Estaba inquieta. Él se había marchado hacia por lo menos unas horas, y no había dejado que nadie le acompañase. Quería encargarse solo. Ella sabía que él jamás podría volver a comportarse de manera racional mientras que la rubia siguiese con vida. Nada lo detendría. Ni la ciudad ni el mundo era lo suficientemente grandes para que el aprendiese a vivir compartiendo el aire con ella. No, y menos sabiendo que Tiffany, que nunca había sido capaz de sentir nada, daría todo por ella.

Jamás podría ser capaz de dejarla con vida sabiendo que Tiffany la amaba. Y ella… Ella aún no sabía que pensar. Sabía que su fidelidad y su amor estaban en los Dragones, y que podría solucionar su futuro de un plumazo destrozando a Tiffany, pero ver a su rival tan hundida le había aportado otra perspectiva.

Fue a llevarle algo de comer a la habitación donde tiempo atrás habían tenido a Jessica. Por lo que había visto a través de la cámara durante la última hora apenas se movía ni hacia nada, simplemente seguía existiendo. Era como si su cuerpo no reaccionase. En cambio al entrar y verla de cerca, mirando sus ojos, pudo ver como dentro de ella era todo lo contrario. En su interior rebosaba vida. Se había ido de la realidad para adentrarse en un mundo en donde podía ser feliz, un mundo formado por recuerdos e imaginaciones.

Un mundo que ya no existía para ella. Y aun viendo la felicidad que esa irrealidad le daba, pudo sentir su agonía por haber perdido lo que una vez fue real.

No sabía que estaba experimentando en su interior pero por alguna extraña razón… veía reflejado su dolor en el propio dolor de Tiffany. Sunny no podía evitar mirar con aflicción a la castaña.

- No sientas compasión por mí, recuerda que tú me odias. Además deberías preocuparte más por ti misma, tu también estas muerta, aunque no te darás cuenta hasta que encuentres algo que te haga sentir viva.

Sunny no sabía que le había penetrado mas, si sus palabras vacías de emoción en su tono o la mirada fría que le había propiciado mientras se las decía. Por no hablar de que era la primera vez que escuchaba una frase tan larga de sus labios para ella. Tiffany había cambiado, y lo había hecho para siempre. Y sus palabras… tenían razón, pero eso jamás podría reconocérselo. El amor que ella tenía por Jaejoong era una simple ilusión, jamás había sido real porque él solamente quería estar con Tiffany, ella había sido un pasatiempo para él, una forma de conseguir sus objetivos.  Pero aun sabiendo eso… No podía irse de su lado. Ella podría hacerle cambiar de opinión. Tarde o temprano él tendría que darse cuenta que ella era la adecuada para él. Sí, él acabaría aceptando que su relación con Tiffany era un imposible, y que el amor que tanto buscaba lo había tenido siempre a su lado, él la escogería a ella, y ella estaría a su lado cuando llegase el momento.

- ¿Sabes algo de Jessica? – otra vez se sorprendía al ver cómo era Tiffany quien sacaba la conversación, y más cuando se quedó sin la máscara que pretendía ocultar sus emociones al mencionar su nombre.

Ella dudó, no sabía muy bien como decirle que era bastante probable que Jessica ya no existiese. Mentira, no quería tener que decírselo. Probablemente su relación con Jaejoong fuese una farsa pero se había enterado de la manera más dura que la que Tiffany había tenido con Jessica había sido verdadera. La envidiaba y la despreciaba a partes iguales por ello.

Negó con la cabeza. Sabía que si hablaba no tardaría en darse cuenta de que mentía.

El portazo que escucho proveniente del exterior le permitió salir de allí antes de que la castaña volviese a preguntar algo.

Al llegar a la sala de estar se encontró con un muy enojado rubio. Eso le dio una pequeña esperanza.

- ¿Qué ha pasado, cariño?

- No me llames así, maldita sea – se quito la chaqueta lanzándola al suelo y se sentó en el sillón.

