Capitulo 9
AmbivalenciaCapitulo 9
Jessica estaba tan furiosa que no podía ni dormir. Se pasó gran parte de la noche dando vueltas y teniendo discusiones consigo misma. Para cuando logro dormirse ya había amanecido.
Cuando se despertó se encontró con la comida, un cubo de agua con una esponja y jabón, y una toalla junto a ello, ropa limpia. No tenía ni idea de que hora podía ser, estaba bastante desorientada.
Dejo la comida para más adelante, le dolía tanto la cabeza que solo el hecho de pensar en comida le daba nauseas. Genial, estaba experimentando una resaca sin haber tenido al menos el beneficio de disfrutar de una noche con alto contenido alcohólico para ahogar las penas. Rio sarcásticamente, que sabio podía ser su organismo.
Prácticamente sumergió la cabeza en aquel cubo para aliviar el dolor. Una vez despejada se quito la ropa poco a poco y se dedico a asearse. Sería mejor que se lo tomase con calma, pues había echado a perder el único entretenimiento que podía haber tenido al devolverle el libro a Tiffany.
Tiffany había salido del almacén, como se enterase el jefe se la iba a cargar, pero no aguantaba más tiempo allí. La noche había sido horrible.
Tenía miedo de entrar de nuevo a la habitación pero por suerte Jessica dormía profundamente. Su respiración se lo confirmaba. Aprovecho para dejarle algo solido de comer y también le proporciono un kit de aseo. Después de eso cerró la puerta procurando hacer el menor ruido posible y cogió sus cosas para irse de allí. No sabía siquiera si se atrevería a volver.
Se levanto satisfecho de sí mismo. En la cama se encontraba la morena dormida. No solo había acordado de que ella vigilase de cerca a Tiffany “para asegurarse de que no traicionaba a la organización” sino que encima se había visto recompensado con una noche placentera. Así daba gusto trabajar. Además dormir en casa de Sunny le proporcionaba un escondite. No le había sido muy difícil esquivar a los bobalicones que le seguían, seguía siendo el mejor.
Ya se encontraba mucho mejor. El “baño” resulto gratamente reconfortante, y sentir el tacto de la ropa limpia era realmente agradable. Aunque no pudo evitar notar que esta olía a Tiffany. Probablemente le perteneciese. Aspiro ese olor fuertemente, era tan atrayente… Quería memorizarlo para siempre. Tenía entendido que el olfato era el sentido con mayor registro de memoria. De ser así ella no iba a escatimar en darle una muestra de ese aroma. Aun con todo el odio que sentía hacia ella en ese instante no podía dejar de experimentar el sentimiento contradictorio de querer borrar ese momento de su memoria para poder volver a pelear por sus palabras. Era irónico cuan estúpido podía ser el corazón. Daba igual que lo partiesen, él quería seguir yendo por la persona que lo había despedazado esperando ser construido, aun siendo una misión imposible. En cierta medida Jessica era igual que ese órgano, ella era la encargada de su propia destrucción.
Durante el aseo se había percatado que apenas tenía marcas de la última paliza. Esa chica pegaba como una niña… ¿Cuántos años tendría? Estaba convencida de que no podía ser mayor que ella. Era una niña. Ambas lo eran para ese mundo.
Entre esas divagaciones se imagino como seria la situación invertida. Como seria si ella fuese la guardiana y Tiffany la reclusa. Multitud de imágenes invadieron su imaginación, pero todas ellas quedaron eclipsadas ante una que le hizo interrumpir su fantasía. Se había ruborizado por completo al pensar en la posible escena de la bañera.
Sacudió la cabeza, sería mejor que comiese algo, su cerebro debía necesitar alimento porque no era normal que pensase tantas tonterías.
- Tenemos problemas, señor – trago saliva – Desde ayer por la tarde no somos capaces de localizar a JaeJong. Nuestros hombres lo perdieron y no parece haber regresado a su casa ni a los otros dos puntos que conocemos – Taeyeon pronunciaba estas palabras con miedo, sabía que su jefe no se tomaba las malas noticias demasiado bien.
Por suerte el teléfono interrumpió la posible respuesta del jefe de los Stars. Taeyeon respiro aliviada al ver como su jefe contestaba el aparato.
- ¿Diga?
- ¿Señor? Creo que estábamos equivocados. La chica lleva solo dos días en ese sitio y acaba de salir de allí. No ha entrado nadie más por lo que el almacén tiene que estar vacio ahora mismo.
El jefe dudo ¿Se habrían equivocado de verdad? El había estado tan convencido de que Jessica tenía que estar ahí encerrada… pero de ser así jamás la habrían dejado custodiada por una chica, y menos aun la habrían dejado sola. Para colmo el rubio aquel había desaparecido del mapa.
Saben que los vigilamos – pensó el jefe – tiene que ser una tapadera. Seguro que el almacén está repleto de trampas que sin duda fulminaran a mis hombres. No eran tan tontos los Dragones…
- ¡Maldita sea!, nos han engañado. Abandonen ese sitio, ha sido una pérdida de tiempo.
- Pero señor, ¿no quiere que entremos a revisar el almacén antes?
- ¡¿Acaso estas cuestionando mis órdenes?!!! ¡He dicho que salgan de allí! – sonaba Muy cabreado.
Comments