The One (FanFic) Capitulo 19: ALGO MUY MALO

POV | Yuri

Finalmente el viernes había llegado y yo me sentí ansiosa por la fiesta inicial de nuestras prometedoras novatas. A eso de las 6:00PM hice un chequeo general de las internas recordándoles el atuendo que debían usar y el comportamiento que debían llevar.

Por unos segundos hice contacto visual con Yoona pero aquello me erizó la piel tan de prisa que aparté mis ojos de ella casi en el acto.

–Bien, hagamos que valga. ––Dije y llevé una mano al centro la cual se fue cubriendo por el resto de manos a mi alrededor.

–¡Z-E-T-A! ––Hicimos nuestro coro y lanzamos las manos al aire.

–¡Vamos! ––Hice un gesto y la puerta principal se abrió.

A través de ella ingresaron una cantidad de personas considerables, que incluían a nuestras novatas y a las personas que ellas habían decidido traer consigo. Me encantaba el olor que tenia la casa cuando habían novatas dentro.

Yoona se acercó a mi espalda y me susurró cerca del oído.

 –¿Iniciamos la lista ahora?

–No, esperemos hasta las 8:00PM. ––Ordené y tomé asiento en mi respectivo sillón dándole un vistazo a todo aquello, debo admitirlo, el liderazgo subió a mi cabeza como un rayo.

Las novatas estaban recorriendo la casa, bebían y comían paseándose de un lado al otro. Así estuvieron durante 1 hora cuando decidí poner orden y darles unas palabras a todas.

–¡Bienvenidas! Mis pequeñas novatas. Ante todo quiero darles una cordial bienvenida a esta, que será su casa durante toda su estadía en DaeJeon. No sin antes recordarles, lo feliz que me siento de cumplir nuevamente con la tradición Zeta de invitar a 10 desconocidas a formar parte de esta reconocida hermandad. ––Hice una pausa y tomé la lista que Yoona me extendía. –A continuación, diré sus nombres y pasaran al frente. Mi línea de Superiores les hará entrega del broche Zeta bronce, mientras se les explican las 5 reglas fundamentales de las Hermandad Zeta Número 607. Posteriormente a eso, podrán ser consideradas Novatas Zetas oficiales. Con el paso de los años y su fidelidad el broche irá cambiando de color y de valor. El broche bronce pasará a ser un recordatorio de este día. El día en el que dejaron de ser simples estudiantes universitarias y pasaron a ser, Zetas.

Finalicé mis palabras seguida por aplausos varios que inundaron el living. Mientras pasaba la lista lanzaba sonrisas vagas a las chicas frente a mí, aquello nos tomó casi 40 minutos.

–Y bien, la última novata en mi lista es… Tiffany Hwang. ––Levanté la mirada deseosa de encontrarme con esa pálida carita. –¿Tiffany Hwang? ––Repetí entrando en un extraño estado de ira repentina. Todas comenzaron a hacer comentarios entre si y yo le lancé una mirada a Yoona.

‘No ha llegado’

Pude leer en sus labios y respiré profundo manteniendo la compostura.

–Ah cierto, Tiffany Hwang tuvo un pequeño percance y por ende no ha llegado. ––Sonreí artificialmente. –Le haremos la entrega de su broche cuando podamos saber de ella. Por lo demás, disfruten y bienvenidas a su nueva hermandad. ––Me levanté cuando todas enloquecieron de repente y caminé hasta la segunda planta seguida de Yoona.

–¿Dónde mierda está ella? ––Pregunté dándole la espalda.

–No tengo idea, líder.

–¿Le has escrito a Siwon?

–Tres veces, sin respuesta alguna.

–Maldita sea. ––Hice puños con mis manos. –Ese desgraciado me mintió.

–No creo que se trate de eso, Líder. ––Me giré y llevé mi pesada mirada hasta los orbes de Yoona.

–¿De qué hablas? ––Pregunté.

–Pues, escuché que hay una reunión con algunos estudiantes en The Zone.

–¿De los Thauros? ––Subí las cejas.

–No, bueno quizá haya uno que otro, el mensaje que me llegó no dio muchos detalles, solo hablaba de una celebración de cumpleaños doble.

–Así que allí están todos… ––Entrecerré los ojos e ingresé a mi habitación a paso lento para retocar mi maquillaje frente a mi espejo. –¿Alguna idea de quienes son los cumpleaños? ––Pregunté a los segundos.

–Pues sé que el principal es el anterior líder de los Thauros.

–¿Ryeowook? ¿Kim Ryeowook está en DaeJeon? ––Abrí mis ojos como platos.

–No, de hecho está en The Zone.

–¡Ryeowook vino! ––Me exalté. –Dios santo, Siwon debe estar allá.

–Si bueno, no lo sé.

–Demonios, debí comprarle algo… ––Chasquee la lengua e hice una mueca.

–Líder, ¿Podría prestarme atención?

–¿Qué quieres? ––Le lancé una mirada.

–¿Qué haremos con Tiffany?

