The One (Fnfic) Capitulo 34: HECHO

POV | Tiffany

Taeyeon condujo todo el rato en silencio. Mi estomago estaba dando un vuelco y sentí que vomitaría una vez detuviera la moto. Llegamos al The Zone y se bajó casi al instante sin darme un chance o siquiera ayudarme. Bufé girando los ojos y acabé bajándome y trotando un poco para alcanzarla antes de que atravesara la puerta.

–¡Oye! ––Tiré de su brazo. –¿Podrías hablarme?

–Aquí no. ––Dijo sin verme y me llevó consigo hasta el interior del local.

Caminamos una distancia moderada, sin embargo nunca me había sentado en esas mesas a distancia. No pude reconocer estudiantes cerca por ende me sentí más tranquila. Taeyeon tomó asiento frente a mí y juntó sus manos sobre el mesón. Lucía demasiado seria y eso me inquietaba.

–Bien, suéltalo. ––Hablé aparentando estar relajada y peiné mi cabello con mis dedos.

–Bien. ––Respiró pesado. –Antes de que digas tonterías quiero que te quede claro una cosa.

Me acomodé en mi lugar.

–Esto no tiene nada que ver contigo, ni con tu relación con él.

Arrugué la cara.

 –Por Dios, Taeyeon… ¿Ahora qué vas a decirme? ––Me crucé de brazos.

–¿Te das cuenta? Ya estás pensando que lo hago para joderte.

–Es que es así, sé que no te agrada Siwon pero no puedes estar inventando cada cosa para separarme de él.

Cerró los ojos y se acarició los costados de la cabeza, sin duda estaba frustrada y yo me sentí culpable de repente.

–Vale, lo siento… No quise decir eso.

–Tiffany. ––Su tono de voz cambió y eso me sacudió el pecho. –El engaña, y esto va en serio. Está en algo raro, me preocupa tu seguridad.

–Okay… ––Subí las cejas. –¿Por qué?

Se contrajo un poco.

 –¿Eh?

–¿Por qué te preocupa mi seguridad?

–No lo sé, solo me preocupa.

–Esa no es una respuesta.

–Córtala.

–No, ¡Tu! Córtala. ¿No puedes entenderlo, cierto? Lo que pasó entre nosotras, no se repetirá, quiero olvidarlo y tú no me dejas.

–¿No te dejo? Eres tú la que siempre lo saca a flote, pero lo entiendo. Tienes miedo.

–No es miedo. ––Apreté la mandíbula. –Odio que uses esa palabra para hablar de lo que siento, ¡No tienes idea! De lo que es.

–Por supuesto que es miedo, cuando llegaste a DaeJeon casi enloqueces con la noticia de que yo era lesbiana, ni siquiera podía acercarme a ti en lo absoluto. Eras tan hétero que incluso llegaste a armarte una fantasía con Siwon. Pero tú lo sabes, ¡Tu sabes! Que todo ese teatro que se montan es falso porque no lo amas.

–¡Basta! ––Me levanté de golpe. –¡¿Qué te mierda te pasa?!

–¡Abre los putos ojos! Porque a estas alturas serás la única ciega en toda la situación. ––Se levantó y optó mi misma postura, lo cual hizo que mi sangre se acelerara. –Ustedes no se miran, no se tocan, no se divierten…

–Tú no sabes eso. ¡Tú no sabes una mierda! ––Golpee la mesa y acaparé algunas miradas.

–¿No sé? Cuéntame una sola experiencia, una sola. ––Me enseñó el índice y tragué saliva.

–No tengo porqué estar contándote nada, no es tu problema. ¡Es mi vida! Y estas actuando como una maldita obsesionada conmigo. ¿Cómo tengo que decírtelo? ¿Qué idioma debo aprender?

Respiró profundo, bajó la mirada a la mesa y terminó sentándose de golpe.

–Te importo. ––Dijo casi en un hilo de voz y acabé sentándome despacio. –Lo sabes.

–Sí, me importas pero… Estas mezclando las cosas.

–No, Tú eres quien las mezcla. ––Levantó la mirada y sus ojos penetraron los míos como nunca antes. –Me gustas.

Entré en pánico, toda palabra, toda razón, todo movimiento y pensamiento en mí simplemente se desvaneció.

–Sé que suena extraño, nunca se lo había dicho a nadie… A ninguna chica, ni mucho menos a un chico pero, Me gustas. Estoy cansada de cubrirlo con otra clase de palabras y sensaciones. Me siento como una niña pequeña tratando de llamar tu atención todo el tiempo… Pero no lo notas, no puedes notar que estoy allí, que te observo, que me preocupo, que te quiero… Para mí, siempre. Que disfruto cuando nos miramos, cuando nos tocamos y aún mas disfruto cuando me besas. Me llenas, Tiffany.

Cerré los ojos. Mi garganta se secó.

 –Basta, por favor.

–No, es mi tiempo de hablar y vas a escucharme.

Volví a callar, mis ojos se cristalizaron.

