Capítulo; 10.

Una buena excusa convincente~.

Estoy ahora merodeando en el medio de las calles de Seúl. En donde pasan los vehículos, y las personas como si nada pasase en la vida. En mi vida, en mi campo de visión. Aunque claramente, pasa algo.

Prácticamente, estoy percibiendo a través de mis ojos el lindo paisaje que me ofrece Seúl a plena oscuridad de la noche. En los alrededores de está majestuosa ciudad, se encuentran muchas farolas, como faroles, en los alrededores de cada calle que me encuentro caminando.

Camino en paso lento, y una respiración regulada instantánea. Con muchas que otras personas diferentes, de tal vez nacionalidades, y de pieles mixtas, se logran ver en la misma calle en donde me encuentro caminando. Con los pequeños pasos que doy, y mis manos en donde estarían los bolsillos de mi pantalón, percibo grandes oleadas de frío, impactar en mi cuerpo, como si se tratase de olas de viento.

Está haciendo mucho frío, a estás altas horas de la noche. Y aquí estoy, paseando por la ciudad en busca de una tienda de ramen. Tal vez saquen una película, sino me quitan mi idea, “Chaeyeon, y en la búsqueda de una tienda de ramen aquí en Seúl” El frio penetra la fina tela de mi buzo negro, y entra directo a mi piel, ocasionando grandes escalofríos alrededor de todo mi cuerpo, haciendo un poco difícil la circunstancia que me encuentro.

El frío carcome muy lentamente mis capas de piel, aproximándose a mis huesos, no exagero.

Hace demasiado frío a estas horas, y más, con el sereno de la noche se multiplica bastante.

Mis ojos perciben la atractiva iluminación que nos ofrecen el sistema de iluminación de Seúl, los faros.

¿Ya he dicho que está haciendo mucho frío? No puedo mover mucho mis pies, la razón de porque estoy dando cortos pasos en la calle.

Hace minutos atrás, había llamado a mi amable, comprensible, y tranquila amiga, Sakura.

En un celular que no era mío, olvidé mi celular en mi closet, y tal vez se haya caído, accidentalmente, del pequeño bolsillo trasero de mi pantalón negro, estaba buscando mi camisa blanca, y mi buzo negro, junto a mis zapatillas blancas, que ahora mismo cargo, y como es grande mi closet, podía caber perfectamente en él, junto a mi colección de ropa que he estado comprando estos meses atrás.

Já, como si estuviese en el closet ahora mismo, pero me encuentro caminando ahora en la ciudad, lo siento.

La linda respuesta que recibí de Sakura, pidiendo un poco de su ayuda—no acostumbro pedirle ayuda—fue una duradera risa, que hasta la chica asiática que había pedido amablemente su celular, para llamar a mi querida amiga Sakura, pudo escuchar su risa ruidosa a través del lugar en donde se encontraba, y eso que no estaba en altavoz. O lo que sea que fuese.

Pero no, la incontrolable risa, ruidosa, de Sakura se lograba escuchar hasta en la Muralla China, y más allá.

Ah, y algo que se me dificulta también, no traigo mi cartera, ni llaves de mi habitación que comparto con Sakura, y menos aún, dinero. Pero si traigo conmigo ropa, que eso es algo, ¿no? Por fin algo que no se me olvida. No tengo mi celular en mis manos, está a cuantos pequeños kilómetros alejado de mí.

Por eso que me encuentro pidiendo teléfonos al azar a estas personas que se encuentran pasando a mi lado, mientras yo doy cortos pasos a la vez, en su alturas. Se ven un poco apresuradas, sí, que sí.

Y por fin logré aceptar en una persona amable que si me ayudaría, las mayoría de las demás personas me dirigían una expresión de “Son tus estúpidos asuntos, así que déjame tranquilo, extraña”, o aquellos que iban de mal humor, que por su cara juzgaba, y no me atrevía siquiera decirle un saludo de cortesía cuando caminaban a mi lado, con sus cabezas, ligeramente, hacía abajo, viendo al piso, cuidando como si se tratase de sus zapatos, o lo que sea. Y sus manos adentrándose en los bolsillos de su pantalón.

Sakura no emite nada en el transcurso de mi corta “conversación” —esté era más monosílabos de mi parte—, y yo balbuceándole a causa del frío que se encuentra en las palmas de mis manos, luego pasa en las yemas de mis dedos.

Y ahí estaba yo, tratando de hablar con ella en japonés, una terrible pérdida de tiempo en el que me encuentro, titubeo a cada rato, y el frío no deja que mi tono de voz se articule bien en mi garganta, y en las complicadas palabras que había aprendido en mis clases online de japonés.

