Capítulo; 7.

Arbustos espinosos.

¿Desde cuándo me parece tan entretenido ver abejas, volando en los alrededores de una planta?.

Sólo a mí, ¿cierto?.

Oh, era entretenido algunas veces con la compañia de Nako-chan.

Sin embargo, verlo sola, sin alguna alma en su cuerpo, en el asiento siguiente al tuyo... a veces es un poco solitario, no sentirse así. 

Me encuentro en un parque, no muy alejado de la universidad, aunque no me gustan, ni que estuviera el respetado director de la universidad, sentado, respirando aire fresco, no iría.

En mi alrededor se encuentran muchas personas, algunos que otros niños corriendo, otros que impactan en el suelo, motivo de una caída, y ahí me encuentro yo, viéndolos, como espectador, sin embargo, hace un minuto atrás, veía, entretenidamente, y concentrada, como abejas, seguido de hormigas, paseaban en el tallo de la planta.

Al parecer la planta que se encuentra hace centímetros a mí, es una rosa, muy linda, de por cierto.

Me siento como una tonta solo viendo sólo una planta, plantada en la tierra, ah.

Mi espalda, a través de la fina tela de algodon, de mi camisa, siente, cómo mis vellos se erizan, al presenciar el suave viento, que logra inmiscuirse, a través de la suave tela.

Tomando por sorpresa, dentro de mi cuerpo, un escalofrío terrible en mi espalda.

No me gustan los escalofríos, son un poco...extraños, en el cuerpo.

Estoy sentada, con las piernas un poco cerradas, traigo un buzo negro, junto a un pantalón negro, que queda muy pegado a mis piernas, elastizado, cabe resaltar, que esté pantalón negro que estoy usando, está rasgado, junto a mis zapatillas blancas, Lacoste, y mi sistema respiratorio, inhalando, el oxigeno de Seúl. Mientras mi trasero, se hunde al estrecho, y dura superficie, del banco de parque.

Ah, lo olvidé, olvidé mi gorro, que se ajusta, calientemente, en los alrededores, de mi cabeza.

Hace un poco de frío aquí en Seúl, por eso, fue una razón más para traerlo. Lo digo en serio. 

Sakura tenía un signo de interrogación, reflejado, o dibujado, en su frente, en su rostro, más que todo, podía leer lo que me preguntaría, "¿Hacía dónde vas, Jjayeong-ah?", eran pocas las veces que salía fuera de la rutina, eso sí, pero a veces...lo hacía con ella.

No había una salida hacía alguna parte, hasta ahora, sin ella.

¿Sakura-chan desde cuándo, en qué momento exacto, fue encajando, perfectamente, en mi vida?.

Cuándo Nako-chan estaba en la escuela, con Sakura, y yo, antes de que dejase a Seúl, junto a Hitomi, había momentos en dónde sentía que Sakura era demasiado parte de mi vida, no sólo un poco, o un pequeño porcentaje, ella era como una segunda vida para mí, en aquellos tiempo, aunque lo sigue siendo. Actualmente. Estar la mayoría de las horas del día, junto a Sakura, es sofocante, lo digo de una manera...que sería agradable abrazarla todo el rato, y regalarle un poco de cariño hacía aquel ser de mirada penetrante.

Sakura a un desconocido, de la calle, le penetra la mirada, hasta dónde no más pueda hacerlo. Sabe utilizar muy bien la mirada, respecto a la intimidación, sí, que sí.

Eso de intimidar, me recuerda el primer día de la escuela secundaria, en dónde conocí al superficial ser de Sakura, esa reputación de chica atractiva, carismática, e inteligencia al topé, que poseía hasta por pestañear,habían muchas etiquetas para ella, positivas, siempre, y cuándo, la conocieses al menos un poco.

Aunque...recuerdo esos tiempos...en la secundaria, nadie conocía a Sakura, como para tener una cercana, y pequeña amistad, con ella, era muy reservada respecto a su vida, hasta ahora, en dónde tiene una pequeña cantidad de amigos, o eso creo, aunque en la escuela, tenía "amistades", en la cafetería, sin embargo, casi nunca se le veía Sakura junto a ellos.

