capitulo 3

UN TOQUE DE GRECIA.

— Nunca debí haberte dejado que me convencieras para venir aquí,

Tiffany suspiró y le dio a jessica una mirada de frustración.

— Sólo los solteros más desesperados llegan a este antro para encontrarse a alguien.

Y ella no se clasificaba como muy desesperada... todavía no, de todos modos. Su amiga tomó un sorbo de su bebida adornada con un paraguas.

— No lo arruines. Tuve mis últimas cinco citas aquí.

— Ese es mi punto.

Tiffany levantó su bolso de la mesa. Sin interrumpir el estudio de los hombres en la sala oscura, jessica puso su mano en el brazo de Tiffany, deteniéndola de levantarse.

— Ni siquiera pienses en irte. ¿Qué vas a hacer en casa? ¿Trabajar hasta medianoche? No. Tú necesitas una noche de diversión para desconectarte, dejar de pensar en las cosas.

¡Me atrapó! ¿Cómo era que jessica siempre sabía cuáles eran mis planes? ¿Era ella psíquica, o qué?

— No tengo tiempo para desconectarme. La apertura está a sólo siete semanas, y ni siquiera estamos a mitad del camino con las remodelaciones. Y el banco está presionándome permanentemente.

Había días en que apenas sabía por dónde empezar con todas las cosas que tenía que hacer. El ejecutar un proyecto de remodelación, resultó llevar más tiempo y ser más frustrante de lo que nunca había imaginado. Menos mal que era muy buena en hacer múltiples tareas, de lo contrario habría tirado la toalla hace mucho tiempo.

— Convertir la casa en un hostal tipo Bed & Breakfast no es una tarea para una persona. Te lo dije antes que empezaras, — reprendió jessica, frunciendo el ceño. — No había nadie a quien pedirle ayuda, ¿o sí? ¿O prefieres que se lo hubiera pedido a Michael?

Tiffany no quería una respuesta a su pregunta retórica, pero sabía que iba a recibir una de todas maneras. Podía contar con eso, tres, dos...

— Lo necesitas como un agujero en la cabeza. Ese hombre es tóxico. Es una pena que no se pueda elegir a la familia. — Su amiga frunció los labios y negó con la cabeza.

— Tal vez tóxico es una palabra un poco demasiado dura. No es tan malo como lo hacen parecer, — Tiffany lo defendió.

Sus palabras eran un mero reflejo. No le gustaba hablar mal de las personas que no estaban presentes para defenderse, aunque se lo merecieran. Pensándolo bien, tal vez un buen chisme con su mejor amiga, echaría fuera toda la frustración acumulada en sus huesos cansados y le ayudaría a relajarse.

— ¿En serio? ¿Y qué parte de tu querido primo es sano? ¿La parte en la que él le robó a su tía ciega cuando ella aún estaba viva, o cuando trató de abrir líneas de crédito en tu nombre? O, espera, ¿será tal vez la parte donde él vendió tu coche delante de tus narices y tuviste que tomar el autobús a la escuela? — Puso jessica su dedo debajo de la barbilla, en un gesto pensativo fingido.

Bueno, sería un chisme. ¿Por qué lucharlo, cuando sabía que aún estaba conmocionada por la última maniobra de Michael en la lectura del testamento de Eleni, donde había amenazado con demandar por lo que él pensaba que era suyo?

— Eso me trae recuerdos, — reconoció Tiffany. Lamentablemente, no muy buenos.

Haber crecido con su primo Michael después de que sus padres habían muerto juntos en un accidente de barco, no había sido fácil.

—La tía Eleni estaba tan enojada con él cuando se dio cuenta de que le estaba robando. Fue entonces cuando cambió su testamento. Dijo que no recibiría un centavo de ella.

— Y no lo hizo. Ahora la casa es toda tuya... Interrumpió a jessica.

— En realidad del banco... los impuestos de herencia me están matando. Con esa enorme hipoteca que tuve que sacar sólo para pagar los impuestos, no tengo más remedio que hacer del lugar un Bed and Breakfast. ¿Qué otra cosa se supone que haga? ¿Venderlo?

— Esa es una idea.

