capitulo 11

UN TOQUE DE GRECIA.

Las voces que escuchaba provenían de la cocina: de Tiffany y de un hombre.

Taeyeon sintió cómo ellas e agitaba con cada palabra que le lanzaba al hombre.

— Todo lo que has hecho es usarnos.

La acusación en su voz hizo que el tono se pusiera más alto.

Taeyeon cruzó el pasillo y se detuvo en la entrada de la amplia y moderna cocina. Todo se veía nuevo: electrodomésticos de acero inoxidable, brillantes armarios, encimeras lisas.

Los dos no la vieron de inmediato, por lo que tuvo la oportunidad de fijarse en la escena. Tiffany estaba apoyada contra el mostrador, vestida con una bata de felpa y con las manos buscando a tientas algo en frente de ella. El hombre al otro lado de la isla de la cocina era de su misma edad, de unos treinta años, con tez oscura y pelo castaño. Sus ojos miraban a todos lados mientras él la observaba, un lado de su boca inclinándose hacia arriba en una mueca.

— Tú y Eleni siempre conspiraron en mi contra. Yo nunca pude hacer nada bien. Siempre fuiste su favorita. Señorita Cenicienta, que siempre hacías lo que quería. Ahora sé por qué. Así ella te daría la casa a ti y no a mí.

El tono del hombre era despectivo, como si se tratara de un mero hecho que estaba reiterando por enésima vez.

— Eso no es así. Me preocupaba por ella, y a ti nunca te importó.

Taeyeon reconoció el temblor en su voz y supo que estaba a punto de llorar. El hombre lo reconoció también: una sonrisa satisfecha cruzaba su rostro.

Taeyeon no la dejaría llorar delante de él. La necesitaba de buen humor y no destruida por algún idiota que estaba peleando con ella acerca de sólo los dioses saben qué. Ella carraspeó fuerte para llamar la atención.

Un segundo después, la vista del hombre aterrizó en taeyeon. Tiffany giró también en dirección hacia taeyeon, pero sus ojos sólo se quedaron mirando al vacío.

— ¿Sí?, — preguntó ella, la tensión nunca dejó su voz.

Taeyeon sintió la necesidad de cruzar la distancia entre ellos, tomarla en sus brazos y decirle que todo iba a estar bien. Pero, por supuesto, no podía actuar de esa forma.

— La agencia me envió, — comenzó diciendo taeyeon.

El hombre le dio una mirada confusa.

— ¿Qué agencia?

— ¿Enviaron a una chica?, — preguntó Tiffany, casi ahogando la pregunta del hombre.

— ¿Esa es la ayuda que contrataste?, — preguntó el hombre, aún más fuerte.

Taeyeon no le hizo caso. Ella no tenía que responderle a él. Ni tenía que responder ante ella, pero con ella, sería agradable. Con ella, sería mucho más que agradable.

Tiffany dio un paso tentativo hacia su dirección, su mano nunca dejó la encimera de la cocina que utilizaba como guía. Taeyeon la encontró a mitad del camino y aceptó la mano tendida.

— Me temo que con tan poco tiempo, yo era todo lo que tenían disponible, — mintió taeyeon, su voz inusualmente seca. Ella apretó suavemente la mano en su palma, sin querer dejarla ir. Su piel era suave y cálida. — Espero que no sea un problema.

Hubo un momento de vacilación, antes de que ella respondiera.

— No, estoy segura que estará bien. Gracias por...

— ¿Contrataste una enfermera? — El hombre resopló de nuevo mientras se acercaba.

Finalmente Tiffany se volvió hacia él.

— No es que sea de tu incumbencia, Michael, pero sí, he contratado a una profesional de cuidado de la salud, una enfermera. Por lo tanto, como puedes ver, no te necesito.

La cara de Michael, se enrojeció con sus palabras. Le lanzó una mirada de enojo a taeyeon.

— Ella ha cambiado de opinión. No te necesitará más.

¿Qué le hacía pensar que él tenía derecho a tomar decisiones por ella? Por una fracción de segundo taeyeon se preguntó si podría ser su novio, o peor aún, su prometido, pero rechazó la idea al instante. La parte de la conversación que había escuchado, le sugirió que era de la familia, y una parte de ella se sintió aliviada de que no fuera de su interés amoroso... y a su otra parte no le gustaba la idea de que estuviera siendo acosada por un miembro hostil de su familia. Y Santana sabía un poco acerca de miembros hostiles de la familia.

