Las cosas se han vuelta más entretenidas desde que llego Tae Hee, aunque las mañanas siguen igual, siento que podré pasar este mes sin verla. Solo ha pasado dos semanas y aun siento que es un sueño, el día de hoy me encuentro en un parque disfrutando de la hermosa tarde y de un delicioso helado de fresa.

 

-¿Qué sucede? Has estado en otro mundo desde que saliste de la universidad.-

-Lo siento, es que aún no me acostumbro a vivir aquí.-

-No te creo, es por Taengo ¿cierto?-

-Sí y no, sí porque necesito verla y no porque aún no me acostumbro a vivir lejos de todos.-

-Tiff tranquila, mejor disfruta de tu helado antes de que se derrita.-

-Claro.-

 

Cada día desde su llegada salimos a comer y visitar algunas zonas turísticas, ha sido divertido, salir con mi hermano mayor a caminar y comer un poco de helado o alguna otra cosa, hace que el tiempo y las dificultades se aligeren un poco. Después de terminar con el paseo, Tae Hee me llevo de regreso a la casa Dunois, ya dentro pude escuchar la puerta del cuarto de Tae cerrarse, supongo que hoy igual se quedara ahí encerrada.

 

-Bienvenida señorita Tiffany, ¿Qué tal su día?-

-Tranquilo y divertido.-

-Me alegro, ¿gusta que le prepare de comer algo?

-No señora Pier, ya he comido algo.-

-Al menos debería de prepararle un aperitivo.-

-Gracias, pero sería más tarde, tengo muchos deberes que hacer.- Sin escuchar respuesta subí las escaleras en dirección de mi habitación, al llegar solo cerré la puerta con llave, para luego recostarme en la cama y sentir el peso de esta vida nuevamente. –Supongo que las cosas seguirán de esta forma, tú en esa habitación y yo fingiendo que no existes, dedicándome a dormir aquí sin poder descansar y tu muriendo en vida por una enorme tristeza.- suelto al aire, sé que Tae tiene cámaras en toda la casa así que decirlo en ingles me facilita el poder relajarme.

 

-Las lágrimas derramadas son amargas, pero más amargas son las que no se derraman.- escucho decir una voz detrás de la puerta. –Te sientes mal ¿cierto?-

-La verdad, sí.-

-¿Puedo pasar?- dice la enfermera de Tae, para lo cual me levanto a abrir, al entrar la enfermera se sienta sobre la cama, haciendo un gesto de que la imitara. –Tiffany lo mejor será que mañana empieces a vivir con tu hermanastro, las cosas con Tae no están mejorando y no puedo dejar que sigan lastimándose.-

-Sé que no cambiaran las cosas, así que hare lo que mi hermano dijo, seguir adelante.-

-¿Cuándo te iras?-

-Mañana, cuando regrese de la universidad me iré.-

-Bien entonces te dejo descansar.-

-Enfermera Jung, gracias por todo.-

-No tienes nada que agradecer, ahora solo espero que las cosas mejoren con respecto a tu vida, quizás al inicio sea algo difícil ya que has pasado muchas cosas en ten poco tiempo, además de que tu corazón duele al pensar en ella. Buen me voy Tae seguramente querrá saber de qué he hablado contigo.-

-¿En verdad me vigila todo el tiempo con esas cámaras?-

-Sí pero tranquila.- después de aquellas palabras me muestra una sonrisa la cual está llena de amabilidad y de comprensión.

 

En cuanto la noche llego me dedique a arreglar mis cosas y bajarlas al auto que uso comúnmente, ya casi eran las cuatro de la mañana y recién me recuesto a dormir al menos un par de horas antes de alistarme para ir a la universidad. En cuanto me recosté sentí mi cuerpo tan cansado pero también la sensación de que esta comenzaba a desaparecer. Los sonidos de una canción llena de tranquilidad llegan a mis oídos aunque al inicio era como un susurro ahora es más intenso.