–Sé que también lo sientes, de lo contrario no me besarías de la forma en la que lo haces. No me evitarías ni te comportarías de esa manera conmigo. Tienes miedo… Porque te gusto. Y es difícil aceptarlo porque sabes las consecuencias que eso traería, piensas en todos menos en ti. ––Hizo una pausa y pude respirar por esa fracción de segundo. –Alguien me advirtió sobre esto, alguien me dijo que sería de esta manera ¿Sabes? Pero… Pensé que solo se trataba de un teatro, de una escenita más pero veo que no es así. ––Respiró profundo. –Yo te haré una última pregunta, y quiero que por primera vez en tu vida me mires a la cara y me digas que es lo que quieres de mí. ¿Quieres que me aleje? ¿Quieres que me quede? ¿Qué quieres? Porque si seguimos jugando al gato y al ratón, me vas acabar matando, Tiffany.

No hubo pelo en mi piel que no se hubiese erizado. Sus palabras me habían penetrado entera. Ella, se había desnudado ante mí. Ella no era la misma Taeyeon que había conocido. Estaba dolida, estaba cansada. Quería una respuesta y yo ni siquiera podía pensar en ese momento.

–Taeyeon… ––Cerré los ojos y fruncí los labios dedicándole una mirada segundos después. –Yo… no sé…

–Solo dime qué quieres y te juro que aunque me duela, lo haré. Solo quiero acabar con esto.

–Taeyeon, tú y yo somos amigas…

–Vaya, ahora si puedes llamarme de esa manera.

–Ya te había considerado mi amiga desde mucho antes y… Eso no cambiará ¿de acuerdo?

–¿Entonces…?

–Yo, no lo sé. ¡No lo sé! Me has abrumado con tanta cosa… ––Balbucee haciendo gestos con las manos.

Sonrió de lado.

 –Me siento patética, confesando lo que siento a alguien… Cualquier chica se moriría por escucharme decirle esto… Cualquiera tomaría mis sentimientos, pero el problema es que no quiero a cualquiera. A decir verdad, nunca he querido a ‘cualquiera’

Sonreí.

 –Me halagas.

–No cambies el tema.

–Es que no sé qué decir.

–Bien, mientras tú aclaras que es lo que quieres. Dame algo que hacer.

–¿De qué hablas? ––Hice una mueca.

–Tú debes aclararte, tú necesitas aclararte. Pero yo no puedo seguir detrás de ti como un perro, por mucho que me importes me siento horrible cada vez que te veo sonreír por el infeliz de Siwon.

–Taeyeon.

–No escúchame, ¿Necesitas estar sola? ¿Necesitas que me aleje? Dame algo que hacer que pueda ayudarte a resolver lo que sea que tengas que resolver.

Mierda.

–Sé que soy muy…

–¿Indecisa? ¿Bipolar? ¿Inmadura?

Le lancé una mirada.

 –Tonta.

–Diría estúpida, pero como prefieras.

Cerré los ojos y negué con la cabeza.

 –Estúpida. ––Respiré profundo. –Pero quizás tengas razón, quizás lo mejor es que estemos separadas por un tiempo. Así, yo averiguaré lo que sea que deba averiguar y tú estarás más tranquila.

–Bien. ––Se levantó y mi corazón se detuvo. –Te dejaré con tu enredo. ––Rodeó la mesa y se alejó. Mis pies reaccionaron como impulso. Acabé siguiéndola hasta las afueras del The Zone y tomé su brazo para detenerla.

–¿Qué quieres, Tiffany?

–No te vayas así.

Se giró y me dedicó una mirada, sentí el dolor en sus ojos.

–¿Qué más quieres que haga?

–Yo, no sé… Es que, a veces eres tan drástica en tomar tus decisiones que me asusta.

–Pues así soy. ¿Quieres estar sola? Te dejaré sola.

Respiré pesado.

 –¿Qué harás?

–No lo sé.

Bajé la mirada y permanecí en silencio por un largo rato sin soltarle el brazo. Me sentía terrible, creí que me desmayaría. Cuando sentí sus dedos tocarme la barbilla subí mi mirada para encontrarme con su blanco rostro.

Dios… ¿Qué es esto que estoy sintiendo?

–No sabes las ganas que tengo de besarte. ––Susurró y volví a congelarme.

–Basta. ––Cerré los ojos.

Mis rodillas se volvieron gelatina, solo ella podía ponerme así con solo hablarme bajito. Me soltó y subió a su motocicleta.

–Espera. ––Reaccioné una vez sonó el motor. –Déjame acompañarte a comprar el móvil.

–No hagas esto más difícil. ––Dijo a secas.

–Taeyeon, por favor. ––Supliqué y solo se quedó mirándome, a los segundos apretó el acelerador y simplemente se alejó de mi.

Taeyeon…

POV | Taeyeon

Conduje la moto con una velocidad máxima hasta toparme con el final de la autopista. Sabía dónde estaba, quería estar allí. Me bajé y di pasos lentos hasta ingresar al gigantesco edificio aquel, avancé a la recepción y solo bastó una mirada con la enfermera de turno para que me dejara pasar. Mientras el ascensor subía, mi corazón se quedaba cada vez más abajo. El ‘din’ del piso me hizo tocar tierra y entonces caminé por el alargado y frío pasillo. Me detuve frente a la puerta blanca y respiré profundo antes de empujarla para ingresar.

El aire acondicionado no fue el causante de mis pelos en punta. Sino la mirada que mi padre me había lanzado desde la cama.

–Hola, cascarrabias. ––Dije con una vaga sonrisa en los labios mientras me aproximaba a él.

–Taeyeon… ––Dijo mi nombre y