capitulo 33

UN TOQUE DE GRECIA.

Tiffany se acurrucó más en las tibias sábanas. Todo su cuerpo zumbaba agradablemente con las secuelas de hacer el amor con taeyeon. Nunca se había sentido mejor en toda su vida. Y, finalmente, una gran preocupación había desaparecido de sus hombros. Ella no era una enferma mental. Las criaturas que había visto, incluso Poseidón que la había salvado de ahogarse... eran reales. Y si eran reales, significaba que su madre no había estado loca tampoco.

Todo tenía sentido ahora. Ella había heredado el don de ver seres de otros mundos de su madre. Y ahora se había enamorado de una diosa.

Taeyeon.

Se dio la vuelta al otro lado de la cama, tratando de acercarse a ella. Pero la cama estaba vacía. Tiffany se incorporó de un salto y escuchó los sonidos de la casa. Podía oír los ruidos débiles que venían desde el segundo piso. Rápidamente, bajó las piernas de la cama y encontró su bata de baño.

Mientras caminaba a lo largo del pasillo del segundo piso, oyó un presentador de noticias en el televisor.

—Los meteorólogos no han sido capaces de explicar el fenómeno hasta el momento, pero está claro que la tormenta tomó un giro brusco anoche y se desvió de la costa. El radar fue incapaz de seguir la ruta de la tormenta...

Tiffany se dirigió a la cocina, donde escuchó a alguien moviendo ollas y sartenes.

— ¿taeyeon?

—Buenos días, tiffany—, Alice la recibió con alegría.

—Buenos días, Alice. ¿Has visto a taeyeon?

—No. No hay nadie aquí, excepto yo—. Se oyó el ruido de la puerta principal. —Oh, tal vez ese sea ella ahora.

Tiffany dio un paso atrás en el pasillo, mientras alguien subía por las escaleras.

—Taeyeon—, dijo en voz alta.

—No, soy yo, Jonathan—, respondió la voz. —Lo siento, vine un poco tarde esta mañana. Estaba viendo las noticias sobre la tormenta. Muy raro, ¿no? Que se desvaneciera así como así.

Tiffany asintió con la cabeza. Taeyeon había hecho eso. Ella estaba orgullosa de taeyeon, pero por supuesto, nunca podría contarle a nadie lo que había hecho.

—Buenos días, Jonathan.

—Buenos días. Oh, lindo, ¿quién le trajo las flores?

— ¿Qué flores?

—Las que están en el aparador. Parece que hay una tarjeta con ellas—, explicó Jonathan.

Tiffany escuchó a Alice salir de la cocina.

—Ya estaban allí cuando llegué aquí esta mañana.

— ¿Puedes leerme la tarjeta?—

Instintivamente sabía de quién eran las flores. Y seguramente taeyeon sabía que no podía leer la tarjeta, así que no escribiría nada demasiado íntimo en ella, a sabiendas de que alguien tenía que leérsela. Tal vez sólo había tenido que irse para hacerse cargo de algo y volvería pronto.

Jonathan pasó a su lado. Ella oyó el crujido de un sobre abriéndose.

—tiffany, todo lo que dije anoche es cierto, pero no puedo quedarme.

Perdóname. Taeyeon —, dijo Jonathan.

¿Ella la había dejado? Una mano helada se apoderó de su corazón y le apretó la última gota de sangre de ella. Sus pulmones luchaban por aire, pero no podía conseguir nada. Cerró los ojos, en busca de consuelo en la total oscuridad, tratando de dejar fuera el resto del mundo. Santana se había ido. Sus palabras tenían una finalidad que ella entendía.

Sintió la mano de Jonathan en el codo, sosteniéndola.

—Lo siento—, dijo en voz baja. —Sé que le gustaba ella.

Gustar, ni siquiera se acercaba a lo que sentía por taeyeon. Ella le había abierto su corazón. Tiffany tomó una bocanada de aire. Con él llegó el primer sollozo, pero ella lo contuvo. No, no podía permitirse llorar, no ahí, no en frente de Alice y Jonathan.

—Le traeré una taza de café—, dijo Alice desde la cocina, la pena en su voz dio la puñalada final a la compostura de tiffany.

***

Taeyeon se alejó de la piscina de agua y de las imágenes que se mostraban en su superficie. No podía ver a tiffany llorar hasta quedarse dormida, por segunda noche consecutiva. Le dolía demasiado. Ya la noche anterior, ella había querido correr hacia ella y consolarla, decirle que volvería a ella, si sólo dejara de llorar.

Pero se había frenado, sabiendo que no podía darle lo que necesitaba. Se merecía una persona, que le sería fiel para el resto de su vida, y que ella no podía garantizarle eso.