Dejo oraciones a medias, sin duda alguna.

He de aclarar que no hablo muy fluidamente japonés, pero si lo entiendo un poco, nivel intermedio, se podría decir, a tal punto de comunicarme, y entender perfectamente a Sakura, Hitomi, y Nako—éstas cuando se encontraba en la escuela secundaria que asistíamos Sakura, y yo. Las echo de menos— algunas que otras veces, pero habían momentos que necesitaba un traductor, y no encontraba el significado de las palabra en japonés dentro de mi cabeza.

Echo de menos a Hitomi-san, y Nako-chan.

Respiro profundamente, intentando calmar un poco mi malestar causado por el frío, tal vez, me resfríe a causa de esto, tengo un buzo, y sin embargo, hace mucho frío en el lugar en donde me encuentro. Veo hacía donde se encuentra aquella mujer amable que me ha permitido su celular, y se ve un poco cansada, a juzgar por su refinado rostro, parece una mujer adulta, ya casi en sus treinta años de edad, y de nacionalidad coreana.

Chaeyeon, y el maravilloso “poder”, de adivinar la edad, junto a la nacionalidad de las personas mediante su rostro, que casual. Me hace recordar el mismo "poder", que tiene Sakura para adivinar el tipo de sangre de las personas con solo ver su rostro,já, eso si da un poco de miedo.

Me apresuro para hablarle de nuevo a Sakura, cambiando mis palabras internas a japonés.

He de comentar, que a causa de mis balbuceos decía palabras al azar en coreano, y obviamente, que esa es tal vez una razón de porque Sakura no habría entendido hace minutos atrás, cuando empezó la llamada, ella se quedaba en un silencio eterno... pero... ¡podía haberlo dicho!. Echo de menos un poco mis verdaderas clases de japonés en la escuela secundaria.

Hablo está vez. En japonés.

—Escucha atentamente, Sakura-unnie, necesito que traigas mi identificación universitaria, y si tenemos por ahí ramen en la habitación de nuestra cocina, ¿podrías preparar un poco para alguien? Para el guardia de seguridad de la universidad.— A ella no podría mentirle para quien sería el ramen— de verdad lo necesito. Baja hacia la puerta principal, entra por el jardín delantero de la universidad, ¿bien? —Articulo, muy claramente.

Sin balbucear. Un gran logro, sí, que sí.

—Chaeyeon-ssi, ¿sabías que parecemos una pareja de recién casadas? — expresa.

Puedo asegurar que en su tono de voz hallé una cierta alegría que me hizo sonreír con solo pensarlo de esa manera. Ella, y yo, casadas...pero, somos chicas, tal vez se refiere a matrimonio entre amigas, ¿no?. Ese el de bromas entre ellas.

—¿Ah?—digo indiferente—es imposible, Sakura.—pronuncio cuidadosamente, sin que mi voz salga a balbuceos, o tartamudez, o algo parecido al estilo.

Echo de menos estar a su lado, con su caliente cuerpo encima del mío. Cuando me abrazaba muy fuertemente, cuando tenía pesadillas, o no podía dormir, justamente como esta mañana, ah.

—Serías el esposo que llega tarde por motivo de su pesado trabajo en esta situación, pero ahora sería mi encantadora tontita esposa que llega tarde por motivos de pérdida de su celular, cartera, y la llaves de nuestra habitación, o incluso, la tarjeta deslizadora, hasta tal vez, nuestro anillo de matrimonio~. Pienso,que deberíamos casarnos ya, Chaeyeon-ssi~ Así no te conquisto otra vez—propone, tomándome un poco por doble sorpresa, y olvidando la pequeña discusión que ella, y yo, tuvimos esta mañana.

Yo pienso que no deberíamos casarnos. Lo siento mucho, ah.

¿C-Casarnos? ¿En serio?. ¿Tan rápido?.

Se apresura Sakura hablar. Sonrío un poco, incomoda a la vez.

—Me debes una buena excusa convincente, my wifey. Tal vez, y me estás engañando con un chico por ahí, o alguien más,veo el número que muestra la pantalla de mi celular, y no es el tuyo,—menciona de repente.—¿Dónde estás, Chaeyeon-unnie? ¿Debería ir a buscarte ahora? No te muevas, ahí voy.— de repente su voz suena a preocupación. 

Escucho a través de celular como suelta un quejido de dolor, tal vez se ha lastimado con algún objeto en nuestra habitación, le dije a ella que no comprase tantas cosas para adornar, pero casi siempre no me hace caso, ah. 

¡¿Ahorita es que me pregunta en dónde estoy?! Grr. Al menos dijo con un chico, lo que faltaba, hmm.

