Capítulo; 9.

Fideos instantáneos, y más basura.

Buscaba mi tarjeta de identificación, ¿y se puede creer que lo he encontrado? La respuesta es un claro no.

¡Se me ha olvidado mi tarjeta de identificación estudiantil!

Creo que lo he dejado en el bolsillo trasero de la prenda inferior que usé ayer. Y esa prenda, creo que está en  la habitación pequeña del aseo.

Me encuentro adelante de la puerta principal de la entrada de la universidad, si no tuviese un dormitorio aquí, empezaría a alquilar un departamento por estás zona, que me queden demasiado cerca, y que no me toque agarrar un taxi, porque de verdad no confío mucho en los conductores.

El guardia de seguridad me ve a cada rato, que puedo asegurar que en sus ojos se encuentra la sensata pregunta de "¿Qué hace ella aquí?" Ni siquiera le hablé, me coloqué enfrente de la reja ancha que mantiene el portón de entrada hacía la universidad, a través del portón ancho, podemos visualizar un largo, grande, y espléndido jardín, que si eres una persona perezosa, el recorrido para entrar a la puerta principal de la universidad, te costaría un tiempo largo llegar, y de paso, subir una cortas escaleras, que a la vez, es poco agotador. Es muy largo el camino hacia la puerta de entrada, y de paso, que hay muchos árboles pequeños, que no mide siquiera dos metros de alto, los arboles pequeños se encuentran en los alrededores del jardín, que impide un poco el rayo solar a tu cuerpo si vas caminando para la puerta de entrada, sin duda alguna, esté jardín es un espléndido lugar para tener una linda vista, mientras almuerzas, en un lugar muy lejos de la cafetería, y del ruido de la gente.

El guardia de seguridad, que se encuentra sentado, y con bolsas en sus alrededores de aperitivos, mejor dicho, fideos instantáneos, desde aquí veo el nombre unido a la bolsa de fideo, su nombre es “Shin Ramyun”, y es una marca de fideos instantáneos, un poco conocidos por estás calles de aquí, ahora mismo está comiendo otro fideos, tiene incontable de bolsas de fideos instantáneos mixta, ya terminadas. Luego los extranjeros no pregunten porque tanta obesidad en una persona de nacionalidad coreana, de edad un poco avanzada. Aunque el guardia de seguridad da apariencia, prácticamente, a un adulto ya en sus cuarenta, y nueve años. No sé, juzgando por su apariencia, puedo acertar un poco respecto a su edad, aunque a la vez de verás no. Me hace recordar la otra vez, empezando ya último año en secundaria, que casi entro en una discusión averiguándole, mejor dicho, preguntándole, el nombre, junto a la edad a un guardia de seguridad—pero esté sin duda, se veía más joven—, pero a la vez no lo hacía por buscar conversación, lo hacía para entrar al lugar, distraerlo, el guardia de seguridad, claramente, no me dejaba entrar al lugar, siquiera recostarme a la puerta como él lo hacía, nada, casi llama a mi abuelo, y no sé cómo jolines algunos tenía el número de mi abuelo en sus contactos, algo…extraño. Para escaparme de ese guardia de seguridad, no me dejaba siquiera ir al baño, —claro, una de las opciones para nosotras las mujeres más fiables, y que funcionaría con toda media comunidad, pero en realidad, para mí en esa situación no fue así— me tenía aquel guardia de seguridad retenida, llegue al punto de aplicar una de mi técnicas que mi abuelo me enseñó si andaba en aprietos, o aprieto que casi me dejaban sin aire. Lo golpeé por el cuello, suavemente, y para nada me sirvió, porque me sacaron del lugar rápidamente, con muchos guardias de seguridad atrás de mí, escoltándome. Si sabría que para entrar al lugar que iba a ir, era con identificación, sin duda alguna me fuera conseguido una identificación del lugar, a toda costa, me perdí el caos que se creó luego de eso.

¡Para casi todo de aquí, es una tonta identificación para ver si no mientes! ¡Ni siquiera te ven la cara!.

El guardia de seguridad carraspea de repente, sacándome de mis recuerdos de aquella terrible noche extraña, que casi me costa un viaje de Corea a Japón, por motivos de problemas de aquella noche. Capaz, y perdía la beca que me otorgaba la universidad de Yonsei, junto poco dinero que mi abuelo me permitía gastar, para mis necesidades en la universidad. Al menos aquel problema no fue tan grande como para que Sakura se enterase, o los compañeros de la universidad, ni se convirtió en un rumor que merodeaba en la boca de los estudiantes por los pasillos…así que salvé mi reputación “intachable”, que mi abuelo, y el director de la universidad espera de mi persona, enfrente a la lealtad de que seguiré esforzándome estudiando más, para ser un buen ciudadano que tome las riendas de los negocios que dejó mi padre en Corea antes de su fallecimiento.