— ¿Qué pasa hija?—, se oyó la voz de su padre detrás de ella.

Taeyeon giró sobre sus talones.

— ¡Todo está mal!

— ¿No crees que eso es un poco melodramático?

—No te he perdonado a ti ni a Zeus, por lo que hicieron—. De hecho, taeyeon estaba aún hirviendo de ira. Ira no por su propio dolor, sino por el dolor que tiffany tenía que pasar ahora. Su propio dolor, se lo merecía. Ya era hora de que ella pagara por todos los pecados de su juventud y de su insensibilidad. Pero no era justo dejar que tiffany sufriera por ello.

—Nosotros sólo tratábamos de darte una lección, una que, si se me permites añadir, necesitabas desesperadamente. Todas tus acciones fueron tuyas.

Taeyeon fulminó con su mirada a su padre. Pero la expresión de Poseidón no se tornó enojada. En cambio, su rostro se mantuvo en calma, lo que irritó aún más a taeyeon.

—He aprendido la lección, te lo aseguro. Pero tú y Zeus han ido demasiado lejos esta vez. Tiffany es inocente. Ella no se merece sufrir.

— ¿Ella sufre?

Taeyeon cruzó la distancia para enfrentarse cara a cara con su padre.

—Ella llora todas las noches, no come, no tiene ninguna esperanza—, dijo entre dientes.

—Tal vez debería hacer algo al respecto—, dijo inocentemente Poseidón.

Taeyeon entrecerró los ojos.

— ¿Qué estás diciendo?

— ¿Supongo que ella está sufriendo por ti?

A su padre no le gustaba la acusación más que nada porque era cierto. Tiffany sufría porque ella la había dejado. La dejó con apenas una palabra, sin una explicación, y en medio de la noche. Como la ladrona que era, la ladrona que le había robado su corazón y luego lo había arrojado a un lado. Por los dioses, cómo se odiaba por ello.

Sin otra palabra, dio media vuelta y se dirigió hacia el palacio.

—Hija—, la llamó Poseidón después, —tienes que confiar en lo que sientes. Sólo tú sabes lo que es. Nadie más.

¿Qué sabía su padre en cuanto a lo que sentía? Su corazón estaba siendo escurrido veinticuatro horas al día. No había ni un momento desde que había regresado del mundo mortal, que no sintiera el agudo dolor punzante que cortaba su corazón en pedazos. Ni siquiera en la noche ella conseguía indulto. No había dormido desde que había dejado los brazos de tiffany. Siempre que trataba de cerrar los ojos, las imágenes de tiffany inundaban su mente, intensificando el dolor en su corazón.

¿Cuánto tiempo más haría falta para que las flechas de Eros perdieran su efecto? ¿No había dicho Eros que era sólo cuestión de horas? Máximo tres días, dijo. Bueno, tal vez estaba siendo castigada un poco más. Sí que se lo merecía. Y ella estaba plenamente dispuesta a recibir más castigo si sólo significaba que tiffany volviera a ser feliz.

Tenía que hacer algo por ella, para ayudarla.

***

El dios de la medicina, Asclepio, sólo levantó una ceja al oír la pregunta de taeyeon.

—Seguramente sabes que necesitas una buena razón para sanar a alguien. De lo contrario, todo el mundo esperaría ser sanado de cualquier dolencia y no habría ninguna enfermedad en el mundo mortal.

—Esta mujer es especial. Ella necesita de nuestra ayuda. Debido a los dioses, ya ha sufrido demasiado, y es justo que le den algo a cambio que la ayude a restaurar su esperanza en la vida—. Taeyeon miró el bastón en la mano del dios.

Una serpiente enroscada alrededor de ella, chasqueaba la lengua sacándola de vez en cuando. Sabía que si Asclepio lo quería, podía curar cualquier enfermedad.

—Ah, de modo que es la mujer de la que todo mundo habla en el Olimpo.

Taeyeon no ocultó su sorpresa.

— ¿Qué quieres decir?

El dios sanador se echó a reír.

—Por fin una mujer mortal te ha puesto de rodillas.

La evaluación era correcta, pero taeyeon no estaba de humor para discutir sus sentimientos con él o con cualquier otra persona sobre esa materia.

—No importa lo que diga todo el mundo. ¿Me ayudarás?

— ¿Ayudarte? Pensé que querías que yo la ayudara.

—Ayudarla a ella, es ayudarme a mí.

—Ya veo. Como sabes, nada es gratis, ni siquiera aquí en el Olimpo. ¿Qué tienes para ofrecerme a cambio?

