"Estoy enamorada de ti"

Vain (TaeNy Ver.)
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Había tenido la previsión de empacar un pequeño vestido de tul Monique guardar tacones por lo que había metido en un raro bolsillo de mi bolso un Lhuillier de gala color champaña en casa pero no había sentido práctico en simple par de zapatillas negras de ballet de Fendi con una cinta que envolvía el tobillo.

Estaba tan agradecida de que había terminado con todo eso que olvidé que el tul tardaba días en “des-arrugarse” por falta de una mejor palabra. Tenía poco menos de una hora y me estaba volviendo un poco loca.

Abri había puesto sus ojos en mí en el instante en que había entrado por la puerta y eso me hizo, por decir lo menos, sentir un poco incómoda. Lo último que quería era parecer descuidada cuando estaba siendo examinada de tan cerca. No estaba segura de su motivo pero sabía sin lugar a dudas que Abri Kim no confiaba en mí. No creo que pudiera culparla, aunque su estilo de interrogatorio dejó un poco que desear, porque, bueno, ella era la alcaldesa ejecutiva de Ciudad del Cabo y creo que ella pondría sus ojos en posiciones políticas más elevadas. Yo era una potencial responsabilidad.

Desempaqué mi vestido y lo colgué en el baño, tomé una ducha caliente de vapor cortesía de sus cuartos de huéspedes y mantuve la habitación cálida y húmeda al cerrar la puerta mientras secaba mi cabello y lo rizaba con el rizador extrañamente guardado en un cajón junto al secador. Era considerado de parte de Abri mantener los instrumentos disponibles para sus invitados pero también sentí como si dos puntos se hubieran agregado al lado de un guion junto al nombre de ella cuando los había usado.

Para cuando mi maquillaje y cabello estuvieron listos, la habitación se había enfriado. Las arrugas habían desaparecido significantemente pero no por completo. Pensé en abrir la ducha de nuevo pero sabía que el agua todavía no había vuelto a calentarse. Acababa de empezar a entrar en pánico cuando escuché que llamaban a la puerta. Me puse la bata corta de seda que colgaba convenientemente del gancho detrás de la puerta del baño, un punto más para Abri, y respondí.

Simon.

Hola —dije, mi entrecejo arrugado por la curiosidad—. ¿Puedo ayudarte?

—Sí —me dijo—. Quería decir, mientras tuviera la oportunidad en otras palabras, mientras mi madre no está cerca, que están dentro.

—¿Estoy dentro?

—Sí, ya estás dentro con nosotros. Los chicos votaron y estás dentro.

—¿Chicos?

—Bueno, mi papá y yo.

—¿Y estoy dentro?

—Sí. —Me miró de arriba abajo—. ¿Por qué no estás vestida? Nos vamos en veinte minutos.

La manera en que estaba tan cómodo conmigo, supongo que yo realmente estaba “dentro”, como él dijo.

—Tengo un problema. Las arrugas de mi vestido no se salen.

—No hay problema. Revisa el armario de tu habitación. Deberías encontrar una vaporera de mano.

—¡Maldición! Dos puntos más —dije entre dientes apretados, mi puño golpeando en mi palma abierta.

—¿Huh?

—Nada. Gracias. Estaré lista.

Cerré la puerta detrás de él.

La vaporera estaba donde él había dicho que estaría y funcionó perfecto. El vestido parecía como si lo acabara de recoger de la tienda, quizás incluso mejor.

—Maldición, Abri Kim, y tu consideración —susurré a la vaporera.

Cuando estuve lista, desenchufé la vaporera y la regresé a su legítimo lugar en el armario. Me puse el vestido y los zapatos, y me rocié con una de las variadas elecciones de perfumes florales de Abri. Llevé mi muñeca a mi nariz e inhalé.

Manzana, melocotón y nardo llenaron mis sentidos. Olía maravilloso y mis labios se curvaron. Rocié un poco más detrás de las orejas. Le debía una grande ya, ¿qué era un punto más?

Me paré en el espejo de cuerpo completo un poco sorprendida por mi apariencia. No me había tomado tanto tiempo para prepararme en meses y era, tenía que decirlo, un poco desconcertante. No estaba segura si me gustaba lo que veía en el espejo. Mi reflejo se veía mucho como mi vieja yo y eso me hacía sentir incómoda.

Miré más de cerca.

Hay diferencias. Mi piel estaba más bronceada, mis músculos un poco más tonificados, pero la mayor diferencia se encontraba en mis ojos. Antes cuando me veía, no revelaban nada más que vacío. Estaban vacíos. Pero ahora, ahora, estaban llenos de vida, llenos de comprensión. De repente, no me importó mi propio escrutinio. De repente, vi a una persona completamente diferente parada ante mí. De repente, yo reflejaba amor, esperanza y paciencia.

