En un mundo hermoso y cruel, donde las cosas ya no son como uno desearía, donde hay lobos libres y peligrosos, donde deseamos que los sueños vivan en el corazón de aquella persona que más amamos, donde los anhelos son como las cenizas que desaparecen por el soplar del viento. En este mundo el cielo se ve triste, las personas desean morir, así que en silencio otros dicen “descansa en paz”.

 

-Señorita ¿se encuentra bien?-

-Sí, estoy bien señora Pier, la joven Hwang ¿ya ha comido?-

-Solo tomo un café, dijo que llevaba prisa

-Entiendo, dijo ¿a qué hora se iría?-

-La señorita Hwang dijo que se iría en media hora.-

-Perfecto, en cuanto se haya marchado dígale a la enfermera que me ayude a bajar.-

-Como usted ordene señorita Kim.-

 

Sentirse cansado, sin sentirse realmente así, creo que esto es solo una forma más de considerar que tengo algo de depresión.

 

-¿Cómo te sientes hoy?- pregunta la enfermera después de cuarenta minutos de que el ama de llaves saliera de mi habitación.

-Bien.-

-Bueno, te ayudare a bajar. Dime Tae, ¿Cuándo dejaras de ocultarte? Tiffany ya lleva aquí tres semanas y cree que vive con un anciano.-

-No me oculto, solo no quiero que me vea.- le digo mientras me sostengo de ella para poder subir a la silla de ruedas.

-Es lo mismo.-

-Aun no mejoro, así que aún no saldré cuando este ella en casa, no quiero que me vea así de débil y que dependo de otros para poder vivir, si es que a esto se le llama vida.-

-Entiendo, pero creo que sería bueno que al menos hablaras con tu familia.- dice colocando sobre mi regazo una cobija.

-¿Hablar con ellos? ¿Sucedió algo?-

-No, nada ha pasado.-

-Entonces no veo la necesidad de llamarlos.-

-Tae son tu familia.- decía mientras empujaba mi silla de ruedas rumbo al comedor.

-Si les llamo ¿dejaras de insistir con ver a Tiffany?-

-Quizás.-

-Bien, señora Ae Ri ¿Cómo es posible que siempre gane?-

-Sencillo soy mayor.-

-Enfermera Jung, señorita Kim, el desayuno esta listo.-

-Gracias señora Pier, vamos Tae come y después le llamas a tu madre.-

-Sí enfermera Jung.- digo con un tono de niño pequeño regañado.

 

Las tres últimas semanas han sido exactamente iguales. El día que Fanny llego, se sorprendió del hecho de que viviría en una casa tan hermosa pero sencilla una casa victoriana, su habitación es la principal, ya que era la más grande y tiene una vista hermosa, que da a la torre Ifel, parecía sacada de una revista de paisajes perfectos.

 

-¡Es increíble este lugar!- escucho decir a Fanny desde mi habitación, realmente tiene una voz muy fuerte. -¿Realmente viviré en este lugar?-

-Así es señorita Hwang, él dueño de este lugar es asociado de la universidad y ha ofrecido su casa como lugar para los estudiantes extranjeros.-

-¿Ya no vive aquí?-

-Aún vive en esta casa, solo que nunca sale de su habitación.-

-¿Cómo? ¿Está enfermo?-

-Sí, se encuentra muy enfermo, todo el tiempo está conectado a varias máquinas que le ayudan a respirar, además de que no puede caminar.-

-¿Hay alguna enfermera para cuidar de él?-

-Sí, lo hay, soy yo.- escucha ahora la voz de Ae Ri, ante ello enciendo la televisión que está conectada con el CCTV para poder ver qué sucede. –Mucho gusto soy Jung Ae Ri, soy la enfermera del dueño.-

-Mucho gusto mi nombre es Tiffany Hwang, y viviré aquí durante mis estudios.-

-Me alegro, al fin este lugar tendré a alguien que sonría.- dice viendo a la cámara mostrando una cara de burla.

