Una vez más la había perdido al despertarse. Desde que estaba allí recluida no había pasado noche en la que no soñase con ella, pero cada nuevo día le traía consigo una puñalada en forma de su ausencia. Y ahora que Sunny le había dicho que estaba con otra le ardía el alma, Jessica ya solo existía para ella en el mundo de las quimeras. 

En ese mundo podía dibujarla con todo tipo de detalles y añadirle su aroma. Podía recrear un holograma a su imagen y semejanza con su voz. Podía hacerlo sin dudar en ni un solo trazo porque recordaba cada lunar de su cuerpo sin esfuerzo alguno. Jessica existía en su interior, y era solo para ella. La sentía tan real que juraría que podría tocarla en este mismo momento.

Se incorporo como pudo en el colchón y se sentó intentando averiguar qué hora seria. No entendía como su amada había sido capaz de aguantar tanto tiempo allí encerrada sin una simple ventana que le indicase si al menos era de día o de noche, ella no lo soportaba.

El silencio que había le indicaba que todavía debía ser pronto y que debían estar durmiendo, pero no podía asegurarlo con certeza.

Se estiró para amoldar sus músculos, pero se detuvo al notar un pequeño pinchazo en el cuello. Lo rodeo con sus propias manos y lo masajeo con cuidado, estaba empapado en sudor, al igual que el resto de su cuerpo.

Ahora que había salido del calor que le proporcionaba la sabana se le había erizado la piel, aunque tenía ciertas dudas de si esto se debía únicamente a eso. Sonrió pícaramente. Había tenido un sueño bastante intenso, no era de extrañar que estuviese acalorada. Comenzó a repasarlo mentalmente, disfrutando de cada segundo en el que lo había experimentado, y acelerando el compas de sus manos con cada nueva imagen de su recuerdo. Lo había sentido tan profundo que le resultaba difícil no creer que acababa de hacer el amor con Jessica y eso le provocaba una mayor excitación. Sin ser del todo consciente sus manos empezaron a descender por su cuerpo hasta encontrarse con su pecho. Comenzó a frotárselos con suaves movimientos circulares imaginando que sus manos le pertenecían a Jessica, pero no tardó en darse cuenta de la barrera que suponía su camiseta y, de manera precipitada, se las introdujo por debajo de ella,  aumentando la fricción de su cuerpo. Cerró los ojos para convencerse a sí misma de que la rubia era la responsable del placer de los roces que estaba sintiendo, y le dio forma en su mente, visualizando como ésta le lamía indomablemente la clavícula, deteniéndose únicamente para dar algún pequeño mordisco a su torso. Sus largos dedos jugueteaban con sus pezones provocándole pequeñas descargas eléctricas, que desembocaban en irrefrenables gimoteos. Jessica ya no tenía suficiente con eso y bajo sus labios poco a poco, recorriendo los pechos de Tiffany para mordisquearlos también antes de proseguir la bajada.

Se divirtió a placer en su vientre torturando a la castaña con lo que sabía que significaba que su boca se acercase tan peligrosamente a su pelvis, retrasando el momento con pausas entre beso y beso que lograban acrecentar la fogosidad de su amante. Jessica sonreía con picardía ante su expectación, y con una última mirada y un último tirón con sus dientes en su vientre se despidió de esa zona de su cuerpo e inicio el último viaje al goce, descendiendo hasta llegar por fin a lo que tanto tiempo había estado esperando Tiffany. Abrió sus piernas para que la rubia pudiese acomodarse mejor entre ellas. Jessica apreció el gesto y rozo con sus dedos la zona interior de sus muslos, logrando que temblase por completo antes de que la rubia acercase su rostro a su zona más intima. Cuando sintió su aliento no pudo reprimirse más, el placer había entrado por completo en ella. Dejo que su lengua marcase el ritmo de sus gritos, cediéndole, una vez más, el control de su cuerpo en esta melodía que tantas veces habían practicado. Al terminar todo quedo en negro y solo quedaba el sonido de su acelerada y entrecortada respiración. Abrió los ojos y se encontró a sí misma tumbada bocabajo en el colchón con las piernas semi dobladas y con su mano derecha introducida en su ropa interior, totalmente empapada. Aún temblaba de la excitación que le había causado Jessica, lo que le impedía moverse ni sacar siquiera la mano de su interior. Simplemente se dejo caer y esperó a que sus latidos volviesen a su ritmo habitual.

Tiffany no sabía que, para su desgracia, no era lo suficientemente pronto como para haber podido disfrutar de un momento de intimo placer provocándose amor propio, pues Jaejoong había estado viendo a través de la cámara. El rubio sonreía abiertamente mirando la pequeña pantalla. No era lo mismo poseerla pero por fin había conseguido sacar placer de ella, y esas imágenes perdurarían en su memoria para siempre. Jamás había estado tan cachondo. Ahora se encontraba expectante en su silla, con la total necesidad de desfogar su estimulo. Se levantó de su silla sintiéndose afortunado de haber madrugado aquel día. Tendría que hacerlo más a menudo.

Llevaban media hora de reunión escuchando los informes provenientes de los espías que se habían asentado en los distintos puntos de interés de los Dragones. Normalmente era Taeyeon quien le hacia un breve resumen de estos pero hoy le había llamado diciéndoles que se encontraba indispuesta, y por una vez había cedido para dejarle el día libre, por lo que en su lugar se encontraba otro de sus subordinados dándole el parte.