Con Jurina, Mayu, o Anna, no, con ninguna de ellas, Sakura siempre permanecía junto a la encantadora soledad, como a mí.

Ella, Sakura, me hizo romper un poco mi encantadora relación que mantenía con la soledad. Suena un poco raro, sin embargo, la rareza también me lo trasmitido ella, desde que había metido mi borrador en su cavidad bucal.

Mi borrador, con su baba, dentro de su boca. Ugh. Y masticándolo enfrente de mis ojos.

Sakura es un poco descuidada, respecto a la limpieza, sí, que sí.

Inhalo un poco aire, alejando un poco la nostalgia de ola de recuerdos que inunde la mayoría de veces mi cabeza, a veces cuando crees que tu mente dejará de jugar, fuertemente, con los momentos guardados en alguna parte del cerebro, en realidad, los revive muy adentro de tí, y de una manera tortuosa.

Es torturador recordar, y querer regresar a ese momento en dónde eras estúpidamente feliz, y no sabías si mañana igual amanecerías así.

Yo amanecía con ganas de querer matar a todos, en dónde mis ojos, hablaban por sí solos. Sakura me tenía miedo en las mañanas, bueno, creo que lo sigue teniendo, me despierto con un humor a seriedad al topé, que siquiera Saku-chan guarda temor, desconfianza, al dirigir su palabra, con la mía. 

¿En serio doy tanto miedo en la mañana, que Sakura tenía que esperar hasta las nueve de la mañana, (09:00am), para dirigirme la palabra? Woah. 

Realmente Sakura me hablaba a esa hora, la seriedad en mi, se torna a encendido, en las primeras hora del día.

Un niño pasa a gran velocidad frente a mis ojos, parpadeo un poco.

El rayo McQueen queda bien estúpido a su lado, con esa velocidad indefinida, un corredor callejero debería de tener miedo de ese niño, nótese el mal sarcasmo.

El niño, de no sé cuanta edad, se para a mitad de una intersección de camino, adornado, con las plantas, en el parque. Aquel niño gira su cabeza hacía mi dirección, y su cabeza se encuentra  levantada un poco a la altura del banco del parque, me mira a los ojos, y me guiña un ojo de repente.

— No le digas a Flash, ni al Rayo McQueen, noona. Podrían estar triste de que le he ganado en un segundo.— Ríe el niño, mostrando sus pocos dientes que le quedan.— ¡Soy el mejor corredor del mundo! Shhh, ¡seré el corredor rey de la velocidad, noona! ¡No digas a nadie! ¡Ni siquiera a mi mami!— Grita hacía mí, elevando bastante su voz.

Aún de que hay centímetros separándonos, lo logré escuchar a la perfección, ganando como premio barato, una sonrisa tímida de mi parte y un "Hwanting/Fighting", haciéndolo con mi puño cerrado en el aire, y mi voz un poco elevada para que me logre escuchar. El niño entiende mi mensaje, asiente, y se retira como la velocidad de un niño cualquiera. Pero para mí, era a velocidad de Flash en mi mente. 

El chico realmente corría rápido, espero que se cuide muy bien, correr mucho es agotador a estás horas en la ciudad.

Ojalá espero verlo muy pronto por acá, el niño se me ha hecho tierno, y lindo a la vez.

El niño parecía ser chino, pero su tono de voz, su fonética, delataba un buen coreano excelente de su parte. Aunque de igual manera su facciones de cara, confirmaban adentro de mi que era chino, un cabello lindo,negro, con mejillas regordetas, y su cuerpo un poco obeso, lo hacía ver tan peligroso para la salud de una persona que sufriría de ver tanta ternura petrificado en seres humanos, como yo, que me sucede con Saku-chan.

Ahora que lo pienso, ese niño asiático habla fluidamente coreano más que yo, woah, no falló siquiera en la fonética coreana en ningún momento. 

¿Para cuándo Sakura aprenderá, debidamente, coreano, sin ayuda mía? Hmm, preguntas sin respuestas.