"Algo inesperado"
Vain (TaeNy Ver.)Había estado en casa dos días y todavía tenía que ver a mis padres. No cama, más deprimida de lo que podía haber imaginado por la falta de Taeyeon, podría decir si había sido porque estaba prácticamente viviendo en mi o porque no podían molestarse en venir a verme a pesar de que me había ido por meses.
Mi corazón se sentía pesado la mañana del segundo día, a sabiendas de que tendría que comparecer ante el tribunal, delante de Reinhold. Me desperté, vestida en pantalones vaqueros y una camiseta, sin importarme una mierda. Sabía que iba a ir a la cárcel ese día. Este era el momento que Reinhold había estado esperando.
La sala del tribunal era exactamente como la recordaba. Fría y desolada y carente de esperanza. Se sentía como si mi respiración hubiera sido aspirada de mi pecho al segundo que puse un pie dentro. Encontré a Pembrook en su mesa y me senté.
—Esta es una audiencia simple —me dijo, organizando su cartera sobre la mesa. Me sirvió un vaso de agua y lo colocó delante de mí—. El juez indicará de lo que estás siendo acusada y entrarás a declarar, que, por supuesto, será un "no culpable". Te aconsejo que no digas una palabra.
—Pembrook —le dije, tomando su aspecto austero—, por una vez, ¿no puedes actuar como mi "abogado" aquí?
Él sonrió gentilmente.
—Quédate tranquila, amor. Yo me encargo de todo.
Esto hizo doler mi corazón, pero asentí mi consentimiento. Encárgate de todo. Todo menos el todo que quiero de vuelta.
Reinhold entró en la habitación, su túnica ondeando a su espalda. Inmediatamente, quería vomitar.
-Todos de pie —dijo el alguacil—. Este tribunal entra en sesión, el Honorable Juez Francis Reinhold presidiendo.
Reinhold se sentó y seguimos su ejemplo. Comenzó a filtrarse a través de los documentos de papel detrás de la banca y la tranquilidad era ensordecedora. Mis manos comenzaron a temblar, así que las metí en mis costados y miré mis pies. Vislumbré detrás de mí cuando las puertas se abrieron y Jessica entró, saludando y sentándose en un banco justo detrás de mí. Ella era la única presencia allí, pero era lo suficiente reconfortante para permitir que mi cuerpo se calmara un poco. Todavía estaba temblando, pero las náuseas desaparecieron.
—Stephanie Hwang —retumbó la voz de Reinhold. Me miró directamente y me atravesó con una mirada penetrante—, estás acusada de violar los términos de tu sentencia. ¿Cómo se declara?
Pembrook y yo nos pusimos de pie.
—Mi cliente se declara no culpable —anunció Pembrook.
—Ya veo. ¿Qué dice usted, Fiscalía?
—Su Señoría —dijo el fiscal, frente a la corte—, pasamos a desestimar a la señorita Hwang como tiempo cumplido.
Mi aliento escapó de mis pulmones a la vez que comenzaba a ahogarme. Pembrook cómicamente golpeó mi espalda para que respirara, encogiéndose de hombros hacia Reinhold. Reinhold me inmovilizó con una mirada que gritaba ¡cuidado! Tosía detrás de mi asfixia y apreté mis labios.
—¿Le importaría explicarme? —preguntó al fiscal.
—Sí, nos gustaría llamar a un testigo al estrado, Su Señoría.
—¿Estabas consciente de ello? —le preguntó a Pemmy.
—No, Su Señoría.
—¿Y usted se opone?
—Si la acusación se mueve para desestimar, entonces mi cliente y yo nos sentimos cómodos con su testimonio.
Reinhold se quedó callado por un momento, pensando si iba a permitir al testigo y contuve la respiración.
—Proceda —dijo—. Puede sentarse, Defensa.
Pembrook y yo nos sentamos.
—Pemmy, ¿quién es? —le pregunté en voz baja.
—Honestamente no tengo idea —dijo.
En ese momento, las puertas se abrieron y pensé que mis ojos estaban engañándome. Parpadeé lentamente antes de limpiar mis ojos. Cuando los volví a abrir, descubrí lo que sólo pensaba que era una ilusión.
Taeyeon.
Me puse de pie y comencé a correr hacia ella, pero Pemmy me detuvo con un brazo. Negó, y me vi obligada a sentarme. Al verla por primera vez desd
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