- Jae, mi amor, no te pongas así… Dime que ha pasado – Sunny se situó detrás de él y le rodeo por el cuello con sus brazos para comenzar a darle una mezcla de caricias y masajes y así relajarse.

Pareció funcionar. El rubio seguía refunfuñando pero poco a poco entraba en razón. Había sido un iluso por pensar que todo acabaría tan rápido, tendría que habérselo imaginado. Y en cierta parte… Que le hubiese dado plantón no era tan malo, eso significaba que Jung ya no quería saber nada de Tiffany, se había arrepentido de querer escucharla… Podría pasar un buen rato restregándole eso a Tiffany. Su rostro se hizo con una mueca psicodélica. Su felicidad temporal hizo de él otra vez aquel hombre frio y calculador que podía fingir cariño.

- No pasa nada, nena, es solo que no ha salido como me esperaba… Parece que Jung no siente lo mismo que nuestra traidora. Al final creo que Hwang ha sido la engañada – de no ser por el tono tierno que mostraba, Sunny se habría asustado y mucho con esa risa desquiciada, pero con ese tono… con ese tono su mente había anulado lo demás. Él volvía a darle ternura.

Había logrado detenerla a duras penas. Jessica había amanecido empapada en sudor, la lluvia de ayer le había pasado factura. A pesar de eso había intentado hacer todo lo posible por acudir a su encuentro con Tiffany, pero a Taeyeon no le había inspirado ninguna confianza aquel mensaje, y por nada del mundo iba a dejar que Jessica pudiese ir en ese estado. Podía ser una simple intuición pero le daba igual, a estas alturas sus instinto protector se había apiadado por completo de la rubia.

La hacía gracia pensar que meses atrás no se trataban bien, en el fondo había estado muy equivocada con ella. En su día no terminaba de aguantarla por el aire de popular que tenia, pero ahora empezaba a comprender que no era algo que hiciese a propósito, ella simplemente se limitaba a ser ella misma y a actuar acorde a lo que sentía, incluso si eso era irracional. La había juzgado mal, pero por suerte su conciencia le había hecho actuar para ayudarla, y ahora no se arrepentía de ello. Estaba tan mona con sus mejillas sonrojadas por la fiebre, intentando negarse a la enfermedad para poder encontrarse con Tiffany… No cedió hasta que la convenció de que ella iría en su lugar para explicarle la situación a la chica. Además así podría comprobar la desagradable sensación que tenia de ese encuentro.

Cuando llegó allí no pudo menos que sentirse agradecida por la enfermedad de la rubia, no había ni rastro de Tiffany. De hecho en su lugar estaba un tipo rubio alto que no tenía nada de buena pinta, y que miraba el reloj constantemente. Estuvo analizándolo discretamente pues creía que ese podría ser el rubio Dragón del que había oído hablar a su jefe y a sus compañeros, pero ella nunca lo había visto en persona. Eso también suponía una ventaja, puesto que así no la reconocería, y su aspecto de ejecutiva le hacía pasar más desapercibida en aquel ambiente. El rubio parecía impaciente, sus gestos daban la impresión de rozar el desquiciamiento, lo cierto es que no parecía alguien muy sano mentalmente hablando. Llevaban así casi media hora, pero parecía negarse a darse por rendido, ¿se habría equivocado? ¿Quién iba a esperar tanto? Era obvio que Jessica ya no iba a presentarse… tal vez Tiffany se hubiese arrepentido al fin y al cabo…

Un momento. El rubio acababa de sacar un móvil del bolsillo que le resultaba sospechosamente familiar, ¿acaso no era ese uno de los teléfonos que les había proporcionado a Jessica y Tiffany? Tendría que comprobarlo al volver a casa.

