"La cena"
Vain (TaeNy Ver.)Viste algo? —preguntó Charles mientras salíamos del jeep.
Karina vino a mi lado sonriendo y abrió la puerta para mí.
—Sí, huellas de bota —explicó Nasha.
La sonrisa de Karina cayó, pero rápidamente se recuperó.
—Vamos a tener que ajustar las horas de vigilancia entonces —dijo Charles caminando en el campo con Nasha hacia su casa.
Karina deslizó su brazo a través del mío.
—Kate y los otros estarán pendientes de los niños en la cena de esta noche. Pensé que íbamos a hacer algo especial por tu llegada. He hecho la cena.
—Gracias Karina —dije, pero mantuve un ojo en Charles y Nasha hablando animadamente en el porche delantero—. Estoy deseando que llegue.
Karina me llevó a su pequeño porche, Charles y Nasha dejaron de hablar. La tensión era palpable, pero Karina me forzó a atravesarlo y entramos por la puerta.
La pequeña casa de Karina era más que encantadora. Estaba bastante vacía pero las pocas cosas que tenía, podías decir que significaban mucho para ella. Un montón de mantas viejas, todo un juego de sala que parecía de los años cincuenta, pero estaban en un buen estado, bien cuidado. Ella tenía al menos un millón de fotografías de hermosas caras sonrientes. Las estudié una por una.
—¿Quién es este? —le pregunté cuando me encontré con una de un niño pequeño con Charles y Karina quienes parecían estar en sus veinte. Tenía razón, ella era increíblemente hermosa.
—Oh, ese es Isaac. Fue nuestro primer niño aquí. —Empezó a reír y sacudió su cabeza—. Era tan travieso y nosotros no teníamos absolutamente ni idea de qué estábamos haciendo. —Cogió el marco y lo estudió—. Es como un hijo para mí.
—¿Dónde está ahora? —pregunté en voz baja.
—América. Nosotros le ayudamos, o más bien Harrison le ayudó a llegar. Él se educó y ahora nos envía un estipendio mensual que ayuda a alimentar a los niños de aquí.
—Oh, dios mío —susurré más para mí misma que para Karina.
—Es un muy buen chico. Casado ahora. Aunque nunca he conocido a su esposa. Tienen una niña. Es muy encantadora.
—Parece —le dije honestamente, pensando en algo—. ¿Pembrook ayuda a menudo a conseguir a los niños de allí?
—No puedo contar el número de veces que Harrison ha ayudado, ya sea a adoptarlos o ayudarlos a emigrar.
Me pregunté por qué Pembrook no había hablado antes de esto. Me pregunté si pensaba en mí también siendo egoísta como para sacar el tema en absoluto. Ese pensamiento me envió por una espiral de vergüenza, necesitaba sentarme, así que me dejé caer en una de las sillas de Karina.
La casa de Charles y Karina era esencialmente una habitación gigante. La sala de estar estaba en la puerta. El pequeño comedor y cocina estaban en la parte trasera y compartían un espacio con la sala de estar. Las únicas habitaciones que podía ver que no formaran parte de habitación principal eran el dormitorio y el cuarto de baño y asumí que estos estaban a un lado a través de la única puerta que pude reconocer además de la puerta principal. En definitiva, la casa parecía de unos 180 metros cuadrados, más o menos casi del tamaño de la alacena de mis padres y aun así, ellos eran las personas más felices que he tenido el placer de conocer.
Vi a Karina, Charles y Nasha dejarse caer dentro de la zona del pequeño comedor situado junto a la cocina, oliendo el maravilloso aroma de cualquier plato de infusión de ajo que Karina estaba cocinando y reflexioné sobre sus vidas sencillas, pero increíblem
Comments