Hubiese preferido que lo hiciese Taeyeon  ya que se le daba mejor extraer los datos de mayor relevancia y le ahorraba perder tiempo innecesario, pero al menos eso era mucho mas cómodo que tener que estar leyéndose él las interminables hojas que ocupaba cada uno de esos documentos.

De momento lo único que había logrado sacar de interés era que en el cuartel no había gran movimiento, Yunho pasaba la mayor parte del día allí y apenas pisaba su casa, controlar la casa de la morena era un absoluto desperdicio de tiempo puesto que nadie iba por allí, era obvio que ya no residía en ella al ver lo abandonada que estaba y por último que parecía que algo pasaba nuevamente en el almacén. Parecía que había movimiento en él pero no podían acercarse dado que habían detectado un sistema de vigilancia, motivo que incrementaba la importancia de ese sitio.

- Creo que ya es suficiente, muchacho. Diles a los hombres situados en el domicilio de la morena que se trasladen al almacén, creo que allí son más necesarios.

- Pero señor, ¿no sería mejor que mandásemos a esos hombres a la ultima dirección en la que vimos a Jessica?

Minho se sintió perdido, ¿De qué ultima dirección estaba hablando?

- ¿De que hablas?

- De cuando la vimos salir con aquella chica del almacén, ¿recuerda? Taeyeon nos conto que usted quería que vigilásemos de nuevo aquel sitio y al ver un coche le instalaron un dispositivo GPS, para que finalmente diésemos con una nueva localización de una zona residencial.

- Ah, cierto, disculpa mi despiste – el jefe no quiso mostrar su ignorancia en su presencia. Ya tendría tiempo para ajustar cuentas a solas con Taeyeon por hacer cosas a sus espaldas y ocultarle la aparición de Jessica. Empezaba a dudar seriamente de su reciente “indisposición” – Si, tienes razón, haz que se sitúen en esa dirección y que prosigan con el protocolo.

Le hizo un gesto para que se retirase, y una vez que lo dejo a solas llamó por el intercomunicador a su secretaria.

- ¿Quería algo, señor?

- Yumin, por favor, localízame el lugar de residencia de Kim Taeyeon.

Sabía que el día anterior se había pasado y se arrepentía de ello. Al fin y al cabo Jaejoong solamente había tenido un mal da que ya parecía haber concluido. Esta mañana la había despertado prácticamente iniciando el acto ual, y jamás había sido tan apasionado.

Hoy todo él parecía estar contento, ya no le importaba haber sido relegado en el mando del enfrentamiento, estaba dispuesto a solucionar lo de Kris y a seguir adelante. Aunque Sunny temía que le cargase el muerto a Jessica y Tiffany… Preferiría que no las involucrase en ello pero sabía que sería lo más probable. Era la forma más rápida y sencilla de desviar la mirada del jefe. Pero no… No podía dejarle hacer eso. Y ella tampoco debía llevarse por su estado de ánimo cuanto tratase con Tiffany, la chica ya había sufrido bastante en su vida. El descubrimiento de su pasado  le había hecho entender la dura personalidad que había desarrollado, y comprendió que ella tampoco le había sido de gran ayuda cuando se conocieron. Siempre la vio como una amenaza y el hecho de que Jaejoong se fijase en ella la marcó como una rival desde el principio. Quizás si hubiese sido más amable o simplemente no la hubiese intentado fastidiar tanto las cosas habrían sido distintas. La culpa la estaba matando, pero ahora ¿Cómo iba a reparar su mentira sin que el rubio se enterase? ¿Y cómo iba a hacer que Tiffany le creyese? No iba a ser nada fácil y no la culpaba, ella tampoco se hubiese fiado de ella si sus posiciones estuviesen invertidas. Suspiró. Ya era hora de llevarle la comida.

Al entrar se la encontró tocando la flauta, emitiendo una melodía que reflejaba tristeza y dolor, era tan palpable que casi podía sentirlo como propio. Cada nota de esa melodía le retorcía el alma y le aprisionaba el corazón. La miró apenada y sin decirle nada deposito la bandeja y se retiro. Había tenido una idea para compensar a la castaña. Era obvio que la muchacha sabia expresarse mucho mejor con la música que con las palabras, y que en ella no ocultaba nada, era todo transparente. Cogió una grabadora e inicio la grabación, iba a concederle la oportunidad que no  había tenido.

- ¿Pero por qué no me dejas ir? Sabes que está en peligro, ¡maldita sea! ¡Ellos la tienen!

- Tú sola no vas a arreglar nada, ¿quieres suicidarte o qué? Si apareces allí te van a fusilar en menos de un minuto.

- ¡Y si no aparezco la van a fusilar a ella!

- Relájate un poco y pensemos algo ¿vale? Además nuestro bando también está vigilando ese sitio, ¿Qué crees que pasaría si te viesen aparecer como si nada?

- Pues mira, si me ven aparecer ya no estaré sola.

- Claro, porque ellos estarán dispuesto a ayudarte a salvar a alguien del bando rival, ¿verdad?

- Joder, Taeyeon, ella ésta en ese almacén y lo sabes. Tengo que sacarla de allí…

- No te estoy diciendo que no vayas, solo te pido que ideemos un plan. No quiero que nada te pase…

- ¿Por qué te preocupas tanto por mí? Es más, ¿Por qué viniste a ayudarme? Yo no siquiera te caía bien por aquel entonces.

Taeyeon acaricio el rostro de Jessica. Ésta hizo un primer amago de apartarse pero finalmente dejó que su compañera siguiese con el gesto maternal.

- Porque no me gusta que paguen justos por pecadores. Tú