— No, va a quedarse, — insistió Tiffany.

— ¿Por qué quieres pagar por algo, cuando te lo he ofrecido de forma gratuita?— Le preguntó Michael, con las mejillas aún más rojas que antes.

— ¡Porque tu ayuda no es gratis! Por favor, vete.

Taeyeon notó que su mano temblaba y le puso una mano para tranquilizarla sobre su brazo.

— No puedes hacer eso. ¡Yo soy de la familia! — Protestó Michael.

Familia o no, era el momento de deshacerse de él. Estaba poniendo agitada a Tiffany.

— ¿Es ésta su casa, señorita Hwang? — taeyeon le preguntó, manteniendo la calma.

Ella asintió con la cabeza.

— Sí.

Taeyeon giró completamente hacia Michael sin soltar la mano de Tiffany.

— Entonces creo que no hay nada aquí que usted pueda hacer. Michael, ¿verdad? Creo que será mejor que se vaya.

— ¡No me puedes echar!

Los ojos de Michael se clavaron en taeyeon, quien se quedó sin inmutarse. Si Tiffany quería que el hombre se fuera, se aseguraría de que él saliera de la casa... de una manera u otra. Francamente no le importaba si él se iba voluntariamente o si tenía que tirarlo por la ventana. De hecho, una salida a través de la ventana, parecía muy apropiada justo ahora.

— Yo, no puedo, — dijo taeyeon y asintió con la cabeza hacia Tiffany, — pero ella sí puede. Y dado que soy su empleada en este momento, sólo seguiré y ejecutaré sus órdenes.

Le dio una sonrisa evasiva. Tenía la ventaja en esta lucha, y Michael lo sabía.

— Por favor, — dijo Tiffany. — Quiero que te vayas, Michael.

Ella sonaba mucho más tranquila ahora, y taeyeon se preguntó si el hecho de que aún estaba sosteniendo su mano, tenía algo que ver con eso. De seguro, a ella le gustaba la sensación de la misma. Podía imaginar cómo se sentirían sus manos sobre su piel desnuda, cómo calentarían su sangre.

Michael se fue hacia la puerta.

— Esto no ha terminado. Si crees que me puedes quitar lo que es legítimamente mío, ten cuidado.

Hizo hincapié en la amenaza con la mandíbula apretada y una mirada gélida, la cual taeyeon estaba segura que estaba dirigida más para ella que para Tiffany, ya que Tiffany no sería capaz de poder ver su expresión facial.

Un momento después, Michael se fue furioso. Sólo cuando se estrelló la puerta de entrada segundos más tarde, la rigidez de Tiffany se desmoronó. Sus hombros se hundieron al instante, y taeyeon por instinto se apoderó de su brazo para darle su apoyo.

— ¿Estás bien?, — preguntó.

Ella asintió con la cabeza.

— Tal vez debería sentarme por un momento.

— Por supuesto.

Ella la guio fuera de la cocina hacia la habitación de al lado, la cual estaba amueblada como una recepción. Había un sofá grande contra una pared.

— Aquí está. — taeyeon le ayudó a sentarse y se sentó a su lado. Con pesar, le soltó la mano y se vio sorprendida por la extraña sensación de vacío que la acción generó.

— Así que, ¿quién era ese? — le preguntó taeyeon, sin poder contener su curiosidad.

— ¿Michael? Mi primo.

— Oh, ya veo.

— Así que, ¿la agencia te envió? — Ella continuó con su conversación anterior.

Taeyeon se aclaró la voz.

— Lo siento, yo no me he presentado. Soy taeyeon.

Antes de que pudiera frenarse, ya había soltado su verdadero nombre. Casi se dio una patada. Su plan había sido el de dar un nombre más común para no despertar ninguna sospecha, pero su plan se había esfumado en el momento que le tocó la mano. Ella no quería que gritara el nombre de alguien más cuando terminara en sus brazos. No, ella quería oír su propio nombre saliendo de sus labios cuando ella tomara, penetrara, la hiciera suya.

Taeyeon se secó una gota de sudor de la frente, se dio cuenta con susto de lo rápido que esta mujer podía excitarla, y ella ni siquiera estaba haciendo nada.

— ¿taeyeon? Ese es un nombre poco común. Eso me recuerda algo... Oh, sí, ¿no es el nombre de una diosa griega?, — preguntó.