Vaya, al parecer me case, y no sabía, siquiera ni sabía que tenía pareja, y era la mismísima Sakura, hmm. Nótese el sarcasmo, buen momento para molestarme un poco, Sakura.

La mujer mayor me dirige una mirada con una expresión extraña, cierto, se puede escuchar un poco la conversación en donde se encuentra, pero estamos hablando en japonés, tal vez ni entienda la conversación, por juzga por su rostro, muestra una expresión de como si estuviese traumada de toda la vida. Ah. Quizás logró entender la parte en donde bromeaba Sakura acerca de que deberíamos casarnos, uy.

Qué vergüenza, mi mejillas se sienten caliente de repente, y bajo un poco mi cabeza, de tan solo pensar en el matrimonio entre dos personas del mismo o, y esas dos personas sean Sakura, y yo, me incomoda un poco, no me imagino la mujer mayor que me ve ahora mismo con un rostro interrogativo, y trauma en su mirada.

Estoy frita, bueno, aunque ni me conoce, y nunca he visto hasta ahora esta mujer, estoy salvada por esa parte, pero me incomoda un poco el momento en que estoy envuelta.

Tomo aire un poco, concentrándome en lo que voy a decir a Sakura, y manteniendo mi mente en su lugar, y sus juegos raros.

—¿Me has entendido? No me vengas a buscar. Apresúrate en lo que te dije antes, no traigo dinero, así no podría comprarle el ramen instantáneo, por favor, espero que hayas entendido, y bajes rápido hacia el jardín principal de la universidad—manifiesto, rápidamente, antes de que Sakura agregue otra tontería más, y la conversación se haga un poco larga.

—Okay. No llegues tarde, c…...— cuelgo, rápidamente, sin esperar que Sakura terminase de hablar, tal vez se enoje por eso.

Espero que lo olvide, Sakura es una persona un poco orgullosa, que decirte.

Alejo el celular de mi oído, muy cuidadosamente, el que me presto esa amable mujer, y giro completamente mi cuerpo hacía ella, con una tímida sonrisa adornar mi rostro, y hablo.

—Muchas gracias. —agradezco. Mostrando un tono de voz satisfecho, y alegre.—Disculpe si ha tardado mucho la conversación. Mi amiga es un poco despitada.—comento.

Realmente ella me ha salvado, me ha salvado la vida, muchas personas me ignoraban cuando pedía su celular prestado, me veía con mala cara, como si los fuese hacer algún daño, o algo parecido, pero está mujer adulta me ha tendido una mano, y me he subido hasta su antebrazo, la llamada duró un poco, espero que no cobre el sevicio mucho, me veré obligada ahorita pedir su cuenta bancaria, y hacerle un regalo a su celular; pagar su servicio de telefonía.

La mujer adulta no cambia su cara, su rostro parece un trauma severo, encima de donde estaría su rostro, me ve con un claro disgusto, y sorpresa, que aunque lo intente ella ocultar con una máscara de “alegría”, por haberme ayudado, quizá, no, no lo hizo, en sus ojos claramente esta su expresión real, denotan sorpresa, disgusto, e incluso, arrepentimiento.

¿Qué pasa? Me pregunto internamente, veo su expresión en su rostro, y me hace sentir incomoda, diminuta, y cohibida, ante esa mirada de disgusto que me expresa.

¿Qué he hecho mal está vez para que aquella mujer adulta me vea de esa manera?.Ugh.

—¿Realmente son pareja?— cuestiona sorprendida, su tono de voz la delata, rompiendo un poco la tensión creada entre nosotras.

Mi respiración se detiene de repente. Se entrecorta. No sé que hacer. No sé que hacer ahora, y los nervios, junto al frío que me abraza, y carcomen mi cuerpo muy lentamente, junto a los nervios que me invaden a causa de esa repentina pregunta, es un verdadero caos dentro de mí.

Siento que le responderé en un balbuceo, y no le responderé correctamente bien, ugh.Y no me creerá

Además, tengo frío, y quiero ir a la habitación rápido para que Sakura le dé calentura a mi cuerpo, no sé que hacer, ah. De verás tengo mucho frío, me estoy congelando, y conociéndola, si le digo que tengo mucho frío, tal vez me consienta ahorita, con una buena taza de chocolate, y la serie que nos estamos viendo con el WIFI de la universidad. 

Sakura es demasiado indispensable para mí, ¿qué haría sin ella en mi vida? ugh.

"Vivir como siempre lo has hecho, tonta. Sin haberla conocido,"  Lo descarto rápidamente, siempre mis comentarios sarcásticos hasta en mi cabeza se hayan, ugh. Nada nuevo.