— No, jessica, no es una opción. No voy a renunciar a la casa. Eso es todo lo que tengo.

Era su casa y lo único que le hacía recordar a sus padres.

— Realmente he pensado en esto. He hecho todos los cálculos, y cuentas. El plan de negocio es sólido. Si no lo fuera, el banco nunca me habría dado el préstamo para remodelar. Te estoy diciendo que va a funcionar.

— Bueno, al menos de esa manera Michael nunca pondrá sus manos sobre él. — jessica se tomó el último sorbo de su ostentosa bebida.

— En realidad, podría. —Tiffany todavía recordaba su sorpresa al escuchar las cláusulas del testamento de Eleni.

— ¿Cómo es eso? — Su amiga le dio una mirada confusa. — Tú lo heredaste. De seguro espero que no lo estés por poner a él en tu testamento.

Claro, Tiffany podría ser acusada de ser demasiado bondadosa, ¿pero estúpida? No, nunca nadie la llamaría así. Ella podía fácilmente analizar un contrato de negocios, al igual que un estudiante de décimo grado podía diseccionar una rana: con la suficiente curiosidad como para asegurarse de que nada se le escapara. A pesar de que sólo había tomado unas pocas clases de leyes y de contratos en la universidad, había aprendido una o dos cosas. Lo suficiente como para saber cuándo debía contratar a un abogado y cuándo debía manejar las cosas por sí misma.

— Bueno, no es realmente algo que pueda controlar. El testamento de Eleni tenía una cláusula de contingencia. Es una cosa de familia. — Tiffany cortó la protesta de su amiga. — Si algo me pasa a mí sin que yo tenga hijos, él será el heredero contingente.

Jessica dejó escapar un grito ahogado.

— ¿Ella puede hacer eso?

Tiffany asintió con la cabeza. A ella no le había gustado escuchar la cláusula cuando se había leído el testamento ante ella y Michael, una semana después de la muerte de Eleni. Sin embargo, después de discutirlo con su propio abogado, se dio cuenta de que luchar en contra de su voluntad le costaría todo el dinero que había heredado.

— Ella puede hacerlo y de hecho lo hizo. Supongo que la familia significaba más para ella de lo que todos asumimos. Incluso si eso significara que mi podrido primo podría poner sus manos en su dinero después de todo. Porque para mí el tener hijos, como ambas sabemos, no ocurrirá en un futuro cercano. Por mucho que quisiera tener una familia, tenía que ser capaz de mantener una primero. Y eso significaba iniciar un negocio viable y poner toda su energía en ello para hacer que funcionara. Incluso si eso significaba esperar para tener hijos durante unos pocos años. Todavía tenía suficiente tiempo para procrear. A los veintiocho años de edad, ella no estaba completamente fuera de juego.

Jessica rodó los ojos.

— Sería de gran ayuda si fueses a una cita de vez en cuando.

Tiffany no tenía ninguna objeción a tener citas, sólo con el material disponible. Y entrar en una relación sólo por el hecho de no estar sola, ya era demasiado patético. Ella estaba buscando a la persona perfecta, no a la primera persona mujer u hombre que se le presente. Bueno, tal vez buscando era una palabra demasiado fuerte. Ella no estaba buscando activamente. En realidad, ¿dónde encontraría el tiempo en esos momentos con todas las cosas que tenía que hacer?

— No necesito otro sermón. Ya te lo he dicho, tan pronto como el hostal esté abierto, empezaré un nuevo capítulo en mi vida. Buscaré una persona decente... un material digno para el matrimonio. Te lo aseguro. Hasta entonces, no tengo tiempo de perder en citas con la clase de individuos que probablemente me encuentre aquí.

Por más que se sintiera solitaria al llegar a una casa vacía, prefería hacer eso a tener una cita con un mal hombre o mujer de nuevo. Ya había aprendido la lección.

— No puedes dejar que tus malas experiencias te detengan para el resto de tu vida. Pensé que ibas a comenzar un nuevo capítulo. — jessica dio un giro provocativo de su muñeca.

— Lo estoy. Y ni Ralph, ni Eric tienen nada que ver con esto.

— ¿Tampoco Simon, Mark o Justin?, — preguntó jessica en tono de burla.