Taeyeon se tragó su sorpresa. La mayoría de los mortales sabían muy poco acerca de la mitología griega, por lo menos fuera de Grecia.

— Sí, eh, mis padres me dieron el nombre de una diosa menor griega. A ellos les gustaba mucho la mitología y la historia.

— ¿Eres griega? Puedo escuchar un poco de acento.

Le sonrió Tiffany, pero sus ojos no la enfocaban. Sin duda no podía distinguir sus rasgos, ni siquiera a una distancia tan cercana, de lo contrario ya se hubiera dado cuenta de que la había conocido antes. Después de lo que había pasado entre ellas, estaba seguro de que no la había olvidado.

— Sí, soy griega. — taeyeon se mantuvo callada, sin querer dar demasiada información. No había pensado demasiado sobre lo que le diría sobre sí misma, por

Lo que era mejor mantener las cosas básicas hasta que supiera qué decir, para no equivocarse más tarde.

— Mi familia también. Mi madre era griega.

¿Por qué no lo había adivinado? Ahora que la miraba, podía ver claramente sus fuertes rasgos griegos.

No era extraño que se sintiera atraída por ella. Eso lo explicaba todo.

— ¿Hablas el idioma?, — preguntó taeyeon.

Ella sacudió la cabeza.

—Por desgracia, sólo lo básico. Mi tía siempre insistía en hablar inglés en casa.

La interrumpió:

— ¿Tu tía? ¿No dijiste que tu madre era griega? ¿No te hablaba en griego?

La sonrisa de Tiffany fue solemne.

— Eran hermanas, Eleni y mi madre. Pero mi madre murió cuando yo tenía cinco años. Mi tía crio a Michael y a mí, aquí en esta casa.

***

Tiffany dejó de barrer su mirada por la habitación, tratando de abarcar todo lo que ella pudiera ver, pero eran sólo formas y colores. No importaba. Lo que ella

Realmente necesitaba era distraerse de la chica sentada a su lado en el sofá.

Todo lo que podía decir era que ella no muy alta y de tez blanca. Su cabello parecía ser oscuro. En cuanto a sus rasgos, no sabía si era guapa o no. Lo único que sabía era que el simple toque de su mano, la había hecho calmarse cuando estaba en medio de la discusión con Michael y la había excitado cuando ella no la había soltado. Ella trató de calmar su corazón que palpitaba con rapidez, diciéndose a sí misma que era lo que los enfermeros hacían. Ayudaban a la gente con discapacidad... cómo odiaba esa palabra... a encontrar su camino y, a veces eso significaba que tenían que tocar a sus pacientes.

Eso es lo que era: un paciente. Y ella era su enfermera, su muy bajita y fuerte enfermera. Su mano había sido prácticamente tragada por la suya, mientras la agarraba. A pesar de que ella no la estaba tocando ahora, casi podía sentir el poder que irradiaba de ella, como un aura positiva que la rodeaba. Había algo extraño pero reconfortante acerca de ella, y lo atribuyó a su origen. Los extranjeros siempre habían mantenido una cierta fascinación para ella.

— Eh, probablemente deberíamos de revisar tu horario a menos que la agencia ya te haya explicado todo, — tartamudeó.

— En realidad, no hubo tiempo. Pareció ser muy urgente, así que no me detuve primero por la oficina. Tal vez podrías explicarme lo que necesitas, — dijo ella, disculpándose.

— Por supuesto. Bueno, creo que ya que soy madrugadora, probablemente sería bueno si pudieras llegar temprano en la mañana, ¿tal vez alrededor de las siete y media?, — preguntó Tiffany, y esperó que no le importara. Ella necesitaba ayuda con el desayuno y necesitaba a alguien para escoger la ropa de su armario, para no estar corriendo como un payaso.

— ¿Venir temprano? Pero, yo ya estaré aquí de todos modos. — Hubo una confusión en su tono.

— ¿Aquí? ¿Qué quieres decir?

— Bueno, es un trabajo para vivir en esta casa, ¿no?, — preguntó Santana.

Tiffany casi se ahogó con su propia saliva. No había pensado en ello y asumió automáticamente que el que le ayudara, vendría en la mañana y se iría por la noche.

— ¿Vivir en esta casa?

¿Cómo podría esa extraña estar con ella en la casa, cuando ella estaba sola? Sobre todo desde que hacía acelerar su corazón a cien latidos por minuto... y eso era cuando no la estaba tocando.

