The One (FanFic) Capitulo 27: LO SABE

  POV| Taeyeon

Cuando terminamos de subir la última maleta de Amber a nuestro vehículo regresé mentalmente al pasado para cerciorarme de que todo aquello realmente había ocurrido. Tuvimos que llenar una serie de documentos y seguir alrededor de 2 horas y media la ambularía que llevaba el cuerpo de Shindong al hospital más cercano. Mis ojos se encontraron con los de Amber a mi lado y posteriormente con los de Tiffany y Juniel al otro extremo de la ventanilla. Yo aún no podía creerlo.

–Entonces… Podrías repetirnos ¿Qué diablos pasó? ––Heechul habló lanzando miradas a través del retrovisor.

–Ojalá lo supiera con exactitud, yo solo quería que descansáramos en un motel, pero Shindong seguía discutiéndome sobre conducir toda la noche y… Ganó. ––Dijo Amber.

–Yo tuve suerte, estaba por quedarme dormida y dicen que si tienes un accidente dormido, las probabilidades de perder la memoria son de un 60% ––Habló Juniel.

–¿Dónde diablos leíste eso? ––Hangeng giró su rostro con una mueca dibujada en él.

–Internet.

–Lo investigaré. ––Se señalaron y Heechul aparcó una vez la ambulancia se detuvo.

Todos bajaron del auto y yo volví a posar mis ojos en aquella sangre seca en la frente de Tiffany. Volviendo a pelear conmigo misma para no actuar en dirección a mis impulsos.

Entramos a la zona de emergencias y esperamos por otra hora más. Cuando vi mi reloj apuntaba casi las 12 del mediodía. Y mi estomago ya empezaba a rugir. Me levanté y moví mis pies a lo largo de un extendido pasillo hasta toparme con la cafetería. Allí compré un bocadillo con café y encontré una mesa para sentarme y comer.

–Hola. ––Una voz me llamó y subí mis ojos para verla.

–Hola. ––Era Tiffany.

–¿Puedo sentarme?

Hice un gesto con la cabeza y mordí un poco del bocadillo.

–Yo… ––Bajó la mirada y jugueteó con las pieles de sus dedos.

–Aún haces eso cuando estás nerviosa y tienes que tomar una decisión. ––Dije y me quedé observándola.

–Yo… Si. ––Asintió aún sin atreverse a mirarme.

–De nada. ––Dije y finalmente sus ojos dieron con los míos.

–¿Cómo dices?

–Digo que de nada, querías agradecerme ¿no?

–Yo… Si.

Asentí con sutileza y esperé unos segundos antes de volver a hablar.

–Aunque, yo no hice nada. El auto es de Heechul.

Hubo una pausa y entonces ella volvió a juguetear con sus dedos bajando la mirada.

–Está bien, no te preocupes. ––Negué despacio.

–¿Uhm? ––Sus brillantes ojos volvieron a encontrarse con los míos y respiré con calma.

–Quieres disculparte, y yo te digo que está bien.

–¿Cómo sabes eso? ––Arrugó la frente apenas un poco.

–Estas nerviosa, no puedes hablar… Tu respiración va diferente y no dejas de juguetear con tus dedos. ––Relamí mis labios. –Estabas indecisa entre, agradecerme o disculparte.

Sonrió y mi corazón se aceleró de repente.

–Aun no entiendo como lo haces. ––Dijo bajando la mirada.

–¿Hacer qué? ––Ladee el rostro y una sonrisa se escapó de mi.

–Eso. Eso que haces, conmigo. ––Hizo pequeños gestos con las manos. –¿Sabías que eres la única que puede hacerlo?

–Aún no sé de que hablas.

–Me haces sonreír, incluso cuando la situación es un completo desastre.

–Que te puedo decir… Causo ese efecto en las personas. ––Volvió su mirar a mí y guardamos silencio nuevamente.

Tenía tantas cosas por decirle que simplemente se atoraron todas y no salió ninguna.

–¿A dónde iban ustedes? ––Pregunté luego de parpadear repetidas veces.

–Ahora mismo, de regreso a DaeJeon…

–¿Y antes?

–A Busan.

–¿Por qué no continuarán? ––Controlé mi sorpresa.

–Porque tuvimos un accidente que pudo habernos quitado la vida, todo gracias a mi poco carácter para tomar decisiones. ––Se sostuvo la cabeza con las manos.

–No digas eso.

–¡Lo es! ¡Juniel y sus ideas locas! ¡Yo permitiéndoselas! ¡Casi morimos, Taeyeon! ––Se alteró y sus ojos se llenaron de lagrimas.

–Eso no pasó. ––Extendí mi brazo a lo largo de la mesa y toqué con mis dígitos la piel de su antebrazo. –Sé que estás asustada, pero… Estas bien.

–No puedo creer que mi vida pasó frente a mí en un segundo y… Casi la pierdo. ––Parpadeó y dejó escapar dos lagrimas. –Casi todos mis sueños, mis metas, mis aspiraciones… Se vuelven absolutamente nada. Es como si, la vida me hubiese mostrado que, de nada valió tanta preocupación. De nada vale eso cuando llega el final. ––Su voz se quebró y sentí que algo en mi interior también.

No pude hablar sino hasta que pasaron varios segundos después de que ella guardó silencio.