-Gracias, pero ¿que ve?-

-Nada solo una de las pinturas.-

-Entiendo, supongo que el dueño es una persona ya mayor.-

-Un anciano de corazón.- dice otra vez en tono de burla. –Bueno dejemos la plática para después, señora Pier lleve a la señorita Hwang a su habitación, Tiffany tu cuarto será el principal, el dueño lo pidió así, como es el más alumbrado y con mejor vista decidió dejarlo para el estudiante que viviría aquí, espero y te guste.-

-Gracias.- Pasados varios minutos vi entrar a la enfermera a mi habitación. -¿Espiando a tu novia?-

-No molestes.-

-Eso es un sí, dime ¿Cómo te sientes teniéndola a unos metros de ti?-

-Feliz y triste, desearía poder dormir con ella, como la primera vez, aunque solo fueron un par de horas, fueron las mejores.-

-Se nota que la amas.-

-Demasiado, no puedo vivir sin ella.-

-Entonces cruza esa puerta y dile que aun la amas, así dejas de verla con esas cámaras.-

-Aun no puedo.-

-Bien al menos dime que no hay cámaras en su habitación y baño.- ante ello solo apago el televisor y trato de no verla. –Tae ¿has instalado cámaras en su cuarto y baño? ¿Acaso eres una ertida?- decía mientras fingía dormir y roncar. –Deja tus juegos, sé que no duermes, ya que así no son tus ronquidos, son más raros. Bien te dejo, comeré algo, cuando regrese te daré tu medicamento.-

 

Eso sucedió en cuanto llego, siendo sincera la veo todo el tiempo gracias al CCTV.

 

-¡Señorita Hwang!- escucho gritar a la señora Pier. -¿Tan pronto en casa?- ¿Qué ya regreso? Pero si solo tiene una hora que se fue.

-Sí señora Pier, resulta que hoy tengo el día libre y lo olvide, puede prepararme algo de comer.-

-Claro.- ya no escuche otra palabra más, pero si algunos pasos acercándose. Después vi la puerta abrirse como si todo fuera en cama lenta y antes de que la puerta terminara de abrirse todo se tornó oscuro.

-Enfermera Jung, buen día.-

-Buen día Tiffany, escuche que tienes el día libre.-

-Así es, ¿Quién es? Y ¿Por qué está cubierto con una cobija?-

-Es el dueño, decidió comer el día de hoy en el comedor.-

-¿En verdad? ¿Creía que no podía salir?-

-Así era pero está mejorando su salud, pero lo mejor es que lo lleve a su habi… ¡Auch! ¿Por qué me has pellizcado?-

-Quiero quedarme.- digo en un murmullo muy bajo.

-Entiendo, pero te ayudare a comer, si ella ve tus manos sabrá que no eres un anciano y sería peor si ve tu rostro.- comenta cerca de mi oído. –Bueno Tiffany dime ¿saldrás hoy?-

-No lo creo.- responde ya sentada en la silla de detalles hecho en la madera.

-¿Por qué? Es un día hermoso y lo tienes libre aprovecha.-

-Me quedare en casa, desde que llegue no he podido descansar bien, además de que no he hablado con mi familia y amigos.-

-Entiendo pero te ves algo triste ¿sucede algo?- no podía ver la ya que todo mi cuerpo estaba cubierto por la cobija, aun así podía imaginar ese rostro lleno de dolor.