 

-Aaahhh… ¡que fastidio! Quiero dormir más.-

-Señorita Hwang desea desayunar algo.-

-Señora Pier no puedo tengo que salir temprano.-

-Entiendo.-

-Señora Pier solo necesito un café cargado por favor, bajo en media hora.-

-Claro señorita Hwang.-

 

En cuanto deje de escuchar sus pasos detrás de la puerta con fastidio me levante para arreglarme y al bajar me encontré con la enfermera Jung sentada en la mesa de la cocina.

 

-Buen día Tiffany, veo que te desvelaste.-

-Hola sí lo hice arregle todo para la mudanza.-

-Ya veo, ¿Cuándo las llevaras?-

-Hoy mismo, antes de ir al colegio dejare las cosas en el departamento de Tae Hee.-

-¿Llevas ya todo?-

-No faltan algunas cosas me las llevare hoy en la tarde.-

-¿Cuándo estemos en la consulta?-

-Exacto.-

-Señorita Hwang aquí tiene su café.-

-Gracias señora Pier.- con tranquilidad termine mi bebida sintiendo la cafeína y el líquido caliente pasar por mi cuerpo creando la sensación de despertar mi cuerpo. -¡Qué bien se siente! Creo que esto será suficiente para poder despertar bien.-

-Trata que no sea vuelva un hábito o te hará daño.- comenta la enfermera.

 

Trago a trago termine aquella bebida llena de la única droga natural que es permitida en el mundo, el café. Al salir de la casa y subir al auto las lágrimas que había estado reteniendo desde anoche salieron sin detenerse.

 

-Esto es lo mejor no puedo seguir viviendo de esta manera.- me digo una y otra vez tratando de cesar el llanto, en cuanto lo logre  me puse en marcha al departamento de Tae Hee.

-¿Qué haces aquí tan temprano?-

-Me rindo, eso es lo que hago.-

-Ya veo.- dice Tae Hee mostrando algo de decepción. -¿Traes tus cosas?-

-Algunas, casi todas.-

-Bien las dejare en tu habitación.-

-Gracias.- mientras el subía las maletas me quede bien el paisaje, podía ver que del otro lado del parque, del otro lado de la torre Ifel está la casa Dunois.

-Deja de pensar en ella y ve a clases te veré hoy en cuanto salgas.-

-Claro, te veo después hermano.-

 

En camino a la universidad como cada día pase por Laura y Chloe, ya que ambas viven en una de las zonas utilizadas como dormitorios para los estudiantes extranjeros. Después de esperar por varios minutos decidí subir por ellas, al llegar a su habitación toque pero nadie respondía así que comencé a golpear más fuerte la puerta.

 

-¡Ya voy! Deje de tocar de esa forma.- escuchaba decir a Laura en tono cansado, en cuanto la puerta se abrió pude ver la cara toda llena de ojeras. -¿Fanny? ¿Qué haces aquí?-

-Recogerlas, ¿cómo es posible que aun duerman?-

-¿Qué? Fanny hoy es día festivo, no tenemos clases, creo que el vivir en esa casa sola ya te afecto.-

-¿Qué? ¿Día festivo?-

-Sí, ahora si no te molesta volveré a dormir y tu querida deberías hacer lo mismo porque tienes una cara horrible.-

 

Durante el camino al departamento de Tae Hee sentía mi cuerpo aun cansado, por lo cual cambie de ruta para dirigirme a la mansión Dunois y poder dormir un poco antes de seguir con la mudanza y tener que dejar a Tae sola en aquella prisión que ella misma ha creado.

 

-¡Señorita Hwang!- dice la señora en cuanto me ve entrar. -¿Tan pronto en casa?-

-Sí señora Pier, resulta que hoy tengo el día libre y lo olvide, puede prepararme algo de comer.-

-Claro.- en cuanto ella se dirigía a la cocina decidí entrar al comedor para encontrarme con la enfermera Jung y una persona cubierta por cobijas, creo que es Taeyeon

-Enfermera Jung, buen día.-

-Buen día Tiffany, escuche que tienes el día libre.-

-Así es, ¿Quién es? Y ¿Por qué está cubierto con una cobija?-

-Es el dueño, decidió comer el día de hoy en el comedor.- sin sacar algún sonido de mi boca pregunto si es Taeyeon para lo cual ella asiente.

