto dejando a Jessica con un gesto de rendición. Acabaría enloqueciendo como siguiese teniendo como únicas conversaciones las preguntas del interrogatorio con aquel maldito rubio y sus bobos secuaces. El tiempo que llevaba aquí le bastaba para comprender que el rubio era alguien importante y tuvo la mala suerte de agredirle a él cuando intento defenderse la noche que la secues
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