Termino su café, pago la cuenta y salió de allí. Era mejor que el rubio no llegase a cruzar una mirada con ella, y además quería comprobar el teléfono y el estado de la rubia lo antes posible, pues por la tarde tenía un encuentro con el jefe. Había decidió no decirle nada a éste sobre Jessica hasta que la rubia tomase una decisión respecto a Tiffany, no quería arrebatarle su posibilidad de huir, pero era consciente de que cada día que pasaba suponía una oportunidad menos para que ellas escapasen, no podría ocultar por mucho más tiempo que escondía a la rubia en su casa. Y ahora además tenía que añadir una nueva preocupación en su lista de problemas… ¿Tiffany había traicionado a Jessica? Era obvio que esto había sido una trampa, pero si Tiffany hubiese estado involucrada en ella se habría presentado para garantizar una mayor efectividad… Jessica conocía al rubio y lo habría reconocido nada más al entrar, lo que le habría puesto en aviso… Pero lo que eso significaba no era mucho menos preocupante, pues si Tiffany no estaba implicada pero era ese hombre quien tenía su teléfono, era bastante probable que la chica estuviese en problemas.

Tenía que aprovechar su buen humor antes de que cambiase de estado de ánimo, últimamente era tan ambivalente… No entendía cómo podían coexistir dos personalidades tan distintas en una misma persona. A sus ojos él podía tener momentos dulces, pero por desgracia rara vez eran para ella. Era consciente de que él no la amaba, pero no iba a detenerse hasta conseguirlo… Debajo de esa crueldad tenía que estar el hombre por el que ella se desvivía. Y aun así no podía dejar de sentir que estaba mal. ¿Y si no era verdad? ¿y si la persona de quien se había enamorado no existía? Ella también podría haber sido una víctima que ante la falta de cariño se agarro ante lo primero que encontró con aire de triunfo, aspirando a ser más de lo que era… 

Pero eso no podía ser real. Dios, ¿Cómo podía sorprenderse de la bipolaridad de Jaejoong con todas las contradicciones que estaba experimentando en sí misma en estos momentos? ¿Cómo podía saber que debía hacer ahora? ¿Debería seguir obedeciendo a Jaejoong ciegamente o debería tragarse su orgullo y hacer caso a lo que su interior le empezaba a pedir a gritos? Dudo durante unos momentos, y entonces las palabras de Tiffany vinieron a su mente.

Apenas se conocían y en cambio ella había dado en el clavo diciendo aquello, ella tampoco había experimentado lo que era realmente vivir. Era innegable que se sentía identificada con sus palabras, debía tener compasión por sí misma y actuar… Aunque eso implicaba actuar también por el bien de Tiffany, y por extraño que pareciese, esto parecía no molestarle tanto como se esperaba.

- Cariño, ¿te importa si salgo a dar una vuelta? No soporto estar tanto tiempo recluida en este sitio…

Jaejoong ni siquiera levanto la mirada del monitor. Estaba abstraído contemplando a Tiffany, pero había escuchado las palabras de Sunny. Pareció pensarlo durante unos instantes, pero no debió parecerle mala idea porque acabó cediendo.

- Me parece bien, llevas unos días trabajando muy duro, te mereces un descanso – y esta vez sí que la miro para reforzar su mensaje, e incluso le brindó una sonrisa.

Este gesto hizo que la morena dudase, tal vez debería confiar en él más… Pero no, necesitaba resarcir sus dudas para poder hacerse una idea más clara de lo que estaba sintiendo con respecto a Tiffany. Necesitaba despejarse para poder tomar una decisión racional.

- Gracias, te prometo que no tardare demasiado.

- No te preocupes, tomate el tiempo que haga falta.

Jaejoong debía mantener su interpretación si quería poder disfrutar de un momento a solas con Tiffany. Sabía que no podía descubrirse y echarla él mismo porque Sunny acabaría por soltárselo al jefe, y este no estaría tan contento. Aunque bueno, con lo estúpido que estaba últimamente igual y no le importaba… Había delegado todas sus decisiones en su persona, aunque él tampoco estaba muy implicado en el campo de batalla, su prioridad ahora mismo era Tiffany… Y por suerte los 7Stars aún debían estar planeando su estrategia. Todavía disponía de tiempo para saciar su sed de venganza y para convertirse en el nuevo líder del bando. La vida empezaba a sonreírle.

Vio como la morena abandonaba el almacén y espero unos minutos por precaución. Una vez que escucho el sonido del motor del coche decidió que ya podía actuar.