Sintió que ella se volvía hacia ella.

— Lo siento, pero me dijeron que esto era un trabajo para vivir en la casa, y, francamente, esa es una de las razones por las que acepté de inmediato. Estoy buscando un apartamento en este momento y no tengo un lugar para quedarme. Supongo, que podría quedarme en el sofá de un amigo durante unas noches, pero será un poco difícil, y probablemente yo no estaría lo suficientemente descansado para hacer mi trabajo aquí.

— Oh. — Tiffany al instante se sintió mal. Una punzada de culpa se levantó en su estómago. Tal vez era costumbre que los enfermeros se quedaran con sus pacientes. Ella ni siquiera había preguntado a la agencia, pero eso era su propia culpa.

Claramente, ella tenía el espacio. Dos de las habitaciones ya habían sido renovadas y estaban habitables. Ella ocupaba una de ellas, y no había realmente ninguna razón por la cual su enfermera no pudiera quedarse en la otra. No había ninguna razón para ser egoísta.

Y, además, la agencia era de buena reputación y habría investigado los antecedentes de todos sus empleados, teniendo en cuenta que se hacían cargo de personas vulnerables. Ella no debería tener nada que temer de Santana... aparte de su propia atracción irracional hacia ella. Teniendo en cuenta que ella no sabía qué aspecto tenía, y sólo podía oír su melódica voz y sentir su tacto, y sí, oler su aroma puramente de sal, mar y arena, no podía explicar su atracción hacia ella en absoluto. ¿Sal y mar? Raro. ¿Dónde había sentido ese aroma antes?

— Por supuesto, —Tiffany se apresuró a decir antes de que el silencio se hiciera incómodo. — Hay un montón de habitaciones. Siento no haber pensado en ello antes. De todos modos eso es lo más práctico que se puede hacer, ¿no? Estoy segura de que eso es lo que la agencia hace todo el tiempo, ¿verdad? ¿Y por qué demonios balbuceaba como una colegiala de dieciséis años que corre tras su ídolo adolescente favorito?

— Correcto, es lo habitual. — taeyeon dijo tranquila y serenamente.

¿Qué debe pensar de ella? Tal vez sólo se lo atribuiría a su condición y no pensaría más detenidamente en ello. Seguramente, si viviera aquí con ella durante unas pocas semanas hasta que sus ojos se hubiesen curado y pudiera ver de nuevo, se acostumbraría a ella y no sentiría ese nerviosismo inexplicable, por tenerla cerca.

Por una vez se alegró de que no pudiera leer la expresión de su rostro, salvándola de la vergüenza de verla temblar por su inepto balbuceo, o peor aún, darle una mirada de lástima.

— Entonces, ¿dónde voy a dormir?

Con esa voz tan sensual, podrías dormir en mi cama.

Tiffany se compuso y tragó saliva.

— Eh, yo, eh... los dormitorios están en el tercer piso—, ella balbuceó y sintió a los folículos de su cabello volverse escarlata.

Ni siquiera podía pronunciar la palabra dormitorio en torno a ella... ¿qué locura era esa?

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Comments

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JoyReneluv2
#1
Hola!!!
Esta es una de las mejores historias que he leído, aunque realmente la primera vez que la leí fue en wattpad, y esto me lleva a una pregunta.
¿Estas de alguna forma relacionado a la autora en wattpad? No lo tomes a mal, es que su contenido de la nada se borro y habían muchas historias que me gustan que estaban en curso.
Solo quiero saber si las publicara aquí, o abrirá nuevamente una cuenta allá, aun así, me encanta esta y varias de las historias que tienes aquí.
Gracias por publicar estas magnificas historias.
roguecr #2
Chapter 36: Gracias x la historia . Esta muy bonita
LlamaAmerica #3
Chapter 36: Gracias por esta historia estuvo muy genial y divertida jajajaja la verdad me gustó mucho!!! <3 <3
taeny39
#4
Chapter 36: cool
Skyth06
#5
Chapter 36: Valió la pena esperar yay!
LlamaAmerica #6
Chapter 30: Uhhhh regresaste *-* <3
TaeNy0204 #7
Chapter 29: Cuando actualizas? Por favor... necesito leer más
LlamaAmerica #8
Chapter 29: Que carajos con Zeus :@
Skyth06
#9
Chapter 29: Ese Zeus. !!
Skyth06
#10
Chapter 28: Joooooooder ;-;