Capítulo; 3

Acusando sin causa.

Vi al pony de pelpa, otra vez, que me pareció tan tierno para alguién, y en mi mente, vino el rostro de esa persona.

— Realmente, eres una perdida de tiempo, chica. Ve, y cómpralo, para tu pareja. Se ve a simple vista que lo quieres comprar. 

Me giré hacía el chico asiatico que seguía aún conmigo, apesar de unos cortos centímetros, él, y yo, teniamos algo en mente, él el cristal, y yo el pony.

Por cierto, quitó su mano del cristal, y supongo que van a cerrar el centro comercial, razón de que me pide que lo compre, o no.

— ¿Por casualidad puedes irte de mi lado? Estorbas mucho.— Comenté, en bajo, girándome hacía él.

Oh, no. Tiene ropa de parecer que trabaja aquí.

El chico tiene un delantal negro, una camisa de manga larga blanca, se ve muy formal la camisa, sin rayas en ella, un pantalon completamente en negro, junto a sus zapatos formales, que también son negros, y puedo adivinar, que sus calcetines son negros, ¿me equívoco?.

Bajo rapidamente mi vista, hacía la altura de sus zapatos, ¡y bingo!. Sus zapatos, junto a sus calcetines...son también de color negros.

Los logré ver por un simple segundo, y costó la pena de hacerlo.

Al parecer el chico asiatico, no resultó ser un principe azul asiatico.

— No estorbo, no soy un objeto común, y corriente. Soy una persona—Dice él— Como tú.—Sonríe él de medio lado. Mostrando sus hoyuelos.

Me quedo perpleja mirándolo. Mi cuerpo se volteó completamente hacía él, no solo mi cabeza giraba hacía él, mi cuerpo completo, sin mi autorización, lo hizo.

— Supongo que has notado que trabajo aquí. Y no puedo irme.

¿Desde cuando mantego una conversación así, con algún que otro tipo de mesero que no he visto por estos lados?.

El centro comercial que me encuentro es muy grande, a tal escala, que es igual a la universidad de Yonsei, en donde cada año, es rara las personas que entran, y en donde no te acostumbras a ver rostros nuevos.

Son pocos los que logran dar un giro inesperado en sus vidas, en entrar en una de las universidades de la élite coreana de univerisdades SKY, prestigiosas de Corea del Sur. Sobretodo, la Universidad Nacional de Seúl, una de las mejores en todo Asia.

No logro entender en como entré ahí, tal vez fue por las fuertes ganas de Sakura,  y a la vez no fue en vanos tantas horas de estudios a su lado, bueno, para ella no era necesario, pero para mí, ella gastó su delicado tiempo, y no le importó, en mi. Para que logremos pasar el éxamen de admisión en esa universidad, y estar en cada clase juntas.

Aunque a Sakura sea dos años que yo, no importó para que estuvieramos juntas en un mismo salón de clases, porque encontraron en mi un buen cociente intelectual, muy bueno, como para entrar ahí, ya dije, ¿verdad? Horas de estudios con Sakura en la biblioteca, en el baño, en el dormitorio, sirven de algo.

— Chica, hazme caso, comprarás ese pony mágico, y serás feliz con tu pareja, fin. Ya te hice una buena vida, no tan aburrida, como pasar horas viendo a través del vidrio, un unicornio tan tierno como ese. Que quiere que tú, seas su único dueño, o tu pareja — Menciona él, ganando de mí, un salto pequeño de sorpresa.

Al parecer él lo nota, que comienza sonreír libremente, olvidando quizás un poco su trabajo adentro, oh, oh, me parece que van a despedir ha alguién hoy. Si no se apresura a entrar.

Sus hoyuelos se muentran tan libres en sus mejillas, liberándose de quizás tanto estrés ahí adentro, por quizás tantas personas que debe haber allá adentro, en el local, que salió afuera a tomar un poco de aire, y me vió enfrente del cristal, viendo como boba ese pony magico.

En serio, es tentador comprarlo, no logro entender como me mantengo recta, fija, y que en pocos minutos, no lo tenga en las manos.

Pero si mi tiempo, en ver una película romántica en la habitación con Sakura, en cada minuto se acerca. Hoy habiamos decidido ver una película en una de nuestras laptos, deberíamos aprovechar el WIFI, de la universidad, antes que nuestras laptos desconozcan la red de WIFI, y practicamente, se desconecten.

Llevo mi vista hacía el pony magico, volteando ligeramente mi cabeza hacía donde se encuentra el cristal. Pensándolo bien.

¿Debería comprarlo al menos para la mesita de noche de Sakura-Chan? Hmm.

¡Sakura-Chan tal vez ni lo acepte de mi parte!.

Podría decirle que es como un regalo de amistad...de agradecimientos, por ayudarme en mi considerable éxamen de admisión para la universidad de Yonsei.

Sin embargo, no me creerá, aunque sea un poco cierta la razón de querer dárselo.

Sakura se merece más que eso, viéndolo bien, no un simple pony de pelpa. TT.

— Trae ese pony de pelpa, te haré caso, lo compraré.

Dicho eso, él sonrió con muchas ganas. Haciendo un escalofríos en mi cuerpo entero completo.

Eso es lo que él quería...¿no?. Comprar ese pony de pelpa que se ve tan tierno a simple escala de vista.

— Okay, pero tiene que entrar adentro de la tienda, para que la compra sea un poco más...¿seria, y fiable?.

Menciona él, ganándose una mirada de desconcierto de mi parte, ¿que rayos?.

— Ya sabe, puede romper esté bebé—Sabía que se refería al cristal, que protegía adentro el pony—y puede usted huir, de la justicia de los ponys, en busca de su amigo pony magico, que está adentro del cristal.

Mis labios se abrieron un poco, por el asombro, ¡que considerable imaginación por parte de suyal!.

Esté chico en un minuto me crea una vida feliz, en otro una en donde podría ser una antisocial, y romper el vidrio para hurtar el pony, y en está, en donde podría robar el pony, y ser feliz, ¿acaso me está acusando de algo que está imaginando?.

Hmm, yo solo miraba un pony magico, tierno, y lindo, como Sakura-Chan, por horas, a través de un cristal TT.

No creí que pasara esto.