Bueno, y esta es el cultimo cap. Yo deses cambiar algunas cosas, pero el original me gano XP  Lamento si en el camino se decepcionan con esto, pero recuerden que yo no lo escribi. XD . Gracias por darse el tiempo de leer y comentar una que otra cosa, volvia  revir esta historia y con mi OTP favorito, esto tiene un sabor dulce y agrio a la vez, pero me agrado. Alguien me dijo que el drama no es de Dios, y  puede que sea cierto,  personalmente no me gusta, pero bueno asi son las cosas. No todo es rosa como aTiffany le gustaria  jajajaj XD  Gracias y hasta otra oportunidad. 

Estaba agachada en el suelo, tiritando, con la mano apoyada en su hombro. Se retiró la mano y pudo vérsela bañada en sangre. La bala le había atravesado la herida de la puñalada. Afortunadamente para ella había pasado en forma limpia, pero eso no quitaba el dolor. Sabía que si hubiese estado en buena forma las cosas habrían sido distintas, ella habría esquivado esa bala. No, ella le habría disparado mucho antes de que él pudiese hacer nada. Había sido demasiado lenta, y había pagado su tardanza, pero ahora no era el momento de lamentarse. Se levantó como pudo y se acercó al cadáver de Minho. Le había acertado entre ceja y ceja. Sus reflejos no estaban en sus mejores condiciones pero al menos su puntería seguía intacta.

- Jaque mate – susurró entre respiraciones entrecortadas.

- Mmm.

Se giró precipitadamente al escuchar ese pequeño quejido. Tiffany. El sonido del disparo parecía haberla despertado. Se acercó a ella con cuidado, casi hasta con miedo. Miedo de que no fuese real y se desintegrase bajo sus manos. La necesitaba más de lo que nunca podría explicar. Se arrodilló a su lado, y sin desatarla ni retirarle el vendaje aún, le acarició el rostro, rozándolo con suavidad. Al pasar con ternura las yemas de sus dedos por encima de sus labios pudo notar como ella los entreabría. Sintió su aliento entre sus dedos. No pudo evitarlo, no le bastaba en sentirlo, quería saborearlo. Sujetó su rostro y la besó lentamente.

Su olor, su tacto, sus labios… Su beso… La reconoció de inmediato. Pero llevaba tanto tiempo perdida en el mundo de la oscuridad  que temía que su subconsciente le estuviese jugando una mala pasada. ¿Y su se ilusionaba una vez más para descubrir que solo se trataba de una alucinación? ¿Y si solo era otra más de todas las Jessicas que la habían acompañado en su soledad? No podría superarlo, no más veces. Pero la sentía tan real… Una lágrima recorrió su rostro.

- ¿J-Jessica?

Jessica pudo notar el pánico en su voz. Acalló su miedo con un nuevo beso.

- He vuelto… - pronunció sus palabras sin apenas separarse de sus labios – Tiffany, he vuelto.

Retiró el vendaje que cubría sus ojos asegurándose de no romper el contacto con su piel ni un solo segundo. Ahora que volvían a estar juntas no podía permitirse distanciarse ni un solo milímetro de ella. La necesitaba con todo su ser.

Aquellos ojos que tanto tiempo estuvieron apagados volvieron a brillar. No era un sueño, era real. Ni ella misma podría dibujarlo con tanta perfección. Tenía ante sí el rostro de su amada. Y ese rostro había sido lo primero que había visto en todo este tiempo… No podía haber soñado con una visión mejor.

- Has vuelto…

Jessica, que ya había empezado a desatar a su ángel, se detuvo un momento al sentir el dolor en sus últimas palabras. Bordeó su mejilla con el pulgar y le limpió la primer de una serie de lágrimas con un tierno beso. Después siguió en silencio en la tarea de quitarle aquellas cuerdas que apresaban su cuerpo.

- ¿Por qué lo has hecho? – aún seguía incrédula. Jessica la miró con una mezcla de desconcierto y ternura, ya solo le quedaba liberar sus tobillos - ¿C-cómo puedes seguir confiando en mi?

Exhaló un breve suspiro.

- Sthep…

- Contéstame, por favor… - el mar de sus ojos estaba a punto de desbordarse.

- Si no confiase en ti no tendría ningún motivo para vivir. Eres todo cuanto tengo.

No pudo resistirse más. Se lanzó a abrazarla con fuerza, apoyando su cabeza  sobre su hombro para permitirse lloraar embargándose por su olor.

Jessica hizo un movimiento brusco para evitar que Tiffany se cayese al lanzarse tan impulsivamente, aún seguía atada por los pies. Aquel gesto le supuso una punzada de dolor, pero no le importó en absoluto. Ya nada podía dolerle.

No tuvo que esforzarse mucho para quitarse de encima a los dos Stars que le seguían, se limitó a esperarles escondido detrás de unas cajas y a dispararles nada más pasar. ¿Y esos eran los que habían derrotado a su equipo? Menuda banda de novatos. Pero con él al mando las cosas cambiarían, él haría renacer a la magia Doble Dragón.