-Los extraño mucho, a mi hermana, mi hermano, mi padre y padrastro, a mi madrastra y sus suegros que son como mis abuelos, también a mi hermanastro y hermanastra, a mis amigas y amigos.-

-Debe ser difícil para ti.-

-Algo, pero hay a una persona que extraño aún más.-

-¿Quién es?-

-Es mi otra hermanastra.-

-Creí que comentarías una pareja.-

-Es que ella es mi novia, bueno era mi novia.-

-¿Cómo que era?-

-Nos conocimos de niñas, mi padre y el de ella eran amigos y socios, aunque solo nos vimos por algunos días pude recordar la primera vez que dijo que me cuidaría.-

-¿Ella lo recuerda?-

-No lo creo, si en verdad lo recordara ella no me hubiera alejado y hecho tanto daño.-

-No crees que quizás lo hizo porque ella no sabía cómo actuar.-

-Si lo sé, sé que ella no quiso hacerme daño de manera intencional pero aun así duele, más porque no le he visto en casi tres meses, me gustaría la menos escuchar su voz.-

-Llámala.- ¿está loca?

-Me gustaría pero dudo que reciba una llamada mía.-

-Inténtalo, sino contesta pues ella es una persona bastante tonta por dejarte.-

-Está bien lo hare.-

-¿Lo harás ahora?-

-Sí, iré a mi habitación de ahí la llamare.-

-Primero termina de comer y después le marcas.-

-Está bien, debo comer.-

-Bueno que te proveche la comida, yo me retiro, bueno ambos tengo que llevar al enfermo de regreso a su habitación.-

-Quiero decir una cosa antes.-

-Claro ¿Qué es?-

-Señor Dunois, gracias por recibirme en su casa a pesar de estar enfermo.-

-Eres muy amable pero Charles no puede oír.-

-¿En verdad? Que mal.-

-Tranquila cuando estemos en su habitación le escribiré una nota para que pueda saber cuan agradecida estas.-

-Gracias enfermera Jung.-

-De nada.- ya no escuche otra palabra, solo sentí como era empujada rumbo a mi habitación, ya dentro Ae Ri me quito la cobija. –Vamos levántate, necesitas caminar a tu cama.-

-Ae Ri, ¿crees que algún día ella me perdone por todo lo que hice?-

-La escuchaste, ella sabe que no lo hiciste de manera intencionada.-

-No recuerdo haberla conocido de niñas.-

-Deja de torturarte, recuéstate.-

 

No pude decir algo más solo me quede viendo el techo, la enfermera solo suspiro y me cubrió bien con las cobijas de la cama para después solo irse.

 

-¿Me perdonaras algún día?- digo al aire tratando de calmar mis emociones, de repente un ruido proveniente del mueble cercano a la cama llama mi atención, era mi teléfono, ¿Qué raro? Solo mi asistente tiene ese número, más raro aun es que no reconozco el remitente. –Hola ¿Quién habla?-

-Hola Taeyeon, soy Tiffany.-

-¿Fanny? ¿Cómo obtuviste este número?-

-Llame a la empresa, y pedí hablar con el señor Cho, él me lo dio.-

-Entiendo, ¿Qué sucede?-

-¿Cómo sigues? ¿Cómo va la terapia?-

-Bien, según los médicos voy mejorando rápido.-

-Me alegro.-

-Fanny me entere que estas estudiando en Francia, ¿Qué tal?-

-Es genial, la escuela es impresionante y la casa donde me quedo es hermosa.-

-Me alegro.-

-TaeTae ¿todo bien? Te escucho algo triste.-

-Estoy bien, no tienes de que preocuparte.- mientras digo esto trato de levantarme ya que deje el control de televisor en frente del mismo aparato. –Dime ¿te gusta la ciudad?-

-Sí, es hermosa desde mi ventana puedo ver la torre Ifel.-

-¡Qué bien!- me costaba trabajo quedarme de pie y caminar solo pero deseaba mucho poder ver su rostro en este momento, de repente mis piernas flaquearon más y termine cayendo y tirando el televisor. -¡AH!-

-Demonios ¿Qué fue eso?- escuche como abrían la puerta. -¡Oh por dios! Tae ¿Qué te sucedió?- era la enfermera. –Vamos te ayudare a regresar a la cama.- con cuidado me levanto.

-¿Qué fue ese ruido? ¿El señor Dunois está bien?- rayos esa es Fanny. –Taeyeon ¿eres tú?-