–Ash. ––Giré los ojos. –Ya no quiero a esa pequeña puta aquí.

–¿Segura?

–¿Qué pretendes? ¿Qué vea todos los días a la Zorra que duerme con Taeyeon?

–No, pero recuerde una de las frases Zetas más conocidas.

–¿Vivir el presente sin pensar en el pasado que no tendrá futuro? ––Subí una ceja.

–¡No! ‘Mantén más cerca a tus enemigos que a tus amigos.’

Guardé silencio. Aquello había hecho que un bombillo se prendiera en mi cabeza.

–Dios santo. ¡Eso es! ––Chasquee los dedos. –Debo tener a esa tipa aquí, de tal manera dejará de dormir con Taeyeon. ¡Es brillante!

–No, líder de hecho yo me refería a…

–¡Anda! ¡Anda! Ve hasta el The Zone y has algo para traerla hasta acá. ––Hice gestos hacia ella.

–¿Ahora? Pero son casi las 11PM.

–¿Y? irás ahora. ––Compartimos miradas unos segundos y entonces mi expresión cayó un poco.

–Líder, ¿Está todo bien entre nosotras? ––Yoona bajó la mirada y yo esperé un poco antes de responder.

–Sí, claro que sí.

–Solo quiero que sepa que lamento ese impulso… Yo no sé que estaba pensando.

–Solo olvídalo. ––Mantuve la frente en alto. –Ahora cumple con la misión, trae ese sucio trasero aquí y sé por favor muy discreta.

–Lo seré, líder. ––Me dedicó una sonrisa y entonces suspiré.

POV | Yoona

Cuando salí al estacionamiento rumbo al auto asignado supe que llamaría demasiada atención si llevaba el convertible zeta al The Zone. Así que caminé un poco más y abandoné la zona privada adentrándome al campus.

–Uy, Uy… ¿Qué hace una Zeta por acá tan solita? ––Me habló un ridículo del equipo de Futbol y yo giré los ojos.

–Piérdete, quien quiera que seas.

–Quisiera perderme entre tus piernas, princesa. ––Se rió empujando a uno de sus amigotes.

–¿A dónde vas? ––Comenzaron a seguirme y entonces detuve mi caminar.

–Escuchen, no me provoquen porque sino esto se pondrá feo. ––Advertí.

–Uy… ¿Escuchaste eso Changmin? ¡No la provoquemos! ––Volvieron a reír y entonces respiré profundo.

–¿Por qué mejor no nos dices a dónde vas? Quizá podríamos ayudarte con algo.

Las palabras del moreno aquel me hicieron tragarme el orgullo a un punto tan extremo que incluso me admiré demasiado a mi misma por lo que estaba a punto de hacer.

–¿Saben algo? Es cierto, quizás si necesito algo de ustedes, chicos. ––Caminé hacia ellos y dibujé una patética sonrisa en mi cara.

–¿Alguno podría darme un aventón? ––Agregué y los detallé mirarse entre sí.

–¿Ves lo que digo, Changmin? Todas siempre regresan. ––Comentó el moreno y me acercó hasta su pecho de un jalón.

–Ya, pero no es justo Minho. ¿Yo qué? ––Se quejó el más alto y tragué saliva soltándome lo más sutil que pude para aproximarme hasta él.

–No te preocupes Changie, mira que los tres podemos pasarlo muy bien. ––Sonreí de lado y ambos volvieron a mirarse.

¡Bingo! Los tenía justo donde quería.

–Okay, princesa. ––El moreno me abrazó la cintura colocándose detrás de mí y me rodeó con sus brazos susurrándome tras el oído. –¿A dónde quieres ir?

Yo ladee el rostro apenas un poco y atraje al segundo muchacho de la camiseta mordiéndome los labios.

 –¿Por qué no damos un paseo hasta The Zone y bebemos algo primero? ––Susurré sobre los labios ajenos y el del cabello negro sonrió ladino.

 –Yo conduzco. ––Alcanzó a decir.

*

Íbamos a buena velocidad en aquel automóvil. Yo no dejaba de tragar saliva intentando pensar en cualquier otra cosa que no fueran los dedos de Minho vagando por mi pierna mientras los ojos de Changmin me desnudaban a través del retrovisor.

–Hey, Hey… Recuerda que es para los dos. ––Comentó un segundo en el que nos topamos en un semáforo y yo le sonreí de lado escapando de las garras del moreno para acercarme al oído del más alto.

–Shh… ––Soné contra su lóbulo. –Tú eres mi favorito porque eres quien conduce… ––Susurré y besé sus labios una vez que él giró el rostro casi desesperado por sentir algo de mí.

–Woh, Woh. ¡Injusticia! La besaste primero que yo. ––Se quejó el moreno a mi espalda y llevó su mano hasta uno de mis glúteos.

Dios santo, ayúdame acá.

–Shh… tu tranquilo. ––Retomé mi postura y posé mi índice sobre los labios de Minho.

–No me aguanto más, hombre. La cargo demasiado dura. ––Changmin aparcó junto a unos arbustos y se