-¿En verdad? ¿Creía que no podía salir?-

-Así era pero está mejorando su salud, pero lo mejor es que lo lleve a su habi… ¡Auch!- después de quejarse veo que murmulla algo cerca de Tae. –Bueno Tiffany dime ¿saldrás hoy?- pregunta una vez que se aleja un poco de lo que creo es la cabeza de TaeTae.

-No lo creo.- respondo sentada en la silla de detalles hecho en la madera.

-¿Por qué? Es un día hermoso y lo tienes libre aprovecha.-

-Me quedare en casa, desde que llegue no he podido descansar bien, además de que no he hablado con mi familia y amigos.-

-Entiendo pero te ves algo triste ¿sucede algo?- no podía dejar de pensar en que esta es la única forma en que puedo ver a la persona que más amo y más aún que será el ultimo día.

-Los extraño mucho, a mi hermana, mi hermano, mi padre y padrastro, a mi madrastra y sus suegros que son como mis abuelos, también a mi hermanastro y hermanastra, a mis amigas y amigos.-

-Debe ser difícil para ti.-

-Algo, pero hay a una persona que extraño aún más.-

-¿Quién es?-

-Es mi otra hermanastra.-

-Creí que comentarías una pareja.-

-Es que ella es mi novia, bueno era mi novia.- suelto tratando de calmar las ganas de llorar, aunque esto lo hacía para poder verla, deseaba que se quitara esa cobija.

-¿Cómo que era?- pregunta la enfermera Jung al ver como mis anhelos salían por mis ojos.

-Nos conocimos de niñas, mi padre y el de ella eran amigos y socios, aunque solo nos vimos por algunos días pude recordar la primera vez que dijo que me cuidaría.-

-¿Ella lo recuerda?-

-No lo creo, si en verdad lo recordara ella no me hubiera alejado y hecho tanto daño.- el tono usado en mi frase estaba tan lleno de dolor, enojo y amor.

-No crees que quizás lo hizo porque ella no sabía cómo actuar.-

-Si lo sé, sé que ella no quiso hacerme daño de manera intencional pero aun así duele, más porque no le he visto en casi tres meses, me gustaría al menos escuchar su voz.-

-Llámala.- Mi rostro mostraba sorpresa, nunca imagine que la enfermera diría algo así, menos el día en que me voy de esta casa.

-Me gustaría pero dudo que reciba una llamada mía.-

-Inténtalo, sino contesta pues ella es una persona bastante tonta por dejarte.-

-Está bien lo hare.-

-¿Lo harás ahora?-

-Sí, iré a mi habitación de ahí la llamare.-

-Primero termina de comer y después le marcas.-

-Está bien, debo comer.-

-Bueno que te proveche la comida, yo me retiro, bueno ambos tengo que llevar al enfermo de regreso a su habitación.-

-Quiero decir una cosa antes.-

-Claro ¿Qué es?-

-Señor Dunois, gracias por recibirme en su casa a pesar de estar enfermo.- sé que es Tae pero no podía decirlo, eso sería dejarme ganar por el pasado y el dolor, aun así estoy agradecida con ella por la oportunidad en la universidad, así como el haber llegado a mi vida.

-Eres muy amable pero Charles no puede oír.-

-¿En verdad? Que mal.-

-Tranquila cuando estemos en su habitación le escribiré una nota para que pueda saber cuan agradecida estas.-

-Gracias enfermera Jung.-

-De nada.-

 

Después de que ambas salieron del comedor termine lo que aún quedaba en mi plato para después subir a mi habitación, al entrar termine de guardar mis cosas en la última maleta que tenía vacía, en cuanto termine mire mi teléfono no sabía si sería lo mejor, pero tampoco quería irme sin escuchar su voz.

 

-Bien lo hare, la llamare y después me iré, sí eso hare.- busque el número de Tae entre los contactos, espere y…

-Hola ¿Quién habla?- su voz se escuchaba llena de cansancio, imagino que realmente aún está muy enferma.