No logro entender como mi abuelo no me envió a Japón para estudiar, fue un poco muy duro la perdida de mi padre, mi abuelo me insistió a que siguiese preparándome a toda costa para cuando llegue el momento de “heredar”, —realmente voy a heredar las deudas que dejó— a ser mayor de edad.

Es extraño que mi abuelo me haya insistido estudiar en Corea, podía enviarme a estudiar a la Universidad de Tokyo, una prestigiosa universidad reconocida de allá, o bien a la Universidad de Osaka, quizás a donde él había estudiado antes, la Universidad de Kioto, incluso, en donde su padre había estudiado antes, mi bisabuelo, en la Universidad Waseda. Es un poco extraño.

—Señorita, ¿qué espera?— Dice el guardia de seguridad, frunciendo el ceño.

Esperaba que se vaya ir a hacer sus necesidades al baño, y me dejase su puesto de trabajo solo, y así poder entrar, a mi habitación.

Sin embargo, eso no se lo puedo decir, capaz, y llame al director, y el director a mi abuelo, no, no, no. Lo menos que quiero.

—Señorita, pensé que no sabría, pero los estudiantes ingresados le es prohibido salir a ésta hora de la tarde, es muy peligroso, un coche podría…—dejo de prestarle atención a sus palabras.

Siempre dicen eso, es prohibido salir a ésta hora de la tarde, y más aún, si eres un estudiante universitario.

—Señor, soy de ésta universidad, disculpe, no he traído mi identificación conmigo, porque para salir no te la piden, pero para entrar sí, ¿por qué el orden de los factores si cambia el producto, cuando realmente no es así?.

Me cruzo de brazos, esperando su respuesta, me ve incrédulo.

—Señorita, esto no es matemáticas. O lo que sea que piensa— me escupe sus palabras, con un tono molesto, o amargo.— Si me disculpa, creo que me veré en la necesidad de interrumpirle una dulce velada, con su esposa, al director, por su repentina llegada. Ya es un poco tarde.

Oh, no, lo que intentaba evitar, y es lo primero que está pasando, estoy en serios problemas, oh, Chaeyeon, maravillosa jugada. Nótese el sarcasmo.

Tan sólo a mí, sí, que sí.

—Señor guardia de seguridad—leo su identificación, y omito algunas partes de cómo es.—Han Seok Young-goon, estoy esperando a una compañera amigable, no es necesidad interrumpirlo, de hecho, ya viene. — miento, tragando al instante. Mi tono de voz no suena nervioso, o eso creo.

Él entrecierra sus ojos, con su ceño más fruncido, y sus labios igual.

Me apresuro a decir. — Ya viene en un instante, creo que está lavando su rostro, me traerá la identificación, y se ahorrará una buena llamada, que de por cierto, el servicio de telefonía aquí en Corea, es un poco caro, ¿no?.

En esa parte no mentía, la mayoría de los productos en Corea son caros. Por fin algo que digo, que no es una horrorosa mentira en ésta charla sin rumbos.

—Muy bien, los segundos corren, pero…ve, y cómpreme un poco de ramen, señorita, no tengo dinero para comprarlo, mientras los segundos pasan, y su amiga baja hacia acá, con su identificación en su mano, ¿debería de matar tiempo comprándolo, no cree?. —Dice él, con tono de voz de parecer astucia.

Astuto el hombre. ¿Me ha visto con cara de millonaria? Mi reacción fue indignación, mis labios se fruncieron, con una mirada de sorpresa.

Se apresura a decir, antes de que yo le responda, indignada—La mayoría de los estudiantes ingresados en ésta universidad son personas con dinero, ¿no crees el lugar en donde saldría el dinero para pagar la tarifa de su carrera universitaria? Hay dos posibles opciones, vienen de una familia rica, o son traficantes de drogas en el extranjero— Dice él, tranquilamente.

Mi boca se abre ligeramente, tras escuchar eso, mis ojos se mantienen en su lugar, pero casi salen de órbita al escuchar eso, de repente me ha dado sed. ¿En serio drogas? ¿No podía ser un tema bueno de ejemplo? Jú.

Me ha dado sed de golpear a esté tonto guardia de seguridad por aprovechar mi tiempo en ésta tonta charla que no tiene un rumbo alguno. Y de paso, que mi tiempo se ha ido a la basura en ésta tonta conversación.