Aunque ahora debía preocuparse de otras cosas. Ahora lo que le inquietaba era el fuerte sonido que había escuchado desde su posición, no parecía una simple bala, había sido mucho más fuerte y atronador. Desde su situación no pudo descifrar muy bien la procedencia del disparo pero lo que estaba claro era que venía de alguna parte del edificio,  lo que significaba que aún quedaba gente luchando. Aún podría haber esperanza para su bando, y sin duda premiaría al valiente que siguiese en pie contra los Stars, pues estaba convencido de que el resto se habrían escondido como cobardes en la habitación oculta que había tras el armario.

Él mismo se dirigía allí, no le convenía acercarse a otro enfrentamiento sin pasar antes por una pequeña cura, ya tenía bastante con tener que andar tan ridícula y forzosamente. Al  principio  intentó acudir allí ocultándose y con sigilo, pero para su sorpresa nadie más salía a su paso, el sitio estaba lleno de cadáveres. Y lo más sorprendente es que muchos de ellos eran Stars. Le hubiese gustado poder pasarse por la sala de monitores para echar un vistazo, pero el armario estaba más cerca y además, lo más seguro era que la mayoría de cámaras estuviesen dañadas. Era un riesgo innecesario.

Abrió el armario y se metió de inmediato, cerrando la puerta que daba al exterior y quedándose a oscuras. Prefería buscar a tientas el doble fondo que exponerse a que alguien le encontrase en el pasillo. Tanteó con sus manos hasta encontrar el resorte, pero éste estaba bloqueado por lo que tuvo que forcejear. Nada. Intentó pegar un rodillazo para cargárselo pero al levantar la pierna se aprisionó la zona que tan delicada tenia y tuvo que bajarla de inmediato, llevándose una de sus manos a donde tanto le dolía y la otra a la boca para mordérsela y apaciguar su grito. Se quedó contorsionado durante unos instantes hasta que optó por colocarle el silenciador a su pistola y destrozar la cerradura. No tardó nada en conseguir su objetivo, y por ello pensó que no había estado muy agudo al no haber caído en esa solución antes mientras se llevaba la mano una vez más a sus partes.

Al entrar se encontró con seis hombres apuntándole. Eran sus hombres. Bajaron las  armas y acudieron a ayudarle al verle con ese aspecto lamentable, pero él se los quitó de encima de un manotazo. Un líder no necesitaba ayudas. De un vistazo observó que en una de las esquinas de habitáculo se encontraba Sunny, tranquilamente sentada.  La muy zorra no se había ofrecido a ayudarle, y ni siquiera se molestaba en devolverle la mirada. Aún tenía que demostrarle que ella debía vivir por y para él en exclusiva, debía darle una lección.

- ¡Jaejoong! ¿Fuiste tú el de la explosión?

- ¿Y él del disparo tan potente que ha sonada hace poco?

Sus hombres le interrumpieron aparentemente emocionados. Ellos también desconocían la causa de aquellos ruidos y él vio en ello un buen regalo. Esta era su oportunidad dorada para volver a ganarse su respeto.

- ¿Y quién iba a ser si no? – recompuso la forma y adopto una postura pretenciosa – Digamos que ahora mismo hay unos cuantos perros menos.

- ¿En serio? ¿Tú solo? ¡wow!

- Eres increíble, hombre.

Todos lo miraban embelesados. Sonrió. Que fácil era convencerlos… Eran tan estúpidos. Adjudicarse la muerte de esos Stars era una buena forma de quedar como un ídolo ante sus ojos.

- ¿No hay ningún otro hombre de los nuestros luchando afuera? – ahora tenía que procurar que él causante del disparo no apareciese reclamando su acción heroica.

Ellos negaron con la cabeza.

- No que nosotros sepamos señor.

Sus ojos se iluminaron, por fin le llamaban señor. Las cosas estaban en su sitio. Sólo faltaba que Sunny también lo entendiese, y después, en cuanto descansase un poco, iría a echar un vistazo afuera. Él era el único héroe. Siendo así no tendría problemas para inventarse una excusa que quitase del medio a Yunho y le diese a él la potestad del imperio Dragón.

Les pidió con solemnidad que le disculpasen y se dirigió hacia Sunny. Ya podría notar el poder en cuerpo.

- ¿No vienes a felicitar al campeón?

Durante un segundo le pareció ver desprecio en los ojos de la chica, pero el rostro que ahora le miraba mostraba una sonrisa abierta. ¿Serian imaginaciones suyas?

- ¿No queda nadie con vida?

Esa no era la respuesta que él se esperaba.

- No lo sé, tenia pensando que me limpiases un poco las heridas antes de salir a mirar.

Ella le cogió el rostro con aparente cariño y empezó a pasarle pequeños algodones con agua oxigenada.

- ¡ah! Eso due…

- ¿No me dirás que un super hombre como tú que se acaba de cargar a casi todo el equipo Star le duele un simple algodón con agua oxigenada?

- No – Por un momento Jaejoong parecía un poco más…  agradable – No es eso.

- Y… ¿Sabes algo de Tiffany?

Su rostro se tensó y s