Después de que los chicos se fueron me quede estática mirando hacia la puerta, no sabía con exactitud qué había pasado, al recordar las palabras de Jinyoung me estremecí y en seguida toque mi mejilla con las yemas de los dedos recordando que Gongchan había posado sus labios sobre esa parte de mi rostro. Mi pulso comenzó a acelerarse y una estúpida sonrisa se dibujó en mis labios, no podía dejar de sonreír, mis piernas comenzaron a temblar y me deje caer sobre el frío suelo del departamento, inhale y exhale varias veces antes de que mi respiración volviera a la normalidad. Regresando a la realidad observé que sostenía una hoja de papel con la mano derecha, mire mi mano y a continuación desdoble la hoja. Esta decía:

Gong Chan Shik

822 - 478 – 2469

Al parecer era el número de su móvil, sostuve esa hoja de papel con ambas manos y la presione contra mi pecho, me mantuve de esa forma por aproximadamente cinco minutos. Posteriormente me puse de pie y corrí a donde se localizaba mi celular, lo tome y marque los diez dígitos que integraban su número, a punto de tocar la tecla que efectuaría mi llamada, me detuve.

-¡Es muy tarde! ¿Que estoy haciendo? Además acaban de irse, es mejor que los deje descansar; pero… ¡No! ¡Ya, detente! ¡Deja de pensar, ya no le des vueltas al asunto! ¡Vamos, suelta el celular! - Me decía en voz alta mientras tapaba mi boca con una mano.

Sin embargo mis dedos no obedecieron a mis palabras y actuaron por si solos completando la marcación de la llamada, sonó tres veces el tono de llamada hasta que contestaron.

-¡Yeoboseyo!... – decían del otro lado del teléfono – ¡Yeoboseyo!... –ahora más fuerte.

Yo permanecía paralizada mirando la pantalla del teléfono. En un arranque de valentía me coloque el teléfono al oído, pero las palabras no lograban salir de mi boca, mi corazón se agito nuevamente al escuchar la respiración de quien me contestaba.

-¿S… Sí? –dije con voz temerosa.

-¿Quién habla? - Pregunto la persona del otro lado de la bocina.

-¿Jinyoung? – dije al reconocer la voz, inmediatamente mis nervios desaparecieron.

-¿Yul? – Pregunto Jinyoung algo sorprendido.

-¿Con quién hablas? - Se escuchó que Sandeul preguntaba algo adormecido.

-¡Es Yul! – le contesto Jinyoung mientras cubría la bocina del celular con una mano. Sin embargo yo aún podía escuchar su conversación.

- ¿Por qué habla al teléfono de Gongchan? ¿Que no se supone que él le daría tu numero móvil? – dijo Sandeul aun desorientado.

Por su parte Jinyoung se llevó el dedo índice a los labios indicándole a Sandeul que guardara silencio, después se colocó el teléfono en el oído. Sandeul se acercó a donde Jinyoung tenía el móvil.

-Como sea, ¡Ya ve a descansar, Yul! ¡Buenas noches! - dijo Sandeul acomodándose nuevamente junto a Jinyoung para seguir durmiendo.

- ¡Siento eso! Es que todos están durmiendo - Dijo Jinyoung bostezando

- ¡Oh, te desperté! Perdón por llamarles a esta hora, que tonto de mi parte. – Dije preocupada.

- ¡Está bien, estamos acostumbrados! Además yo no estaba durmiendo – Sentencio Jinyoung.

-¡De verdad lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo sien…! – continuaba diciendo.

-Ya deja de disculparte, no te preocupes Yul - indicó Jinyoung con la finalidad de calmarme y agregó – Y bien ¿te divertiste?

-¡Si! Hacía mucho que no disfruta de la compañía de otros –le confesé y añadí entusiasmada - Espero que se repita el próximo sábado…

-¡Oh! ¡Ya estamos llegando al estacionamiento! – Manifestó Jinyoung y continúo diciendo – Entonces me despido, ve a descansar, nos vemos pronto y cuídate mucho… - me recomendó y después de mirar a todos lados para comprobar que nadie lo escuchaba susurro al teléfono - …Adiós mi pequeña Yul.

-¡Adiós! – susurre también, después finalice la llamada.

Había realizado esa llamada con el propósito de calmarme, pero el resultado fue el opuesto, ahora estaba más perturbada. Me recosté sobre el sillón y en seguida me quede dormida.

Durante la semana me mantuve ocupada, aguardando por el siguiente sábado, esta vez yo debería trasladarme a su casa y aunque no sabía su dirección, ya tenía un número telefónico al cual podía marcar para preguntar.

El viernes anterior a nuestra reunión, llegue a casa emocionada. Lo primero que hice fue programar mis actividades del día siguiente, así me senté en la sala y comencé a escribir la lista de actividades que aún no había concretado, entre ellas se encontraba preguntar por la dirección, revisar los mapas ferroviarios y comprar un postre para nuestra reunión, pues no quería llegar con las manos vacías. Para completar esta lista, acerque un pequeño baúl azul y del interior extraje la hoja que Gongchan me había dado, tome mi celular y apunte el número entre mis contactos.

Posteriormente marque su número esperando que contestara, pues tenía ganas de escuchar una voz conocida, sin embargo la voz de la operadora sonó así que colgué, intente esta operación por cuatro ocasiones más pero el resultado fue el mismo. Entonces asumí que Gongchan estaba ocupado o que tenía apagado el móvil, así que le envíe un mensaje de texto preguntando por su dirección y notificándole quien era el remitente, después continúe tachando los pendientes de mi lista.

El reloj marcaba las dos treinta y tres de la mañana cuando me di por vencida, pues seguía sin recibir su respuesta y me sentía exhausta, así que decidí ir a dormir pensando que sin lugar a dudas tendría una respuesta por la mañana.

A las cinco de la mañana sonó mi despertador, había olvidado desactivarlo, aun soñolienta di vuelta sobre mi cama y lo apague con una mano, luego tome mi celular y verifique el estado de mis mensajes y llamadas, pero continuaba sin recibir respuesta, cerré mis ojos y continúe durmiendo.

Desperté a las nueve trece de la mañana, me levante de un salto de la cama, revise nuevamente el teléfono sin encontrar respuesta, entonces me dirigí a tomar una ducha. Estaba terminando de enjabonarme el cuerpo cuando escuche el sonido de mi celular, cerré la llave de agua y salí corriendo de la ducha, me cubrí con una toalla y camine hasta tomar mi celular.