— Claro, si tú lo dices.

Tiffany dio un gran trago a su bebida.

— ¿Qué quieres, jessica? Su amiga se inclinó sobre la mesa.

— Quiero que reconozcas que no puedes juzgar a todas las personas con la misma medida, simplemente porque algunos idiotas te hicieron daño. No es justo. Tiffany quería interrumpir, pero jessica levantó la mano. —No, tengo que decir esto. Debí haberlo dicho hace años. Es tiempo de hacer borrón y cuenta nueva. Tienes que darle a alguien una oportunidad. Hazte un favor y olvídate de esos idiotas. Ellos no se lo merecen. Del dicho al hecho....

— Yo no soy como tú, jessica.

— Cariño, le sucede a todas. ¿Tú crees que nadie me ha engañado a mí?

Tiffany se encogió de hombros.

— Yo sé que es un hecho que ninguno de tus novios te cambió por una mejor cita para la fiesta de graduación, sólo porque te salieron granos.

— Ralph era un sinvergüenza, te concedo eso, pero esos granos se veían horribles.

Jessica trató de reprimir su risa. Tiffany no pudo evitar reírse de sí misma. Todo había sido ridículo. Y cuando sus granos habían desaparecido de nuevo un par de semanas más tarde, Ralph pronto había vuelto arrastrándose. Pero para ese entonces ya se había dado cuenta de lo poco que valía él. Lo que había sido importante para él, eran las apariencias y la de ella no había encajado en su mundo perfecto. Dios no lo permita que su foto de graduación mostrara a su novia con acné. Así que Tiffany había decidido que nunca más saldría con otro muchacho guapo como Ralph. Unos meses más tarde volvió a lo mismo... y la flechó otro tipo que era demasiado guapo para su propio bien. El hecho de que Eric constantemente se regocijara en el resplandor de la admiración de otras mujeres y estuviera tan pendiente de los cumplidos, ni siquiera era lo peor. El problema era que sentía que todas las mujeres igualmente bellas, debían de tener un pedazo de su perfecto cuerpo. Para cuando Tiffany se dio cuenta de lo mujeriego que era, su novio se había acostumbrado tanto a sus acciones que sentía que no había absolutamente nada de malo en lo que estaba haciendo. Después de un tiempo un patrón había comenzado a emerger... mientras mejor se veía un hombre, más desastrosa terminaría la relación. ¿Podía evitar el hecho de que le gustara un hombre con un gran físico y una cara bonita? Por primera vez, Tiffany se preguntaba si eso la hacía a ella superficial. ¿Estaba mintiendo a jessica y a sí misma cuando dijo que le gustaba una persona con cerebro y que valiera la pena? Oh diablos, ella probablemente no era mejor que esos tipos. Nada había cambiado en realidad desde la escuela secundaria. Ella todavía se enamoraba de un rostro hermoso y lamía sus heridas de batalla unas semanas más tarde. ¡Estúpida!

— Confía en mí, nunca caeré con otro chico bonito, — prometió Tiffany, una promesa que hizo más para sí misma que para jessica. Mientras miraba a su amiga, de repente notó un cambio en su rostro. Un destello de interés cruzaba sus hermosos rasgos.

— Bien, tenemos una apuesta. Por lo tanto, probaremos tu resistencia con la siguiente tipa o tipo caliente que entre, —los ojos de jessica estaban pegados en la puerta. Tiffany levantó la barbilla.

— Está bien. Te demostraré que ya no soy susceptible a una cara bonita. He cambiado.

— Oh, deliciosa, — murmuró jessica. — Aquí viene o con piernas.

Tiffany se sentó de espaldas a la puerta y no podía ver a quién se estaba refiriendo jessica, pero no estaba preocupada.

— Para ti, cualquiera que respira es o con piernas. No es un gran obstáculo para pasar.

Jessica resopló y se abanicó.

— Para nada cierto, y éste está buenísima. No mires ahora, pero creo que se dirige hacia acá. — Se pasó la mano por el pelo. —Bueno, este es el plan. Voy a llamar su atención y luego te la entregaré. ¿Cómo me veo?