–Creo que… La vida te ha dado una nueva oportunidad para tomar riesgos. ––Dije y se quedó mirándome mientras sus lágrimas chocaban contra el mesón.

–Debería agradecerlo ¿Verdad? ––Respiró con dificultad.

–Deberías tomar la oportunidad por el lado más fuerte y continuar.

–¿Qué intentas decirme? ––Arrugó la cara.

–Que podrías regresar a DaeJeon y olvidar todo esto. O continuar a Busan a seguir haciendo aventuras.

–Me da miedo continuar.

–A todos nos da miedo continuar.

–Pero, no soy como todos.

–Lo sé, eres mejor.

Sonreí sin mostrar mis dientes y le dibujé una sonrisa en el rostro.

–Anímate, ¿Okay? ¿La vida te ha golpeado? Levántate y dile ‘Yo soy más fuerte que esto’ porque al fin y al cabo, tú misma lo has dicho… De nada vale todo, cuando llega el final. Y quizás es cierto que esta vida es la única que tenemos pero, si la vivimos bien, será la única que necesitaremos.

Cuando finalmente callé unas últimas lágrimas se deslizaron por sus mejillas mientras sonreía.

–No importa como lo vea, siempre serás un Mapache. ––Agregué elevando mi diestra hasta su rostro para limpiarle las oscuras lagrimas con el pulgar.

–Wow. ––Sonó ella subiendo las cejas y culminé mi gesto.

–¿Qué?

–Yo, realmente no puedo creer que… Extrañara que me llamaras así. ––Dijo con sinceridad y no vi razones para retener mi sonrisa.

–Mapache. ––Dije y soltó una corta risa.

–Oigan, deberían venir un segundo. ––Se nos aproximó Hangeng. Lucía un poco alterado.

Ambas nos levantamos y le seguimos, yo terminé mi bocadillo y café en el camino hasta que nos detuvimos en a mitad del pasillo. Un doctor parecía estar dándole información a todos.

–El joven afortunadamente se encuentra estable, solo unos cuantos moretones y mucha confusión. Debo admirar la suerte que todos ustedes tuvieron.

Todos respiramos aliviados casi al mismo tiempo.

–¿Cree que podremos irnos? ––Amber preguntó.

–Pueden irse, pero les recomiendo un descanso prolongado y nada de continuar manejando.

Las instrucciones del médico nos alteraron los nervios.

–Además, alguien debe encargarse del vehículo, llenar papeles, ponerse en contacto con el seguro y demás.

–Okay, ahora si estoy jodida. ––Amber se tocó la cabeza.

–Descuida, todo estará bien. ––Heechul le sacudió desde el hombro.

–Les daré privacidad. ––Finalizó el doctor y se alejó de nosotros.

–¿Qué se supone que voy a hacer? ––Volvió a chistar Amber.

–Podemos quedarnos acá, no tenemos ninguna prisa en llegar a Busan. ––Dijo Hangeng.

–Es cierto. ––Afirmó Heechul.

–De ninguna manera, chicos. ––Negó Amber. –Deben llegar a mi casa en Busan y avisarle a mis padres que ya estamos allí. De lo contrario se preocuparán y el castigo puede llegar a costarnos la estadía en la casa. Conozco a mi familia.

–Bueno pues… Entonces se quedan con nosotros. ––Dijo Hangeng y noté como el color en el rostro de Heechul disminuía notablemente.

–Oh, no… Eso no, realmente me apena pero, no pueden. Apenas tenemos lugar para Taeyeon.

–¡¿Qué?! ––Exclamé. –Dijiste que había lugar suficiente, ¡Dijiste que no habría problemas!

–¡Okay, calma! ––Interrumpió Amber. –Deben continuar, ¿Okay? Todos ustedes… Deben llegar a la casa y tomarla, Taeyeon puedes quedarte allí con nosotros, créanme, es una gigantesca casa y solo la ocuparemos nosotros, el espacio es lo de menos. Pero deben llegar allí. Shindong y yo llegaremos un par de días tarde pero no habrá problemas porque ya habrán ocupado la casa.

–Dios… ––Acaricié mis sienes. –Esto es demasiado.

–Calma, Taeyeon. ––Amber tocó mi hombro.

–Es un buen plan. ––Dijo Juniel y todos posaron sus orbes en ella. –Digo, lo único que tenemos que hacer es continuar, recibir la casa y esperarlos a que regresen. Amber debe solucionar el papeleo y no puede perder la oportunidad de la casa, hemos llegado muy lejos para cancelar todos nuestros planes.

–Así es. ––Asintió Amber y Tiffany soltó un suspiro.

–¿Dónde está la llave? ––Extendí mi diestra con una irritada expresión a Amber y ésta me sonrió.

*

Retomamos el camino a una velocidad respetable y yo me sentí algo nerviosa.

–¿No te parece loco todo esto? ––Juniel me dedicó una mirada.

–Deberías afirmarlo. ––Dije subiendo las cejas.

–Es que… Aún estoy que no me lo creo.

–Por favor no veas esto como una maravilla o te juro que yo misma te voy a estrangular. ––Tiffany interrumpió y una sonrisa apareció en mi rostro por tal comentario.

–Yo considero que deberíamos escribir esta historia y titularla. ‘El destino y sus putadas’ ––Habló Heechul y Hangeng soltó una risa.

Mis ojos escanearon el perfil de Tiffany un par de veces más h