Taeyeon no había pensado en ello. No tenía nada que el dios sanador pudiera desear. Cundió el pánico dentro de ella. Si no podía ofrecerle algo a Asclepio de gran valor, no le devolvería la vista a tiffany. Desesperadamente, taeyeon revisó en su mente para tratar de encontrar cualquier cosa de su propiedad que fuera de valor.

Se quedó en blanco.

— ¿Qué quieres?—, le preguntó con desesperación. —Te daré lo que quieras, lo que esté en mi poder.

— ¿Cualquier cosa?—, preguntó Asclepio. —Justo lo que pensaba—. Una sonrisa torcida se deslizó sobre sus labios. —Parece que podría ganar mi apuesta, después de todo.

— ¿Tu apuesta?

—Tu amigo Hermes se ha convertido en todo un corredor de apuestas desde que regresaste. Tengo un gran tesoro apostado en ti.

— ¿Qué por Hades es lo que está pasando?— ¿Ellos estaban haciendo apuestas sobre ella?

—Bueno, yo no puedo decírtelo, por supuesto. De lo contrario, podría ser acusado de manipular la apuesta. Pero te diré que, voy a conceder tu deseo y le daré a la mujer su vista de regreso. Y si gano mi apuesta, no me debes nada. Si pierdo, tomaré lo que quiera de ti.

Taeyeon nunca había sido una mujer de juegos de azar, y sin saber de qué era lo que se trataba la apuesta, no tendría manera de saber, si había algo, qué le debería al dios sanador. Pero no importaba. Asclepio había aceptado curar a tiffany... era lo único que importaba. Lo que sea que quisiera de ella en el futuro, valdría la pena. Taeyeon no tenía que pensarlo. Su decisión estaba clara.

—De acuerdo.

***

Tiffany sintió una ráfaga de luz en su rostro, como si alguien estuviera iluminándola con un foco. Por mero reflejo, cerró los ojos, sólo para abrirlos un segundo más tarde. El impacto de lo que vio la tiró de espaldas contra la pared.

Ella gritó.

Al instante, Jonathan salió corriendo de la cocina.

— ¡tiffany! ¿Qué pasa? ¿Estás herida?

Ella lo miró, sus ojos lo recorrieron desde la cabeza hasta los pies. Su piel era del color del chocolate con leche, pero sus ojos eran una mezcla de gris y azul.

—Tienes los ojos grises—, fue lo primero que salió de sus labios.

La mandíbula de Jonathan cayó.

—Puedes verme.

Tiffany giró en un círculo lento y vio sus alrededores. Podía ver todo: el revestimiento de madera en las paredes, los corredores de buen gusto en el piso de madera lisa, las imágenes que habían sido colgadas. Incluso podía leer los nombres de los artistas.

—Puedo ver—, repitió. —Jonathan, puedo ver—. Ella corrió hacia él, abrazándolo antes de que ella corriera a la cocina. Alice estaba allí, acercándose hacia ella.

— ¿Tiffany?—, preguntó ella, con voz incrédula mientras sus miradas se encontraban. —Oh, Dios mío—, jadeó.

Cuando Alice la abrazó, las lágrimas corrían por el rostro de tiffany. Ella estaba feliz y al mismo tiempo más infeliz que nunca. La única persona con la que realmente quería festejar con sus ojos, no estaba ahí. Y nunca volvería. Sus ojos nunca verían lo que quería ver: taeyeon.

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Comments

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JoyReneluv2
#1
Hola!!!
Esta es una de las mejores historias que he leído, aunque realmente la primera vez que la leí fue en wattpad, y esto me lleva a una pregunta.
¿Estas de alguna forma relacionado a la autora en wattpad? No lo tomes a mal, es que su contenido de la nada se borro y habían muchas historias que me gustan que estaban en curso.
Solo quiero saber si las publicara aquí, o abrirá nuevamente una cuenta allá, aun así, me encanta esta y varias de las historias que tienes aquí.
Gracias por publicar estas magnificas historias.
roguecr #2
Chapter 36: Gracias x la historia . Esta muy bonita
LlamaAmerica #3
Chapter 36: Gracias por esta historia estuvo muy genial y divertida jajajaja la verdad me gustó mucho!!! <3 <3
taeny39
#4
Chapter 36: cool
Skyth06
#5
Chapter 36: Valió la pena esperar yay!
LlamaAmerica #6
Chapter 30: Uhhhh regresaste *-* <3
TaeNy0204 #7
Chapter 29: Cuando actualizas? Por favor... necesito leer más
LlamaAmerica #8
Chapter 29: Que carajos con Zeus :@
Skyth06
#9
Chapter 29: Ese Zeus. !!
Skyth06
#10
Chapter 28: Joooooooder ;-;