Tiffany sonrió. Como siempre, su mejor y vieja amiga, lucía perfecta. Su cabello rubio desordenado era ligeramente ondulado, y su rostro estaba mejorado con sutil maquillaje. Se veía perfectamente natural y perfectamente hermosa.

— Preciosa, como siempre.

Tiffany no tenía ni celos ni envidia de los atractivos de su amiga. Ser la mejor amiga de una de las muchachas más populares de la escuela secundaria y luego de la universidad, le había traído muchos beneficios. Pero eso no era ni siquiera lo mejor. Jessica era tan cercana de Tiffany como cualquier hermana lo sería.

— Me está mirando, — continuó comentando jessica. —Definitivamente viene hacia acá. Tiffany, prepárate.

Nunca había visto a su amiga tan nerviosa. Cuando se trataba de personas ligando, jessica tenía mucha experiencia y siempre parecía calmada. Sin embargo, el rubor rosa en las mejillas de su amiga, le decía que estaba cualquier cosa menos calmada. La curiosidad de Tiffany, le ganó. Si alguien podía hacer sonrojar a su amiga, tenía que tener algo muy especial. Tiffany giró en el taburete y se congeló. La chica piel blanca iba abriéndose camino entre la multitud con un paso tan determinado, que a Tiffany le hizo recordar a una adicta a las compras en dirección a un bolso de Gucci en liquidación. Era increíblemente fantástica. ¡Estaba tan jodida! Si sólo el cerebro de Tiffany pudiera hacer que los músculos de su mandíbula funcionaran, ella podría ser capaz de parecer poco afectada por la morena. Como estaban las cosas, su boca estaba abierta como una puerta de la escuela el día de graduación, haciéndola sentir como una total idiota. La chica bajita y, aunque oculta bajo un conjunto de ropa casual, su cuerpo se exhibía para que todos lo vieran. Con cada paso, los vigorosos pechos se flexionaban, extendiendo su camisa polo. Su cuerpo parecía demasiado natural para eso, como si hubiera sido esculpida así. Bronceada. y. Y en camino hacia su mesa, la mirada fija en jessica.

Tiffany sintió el calor elevarse en su cuerpo y trató de abanicarse con las manos. Ella no había visto nada tan atractivo desde que ella y jessica habían pasado sus primeras verdaderas vacaciones en una playa en Grecia. El calor en el club se volvió sofocante.

Se abanicó con más fuerza, y un segundo después ella golpeó su copa con la mano y ésta se inclinó sobre ella. En un intento desesperado por evitar que se derramara, empeoró las cosas. Un cubito de hielo errante salió volando de la copa, mientras ella lo enderezaba y rápidamente cayó en su escote. Y ahí estaba, justo en su nuevo sostén de Victoria Secret que presionaba sus senos perfectamente formados, pero de tamaño medio para mostrar sus atributos de una manera más ventajosa. ¡Mierda! Ahora había llamado la atención sobre sí misma, lo cual era lo último que hubiese querido hacer.

Tiffany nunca debería haber escuchado a jessica y en su lugar se hubiera traído su camisa cuello alto en lugar del top que hacía que sus senos casi se derramaran sobre él. No se atrevió a levantar la cabeza para cerciorarse si la chica galante había visto el accidente, ella sabía que sí, y se estaba muriendo de la vergüenza. Tiffany trató de salvar lo que pudo de su dignidad y trató de alcanzar el cubo rápidamente.

— ¿Puedo?

Su voz melódica la sacudió y la sobresaltó de su acción. Ella levantó la cabeza para mirar a la morena y al instante sintió palpitar su corazón. Estaba a sólo unos centímetros de ella, su cabello oscuro en perfecto contraste con su cara , como si pasara horas en el sol cada día. Sus penetrantes ojos marrones como el atardecer, brillaban con picardía. Antes de que el cerebro de tiffany pudiera siquiera procesar lo que le había pedido, su mano se extendió hacia el cubo de hielo todavía atorado entre sus pechos y lo liberó. Sus dedos rozaron su piel expuesta, y podría haber jurado que sintió cómo su piel emitía chispas con su toque. Hipnotizada la miró mientras tomaba el cubo de hielo y lo hizo desaparecer en su boca.