-Hola Taeyeon, soy Tiffany.-

-¿Fanny? ¿Cómo obtuviste este número?-

-Llame a la empresa, y pedí hablar con el señor Cho, él me lo dio.- miento, bueno no del todo.

-Entiendo, ¿Qué sucede?-

-¿Cómo sigues? ¿Cómo va la terapia?- necesitaba saberlo de ella.

-Bien, según los médicos voy mejorando rápido.-

-Me alegro.- sé que no es del todo cierto.

-Fanny me entere que estas estudiando en Francia, ¿Qué tal?-

-Es genial, la escuela es impresionante y la casa donde me quedo es hermosa.-

-Me alegro.- su tono volvió a ser ese lleno de vida, aunque aún sentía la tristeza en él.

-TaeTae ¿todo bien? Te escucho algo triste.-

-Estoy bien, no tienes de que preocuparte. Dime ¿te gusta la ciudad?-

-Sí, es hermosa desde mi ventana puedo ver la torre Ifel.-

-¡Qué bien!-

-¡AH!- antes de que pudiera contestar escucho un grito, no solo del otro lado de la línea sino también de la habitación de Tae.

-Demonios ¿Qué fue eso?- escuche a la enfermera gritar. -¡Oh por dios! Tae ¿Qué te sucedió? Vamos te ayudare a regresar a la cama.- veo como levanta a Tae en el momento que entro aunque mi impulso era ir y abrazarla así como ver su si se había hecho daño, recordé que no debo delatar a todos los que me ayudaron.

-¿Qué fue ese ruido? ¿El señor Dunois está bien?- digo preocupada y tratando de contener  el miedo. –Taeyeon ¿eres tú?- veo su rostro lleno de un tono pálido, tan pálido que parece casi muerta.

 

Una vez que la enfermera Jung la coloco en su cama se retiró de la habitación dejándonos solas y con la puerta cerrada.

 

-¿Te encuentras bien? ¿No te has hecho daño?-

-¿No me gritaras?-

-Te he preguntado algo.- respondo en tono molesto.

-Estás enojada.-

-Claro que lo estoy, se supone que yo vivía con un anciano en su lecho de muerte no con mi hermanastra y su estado de locura.- a pesar de que sabía todo, deseaba desahogarme.

-Entiendo tu molestia.-

-No lo creo, si la entendieras, desde el momento que pise esta casa te hubieras mostrado.-

-Perdón Phany.-

-No me llames así.- mis lágrimas amenazaban con salir. –Responde ¿te has hecho daño?-

-Solo tengo un dolor en mi brazo, caí en sima de él.- me acerco a ella con demasiados sentimientos cruzados.

-Déjame ver.- ante mis palabras me muestra su brazo izquierdo. –Está un poco hinchado y morado, creo que no están grave.-

-¿Desde cuándo sabes medicina?-

-Lo aprendí de las enfermeras y médicos que te cuidaron cuando estuviste en coma.-

-Ya veo.- comenta mientras sostiene mi mano derecha. –Phany perdóname por todo,  sé que no he sido la hermana, amiga y mucho menos la novia que mereces, se incluso que por mi culpa sufriste mucho…-

-¿Mucho? Mi vida se volvió una tortura por decisiones, cada uno de los tutores que tuve me hizo daño no solo físico sino también psicológico, uno incluso quiso matarte y violarme, pero claro eso no te importo, lo único que te importa es tu empresa y tener el control de todo y todos.- sentía las emociones guardadas salir una tras otra no podía detenerme, más bien no deseaba. –Mira me alegro de que estés bien, que tus terapias sean un éxito y que me dieras la oportunidad de estudiar en una universidad tan prestigiosa pero no seguiré viviendo aquí.-

-¿Qué? ¿De qué hablas?-

-Que me mudo, de eso hablo, Taeyeon adiós.- mis lágrimas salían al igual que las de ella. –Si aún existe la niña que juro protegerme de los monstruos, la chica con la que me quede encerrada en la enfermería del campamento, yo volveré con ella, TaeTae te amo pero adiós.-