Un golpe en la puerta una vez nuevamente me sorprendió. Agarré mi pequeño bolso de mano, comprobé mi lápiz labial una última vez y le abrí a una impresionante Taeyeon.

—Jesús, Stephanie Hwang —me dijo de golpe, recorriendo con sus ojos desde la cima de mi cabeza hasta la punta de mis pies y volver a subir.

Entró en la habitación y cerró la puerta detrás de ella.

Taeyeon llevaba un vestido negro corto hasta unos centímetros por encima de las rodillas, la tela se ajustaba perfectamente a sus hermosas caderas. La observe tan fijamente, sintiéndome acalorada. Subí la mirada despacio, notando un corte en V algo atrevido que mostraba un poco de su generosa delantera. Sentí como mi garganta se secaba cuando al dirigir mi mirada a su cara me encontré con sus ojos observándome al igual que yo.

Su cabello rubio liso con leves ondas en las puntas y su flequillo resaltaban aun más sus hermosas facciones y yo no podía sentirme mas enamorada de la preciosa mujer frente a mí.  

—No tenía idea —me dijo, acercándose.

La punta de sus zapatos altos, casi tocaba los míos y quise, no, necesitaba que me tragara entera. Era increíblemente deliciosa, todo acerca de ella. Podía sentir su respiración abanicando mi cara mientras me examinaba, podía oler el aroma dulce y limpio de su jabón. Busqué sus ojos y esperé por ello, esperé por la declaración, pero nunca llegó. Dilo, rogué en silencio.

No tuve tiempo para decepcionarme porque sus manos encontraron mis hombros desnudos instantáneamente. Se aferraron a mi piel y me empujó un poco lejos de ella así podría echar otra mirada.

—Stephanie Hwang, eres devastadoramente hermosa.

—Gracias. También tú —le dije con honestidad.

Aunque no me escuchó.

—Yo… yo… sabía que eras hermosa, lo sabía perfectamente, pero es como si acabara de despertarme a la idea. Hay algo acerca de ti ahora, Steph. Exudas algo y no puedo ubicar qué es. Prácticamente brillas con eso. Me devastaste —dijo, aferrando su corazón.

Me acerqué a ella y apoyé mis manos sobre las suyas.

—Gracias —le dije.

—De nada —dijo, sonriendo.

—No, no entiendes, no te estoy agradeciendo por el cumplido, Tae. Te estoy agradeciendo por darme la belleza que ves.

—No puedo tomar el crédito por eso, Steph.

Le sonreí y permanecimos en silencio, nuestras manos una sobre la otra como si estuviéramos despertando a lo que sea que nos rodeaba. Estaba escrito sobre nosotras. Había algo prácticamente tangible allí, como un rayo de sol, calentándonos a través de nuestras almas. Podías verlo, podías sentirlo, pero no lo podías capturar en tus manos. Eso no significaba que no estuviera allí. Oh, estaba allí y pesaba cuatrocientos deliciosos kilos.

Dejé que la presión me inundara, dejé que me atara a ella.

Comprensión. Estaba enamorada de Kim Taeyeon. Tan profundamente, tan increíblemente. Y era verdadera, era sublime y era mía.

Nadie podía quitarme eso y eso era absolutamente liberador. Ese amor me pertenecía. Yo lo escogí. No se lo debía a nadie porque no podía ser comprado. Me pertenecía a mí gratis y claro. Nunca me había sentido más poderosa.

La respiración de Taeyeon se profundizó mientras buscaba frenéticamente mi rostro. Dilo. Ella tenía que saberlo. Tenía que haber sentido como me sentí yo… pero las palabras no llegaron.

Un golpe en la puerta llegó justo cuando ella había empezado a abrir la boca y el momento murió a nuestros pies, para nunca resucitar. Se había ido y mi corazón cayó junto al momento. Sabía que mi expresión era una de dolor, de decepción, porque ella frunció las cejas y deslizó sus manos a mi cara, intentando que se recompusiera. Ya no me iba a enmascarar. Era una persona diferente desde ese entonces. La vulnerabilidad era aceptable porque era verdadera. Sacudió la cabeza mientras otro golpe resonaba.

Se aclaró la garganta.

—Ya… ya va —dijo, todavía intentando suavizar mi piel.

—Estaremos abajo en los autos —dijo Simon y escuchamos sus pisadas desvanecerse.

Tae giró su cabeza lejos de mí y se dirigió a la puerta.

—Podemos tomar mi auto, por la privacidad.

Yo estaba herida y ya no era capaz de ocultar cómo me sentía, así que regresé al baño, fingiendo que necesitaba algo.

—Está bien —una voz entrecortada desconocida para mi sonó desde mis labios.

Recogí el bolso de mano de donde lo había dejado sobre la cama en algún momento y me dirigí hacia la puerta.