— Mmm, refrescante, — comentó y su mirada barrió por encima de su cuerpo, como si la estuviera midiendo para un vestido. No había ni un solo centímetro de sus curvas, que pareciera escapar de su lectura. Si el calor que subía a la cabeza era una indicación, ella diría que estaba roja como un tomate demasiado maduro.

— ¿Quieres bailar?, — le preguntó.

No, no quería bailar con ella y sentir esos brazos alrededor de ella o esas manos tocándola. Cuanto más lejos se mantuviera de alguien como ella, mejor para tiffany. Y, además, la chica acababa de demostrar su punto: después de llegar directamente hacia jessica, al instante cambió de marcha cuando su atención se desvió hacia las tetas de tiffany a causa de su torpe movimiento. Si eso no tenía "superficial" escrito por todas partes, ella no sabía lo que era.

— Por supuesto que ella quiere bailar, — oyó a jessica responder por ella.

Tiffany instantáneamente dirigió a su amiga una mirada de regaño, pero jessica ni siquiera la miró. Continuó sonriéndole a la morena.

— ¿Entonces, vamos?, — le preguntó de nuevo y esta vez tomó su mano en la suya.

Todos los nervios de su cuerpo reaccionaron a ella, mientras una corriente eléctrica se extendía por tiffany. Se dio cuenta al instante que el resistirse, le tomaría toda la energía que tenía. Y ella tenía que resistir. Esa coreana  era del tipo de mujer que le haría palpitar su corazón, aumentar su pulso, y al final, la heriría. Una mirada hacia sus hermosos ojos, confirmó que ella sabía que sus encantos estaban funcionando con ella. Había visto esa mirada autocomplaciente en otras personas antes hombres y mujeres. Le decían que sólo estaba interesada en la conquista, lo que ella quería o necesitaba no importaba. Sólo que esta vez no caería en eso, se prometió mientras la dejó que la levantara de la silla. Sus pies tocaron el suelo mientras ella la depositó, pero bien podría haber sido una nube... así es como ella se sentía, mareada por su cercanía. Ella luchó con la sensación sacudiendo la cabeza. El brazo de la chica se fue instantáneamente alrededor de su cintura mientras la dirigía hacia la pista de baile.

Presionó sus dedos a través de la tela de su top y sólo intensificó el calor que sentía irradiando de ella. ¿O era la forma en que la miraba, con la intensa mirada de una cazadora mirando a su presa? Por suerte, esta presa sabía contra lo que se encontraba. Su caza no tendría éxito. En la pista de baile, la tomó en un apretado abrazo. Los músculos de sus muslos se frotaban contra ella con cada movimiento que hacía. El olor del mar la rodeaba, y ella sintió como si fuera transportada a la playa, con el olor de la arena, la sal y el viento en el aire.

Tiffany sintió que su nerviosismo se propagaba. Estar tan cerca de un paquete tan atractivo de feminidad, hizo que sus células cerebrales se desintegraran en una masa pegajosa.

Mientras se sacudían al ritmo de la música, su mano se acercó a acariciar su cuello, y un escalofrío recorrió su espalda. Un momento después, ella la atrajo aún más cerca y rozó sus labios por su mejilla. ¡Maldición, la tipa era de los que se movía rápido! Tenía que ponerla en su lugar antes de que tuviera alguna idea. No le haría las cosas más fáciles. Incluso siwon no había llegado a la primera base hasta después de la segunda cita, y a pesar de ser mariscal de campo de la escuela secundaria y la dura competencia con una de las animadoras, no había ejercido presión sobre tiffany de ceder. Claro, había sido su primera vez, pero incluso en esos días hacía a sus citas esperar por lo menos hasta el final de la noche antes de permitirse un beso. Y esta tipa ni siquiera llegaría a ese punto, se juró. No sólo tenía que probarse eso a sí misma, sino que también estaba muy consciente que jessica las miraba. Mientras ella trató de alejarse con la esperanza de ganar un poco de autocontrol sobre sus furiosas hormonas... y ellas estaban haciendo estragos, todas, las diez millones de ellas... sus labios se acercaron a su oído. Su cálido aliento envió un escalofrío a lo largo de su piel. Cuando llegó a sus pechos, sus duros pezones se convirtieron en pequeños capullos dolorosos, que se irritaban contra su apretado sostén. Su voz era el más suave susurro, pero sus palabras eran tan cursis como podían ser.

