- Ya hemos terminado de colocar los dispositivos que nos pidió.

- ¿Incluida lo que les pedí en el cuarto de la chica?

- Por supuesto, puede visualizar las imágenes de todas las cámaras a través del monitor que hemos colocado en el despacho.

- Ok, gracias, ya pueden retirarse, Sunny y yo nos haremos cargo desde ahora.

Los técnicos se retiraron del almacén tras haber cumplido sus órdenes. Gracias a ellos el edificio contaba con un sistema de video vigilancia completo. Jaeejoong no iba a cometer ningún error más.

Aún no se había presentado ante el jefe con la noticia de la traición de Tiffany, y mucho menos con la de que era el causante de la muerte de su hijo. Por suerte para él, el jefe había quedado tan abatido que aún no había reaccionado. Él estaba tomando las riendas del bando en estos momentos. Los Dragones necesitaban un líder de cara al enfrentamiento contra los Stars y él no iba a dejar escapar esa oportunidad.

Al final de la guerra él sería el nuevo líder. Sabía que no tenía que preocuparse por Sunny, ella jamás lo delataría, y con su apoyo y sus manipulaciones podría hacerse fácilmente con el control. De hecho, gracias a ella había conseguido la instalación de las cámaras en tan corto tiempo y sin tener que tramitarlo con el cuartel. Finalmente estaba resultando una buena inversión… Aunque a ella no le había sentado especialmente  bien el hecho de que decidiese incluir una cámara extra para el cuarto en el que tenían encerrada a Tiffany. Pero daba igual, ella nunca le negaría nada.

Miró a su alrededor. La morena dormía, parecía exhausta. Eso estaba bien, así tendría tiempo de disfrutar a solas de un momento de intimidad con Tiffany, aunque éste fuese a través de las cámaras.

Se metió en el despacho y cerró el pestillo, no quería ser interrumpido bruscamente si Sunny despertaba. Activo los monitores. Ahí estaba la chica de cabellos castaños, sentada en el suelo en la esquina del cuarto, agarrándose las piernas con sus brazos. Aún tenia el rostro hinchado y enrojecido, y mostraba varios arañazos en sus brazos, que sin duda alguna se habría causado ella misma. Quien le iba a decir meses atrás que disfrutaría tanto viéndola llorar…  Ahora solo tenía que eliminar a esa maldita rubia del mapa.

Era curioso ver como el tiempo se acompasaba a su estado de ánimo. Hacia horas nadie hubiese dicho que podría ponerse a llover así con el cielo tan despejado que tenían, inundado por un inmenso solo. En cambio ahora se había formado una fuerte tormenta que había precipitado el anochecer. El cielo estaba igual de oscuro que su destino.

No tenía a donde ir, pues la que hasta hace no mucho fuese su casa estaría custodiada por miembros de ambos bandos, a la de Tiffany no podía volver, y tampoco podía permitirse pasar mucho tiempo en un hostal si quería pasar desapercibida. Tenía que buscar un sitio más seguro. Suspiro. No podía más. No entendía como le podía haber engañado después de todo lo que se habían contado, después de todo lo que habían compartido… Pero que estúpida había sido, al fin y al cabo siempre supo que ella era una espía, ese era su trabajo diario. Y a pesar de eso ella le había creído… Ella había sido una completa ilusa por sentirse afortunada de ser capaz de ver a través de sus ojos. Nunca vio nada, solo lo que ella quiso mostrarle… Y aun así seguía sintiéndolo tan verdadero que le costaba que todo esto no estuviese siendo un mal sueño- ¿Cómo podía haber sido una farsa cuando cada poro de su ser lo sentía como cierto?

Llevaba casi una hora sentada en aquel escalón, dejando que la lluvia empapase su cuerpo en un comportamiento masoca. El agua le recordaba tanto a ella… Y sentirla por toda su piel, haciendo que sus ropas se pegasen a su cuerpo, era similar a sentirla a ella. Aún no podía terminar de desprenderse de Tiffany. Su mente recreaba sus últimos instantes con ella una y otra vez, el cariño, el amor, ese intimo momento de confesión, el peligro, la decepción, el dolo de la traición. Se veía a sí misma yéndose con miedo a escuchar ninguna explicación que ella pudiese darle. No estaba preparada para la verdad, ¿Qué pasaría si Tiffany hubiese estado mintiéndole desde antes de que se acostasen por primera vez? ¿También le habría mentido en su disculpa en aquella ocasión? Y si realmente sentía algo por ella… ¿Cuándo empezó a sentirlo? ¿Antes o después de haberle robada cada fragmento de su alma? No podía seguir atormentándose con eso como una simple espectadora, tenía que actuar aunque la respuesta la hundiese por completo.

Necesitaba actuar. No tendría que haberse ido de allí tan rápido sin escucharla… Ella tampoco había actuado bien con esa decisión. A fin de cuentas Tiffany nunca reveló nada de Kris… e incluso cuando hablaron del tema con Taeyeon intentó dejarlas a solas… Pero entonces, ¿Por qué le mentía? Nada tenía sentido. En su mente se estaba liberando una batalla entre la razón y el corazón, pero ninguna de las partes era capaz de sostener sus argumentos. Jessica notaba como  perdía el equilibrio con cada razonamiento carente de sustancia. Ninguno de los dos estaba destinado a ganar esta batalla, aunque su interior le reprochaba a gritos no haber hecho caso a la castaña cuando le dijo que se fuesen de la ciudad en coche… Ella rogaba por que ganase el corazón. ¿La querría tanto que estaría dispuesta a vivir una mentira solo para estar con ella? No lo resistió más. Saco su teléfono y marco su número. No podía ni tomar una decisión plenamente racional ni machacar su corazón sin conocer sus motivos.

Primer tono. Estaba encendido, eso era una buena señal.

Cuarto tono, ¿Por qué tardaba tanto?

to tono, se estaba impacientando.

Buzón de voz.

Estuvo a punto de colgar pero supo que no volvería a armarse de valor para llamarla. Era ahora o nunca.

- … - solo sonaba su pausada respiración. Cogió aire y emitió el tono más neutral del que fue capaz – Quiero escucharte… No puedo asegurarte que vaya a concederte el perdón, pero sí que te daré la oportunidad de explicarte. Mantendré encendido el móvil hasta mañana, si para entonces no he recibido una respuesta… lo apagaré y… desapareceré por completo de tu vida.