—Steph —susurró Taeyeon, agarrando mi brazo. Dejé que me detuviera, pero me negué a mirarla a la cara.

—¿Sí, amor? —dije, intentando sonar alegre.

—No lo hagas —rogó.

Miré en su dirección pero me negué a dar la vuelta.

—No, ¿qué? —pregunté, una sonrisa falsa y educada cubrió mis labios.

—Deberíamos hablar —dijo.

Ignoré eso.

—Probablemente deberíamos irnos, Taeyeon. No quiero que tu madre me odie más de lo que ya me odia.

Deslicé mi brazo fuera de su asidero y abrí la puerta, siguiendo el corto corredor hacia la sala y luego a través de la puerta principal. Pude sentir la pesada presencia de Taeyeon justo detrás de mí, cerca pero aun así lejos. Quise correr hacia ella y alejarme a la vez. Estaba tan confundida. La amaba. Juraría que ella también me amaba, pero simplemente se quedó allí.

Bajé por el sinuoso camino de piedra pavimentado e hice mi camino hacia los autos. Parados al lado de ellos estaba toda la familia Kim. Les sonreí a pesar de mi corazón acongojado.

—Eres una visión, Stephanie—dijo Simon, alcanzando por mi mano y besando mi mejilla.

—Muy encantadora— agregó Henrik con una sonrisa jovial.

Miré a Abri en su elegante vestido azul cobalto y me encontré con su mirada.

—Muy hermoso, Abri —le dije sinceramente. Simplemente asintió.

Nadie, por lo que pude decir, sabía qué había pasado entre Taeyeon y yo en esa habitación. Nadie, excepto Abri. Ella me estudió de cerca, luego a su hija, y de nuevo a mí.  Sus ojos se estrecharon en ambas. 

Henrik abrió la puerta del pasajero de un Audi plateado para Abri y ella entró, su mirada fijamente plasmada aun en Tae y en mí. Simón se introdujo en la parte trasera del Sedan y Henrik caminó hacia el lado del conductor. Los observé a todos antes de que la mano de Taeyeon encontrara la parte baja de mi espalda. 

—Estoy aquí— me susurró en mi oído, enviando escalofríos abajo por mi columna a pesar de lo que había ocurrido.

Me guio hasta un Mercedes G-Class. 

—¿Esto es tuyo? — le pregunté.

—En realidad no. Es solo el carro que usé cuando vivía aquí. Mis padres lo compraron.

—Ya veo.

Abrió la puerta para mí y me deslicé dentro. Alcancé mi cinturón pero ella se adelantó, envolviéndome con ella y abrochándome dentro. Besó mi cuello de improviso, dejándome perpleja, y cerró la puerta.

—¿Que fue eso? —le pregunté cuando ingresó en su lado.

—¿Qué fue qué? — preguntó, abrochándose el mismo.

—¿El cinturón? ¿El beso? 

—Tenía que hacerlo, quería estar cerca de ti entonces, creo. 

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Comments

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czankx #1
Chapter 31: Thank god Google Translate, I managed to read this masterpiece. I know it's an adaptation, but nothing better if the characters are Taeny, it just fit so well. Taeny pairings just built different, their love just make it more sense.. I want more!! 😍😂
sonehdz
#2
Chapter 26: No se si ya la subiste pero estaria genial que adpataras la historia de jessica
Cele1987 #3
Chapter 24: Definitivamente Karina no debía morir ????
jramirez #4
Chapter 26: Si si si por favor adapta la historia de Jessica, te lo suplico
saramarmota #5
Chapter 31: LO AMEEEEEEEEEEEE DIOSSSSSSSSSS FUE TAN BUENOOOOOOOOOO
me atrapo desde el inicio el fic y no me dejo ir...
PinkDork
#6
Chapter 31: Lagusikrbe AL FIN TERMINÉ. DIOS.
Tenía que tomarme el tiempo para terminar mis pendientes y qué bueno que lo hice. Pero qué historia, la imaginé como una película; sería tan bello grabar algo así. OBVIAMENTE AMÉ EL TAENY, pero hubo algo que me tocó demasiado: qué tal lección la de Karina. Amé al personaje. Su existencia y muerte fueron fundamentales.
Gracias por este genial trabajo Hwang. Me gustó el final, ya sabía que no podía durar demasiado la mentira de Steph. Já.
Ahora me mudo a Greed. Te veo por allá.
<3
skincrisday #7
Chapter 31: Increible historia y buena adaptacion... muy buena la historia. Me gusto.
skincrisday #8
Chapter 31: Increible historia y buena adaptacion... muy buena la historia. Me gusto.
skincrisday #9
Chapter 22: Cap 22 que capitulazo, de verdad que esta muy cool tu fanfic... viva el Taeny.
skincrisday #10
Chapter 19: Aqui falta otro cap y el epilogo