— Hueles bien.

Tiffany no tenía ninguna respuesta a su obvio halago. Un momento más tarde, sus labios mordisquearon su oreja, y luego viajaron más bajo, rozando su cuello que ella... oh, tan amablemente... inclinó para darle un mejor acceso. La sensación de cosquilleo se extendía sobre su piel, cuando estuvo a punto de besarla, su boca impidió formar alguna frase coherente. Ella se puso rígida, tratando de evitar que su cuerpo reaccionara a ella, y haciéndose hacia atrás puso un poco de distancia entre ellas.

— Lo siento, pero eres tan tentadora, — se disculpó..., pero cuando sus ojos la miraron no mostraron ningún arrepentimiento. Supuso. — Normalmente no soy tan directa, pero tú eres diferente. — Había una mirada un tanto desconcertada en su cara. — Mi nombre es tae... tae, — tartamudeó.

— Tiffany, — contestó ella secamente. No había necesidad de darle más ánimo. Por su aspecto, no necesitaba ninguno.

— Qué hermoso nombre. Es griego, — comentó ella y la atrajo hacia sí. El calor se extendió a través de la parte inferior de su espalda mientras la apretaba contra ella. Su cuerpo era duro y al mismo tiempo reconfortante. Y totalmente pecador... si ella interpretaba correctamente la expresión y postura de su cuerpo, más los movimientos de pelvis contra su estómago. Reconoció la humedad en su ropa interior a pesar de que ella trató de ignorarla al principio. Pero su destreza física era abrumadora y hacía latir su corazón frenéticamente. En el momento en que la música de repente se detuvo, Tiffany agradeció el respiro. Ella la miró y se dio cuenta el deseo ardiente en sus ojos. La mirada que le dio envió un hormigueo por todo su cuerpo que llegó hasta su vientre.

Sin decir una palabra, ella la llevó de regreso a su mesa y la ayudó a sentarse en su taburete, levantándola fácilmente con las manos sobre su cintura.

— ¿Puedo traerles a ti y a tu amiga, una bebida fresca?, — preguntó tae.

— Piña colada, —respondió jessica. La chica asintió con la cabeza sin siquiera mirarla. En cambio, mantuvo los ojos fijos en tiffany.

— ¿Y para ti?

— Lo... lo mismo, por favor.

Maldita sea, su voz sonaba profunda, y sabía exactamente lo que estaba sintiendo: un grave caso de lujuria. Había sólo un remedio conocido para ella. Un remedio que estaba decidida a ignorar.

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Comments

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JoyReneluv2
#1
Hola!!!
Esta es una de las mejores historias que he leído, aunque realmente la primera vez que la leí fue en wattpad, y esto me lleva a una pregunta.
¿Estas de alguna forma relacionado a la autora en wattpad? No lo tomes a mal, es que su contenido de la nada se borro y habían muchas historias que me gustan que estaban en curso.
Solo quiero saber si las publicara aquí, o abrirá nuevamente una cuenta allá, aun así, me encanta esta y varias de las historias que tienes aquí.
Gracias por publicar estas magnificas historias.
roguecr #2
Chapter 36: Gracias x la historia . Esta muy bonita
LlamaAmerica #3
Chapter 36: Gracias por esta historia estuvo muy genial y divertida jajajaja la verdad me gustó mucho!!! <3 <3
taeny39
#4
Chapter 36: cool
Skyth06
#5
Chapter 36: Valió la pena esperar yay!
LlamaAmerica #6
Chapter 30: Uhhhh regresaste *-* <3
TaeNy0204 #7
Chapter 29: Cuando actualizas? Por favor... necesito leer más
LlamaAmerica #8
Chapter 29: Que carajos con Zeus :@
Skyth06
#9
Chapter 29: Ese Zeus. !!
Skyth06
#10
Chapter 28: Joooooooder ;-;